tag:blogger.com,1999:blog-41130036722084078822024-03-18T21:30:32.419+01:00El blog de FerhergónLiteratura, series y otras aficiones.Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.comBlogger925125tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-75603353728831661092024-03-18T21:30:00.001+01:002024-03-18T21:30:00.139+01:00The Firm, the Market, and the Law, de Ronald Coase<p>Ronald Coase es uno de los grandes economistas de la historia y con un merecido premio Nobel. En este volumen recopila algunos de sus artículos más famosos, y que a él le parecen más imporantes. Entre otros tenemos "The nature of the firm", "The problem of social cost" y "The lighthouse in economics". A ellos se une un par que no conocía: "The marginal cost controversy" y el sorprendente "Industrial Organization: A Proposal for Research". </p><p>Antes de entrar al fondo, hay que decir que leer a Coase es un placer; tiene el don de explicar las cosas con interés, que se une a su genialidad para proporcionar teorías elegantes a fenómenos económicos que sin él carecerían de ella. Además, como apoya sus razonamiento en la evidencia empírica, te cuenta montones de casos reales, algunos antiguos, que son a su vez apasionantes.</p><p>Para Coase, hay un tema común en todas sus aportaciones: la importancia que tiene la existencia de costes de transacción para explicar la realidad que observamos, lo que automáticamente conlleva una crítica para la mayor parte de la profesión económica, que prefiere obviarlos.</p><p>Es tal la importancia del fenómeno, que toda la teoría de la firma de Coase se sustena precisamente en la existencia de costes de transacción. Sin ellos, no haría falta organizar la actividad de la forma que lo hace la empresa, y es su existencia, la que comparada con el ahorro que supone internalizar la actividad explica la dimensión de la firma. La teoría de la firma de Coase ha resistido el tiempo y para mí es la mejor explicación de la existencia de empresas. Algo que, por lo demás y como reconoce Coase, parece no preocupar a los economistas, las dan por supuestas.</p><p>La otra gran aportación de Coase es su teorema, aunque ni a él (ni a mí) nos gusta su enunciado y su interpretación. En "The problem of social cost" Coase arremete contra Pigou y su solución para las externalidades económicas (externalidad: efectos que causamos en terceros con nuestra actividad de los que no sacamos ni beneficio ni perjucio; ejemplo típico, la contaminación). Lo que explica magníficamente Coase y con profusión de ejemplos estilizados y reales (sacados de la jurisprudencia inglesa) es que no existen externalidades unidireccionales, sino que siempre hay efectos mutuos.</p><p>La fábrica que contamina genera una externalidad al que vive en su proximidad, esta es "la que se ve". La que no se ve sería la que causa el residente a la fábrica por vivir en su cercanía por impedirle contaminar. Una vez se ven los dos lados de la moneda, lo que explica Coase es que en un mercado sin costes de transacción las partes siempre llegarán a la solución de máximo bienestar, exactamente igual que en un intercambio directo. Y ello con independencia del reparto inicial de "derechos" o de la decisión judicial. Esto último no en nada intuitivo.</p><p>El tema, por supuesto, es que en la realidad sí existen costes de transacción, por lo que el reparto inicial de derechos importa y mucho. Leyendo el artículo uno se da cuenta de que Coase lo dedica casi entero a explicar lo primero (al fin y al cabo, trata de argumentar que no tiene sentido intervenir para resolver la externalidad) y muy poco lo segundo, que sin embargo me parece lo más importante. Por cierto, el viaje que le mete a Pigou por su ejemplo de los ferrocarriles es de época. Es básicamente el mismo que le va a a pegar en el artículo del faro.</p><p>Este es muy sencillo: Coase constata que economistas de tanto prestigio como Stuart Mill, y sus némesis Pigou y Samuelson, afirman sin ambages que los faros son el ejemplo paradigmático de servicio que ha de prestar el Estado, pues no se puede cobrar. Ni corto ni perezoso, Coase se empolla la historia de los faros en Inglaterra y constata, como no podía ser de otra forma, que se han desarrollado con iniciativa privada y que, incluso en el momento de escribir, no es un servicio que suministre el Estado inglés y que, de hecho, lo pagan las navieras. Sorpresa! Se pregunta Coase como tipos tan sabios como los citados hacen estas afirmaciones, y se responde que evidentemente hablan sin saber de lo que hablan. "<i>The system apparently favoured by Samuelson, finance by the government out of general taxation , has never been tried in Britain.</i>"</p><p>Y es que a los economistas mainstream les encantan los modelos, pero muy poco conocer la realidad que dicen explicar. Esta es la queja que transmite Coase en su propuesta para la Organización Industrial, y que le lleva a formular un programa que consiste, básicamente, en que los economistas estudien la microeconomía de los diferentes sectores económicos, pues sin ellos sus modelos son absurdos. Cualquiera que esté al tanto de la academia económica sabe que la propuesta de Coase cayó en saco roto, y hoy en día toda la teoría económica mainstream se construye a base de modelos estilizados y un desconocimiento del sector concreto modelado. Si estos modelos no tuvieran repercusiones, echaríamos unas risas, pero como las tienen (que se lo digan a MasMóvil y Orange con su reciente fusión), la cosa es terrible.</p><p>Como se observa, me ha encantado este libro, y eso que ya conocía sus capítulos principales. Aunque sea económico, yo creo que se puede disfrutar y aprender con él sin ser economista. Claro que a los no economistas no les preocupan demasiado las cosas que trata de explicar Coase.</p><p>No me despido sin rescatar una frase humorística de Coase, que citaré cada vez que tenga oportunidad: "<i>In my youth it was said that what was too silly to be said may be sung. In modern economics it may be put into mathematics.</i>"</p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-78867050829867614392024-03-17T21:30:00.001+01:002024-03-17T21:30:00.146+01:00Tragedia en los Andes, de Nando Parrado<p>Con la reciente película La sociedad de la nieve, se ha vuelto a despertar el interés por esa increible tragedia y aventura ocurrida en los 70 en los Andes, ahora para una nueva generación. La historia es sobradamente conocida: un equipo de rugby uruguayo viaja a Chile para jugar unos partidos allá. Lo hacen en un avión militar; al atravesar los Andes se desorienta y el avión no es capaz de superar una montaña, con lo que cae a la nieve. Unos cuantos de los viajeros sobreviven al accidente, ya increíble de por sí, y sobrevivirán varias semanas en un valle nevado en las alturas de la cordillera, por increible que siga pareciendo.</p><p>Eventualmente, tres de ellos, liderados e insistidos por Nando Parrado, se ponen en camino para llegar a Chile en un recorrido, una vez más, increible. A los 9-10 días restablecen contacto con la civilización en Chile, y los supervivientes son rescatados. El punto más polémico y morboso de la historia, con el que toda la gente se queda, es que estos supervivientes "se comieron a sus compañeros muertos" (y lo entrecomillo sobre todo para matizar que no comieron personas, sino carne de cadáveres, que el matiz fue muy importante para os afectados).</p><p>Aunque la historia ya la conocía por haber visto Viven, y por eso no tenía demasiado interés para mí la película, ante la insistencia de algunos amigos, terminé viéndola. No me entusiasmó demasiado, precisamente por ya conocer la historia, pero sí que me animó a la reflexión, y no tanto esta vez por el tema de comer carne humana, sino por la vertiente psicológica que hizo que esta gente pudiera sobrevivir en unas condiciones en que ningún ser vivo lo hubiera podido hacer, ni muchos humanos tampoco.</p><p>Y es parte importante de esta caracterización psicológica la persona de Nando Parrado, pues es el verdadero salvador del grupo, un personaje excepcional, un emprendedor de categoría sobrehumana, que se echa a los hombros nada menos que una travesía por los Andes sin material ni preparación ni conocimientos ni casi comida. Decir que lo hace para salvar a sus amigos es quizá mucho decir (y que nadie me interprete mal, él mismo confiesa sus pensamientos en el libro que comento), pero el caso es que los salva. Sin Nando Parrado no tiene pinta de que hubieran sobrevivido ninguno, aunque nunca se sabe si alguno de sus compañeros hubiera asumido el liderazgo, e incluso lo hubiera hecho menos dramáticamente.</p><p>El caso es que, con esta nueva visión del suceso, la narración que más me interesaba de las disponibles (3 ó 4, creo), la que más me atraía era la de Parrado, pues es el único que te puede contar qué le impulsó y cómo consiguió salir de aquella "tumba de nieve" a través de uno de los lugares más hostiles al ser humano. La película, de hecho, pasa muy de puntillas sobre la gesta.</p><p>Ya estos prolegómenos son una muestra de lo que me ha interesado del libro, poco más habría que añadir. Parrado no es un gran escritor, pero su narrativa tiene la fuerza del que lo ha vivido, lo ha sufrido y lo recuerda (aunque a mí me cuesta creer que se acuerde de lo que pensabe en determinados momentos, no precisamente en la expedición, pero sí durante los días en que está en el avión con todos sus compañeros). </p><p>A eso hay que añadir el análisis psicológico que aporta en muchos momentos, claramente producto de la reflexión posterior, pero no por eso menos válido. Ayuda a entender cómo sobrevivían todos en condiciones tan hostiles, y los roles peculiares que juegan algunos de ellos en cada momento para permitir tal supervivencia. Aquí creo que la película también tiene mucho que aportar, incluso más que Parrado, que quieras que no se perdió los primeros días tras el accidente a causa de su traumatismo craneal.