viernes, 15 de mayo de 2020

Ali y Nino ("Ali und Nino"), de Kurban Said

Bueno, bueno, bueno. Estamos ante el que posiblemente sea el descubrimiento del año. Sí, ya sé que aún estamos a Mayo y queda mucho 2020, tanto más largo cuanto más dure el confinamiento a que estamos sometidos, pero es que pocas veces ocurre que uno descubre un autor similar a uno de sus preferidos de siempre. Y eso es lo que ma ha ocurrido con Kurban Said: que ha sido como recuperar al Amin Maalouf de las novelas orientales (que abandonó hace un tiempo en favor de ensayos de corte izquierdista). Espero no equivocarme a calificar a Kurban Said como el Amin Maalouf alemán, aunque en justicia el primero precede al segundo en el tiempo.

Terminada la lectura de esta magnífica novela, constato que Said tiene al menos otra novela. Y digo al menos, porque el tal nombre es un seudónimo cuya identifidad real no se descubrió hasta hace poco. En principio, se pensaba que era la baronesa Elfriede Ehrenfells von Bodmershof. Ahora, se cree que realmente era un tal Lev Nussimbaum, judio convertido al Islam. Y lo bueno es que éste escribió también con otro seudónimo, Essad Bey, por lo que la oferta literaria se amplia. En cualquier caso, ya me he hecho con la otra novela de Said, Das Madchen von Goldenen Horn. Si se mantiene el entusiasmo, proseguiré con las de Essad Bey y se repetirá la historia de Maalouf, todas cuyas obras devoré consecutivamente tras leer la primera de ellas, Leon l'Africaine.

La historia de Ali y Nino es la típica historia de amor, en este caso ambientada en el Caúcaso, y principalmente en la capital de Azerbayán, la exótica Baku. Ali es un varón musulmán de ascendencia persa, mientras que Nino es cristiana georgiana, por lo que su amor supone un puente entre Europa y Asia, entre religiones, entre el desierto y el bosque, y este es un tema que está muy presente durante toda la novela. Así, en los momentos difíciles, Ali, quien es el narrador, se desesperará porque "Es gibt keine Brücke zwischen Ost und West, auch nicht die Brücke der Liebe."
Afortundamente, son también muchos los momentos de conciliación y unión, como este precioso que incorporar a un amigo armenio (la tercera nación del Caúcaso):
»Da sitzen wir nun, die Vertreter der drei größten Völker Kaukasiens: eine Georgierin, ein Mohammedaner, ein Armenier. Unter demselben Himmel geboren, von der gleichen Erde getragen, verschieden und dennoch eins – wie die drei Wesen Gottes. Europäisch und asiatisch zugleich, vom Westen und vom Osten empfangend und beiden gebend.« ("Allí nos sentábamos, los representantes de los tres principales pueblos caucásicos: una georgiana, un musulmán, un armenio. Nacidos bajo el mismo cielo, surgidos de la misma tierra, separados y sin embargo uno, como las tres Personas de Dios. Europeos y asiáticos a la vez, tanto del Oeste como del Este dando y recibiendo.")
 
Es, como digo, la típica historia del amor, cuyo gran aliciente es, por un lado, desarrollarse en tierras ignotas, además en un momento especialmente dramático (principios del siglo XX), y, por otro, el estilo orientalizante del autor, con esas frases maravillosas que me cautivaban con Maalouf, y esos cuentos exóticos que parecen directamente sacados de las Mil y Una Noches, aunque está vez sean armenios y georgianos. De Nino nos enamoramos en la primera ocasión que aparece y le dice a Ali esta frase maravillosa, ante su queja de que no están en Asia: "Ali Khan, du bist dumm. Gottlob sind wir in Europa. Wären wir in Asien, so wäre ich schon längst verschleiert, und du könntest mich nicht sehen." ("Ali Khan, eres tonto. Gracias a Dios que estamos en Europa. Si estuviéramos en Asia yo llevaría velo desde hace mucho y tú no me podrías ver").
 
La acción comienzo en una Bakú dominada por la Rusia zarista, en pacífica convivencia. Para los funcionarios rusos, es un destino indeseable, del que salir cuanto antes. Deliciosa la anécdota-truco del lazareto: como los profesores rusos no se integran ni salen de sus casas, los alumnos les tienen convencidos de que en las afueras de Baku hay un lazareto, y lo utilizan como excusa cuando quieren faltar a clase.  Aquí podremos asistir a la llegada a Baku en barco del tío de Ali Khan, en compañía de su corte de eunucos y su harem. 
 
La cuestión implícita en estos momentos es por qué tienen que estar allí los rusos. La respuesta la da el amigo armenio, en ese momento de conciliación ya apuntado: "Die Russen geben an, daß sie uns voreinander schützen müssen. Deshalb die russischen Regimenter, die russischen Beamten und Gouverneure. Aber Prinzessin, urteilen Sie selbst, müssen Sie vor mir geschützt werden? Muß ich vor Ali Khan geschützt werden? Saßen wir nicht alle friedlich im Kreise auf dem bunten Teppich in Pechachpur bei Schuscha?"("Los rusos sostienen nos tienen que proteger de nosotros mismos. De ahí, los regimientos rusos, los funcionarios rusos y el Gobernador. Pero, Princesa, juzgue usted misma, ¿hay que protegerla de mí? ¿Debo yo se protegido de Ali Khan?¿No nos hemos sentado todos pacíficamente en círculo sobre la colorida alfombra de Pechachpur cerca de Shusha?")  
 