</p><p>Curiosamente, es el mismo traumatismo el que parece que le hizo ver las cosas de otra forma cuando al fin se despertó con vida. Se había ahorrado el trauma psicológico que sufrieron los demás tras el accidente: él cuenta como veía a todos demacrados y, sin embargo, él estaba razonablemente bien, Y eso pese a haber perdido a su madre y tener a la hermana a punto de seguir el mismo camino.</p><p>Como digo, la narración de estos días en el avión, siendo interesante, aporta poco respecto a la película. El tema de comer la carne de los cadáveres es tratado, cómo no, pero más bien de paso. En la película se hace con más profundidad. De hecho, toda esta parte del libro puede ser un poco aburrida para quien conozca la historia.</p><p>La cosa cambia radicalmente cuando por fin Parrado, Roberto Conesa y Tintín emprenden su aventura de retorno a la civilización, ya aceptado por el grupo que no hay otra solución, y tras considerable insistencia por parte de Parrado. Esta parte de la historia es sencillamente brutal y solo leyéndola se puede hacer una idea de la gesta, de la locura que todo eso supone, y de la que Parrado no será consciente realmente hasta que sobreviva y reflexione sobre ella.</p><p>Es impresionante cómo superan un desnivel de 1600 metros escalando a mano en la nieve sin equipos y con el vacio a la espalda. Cómo se equivocan una y otra vez en sus aproximaciones, tanto bajando como subiendo, con el esfuerzo que supone cada avence. Y todo esto a alturas sobre el nivel del mar entre 4300 y 5900 metros, a las que, por ejemplo, un servidor no ha estado nunca. </p><p>El momento culminante, también reflejado en la película, es el de la coronación del monte que llama Parrado Segler, ese monte que parecía accesible desde abajo y que sin embargo han tenido que "coronar" varias veces., en el sentido de que varias veces han creído que llagaban a lo más alto. Ante ellos no esta Chile, como pensaban que iba a estar, sino un montón de valles y montañas en los que no se ve salida. En este momento culminantemente trágico, Parrado y Conesa asumen que están muertos, pero Parrado entiende, de repente, que solo le puede salvar el amor (a su padre, en este caso). Él deja de huir de la muerte y camina hacia el amor. Y eso es lo que él cree que le permitió sobrevivir. Luego insiste sobre ello en la reflexión final.</p><p>En este trayecto de varios días, el sufrimiento será total. Parrado no piensa en rescatar a sus compañeros ni siquiera en Conesa que se arrastra tras él. Solo piensa en seguir adelante (ha entrado en ese estado de flow de que te hablan los psicólogs). Sabemos que lo va a conseguir, y que lo hace no por altruismo sino por amor a su padre. Aquí me llama la atención la conexión con la película Interstellar de Christopher Nolan: en la peli, en Matthew McConaughey quien salva a la humanidad por el "egoismo" de querer salvar a su hija. Aquí, Nando Parrado salva a sus amigos porque quiere "egoistamente" volver con su padre.</p><p>Al hilo, hay otra serie de reflexiones relacionadas con cómo son los emprendedores quienes héroicamente hacen avanzar a la sociedad en las que no me detendré, pero que dimanan directamente de lo que acabo de decir.</p><p>A priori, este parece un libro de autoayuda, sobre cómo superarse en condiciones adversas, y por eso me echaba para atrás su lectura. Pero no es eso, no lo es aunque se puedan sacar ese tipo de lecciones. Es un relato potente, directo, de primera mano, de una persona que sobrevivió a una gesta, a una verdadera locura, de las que pensábamos que ya no se hacían a finales del siglo XX. Dejará impactado a quién lo lea, aunque no sería mucho decir que lo disfrutará.</p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-86473354899586058382024-03-16T21:30:00.002+01:002024-03-16T21:30:00.240+01:00La guerra futura ("The future of war"), de Lawrence Freedman<p>Tenía una curiosidad moderada por leer algo más o menos riguroso sobre la guerra, que al mismo tiempo no me resultara demasiado aburrido. Lo bélico no es un tópico que me interese demasiado, pero como uno tiene ansia de completitud, también algo quería conocer.</p><p>Este libro me fue recomendado por no recuerdo quién, y el autor es el típico académico inglés que parece sabérselo todo, así que para un buen punto de partida (aunque como no pienso seguir explorando el tópico también lo es final).</p><p>La lectura no decepciona, por lo menos a alguien que no tenga conocimientos del tema, como un servidor. Quizá a otros les parezca básico. Hay análisis conceptual, sumario teórico, repaso histórico, y. también, ciencia ficción. Vamos poco a poco.</p><p>Para empezar, un definición de guerra: "<i>We define war through this duality, acknowledging its inescapable violence but requiring that at least this be organised and purposive. Random acts of violence or conflicts that are conducted without violence do not count as wars.</i>" Lo que pasa es que la guerra, así conceptualizada o de cualquier otra forma, es originada por individuos y, por tanto, sujeta a emprendimiento. "<i>By stressing this aspect of thinking about war, peace, and the use of armed force this book provides a reminder that history is made by people who do not know what is going to happen next.</i>" </p><p>Pero aquí hay ya que introducir un importante matiz, y es que la guerra no tiene su origen tanto en los individuos como en los Estados, lo que tiene consecuencias fundamentales para entender sus problemas, sus orígenes y su devenir. En pocas palabras, los individuos que toman las decisiones referentes a la guerra, empezando por su declaración, no internalizan los costes de las mismas, por lo menos no desde hace unos 200 años.</p><p>Si algún mandatorio puede ganar mucho dinero o prestigio declarando o manteniendo una guerra cuyos costes sufren otras personas, va a tender a promover tal guerra. Hay ejemplos a puñados, muchos de ellos reflejados en novelas o películas. Como el general que manda a la batalla a sus hombres sabiendo que a las 12 va a empezar el armisticio.</p><p>O sea que uno de los principales problemas de la guerra es que su sujeto son los Estados y no las personas individuales. Eso hace que todo el cálculo coste-beneficio esté distorsionado, empezando por el cálculo de riesgos para el futuro: </p><p>"<i>Predictions of the future are never anything but projections of present automatic processes and procedures, that is, of occurrences that are likely to come to pass if men do not act and if nothing unexpected happens; every action, for better or worse, and every accident necessarily destroys the whole pattern in whose frame the prediction moves and where it finds its evidence.</i><span style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px;">"</span></p><p>A esto únase la distorsión en incentivos, y ya podemos explicarnos el gran peso que cobra la ciencia ficción en el libro de Freedman. Porque resulta que los Estados y sus cúpulas militares se toman muy en serio las amenazas que imaginan escritores y guionistas de cine. Son inquietantemente frecuentes los ejemplos de esto que recoge Freedman, empezando por la película "On the beach" y siguiendo con otras más predecibles como "Wargames". Pero la cuestión es que los mandos militares se toman en serio estas cosas, y, claro, siendo el Estado, es difícil discernir si es porque realmente es una amenaza seria, o porque les da disculpas para conseguir recursos y poder adicional. Volvemos al tema de las distorsiones de incentivos.</p><p>Me llama la atención especialmente porque es el mismo patrón que observo para la intervención en los mercados, solo que en este caso son hordas de economistas imaginando de qué forma las empresas pueden fastidiar a los consumidores y pidiendo regulación que lo impida. Al menos en el caso económico se mantiene una apariencia de seriedad (para quien no sepa teoría económica) a la que en el caso bélico parece renunciarse. Anoto antes de seguir que Freedman también muestra su escepticismo sobre esta forma anticiparse a las guerras del futuro, reconociendo que los efectos se tienden a exagerar.</p><p>Lo que trata de hacer Freedman es analizar en el pasado como se veían las guerras del futuro (ya pasadas desde nuestra perspectiva) supongo que para ver su grado de acierto. Lo que pasa es que, claro, aparece el problema de la profecía autocumplida: "<i>How people imagined the wars of the future affected the conduct and course of those wars when they finally arrived. Unanticipated wars, in forms that had not been imagined, left participants and commentators struggling to understand where they had come from and how they might best be fought.</i>" </p><p>Y recuérdese la cita anterior sobre la imprevisibilidad del ser humano, emparejada con los incentivos de los Estados. "<i>Moscow and Washington miscalculated in their assessments of the risks they faced because they did not appreciate that others might miscalculate so badly in the risks they were prepared to take.</i><span style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px;">" </span>En la misma línea, recuérdese como los gobiernos siempre dicen que el conflicto se va a resolver en poco tiempo y fácilmente (Primera Guerra Mundial, Irak, o más recientemente Ucrania): ¿ es porque son negligentes calculando los riesgos de unos costes que no van a sufrir los individuos que deciden, o porque quieren convencer a la opinión pública de que hay que ir al conflicto? Elijan su respuesta, que ninguna es buena para nuestra visión del Estado.</p><p>Freedman hace un interesante repaso histórico de conflictos y cómo se veían, practicamente hasta la primera invasión rusa de Ucrania, incluyendo guerras civiles y coloniales. Evidentemente, el libro no alcanza la reciente guerra de Ucrania. Tras este repaso, se mete a ver cómo se está imaginando la guerra del futuro y las nuevas tendencias bélicas. El primer repaso me ha parecido más interesante y entretenido, mientras que la segunda parte, junto a la dedicada a la "ciencia de la guerra", se me ha hecho algo bola.</p><p>Cierro con un par de cosas, un poco off-topic, que me han parecido interesantes. La primera es una cita de Salvador de Madariaga: "<i>Technical difficulties are political objections in uniform.</i>" Se refiere a las excusas que los burócratas emiten para no ejecutar las decisiones políticas cuando no les conviene. Imagino que Milei en Argentina estará encontrando constantes "dificultades técnicas" para desregular los mercados. La solución la sabe él bien: no hacer caso y desregular aunque se caiga el mundo.</p><p>La segunda es la cínica visión que tiene Freedman de la Declaración de los Derechos Humanos, una perspectiva que me ha pillado por sorpresa, pero que es ciertamente interesante aunque siniestra: "<i>whatever was said about justice and human rights, the charter at its core was about removing all excuses for wars of conquest and a celebration of sovereignty.</i>" puesto que "<i>Even if states were acting against their people in an unjust or discriminatory matter, so long as they were not actually disturbing international peace and security, they should be left alone.</i>" En otras palabras, otros Estados no se inmiscuirían en lo que la URSS (oooops) otros páises hacían a sus ciudadanos puesto que todos se habían comprometido a respetar los Derechos Humanos. De coña, claro.</p><p>El libro es algo interesante para quien quiera introducirse al proceloso mundo de la guerra, pero tengo dudas sobre si no habrá mejores introducciones. A mí me ha ido decepcionando crecientemente conforme avanzaba en su lectura, y no tengo claro sin recomendarlo.</p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-32620968308273392692024-02-21T21:30:00.001+01:002024-02-21T21:30:00.301+01:00Me alegraría de otra muerte ("No longer at ease"), de Chinua Achebe<p>Con este termino la lectura de la trilogía africana del autor, tras el excelente <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2023/12/todo-se-desmorona-things-fall-apart-de.html">Things fall Apart</a> y el menos sorprendente <a href="Flecha de Dios ("Arrow of God"), de Chinua Achebe">Arrow of God</a>. Las novelas siguen una secuencia lógica, con una creciente integración de las tribus indígenas en la vida occidental que traen los ingleses a Nigeria. Y. según va creciendo la presencia del hombre blanco, decrece el interés de la lectura para un servidor, como ya puede apreciar en la segunda entrada de la serie.</p><p>Y es que dicha integración dinamita los modos de vida y las historias que tienen que contar los nativos, todas esas costumbres y sabiduría que empapaban principalmente esa maravillosa primera entrega. O sea, no hay pérdida en el talento narrativo de Achebe, que continúa con su estupendo estilo, solo un, por así decirlo, retorno a lo normal, a lo occidental, a lo que nos resulta familiar.</p><p>El protagonista, por cierto, es un descendiente de aquel rebelde Okonkwo que protagonizaba la primer aparte. Obi, que así se llama, es ya un producto híbrido de la sociedad nigeriana: de raíces en la tribu de Umuofia, los componentes de ésta hacen un esfuerzo colectivo para mandarle a estudiar a Inglaterra y que así pueda optar a un cargo administrativo de vuelta a casa. ("<i>A university degree was the philosopher’s stone. It transmuted a third-class clerk on one hundred and fifty a year into a senior civil servant on five hundred and seventy, with car and luxuriously furnished quarters at nominal rent.</i>")</p><p>Lo que pasa es que al retorno lo que espera al ingenúo Obi es una situación de corrupción rampante, de la que quienes primero esperan beneficiarse son sus colegas de tribu. Esto es lo que parece denunciar Achebe: que parece imposible que un Estado funcione con los nativos nigerianos, que aprenden la corrupción y la practican con absoluta normalidad ("<i>There is no single Nigerian who is prepared to forgo a little privilege in the interests of his country. From your ministers down to your most junior clerk.</i>"). </p><p>Ya algo así se apuntaba en el segundo libro. Y de hecho este tercero comienza con esta declaración: "<i>The African is corrupt through and through.</i>"</p><p>Si bien Obi trataré de resistirse al ambiente, lo cierto es que entre su negligencia y su ingenuidad, acompañada por un amor con Clara, inglesa, mal visto en su familia, llevarán a Obi a una espiral en que termina entrando al juego de costumbre, si bien para él no terminará bien, como también se desvela en el primer capítulo.</p><p>Como decía, la narrativa es prácticamente en su totalidad sobre la vida en Lagos, y deja poco resquicio a costumbres y dichos tradicionales, de los que poblaban las anteriores novelas. Ello la deja en una novela bien escrita sin mayor interés para un español acostumbrado a los tejemanejes de sus gobiernos. Puede que a Achebe le escandalice o le apene la corrupción de los suyos, pero es peccata minuta comparado con lo que ocurre aquí, y vamos tirando.</p><p>Hay poco costumbrista, y lo que hay ya está mezclado con las costumbres traídas por los europeos.</p><p>"<i>The second generation of educated Nigerians had gone back to eating pounded yams or garri with their fingers for the good reason that it tasted better that way. (...) Also for the even better reason that they were not as scared as the first generation of being called uncivilized.</i>"</p><p>Obsérvese la ironiá de esta frase, que solo se aprecia si se han leído las novelas anteriores: "<i>“A Christian house where kola nut is not eaten?” sneered the man.</i>"</p>Sobre la visión de los Nigerianos de su gobierno, lo que parece causar pesar a Achebe, Yo le diría que fuera menos idealista sobre la visión que tienen en los países más desarrollados, que no es muy distinta: "<i>In Nigeria the government was “they.” It had nothing to do with you or me. It was an alien institution and people’s business was to get as much from it as they could without getting into trouble.</i>"<br /><div class="noteText" style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px; margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><br /></div><div class="noteText" style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px; margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium;">Muy interesantes estas reflexiones sobre la escritura, algo que traen los blancos y de que los nativos carecían. Para Achebe, tiene unas consecuencias fundamentales, sobre todo debido a su indelebilidad:</span></div><div class="noteText" style="margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium;">"</span><i>the symbol of the white man’s power was the written word, or better still, the printed word.</i><span style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium;">"</span></div><div class="noteText" style="margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium;">"</span><i>If you go to the native court and look at the books which clerks wrote twenty years ago or more, they are still as they wrote them. They do not say one thing today and another tomorrow, or one thing this year and another next year.</i>"</div><div class="noteText" style="margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><br /></div><div class="noteText" style="margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;">Por último, extracto una pequeña broma, de las escasas que se permite Achebe en estas novelas. Se está refiriendo a lo que hace una chica que quiere conseguir una beca para estudiar en Inglaterra: "<i>She put down her name and her age. But when she came to sex she wrote: ‘Twice a week.’”</i>"</div><div class="noteText" style="margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><br /></div><div class="noteText" style="margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;">Esta novela es el colofón lógico a la trilogia africana del autor, que empezaba con los primeros contactos con los ingleses, y que ahora nos lleva a unos nativos adaptados al sistema y tratándolo de exprimir al máximo en lugar de utilizarlo para mejorar las condiciones de vida de sus congéneres. </div>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-88996481530827302392024-02-13T21:30:00.001+01:002024-02-13T21:30:00.147+01:00La montaña mágica ("Der Zauberberg"), de Thomas Mann<p> "La montaña mágica" es uno de esos libros que tenía que escalar, nunca mejor dicho, tarde o temprano. Su larga extensión y un alemán presumiblemente complicado hacían que fuera postponiendo el reto sine die. Pero estas Navidades por fin decidí que era el momento, y me puse con su lectura, sin prisa pero sin pausa.