De vacaciones, Ali se va a Karabagh, origen mítico de Armenia, tierra de montañas y misterios, de donde lo sacará de vuelta a casa la declaración de la Primera Guerra Mundial. Le habrá dado tiempo a contarnos algunas de las leyendas locales, a asistir a una competición de bardos (Ashuken) y a disfrutar del frescos montañés, con reflexiones como ésta:  
"Die trockene Trunkenheit des Orients kommt von der Wüste, wo heißer Wind und heißer Sand den Menschen berauschen, wo die Welt einfach und problemlos ist. Der Wald ist voller Fragen."  Aunque me quedo con esta frase, que es puritito Maalouf: "Bevor du dein Kamel dem Schutze Allahs anvertraust, binde es fest an deinen Zaun." ("Antes de encomendar tu camello a la protección de Alá, atalo bien a la valla") 
 
El comienzo de la primera Guerra Mundial no ofrece novedades en Azerbayán respecto a lo que ocurrió en otros lugares del mundo: ambiente general de excitación y de contento ante las posibilidades que se abrían. Aquí quedan encarnadas en los razonamientos del ingenúo Kotschi, criado de Ali, con quien los comparte de vuelta a Bakú. Y aparece también un caballo mítico, de una raza armenia casi extinguida, cuyos amos solo los utilizan para ir a la guerra. Jugará un papel fundamental más adelante.

El caso es que la vida en Bakú se ve generalmente poco alterada (incluso asistiremos a una representación de la ópera Eugene Onegin) y los únicos problemas son relativos al permiso de los padres de Nino para el matrimonio, algo que no ofrece inconveniente para Ali, dado que su mullah le ha explicado que como las mujeres no tienen alma, su religión no es impedimento para casarse. Lo que no sé es si el mullah lo establece con ironía. Para conseguir el ansiado permiso, se valdrá de su amigo armenio (el tercer protagonista del momento antes citado), gracias a cuyos buenos oficios se autoriza el matrimonio. Y ello nos lleva a Tiflis, para conocer a la familia de Nino, y, de paso, los famosos baños de la ciudad y su bazar europeo. Porque, no se olvide, Tiflis es Europa, Bakú, Asia.
"Es gibt kein Schwarz und es gibt kein Weiß, denn in Schwarz ist Weiß und in Weiß ist Schwarz. Deshalb ist mein Rat: tun wir nichts, was jemandem auf Erden schaden kann, denn wir sind in jedem, und ein jeder ist in uns." ("No hay nada negro y no hay nada blanco, pues en el negro está el blanco, y en el blanco el negro. Por eso, este es mi consejo: no hagamos nada que pueda causar daño a alguien en la Tierra, pues estamos en cada uno de ellos, y cada uno de ellos está en nosotros").
 
De vuelta a Baku ocurre un punto de inflexión en el momento más dramático de la novela, que dará lugar a una deliciosa persecución de un coche por un caballo por los caminos asiáticos de Azerbayán. Y menos mal que eran asiáticos, pues como dice Ali, jamás hubiera podido ganar el caballo en una carretera europea.

A partir de aquí, Ali se tranforma en Kanly (objeto de venganza de sangre) y ha de huir a las apartadas aldeas de Daguestán, cuarto territorio del Caúcaso. Allí le seguirá Nino, contra todo pronóstico, y allí se casarán. Y, tras la esperada ración de leyendas locales, podrán volver a Bakú cuando Rusia abandona la Primera Guerra Mundial (cortesía de Lenin y sus bolcheviques).

Poco durará la estancia: en breve se tendrán que fugar con destino a la patria grande de Ali, y llegarna mediante barco y coche al Teherán de la época, donde Nino será confinada al hárem doméstico, para su desgracia, pero también para el divertimento del lector, que encontrará en sus enfrentamientos con los eunucos los momentos más divertidos de esta novela. No obstante, la situación es insostenible: consulta Ali a su mullah: "»Seyd«, sagte ich, »mein Leben ist in Unordnung geraten. Der Weg zur Front ist abgeschnitten, Nino lacht nicht mehr, und ich vergieße Tinte anstatt Blut. Was soll ich tun, Seyd Mustafa?«" ("Maestro, dije, mi vida es un desorden. El camino al frente está cortado, Nino no ríe más, y yo derramo tinta en lugar de sangre. ¿Qué debería hacer, Seyd Mustafá?")
 
La respuesta es que participe en la ceremonia chiita Moharra, una procesión en que la peña se flagela con dureza. Inesperadamente, Nino le ve en acción, y esa resulta la gota que colma el vaso, Se tienen que ir de Persia sí o sí. Para entonces, la Guerra ha terminado y Bakú está protegida por los ingleses, mientras se resuelve el tratado de Versalles. Así que la pareja puede volver y además en carro de laureles, dado que su conocimiento de inglés y una esposa de costumbres europeas son el mejor salvoconducto para el poder del momento.
 
Tampoco va a durar mucho la alegría, ahora ya asomando los nubarrones finales del relato. En efecto, firmado el tratado de Versalles, Azerbayán es un estado independiente, y las fuerzas inglesas lo abandonan a su suerte. Esa suerte está muy condicionada por el petróleo (los pozos petrolíferos están tan presentes en la novel como la daga en el cinturón de Ali), algo que los rusos rojos y blancos desean. Serán, como no, los bolcheviques los que pongan fin a esta bonita historia y comienzo a un pesadilla de varios decenios.
 
Lean por tanto esta novela, y viajen en compañia de Nino y Ali por toda la magia del Caúcaso. Y perdonen si llevado por mi entusiasmo les he endosado algún spoiler. Espero que la disfruten tanto como yo. 

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