</p><p>A favor de leerlo está que se considera la obra cumbre de Mann, de quien ya había leído sus dos clásicos. <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2016/11/los-buddenbrook-buddenbrooks-de-thomas.html">Buddenbrooks</a> y <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2021/07/muerte-en-venecia-der-tod-in-venedig-de.html">Der Tod in Venedig</a>, habiéndome gustado bastante sobre todo el primero. Esas previas lecturas me hacían confiar en que el libro estaría bien escrito y no sería tan complicado de leer como a primera vista se podía pensar. Acerté parcialmente en esta apreciación, y esa es la razón por la que ya lo he terminado (pensaba que me llevaría un par o tres meses leerlo), con los intermedios de Chinua Achebe y Eduardo Mendoza por medio.</p><p>Como digo, Mann escribe bien y su alemán no es demasiado complicado. Eso no quiere decir que yo me haya enterado de todo lo que ocurre, mejor, de todo lo que se habla en esta novela. Los fragmentos descriptivos y costumbristas se entienden sin problemas, pero otra cosa son las conversaciones con Settembrino y Naphta, que elevan el nivel y son bastante filosóficas. Aquí, como siempre en alemán, empiezan a aparecer palabras raras intraducibles y que hacen que sea dificil seguir la discusión, por interesante que esté pareciendo.</p><p>La novela se desarrolla de principio a fin en una residencia hospitalaria en medio de los Alpes, más en concreto en Davos. Solo uno de los primeros capítulos se permite salir de tal escenario, para contarnos un poco sobre el pasado y familia del protagonista, el ingeniero Hans Castorp. Esto ya lo hace con Castorp en Davos, donde ha ido a visitar a su primo Joachim Ziemssen, quien lleva con curas una temporada.</p><p>La idea inicial de Castorp es permanecer tres semanas de visita a su primo, pero dicha idea se va a ser superada por los acontecimientos, y Castorp permanecerá 7 añitos más en Davos, viendo pasar el tiempo, nunca mejor dicho de nuevo. De estos primeros compases de la novela, me quedo con esa imagen de los pacientes cada uno con su termómetro, midiéndose la temperatura en los momentos prescritos. O con las técnicas para abrigarse cuando se toma el aire en los balcones de la habitación. Tiene aquí la novela una vertiente cómica que no se va a desarrollar mucho.</p><p>Una vez transcurren esas primeras tres semanas, Mann y el lector comienzan a perder la noción del tiempo, y las cosas que ocurren ya no parecen radicar en momentos concretos ni necesitar de cronología. Continuará el paso de las estaciones más bien para marcar los ritmos ("<i>Kurz, es gibt Wintertage und Sommertage und Frühlings- und Herbsttage, aber so richtige Jahreszeiten, die gibt es eigentlich nicht bei uns hier oben.”</i>"), pero lo cierto es que Mann va a aprovechar en muchas ocasiones para reflexionar sobre lo que significa el tiempo.</p><p>"<i>Leere und Monotonie mögen zwar den Augenblick und die Stunde dehnen und “langweilig” machen, aber die großen und größten Zeitmassen verkürzen und verflüchtigen sie sogar bis zur Nichtigkeit.</i>"</p><p>"<i>Denn in der Ordnung ist es und diesen Gesetzen entipricht es, daß uns die Zeit genau so lang oder kurz wird, für unser Erlebnis sich genau ebenso breit macht oder zusammenschrumpft, wie dem auf so unerwartete Art vom Schicksal mit Beschlag belegten Helden unserer Geschichte, demjungen Hans Castorp;</i>"</p><p>"<i>die Ewigkeit ist nicht ‘geradeaus, geradeaus’, sondern ‘Karussell, Karussell.” “Hör auf!”</i>"</p><p>Quizá el momento culminante de esta relatividad del tiempo sea el extravío de Hans en una tormenta de nieve, que ocurre sobre los 2/3 de la novela cuando el protagonista se ha aficionado a salir con esquíes. La situación es angustiosa, magistralmente descrita por Mann, así como las alucinaciones del protagonista ("<i>Die blanken Regenschleier sanken: da lag das Meer - ein Meer, das Südmeer war das, tieftiefblau, von Silberlichtern blitzend, eine wunderschöne Bucht, dunstig offen an einer Seite, zur Hälfte von immer matter blauenden Bergzügen weit umfaßt, mit Inseln zwischenein, von denen Palmen ragten oder auf denen man kleine, weiße Häuser aus Zypressenhainen leuchten sah.</i>"). Sin embargo, al final resulta que solo han pasado unos minutos.</p>El personaje más destacado de la novela es, sin duda, el italiano Settembrini, que va a asumir el papel de tutor de los jóvenes, Hans y Joachimm. Serán numerosas las peroratas del cultivado caballero, sobre todo lo que le ocurra, y en particular sobre la muerte y la enfermadad. Un par de muestras de su discurso:<br />"<i>Krank und dumm, - in Gottes Namen, das ist die Misere selbst, die Sache ist einfach, es bleibt nichts als Erbarmen und Achselzucken. Das Dilemma, mein Herr, die Tragik beginnt, wo die Natur grausam genug war, die Harmonie der Persönlichkeit zu brechen - oder von vornherein unmöglich zu machen -, indem sie einen edlen und lebenswilligen Geist mit einem zum Leben nicht tauglichen Körper verband.</i>"<div><br /><div>"<i>Nach Settembrinis Anordnung und Darstellung lagen zwei Prinzipien im Kampf um die Welt: die Macht und das Recht, die Tyrannei und die Freiheit, der Aberglaube und das Wissen, das Prinzip des Beharrens und dasjenige der gärenden Bewegung, des Fortschritts.</i>"</div><div><br />Complicadillo, ¿verdad? Pero jugoso, sin duda. Pasado el primer tercio de la novela, Mann introduce al contrapunto de Settembrini, Leo Naphta, al parecer antiguo jesuita. Los debates entre ambos sustituirán los monólogos del italiano, aunque darán lugar a un final trágico.</div><div><br /></div><div>Aquí una muestra del pensamiento de Naphta: "<i>Ein Individualismus dagegen, der von der kosmischen, der astrologischen Wichtigkeit der Einzelseele ausgeht, ein nicht sozialer, sondern religiöser Individualismus, der das Menschliche nicht als Widerstreit von Ich und Gesellschaft, sondern als den von Ich und Gott, von Fleisch und Geist erlebt, - ein solcher eigentlicher Individualismus verträgt sich mit bindungsvollster Gemeinschaft recht wohl .</i>"</div><div><br /></div><div>Sin estar muy seguro, creo que la posición de Settembrini es el individualismo y la libertad, mientras que Naphta se inclina más hacia el colectivisimo. Estamos a principios del siglo XX (1924), por lo que aún no se conocen los trágicos resultados que tendrán los estados totalitarios, expresión máxima del colectivismo.</div><div><br /></div><div>El tercero en discordia de los personajes que influyen en nuestro protagonista no tiene mucho que ver con los dos filósofos: se trata más bien de un bon vivant, el autriaco millonario Mynheer Peperkorn, que introduce nuevas costumbres en el sanatorio, como bailes, fiestas y sesiones de espiritismo. De sus aportaciones hay que destacar el gramófono y los discos que nuestro héroe escuchará en solitario. Esta escena de la oportunidad a Mann de describir alguna obra musical, algo relativamente frencuente en los autores alemanes (me viene a la memoria el Mesias descrito por Zweig).</div><div><br /></div><div>También aporta Peperkorn alguna sesión de cine, imagino que pionera para la época, y que Mann describe con originalidad: "<i>Das Schweigen der Menge nach der Illusion hatte etwas Nervloses und Widerwärtiges. Die Hände lagen ohnmächtig vor dem Nichts. Man rieb sich die Augen, stierte vor sich hin, schämte sich der Helligkeit und verlangte zurück ins Dunkel, um wieder zu schauen, um Dinge, die ihre Zeit gehabt, in frische Zeit verpflanzt und aufgeschminkt mit Musik, sich wieder begeben zu sehen.</i>"</div><div><div><br /></div><div>Hay dos momentos especialmente patéticos en la novela. los dos relacionados con el primo Joachim, y los dos son despedidas. Esta es la física cuando decide volver a la Flachland a ejercer su profesión militar, harto de no curarse; "<i>Dann schwang er sich aufs Trittbrett. Die Tür schlug zu, es pfiff, die Wagen stießen aneinander, die kleine Lokomotive zog an, der Zug entglitt. Der Reisende winkte durchs Fenster mit dem Hut, der Zurückbleibende mit der Hand. Zerwühlten Herzens stand er noch lange, allein.</i>"</div><div><br /></div><div>Recojo aquí también este párrafo magnífico con inventario de ruidos a la alemana:"<i>Sie stürzten mit unsinnigem lärm, in welchem sich alle möglichen Geräuscharten und Lauthöhen zu mischen schienen, Donnern und Zischen, Gebrüll, Gejohle, Tusch, Krach, Geprassel, Gedröhn und Glockengeläut, - wahrhaftig wollten einem die Sinne davon vergehen.</i>"</div><div><br /></div><div>Y cierro con la estupenda frase con la que termina la novela, ya con nuestro héroe vuelto del sanatorio ante el comienzo de la Primera Guerra Mundial, en la que tendrá que participar. "<i>Lebe wohl, Hans Castorp, des Lebens treuherziges Sorgenkind! Deine Geschichte ist aus. Zu Ende haben wir sie erzählt; sie war weder kurzweilig noch langweilig, es war eine hermetische Geschichte.</i>" Lo que no queda claro es si muere o no en la batalla.</div><div><br /></div><div>Obras clásicas como esta "Der Zueberberg" es absurdo recomendarlas o no. Cualquier lector que presuma de serlo la va a tener que leer tarde o temprano, porque es un verdadero clásico. Que te guste más o menos, es distinto, pero que disfrutarás con su lectura es innegable. La cuestión pasa a ser si conviene leerla en alemán o traducida. Yo ya he respondido: no creo que sea muy traducible la parte filosófico, y la parte costumbrista se lee bien en alemán. Eso sí, quizá se disfrute mucho más con una segunda lectura, como recomienda el propio Mann en el prefacio de la edición que he leído. Pero si es ese el precio a pagar por disfrutar plenamente de la obra, me cuesta mucho recomendarla. Denme unos años a ver si echo ganas para releerla. </div><div><br /></div><div><br /></div><p><span style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px;"><br /></span></p><i><br /><br /><br /><br /></i></div></div>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-90186868812338675342024-02-12T21:30:00.001+01:002024-02-12T21:30:00.149+01:00Growth Theory: An exposition, de Robert M. Solow<p>Leer este ensayo es como leer alguno de los físicos primitivos que explicaban el universos con las esferas celestiales, o la luz con el éter, yo qué sé. Con la única, pero importante, diferencia que muchos de los economistas actuales se siguen creyendo las cosas de Solow, mientras que ningún físico actual discutiría seriamente sobre las esferas celestiales como explicación de fenómenos físicos.</p><p>Más grave aún: no solo es que los economistas actuales se siguen tomando en serio a Solow, sino que encima muchas de sus propuestas las hacen suyas los políticos. Yo quiero pensar que Solow premio Nobel de Economía, por cierto, era honesto en sus trabajos, y si viviera en la actualidad hubiera aceptado y reconocido sus tremendos errores. Lo cual, por cierto también, les daría igual a los políticos, que seguirían actuando con sus postulados, porque en el fondo les conviene.</p><p>Lo que hace Solow en este ensayo es aportar una teoría matemática para explicar por qué crecen las economías de los países o, más bien, como se puede explicar dicho crecimiento a través de otras magnitudes. Él no se cansa de repetir que su modelo no va más allá de una parabola, y que haría falta un trabajo más riguroso antes de formulas políticas económicas con base en él. Pero, bueno, aquí estamos, y el marco de su discusión es bastante frecuente en los macroeconomistas mainstrema.</p><p>Solow afirma que el crecimiento económico se puede explicar con el crecimiento de la población y el crecimiento del ahorro. Luego complica el modelo para introducir dinero o deuda, y aparecen otras variables que contribuyen, como es el gasto público o el crecimiento de la masa monetaria, ya en manos del Estado.</p><p>Lo que el muestra es que el crecimiento estable (steady) solo se produce en las condiciones de Harrod-Domar. Si no se cumple, o bien se está invirtiendo más de lo que se puede utilizar con el empleo disponible (y tenemos exceso de capacidad) o bien se está invirtiendo menos, y el desempleo tiende al infinito. </p><p>Pero, claro, para eso tiene que hacer unas suposiciones irrealistas y ridículas, cuya ridiculez solo se aprecia en toda su magnitud cuando se analiza la posible intervención del gobierno. De entrada, solo existe un bien en la economía, que se produce solo con capital y mano de obra. Y ese capital es completamente homogéneo, y además con una tecnología dada, que se hace exógena al modelo. Esto es, Solow no se pregunta quién ha inventado la tecnología, la da por buena, y asume (en uno de sus modelos) que se va mejorando y, en general, que se pueden añadir activos al capital homogéneo siempre con éxito (todo el ahorro va a inversión en capital rentable).</p><p>Con estos supuestos, de lo único que hay que preocuparse es que el otro recurso "case" con el capital homogéneo. Ya está, no da más de sí el modelo. Luego le metemos la componente del Estado, y entonces vemos cómo Solow echa de menos la planificación central que le permitiría fijar las variables directamente al Estado para alcanzar la senda de crecimiento que deseara. Es tan ridículo como indignante. Hay momentos especialmente llamativos, como cuando discute el papel de la inversión pública, y nos convence de que básicamente da igual qué inversión se haga si se fija adecuadamente la tasa de retorno, mejor, se manipula con los instrumentos que maneja el Estado.</p><p>Todo muy lamentable, y que no daría para mayor comentario sino fuera porque los economistas macro mainstream siguen razonando en estos términos.</p><p>No procede aquí refutar sistemáticamente el modelo de Solow. Solo un par de apuntes: 1) el capital disponible en una economía, los medios de producción (fábricas, vehículos, maquinaría...), distan de ser homogéneos; muchos de ellos solo se pueden usar para determinadas actividades y no para otras; 2) la adición de capital a la estructura productiva es una actividad sujeta a incertidumbre, que no va a dar automáticamente ninguna rentabilidad; ello implica que no puede haber un óptimo de inversión, no puede haber exceso de inversión como postula Solow mirando al factor complementario de su modelo; 3) la evolución tecnológica no aparece de la nada; requiere recursos, inversiones, que necesariamente habrán de salir de la economía, no se puede poner como factor exógeno del modelo si se quiere que este dé resultados serios.</p><p>Solow es un keynesiano impenitente a quien nadie debería de leer en la actualidad. Si yo lo he hecho ha sido como parte de un club de lecturas, en ningún otro contexto hubiera perdido tiempo con este bodrio. Normalmente, me conformo con no recomendar los libros que no me gustan, En esta ocasión, recomendaré activa y encarecidamente que nadie lea esto, puede terminar con ideas equivocadas y dañinas.</p><p><br /></p><p> </p><p> </p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-50935179499265332812024-02-09T21:30:00.001+01:002024-02-09T21:30:00.308+01:00Bargaining and Market Behavior, de Vernon L. Smith<p>Vernon L. Smith ganó el premio Nobel de economía en 2002, junto a otro viejo conocido, el gran psicólgo Kahneman, del que también tengo algo leído. Esta es quizá su obra más representativas, aunque, por desgracia, no se trata de un libro de divulgación (como han hecho muchos premios Nobel a partir de sus trabajos), sino de una colección de artículos que, asumo, le parecieron especialmente relevantes.</p><p>Posiblemente, Smith sea el principal representante de lo que se llama economía experimental, que consiste, como el propio nombre indica, en llevar a cabo experimentos controlados con individuos reales, para ver si se cumplen las distintas predicciones de la teoría económica, especialmente la neoclásica del equilibrio así como los resultados de la teoría de juegos. </p><p>Desde un punto de vista austriaco, los resultados de estos experimentos poco podrían hacer para validar teorías económicas, aunque no tengo tan claro que no sean útiles para refutarlas. Entre los trabajos que recoge este libro que más me han interesado están sus experimentos tratando de comprobar si un monopolista es capaz de alcanzar el precio de monopolio que predicen los neoclásicos con sus modelos (pero que los austriacos ponemos en duda, ya que el precio dependerá sobre todo de las preferencias de la demanda, por lo que nos cuesta creer que un monopolista tenga el poder de mercado que le atribuyen aquellos en un mercado libre). Los resultados experimentales parecen corroborar la visión austriaca, al observarse que los precios que surgen en los experimentos están más cerca del nivel competitivo que del nivel de monopolio.</p><p>La obra de Vernon Smith se mueve entre la economía teórica (como en el ejemplo que acabo de poner) y la psicología. Con sus experimentos también trata de poner en dificultades a los psicólogos, que prefieren ver al individuo sin su componente económica. Al respecto, es bastante conocida la polémica que tuvo con su co-premiado Kahneman por la falta de rigor que achacaba a algunos de sus experimentos (Vernon L. Smith criticaba a Kahneman).</p><p>La lectura de estos artículos es una verdadera tortura para el amateur. Smith es riguroso y científico, y la mayor parte del texto consiste en la descripción del experimento/s analizado, sus resultados, y el análisis estadístico de los mismos. El lector transita con dolor y sopor entre el comienzo del artículo, en que se exponen las cuestiones a estudiar, y el final en que resume las conclusiones obtenidas. Hay algún artículo que se hace más llevadero, pero son la excepción más que la regla. Entre aquellos, me parece especialmente recomendable el capítulo 11. "<i>Experimental Methods in the Political Economy of Exchange</i>", en que se explican los fundamentos metodológicos de la economía experimental y la forma en que se construyen las curvas de oferta y demanda que permiten identificar el precio de equilibrio teórico (básicamente, se le da a los vendedores un coste de producción del que el precio no puede bajar, y a los compradores una utilidad, que el precio pagado no puede superar; los participantes en el experimento se llevan al final dinerito, según lo que hayan conseguido ganar de más). De hecho, mi recomendación al lector que se interne en este libro es que comience su lectura por este capítulo.</p><p>Es más, quizá le convenga empezar por la parte III, que son los artículos más económicos, en que Vernon L Smith pone a prueba conceptos de teoría económica, incluyendo el básico de que el precio de mercado tienda al de equilibrio que predice la teoría. Hay también experimentos sobre precios máximos y mínimos, sobre evolución de precios según la forma en que se publiquen, sobre oligopolio Bertrand-Edgworth (tratando de resolver empíricamente algo que no se ha podido resolver teóricamente) y cosas similares.</p><p>Esta parte incluye dos artículos extremadamente complejos, pero quizá útiles en la práctica: el porqué de la existencia de operaciones off-floor en los mercados organizados, y la aparición de burbujas en los mismos y cómo conseguir atenuarlas. Sorprendentemente, el resultado experimental de que se producen burbujas en los mercados bursátiles parece robusto y aparece una y otra vez cuando se experimenta sobre ellos.</p><p>Las dos primeras partes recogen artículos sobre la interralación con la psicología, y son bastantes difíciles como iniciación. Se analiza experimentalmente el <i>endowment effect</i> identificado por Kahneman, así como la influencia que tiene la percepción de precios <i>fair </i>en el comportamiento del mercado. Su conclusión es que solo afecta al recorrido del precio en el corto plazo, pero no al precio de equilibrio. Tanto en estos artículos como en otros de los citados, es de interés ver cómo se diseña el experimento para simular las distintas hipótesis que se quieren contrastar. Grandes dosis de ingenio se requieren: ya lo había visto en Kahneman, constatando que el diseño de los experimentos es en muchos casos el principal reto de estas ramas científicas.</p><p>Por fin, la II parte se centra en dos sencillos juegos: el juego de ultimatum (en que un participante recibe una cantidad de dinero y la puede repartir como quiera con otro de los participantes; si éste acepta el reparto, los dos se llevan el dinero; si no, ninguno se lleva nada) y el del dictador (un participante reparte una cantidad de dinero con otro de la forma que desee; el segundo no tiene opción más que aceptarla).</p><p>Pese a su simpleza, estos juegos permiten poner a prueba hipótesis sobre el marco institucional en que funciona el mercado. Por ejemplo, qué ocurre si hay derechos de propiedad o no, o si el tamaño de la recompensa influye en el resultado de los experimentos (los experimentos psicológicos asumen que no hace falta recompensa), o si el hecho de que te estén observando influye en tus acciones. ¿Cómo explicar si no que en el juego del dictador no se produzca lo racionalmente esperado, esto es, que el dictador se quede siempre con todo?</p><p>Como se ve, el libro tiene algunas conclusiones interesantes, hasta apasionantes, pero es una lectura muy ardúa que seguramente no compense el fruto extraído. La verdad es que mi recomendación sería leer el capítulo 11 ya citado, y luego limitarse a la introducción y conclusión de cada capítulo. No sé si vale.</p><p><br /></p><p> </p><p> </p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-45233012742230316632024-02-02T21:30:00.001+01:002024-02-02T21:30:00.274+01:00Tres enigmas para la Organización, de Eduardo Mendoza<p>Aunque leer a Mendoza no es garantía de satisfacción, no puedo evitar hacerme con sus novelas según se publican. Esta que aquí comento ha sido una excepción, pues creo que se lanzó la semana pasada, y ya estoy comentándola, lo que en mi caso significa que la he leído.</p><p>Así como resumen, estamos ante una obra normal del autor, ni entusiasma como otras, ni decepciona, como muchas de las recientes. El Mendoza más habitual, que ya no sorprende con su estilo, lo que resta interes a su lectura.</p><p>En esta ocasión, los protagonistas son nueve miembros de la llamada Organización: "<i>Antes de empezar, pese a ser pocos y a tenerlos a todos delante, el jefe pasó lista: la señora Grassiela con su perrito, Monososo, el nuevo, el jorobado, Pocorrabo, la Boni e incluso Buscabrega, con un permiso escrito de su mujer. Sólo faltaba el taxista, al cual se había negado la entrada</i>", Ya se observa el sello habitual del autor de no darnos el nombre de sus protagonistas (el jefe, el nuevo...) o de que constituyan en sí una broma (Monososo, Pocorrabo...).</p><p>Con estos personajes y tres misterios por resolver, que obviamente se conectarán, don Eduardo teje la historia con su estilo narrativo habitual: irónico, con un punto negro, oscuro o triste, según se mire. Extraigo algunas de las frases que en esta ocasión más me han llamado la atención:</p><p>"<i>Según se deduce del atestado, la razón por la que el ya mencionado cliente no había dejado la habitación era porque colgaba del techo, suspendido de una soga, la cual, a su vez, estaba atada a una viga de madera.</i>" </p><p>"<i>Un viudo con bigote me pareció una redundancia.</i>"</p><p>Aquí le mete un viaje al actual Papa, bien merecido por cierto: "<i>El sacerdote dijo que había estado dudando entre guardar el secreto de confesión o comportarse como un buen ciudadano. Al final decidió que las enseñanzas pontificias iban en esta última dirección.</i>"</p><p>"<i>A diferencia de los móviles y de internet, el fax era un medio seguro, porque los hackers eran jóvenes y ni siquiera sabían de su existencia.</i>"</p><p>"<i>mi relación con esa señorita es estrictamente profesional.—¿ Profesional? ¿Te refieres a tu profesión o a la de ella?—dijo el jefe con retintín.</i>"</p><p>Sin embargo, la clave para entender bien esta novela la da esta frase: "<i>—Las novelas, las películas y las series sólo cuentan tonterías para entretener a un público de subnormales</i>"</p><p>En efecto, con esta novela Mendoza hace una parodia de las modernas series policíacas de TV, en que se mezclan los casos con las peripecias personales de los detectives o policías. Mendoza trazará la correspondiente vida complicada para cada uno de sus protagonistas. Por ejemplo, del japonés Monososo: "<i>No se sabe cómo, por el instituto había corrido el rumor de que su madre había sido geisha, y sólo le salvó de recibir alusiones salaces, escarnios y quizá agresiones físicas el rumor concurrente de que su padre era yakuza y, si bien había abandonado a la madre y al hijo, cabía la posibilidad de que un buen día, sin previo aviso, se presentara en Sant Andreu con su catana e hiciera una escabechina en el instituto.</i>"</p><p>Y con estas y otras cosas nos tiene entretenidos Mendoza hasta que se resuelve el caso, algo que he de decir que hila muy bien, y a la perfección con el papel que juega la Organización en una España de poderes fragmentados y descoordinados, por las burocracias autonómicas y estatales. La verdad es que es un final excelente.</p><p>Claro, Mendoza no puede evitar dejarnos con su "Continuará", pues, ya lo dije, está parodiando una serie: "<i>No importa: volverá el compañerismo a la hora de afrontar riesgos, de ayudarse mutuamente, de resolver con éxito un caso enrevesado. Luego, finalizada la investigación, se reanudarán las rencillas: los agentes no serían humanos si no adolecieran de estas y otras debilidades.</i>"</p><p>No quiero terminar sin referirme a una frase que pone el contrapunto y se mofa de una de Cervantes que a mí me encanta. "<i>El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho</i>". A esto responde el Mendoza más cínico: "<i>El tiempo pasa con increíble celeridad, y si uno ha sabido enriquecer su entendimiento con lecturas sustanciosas, viajes instructivos y serenas reflexiones, al final recibe la recompensa del sabio, que consiste en comprobar que todo lo aprendido es inútil, toda experiencia es tardía y toda vida es de una vulgaridad sin paliativos.</i>"</p><p>Pues ya está. A los amantes de Mendoza esta novela les agradará. Y a quienes no le conozcan, puede que les sorprenda su estilo y les guste. Si optan por leer esta sin conocer a Mendoza, y no les convence, denle otra oportunidad con "El misterio de la cripta embrujada" o "Sin noticias de Gurb" antes de darlo por perdido.</p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-64927656872401931362024-01-22T21:30:00.001+01:002024-01-22T21:30:00.139+01:00Flecha de Dios ("Arrow of God"), de Chinua Achebe<p>Ya dije tras leer <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2023/12/todo-se-desmorona-things-fall-apart-de.html">Things fall Apart</a>, primero de la trilogia africana del autor, que seguiría con los otros dos. Como es una lectura agradable y no muy ardúa, leí el segundo en un descanso tras el primer tercio de Der Zueberberg.</p><p>Por supuesto, en esta lectura ya no me sorprende el estilo del autor, que ya dejé calificado como el Amin Maaloouf de Nigeria. Perdida esta sorpresa, el interés de la lectura hay que buscarlo en otra parte. Es más, detecté cierta repetición en el tema de mitos, con algunas historias repetidas, y también me pareció excesiva la longitud con la que se describen ciertas ceremonias.</p><p>Es claro de lo anterior que Achebe acertó con lo que había gustado a sus lectores en la primera novela, y volvió a incidir sobre los mismos temas, aunque sin tanta fortuna esta vez, en mi opinión.</p><p>Por el contrario, el hombre blanco cobra un mayor protagonismo si se compara con la primera novela. Aparecen hombres blancos con perfil propio, o sea, como personajes de la novela a la misma altura de los indígenas, e incluso hay capítulos completamente dedicados a las costumbres inglesas. Es un contraste que se agradece y de bastante aire a la novela.</p><p>Con la mayor presencia del hombre blanco aparecen también sus empleados negros, y a su lado la corrupción administrativa. Achebe deja al inglés por encima del bien y el mal en esta ocasión, y se centra más en la corrupción de los propios indígenas y el trato abusivo que dan a sus vecinos, con base en el poder que les otorga su situación, El tema enlaza con la captura de esclavos que unas tribus hacían de otras en tiempo de los portugueses, o con el genocidio de Ruanda. Y es que aunque la perspectiva exterior sea de una población uniforme, lo cierto es que los africanos, nigerianos, negros, tienen los mismos piques entre sí que los blancos (o incluso mayores, vuelvo a pensar en Ruanda). Ante esta situación, el hombre blanco que trae sus instituciones, aparece en una especie de pedestal elevado, de impartición de justicia entre facciones que se odian. Supongo que justo lo contrario hubiera pasado de haber sido los africanos quienes colonizaran Europa.</p><p>Y esto nos lleva a un tercer tema, muy interesante y doloroso por empatía: como la gente que tenía su reputación y su prestigio en el antiguo orden (el protagonista de la novela es, por supuesto, el ejemplo paradigmático), se ven reducidos casi a la nada en presencia del nuevo poder, a menos que sean capaces de adaptarse. La humillante prisión a que se castiga a Ezeulu tras habérsele llamado para ofrecerle un cargo honorable, muestra a la vez dicha quiebra y la falta de entendimiento entre ambas culturas, y eso en el marco de buenas intenciones que preside la primera decisión. ("<i>One thing you must remember in dealing with natives is that like children they are great liars. They don’t lie simply to get out of trouble. Sometimes they would spoil a good case by a pointless lie.</i>")</p><p>El blanco es superior al indígena en algunas cosas, y éste lo es en otras. Pero, claro, el orden establecido lo trae el blanco, por lo que son sus nuevos valores los que mandan. Obsérvese esta reflexión de Ezeulu, máximo sacerdote de seis tribus: "<i>The first thought that came to Ezeulu on seeing him was to wonder whether any black man could ever achieve the same mastery over book as to write it with the left hand.</i>" (el funcionario inglés al que observa es zurdo).</p><p>Ocurre que esas cosas en que el blanco demuestra ser superior son mejores para el ser humano que las que domina el indígena, en muchos casos producto de la superstición. Es en el aspecto económico donde más visible es esta diferencia. El lector se dará cuenta de que los indígeneas siempre utilizan y se alimentan de las mismas cosas, algo que llevan haciendo cientos de años, y que demuestra su grado de desarrollo: la comida base es el yam; beben "palm wine", hacen los honores a un huesped partiendo la "kolanut" y se relajan con "snuff". Sota, caballo y rey, lo mismo en los dos libros, lo mismo en todas las tribus, lo mismo durante siglos.</p><p>A ello el hombre blanco opone mucha más variedad de útiles: "<i>There were also two lengths of cloth, two plates and an iron pot. These last were products of the white man and had been bought at the new trading post at Okperi.</i>"</p><p>Es esta superioridad institucional, que se traduce en una mejor calidad de vida, la que hace que sean las habilidades del hombre blanco las que se consideren superiores a la sabiduría atesorada durante generaciones por Ezeulu y similares, que en el fondo no hace más que obstaculizar el posible progreso a una vida mejor. Eso sí, mientras tanto podemos disfrutar de estas perlas leyendo a Achebe:</p><p>"<i>We are all men here but when we open our mouths we know the men from the boys.</i>"</p><p>"<i>I</i> <i>have never heard of a messenger choosing the message he will carry. Go and tell the white man what Ezeulu says. Or are you the white man yourself?’</i>"</p><p>"<i>Our eye sees something; we take a stone and aim at it. But the stone rarely succeeds like the eye in hitting the mark.’</i>"</p>En suma, otra excelente lectura, aunque por distintas razones que la primera. En esta ocasión, el disfrute por la descripción de las costumbres deja paso a la reflexión más institucional. Por supuesto, también leeré la tercera entrega de la trilogía. Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-15991305130426182532023-12-29T21:30:00.001+01:002023-12-29T21:30:00.132+01:00Todo se desmorona ("Things fall Apart"), de Chinua Achebe<p> No me apetecía mucho darle confianza a la literatura nigeriana, pues mi experiencia previa con Wole Soyinka, premio Nobel de literatura, no había sido demasiado voyante (ver <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2022/08/cronicas-desde-el-pais-de-la-gente-mas.html" target="_blank">aquí</a> y <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2022/05/you-must-set-forth-at-dawn-de-wole.html" target="_blank">aquí</a>). Pero como la novela era corta y ya la tenía en el Kindle, me dije que poco podía perder y me animé.</p><p>Gran decisión. Chinua Achebe es un gran escritor que nos narra una historia apasionante por muchas razones. Es tan buen escritor, que me ha parecido el Amin Maalouf nigeriano, capaz de usar un estilo narrativo propio que te traslada a la Nigeria dónde transcurre la narración, que se te cuenta como si lo estuvieran haciendo los ancianos de la tribu.</p><p>Achebe nos cuenta la historia de los Umuofia, usando como centro uno de sus personajes notables, Okonkwo, trabajador y orgulloso de las costumbres y vida de su clan. No es toda la historia en sentido convencional, pero tampoco cabe tener mucha más historia de la que nos cuenta Achebe, pues estas tribus parecen detenidas en el tiempo. Y aunque lo que Achebe cuenta ocurre a principios del siglo XX, cualquiera de las cosas que hace la tribu parecen haber evolucionado muy poco durante milenios Algunos adelantos tecnológicos sí han incorporado, como el machete o la pistola, pero todas las costumbres parecen remontarse al principio de los tiempos.</p><p>Es precisamente a dichas costumbres a las que Achebe dedica la primera de las dos partes del libro. En un relato apasionante, en que veremos matrimonios, castigos, funerales y juicios tribales, tal como los celebran y los han celebrado, trufado por perlas de sabiduía Umuofia y relatos que pasan de padres a hijos. Se trasta de una narración muy costumbrista, con pocos sucesos que hagan avanzar el relato.</p><p>Por ejemplo, he aquí la estructura de las viviendas: "<i>He had a large compound enclosed by a thick wall of red earth. His own hut, or obi, stood immediately behind the only gate in the red walls. Each of his three wives had her own hut, which together formed a half moon behind the obi. The barn was built against one end of the red walls, and long stacks of yam stood out prosperously in it. At the opposite end of the compound was a shed for the goats, and each wife built a small attachment to her hut for the hens. Near the barn was a small house, the "medicine house" or shrine where Okonkwo kept the wooden symbols of his personal god and of his ancestral spirits</i><span style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px;">.</span>"</p><p>Nos habla de sus trabajos y sus comidas, muy basadas en un vegetal llamado yam: "<i>Yam, the king of crops, was a very exacting king. For three or four moons it demanded hard work and constant attention from cockcrow till the chickens went back to roost.</i>" Su dieta es tan peculiar que la llegada de una plaga de langostas en saludada con alborozo: "<i>They settled on every tree and on every blade of grass, they settled on the roofs and covered the bare ground. Mighty tree branches broke away under them, and the whole country became the brown- earth colour of the vast, hungry swarm.</i>"</p><p>De especial valor me han parecido los cuentecillos y dichos tradicionales, que Achebe incardina magistralmente en la narración, lo que es clave para la magia que desprende esta lectura: "<i>Mosquito, she had said, had asked Ear to marry him, whereupon Ear fell on the floor in uncontrollable laughter. "How much longer do you think you will live?" she asked. "You are already a skeleton."</i>"</p><p>Sobre todo, tiene importancia la descripción que hace su religión y creencias. Por supuesto, hay que ser respectuoso con ellas, al mismo tiempo que se reconoce que su irracionalidad posiblemente causa perjuicios a la comunidad o a los individuos de una forma absurda, Así, la costumbre de abandonar a los gemelos recién nacidos a su suerte, o el castigo que se le impone a Okonkwo por un accidente.</p><p>Son estas creencias supersticiosas, sin base, precisamente las que van a causar que todo se desmorone, como dice el título, cuando estas tribus entran en contacto con el hombre blanco inglés, inicialmente con los misioneros, pero luego también con sus costumbres y específicamente su sistema judicial. Esto es lo que se cuenta en la segunda parte,</p><p>Okonkwo se convierte, ahora sí, en el protagonista de la historia, comenzando por ese accidente que trastoca casi completamente su vida: "<i>His life had been ruled by a great passion-- to become one of the lords of the clan. That had been his life- spring. And he had all but achieved it. Then everything had been broken. He had been cast out of his clan like a fish onto a dry, sandy beach, panting.</i>"</p><p>Pese a todo, y pese a la irracionalidad de su castigo, seguirá apegado a sus tradiciones, en las que apuesta por prosperar, lo que le llevará precisamente a ser el más opuesto a la colonización de los blancos, y al final trágico que se intuye desde mediados del libro.</p><p>Y es que "<i>The white man is very clever. He came quietly and peaceably with his religion. We were amused at his foolishness and allowed him to stay. Now he has won our brothers, and our clan can no longer act like one. He has put a knife on the things that held us together and we have fallen apart."</i>" El sistema judicial inglés castiga alguna de las tradiciones Umuofia con la prisión o la muerte, por ejemplo el abandono de recién nacidos, o manifestaciones de justicia tradicionales. Lógicamente, los afectados entre los indígenas son los más propensos a pasarse al lado de las costumbres blancas, y eso abre el cisma a que se refiere la frase anterior. Lo que ocurre cuando la costumbre parece arbitraria, esto es, con las que se deben a supersticiones.</p><p>Es muy llamativo que los cristianos impongan su fe a estas tribus basándose, paradójicamente, en su mayor conocimiento científico y no en la existencia de un Dios realmente superior. Lo que convence a los Umuofia que se convierten es que la iglesia construida sobre el Evil Forest no se derrumba a los 28 días. En este contexto, es muy interesante a la par que deliciosa la convesación que mantienen uno de los sabios de la tribu con uno de los misioneros, sobre sus respectivas religiones.</p><p>En fin, se trata de un libro redondo, muy bien escrito y con temas para la reflexión y el disfrute. Para mí, todo un descubrimiento, que me llevará a leer en breve las otras dos novelas del autor que componen su trilogía africana, y cuyos títulos dejo aquí para el interesado: <i>Arrow of God</i>, y <i>No longer at ease</i>. </p><p><br /></p><br /><div><br /></div><p><br /></p><p><br /></p><br /><div><br /></div><p><br /></p><p><br /></p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-77672943844741279582023-12-28T21:30:00.001+01:002023-12-28T21:30:00.277+01:00The happiest refugee, de Ahn Do<p>Segundo intento en pocos meses de leer algo interesante sobre Vietnam, y segundo fracaso. No tengo suerte con los escritores vietnamitas. El primer fue <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2023/07/el-simpatizante-sympathiser-de-viet.html" target="_blank">The sympathiser</a>, y me resultó un truño pese al interesante comienzo. Por cierto, que debo ser de los pocos a los que no le gustó, porque parece que van a sacar una serie.</p><p>Sin arredrame por el fracaso, lo he intentado de nuevo con este Ahn Do. ¿De dónde lo he sacado? En uno de los capítulos de la serie australiada "Utopia", una especie de "Parks & Recreation", se hace referencia a este tipo como alguien divertido. Me quedé con el nombre, y buscando un poco en Internet apareció este libro, que yo supuse sería lo que le había lanzado a la fama. Es una suposición equivocada, que tendría repercusiones sobre el interés de la lectura.</p><p>A priori el libro pintaba francamente bien. Ahn Do huyó de Vietnam a los dos años, en una barca atestada por sus familiares. Y este libro es su biografía, contada con tintes humorísticos. El dato de que huyó con dos años lo descubrí leyendo el libro, con lo que parte de mi expectativa, conocer cómo era la vida en Vietnam antes de la guerra o con los comunistas, quedó bastante reducida. No obstante, seguía siendo una lectura atractiva.</p><p>Pero el problema principal viene de que, en realidad, este libro no lanzó a la fama a Ahn Do, sino que es, más bien, su esfuerzo por capitalizar la fama que ha adquirido como comediante. Vamos, que el señor Do ya era una celebrity antes de escribir el libro. Por lo que esta novela es como si me pongo a leer la biografía de José Mota.</p><p>Hombre, con la diferencia de que Mota no tuvo que huir de Vietnam, y aquí es precisamente donde radica el interés de esta lectura, que queda confinado a sus primeros capítulos. En primer lugar, tenemos la gesta épica de la huida de Vietnam en un barco, repleto de 30 personas, que no solo tendrá que esquivar a las patrulleras comunistas en el delta del Mekong, sino que se verá confrontada por piratas en dos ocasiones, siendo este el verdadero peligro. En todo caso, Ahn Do no cuenta esto de primera mano, como es lógico, aunque lo viviera con dos años. Hasta aquí se nos cuenta lo poco que se nos va a contar de la vida en Vietnam con la guerra o con los comunistas: "<i>Up until 1975 when the communists took over, it was legal for traders to sell goods on the trains in Saigon. But since the end of the war the communists have made all trade that isn’t documented with government papers illegal.</i>"</p><p>Luego la narración pasa a la infancia de Do como refugiado en Australia ("<i>A quick word of advice for any immigrants moving to a new country: before sending your children to school, please ask the immigration authorities if any of your names are a local word for ‘poo’.</i>"), con los ciclos típicos de la fortuna. Es destacable el rol del padre, verdadero emprendedor y que será capaz de insuflar dicho espírtitu en sus hijos. Me gustan varias de sus lecciones, por ejemplo esta, cuando hacen fiesta familiar para celebrar que Do NO ha sido elegido capitán de la clase: "<i>If the worst happens, if you lose and fail, but you still celebrate coming second because you’ve given it a red hot go, there is no need to fear failure.</i>" Combinado con la tolerancia de sus padres: "<i>They always had mammoth dreams for us, but at the same time they never put us under any pressure.</i>"</p><p>Ese espíritu emprendedor aflora muchas veces en la novela, y me hace gracia que revele a Do el proceso de imitación de los emprendedores que limita las posibilidades de los monopolios, algo que sin embargo nuestros politicos parecen desconocer, ya que se empeñan en regularlos y crear así las barreras de entrada de cuya carencia se queja Do: "<i>The only problem with having a monopoly and raking it in was that soon other entrepreneurial hippies noticed. Within a few months there were five other stalls selling crystals and crystal jewellery. My market dominance was crumbling and I needed an edge</i>"</p><p>A partir del momento en que Do empieza a decicarse a la comedia, relativamente pronto, la novela pierde todo el interés y empieza a ser una especie de "<i>Tbis is us</i>" en que todos somos mega-guays y buenas personas, y la vida nos sonrie porque somos cool. Se dedica a contarnos los programas en que participa, cómo enchufa a su madre en un evento, o que le dan a su hermano Khoa el premio al mejor joven australiano del año (!). Todo esto se me ha hecho insoportable.</p><p>Y si por lo menos fuera divertido, hubiera disfrutado el libro por igual, Pero, lo siento, es que las cosas que cuenta este señor no me hacen gracia. Como, en general, no me suelen hacer gracia los comicos de monólogos. Este no iba a ser menos.</p><p>En cuanto al estilo, no es una narración biográfica al uso, sino más bien una colección de anecdotas con las que el autor trata de hacernos sonreir o reir. Las anecdotas no están aisladas y se cuentan con cierta cronología, por lo que sí se queda uno un poco con cómo ha sido la vida de Do, si es que a alguien le interesa.</p><p>Aunque este libro fue premiado como libro del año en Australia (lo que revela el potencial literario del continente). a mí Ahn Do me ha parecido un escritor mediocre, y tengo claro que este libro fue para ganarse un dinerillo extra apoyado en su fama. De hecho, no tiene arrestos en terminar la novela anunciando que ya está escribiendo una versión para niños con su mujer, y una segunda entrega, ahora con recuerdos de su hermano también. Supongo que no tardará en hacer un tercero con las recetas de cocina de su madre. Mientras se vendan, que no decaiga.</p><p>Yo, por mi parte, asumo que he perdido el tiempo con esta lectura. </p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-80753330907242415542023-12-27T21:30:00.001+01:002023-12-27T21:30:00.346+01:00Maldita Roma, de Santiago Posteguillo<p>Las obras de Posteguillo tienen prioridad sobre cualquier otra lectura (con la excepción de Juego de Tronos, si es que alguna ver Martin se digna a publicar las restantes entregas) y este "Maldita Roma" me lo he leído según me enteré de que se publicaba.</p><p>Para quien no siga al autor, estamos ante la segunda entrega de la serie que dedica a Julio César, de la que leí ya <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2022/12/roma-soy-yo-de-santiago-posteguillo.html" target="_blank">la primera</a> en su momento. Allí la historia terminó con Julio César exiliado y un conflicto larvado en Hispania tras huir el lugarteniente de Mario, Sertorio, a la península ibérica. Aquí retoma Posteguillo la historia, que tiene como fondo el conflicto entre los <i>optimates</i> y la facción que Posteguillo llama los populares. Los primeros defienden los privilegios de los ciudadanos romanos viejos, mientras que los segundos quieren extender los derechos de la ciudadanía a otras capas de la población, incluyendo más allá de Roma.</p><p>Contra este fondo, Posteguillo nos ofreca una voluminosa novela que supera las 1000 páginas. No hay que preocuparse demasiado por la extensión, porque la historia es apasionante y el autor la cuenta muy bien, Solo llamo la atención sobre dicha extensión porque, pese a todo, la sensación que se tiene que Posteguillo apenas profundiza en lo que nos cuenta, sino que se limita a quemar etapas hasta llegar al comienzo del tercer volumen en que cubrirá la guerra de las Galias, y en el que imagino que se saldrá, pues le esperan espectaculares batallas que contarnos. Y todos los lectores de Posteguillo sabemos que este es su punto fuerte, la narración cinemática de batallas.</p><p>Y es que durante esta novela se cubren las guerras Sertorias (entre Pompeyo y Sertorio), la rebelión de Espartaco o la limpieza de piratas del Mediterráneo, sin olvidar las proezas de Pompeyo por el oriente, que casi le llevan al mar Caspio tras atravesar la actual Georgia, la Iberia Caucásica. Si esto parece poco, no hay que olvidar que hay que ir presentando a Cleopatra, y qne en las intrigas del Senado hay que dejar brillar a Cicerón y al nuevo Catón.</p><p>O sea que hay material, de importancia, para dar y tomar. No es de extrañar pues que, pese a la extensión del libro, el lector se quede con la sensación de que "quien mucho abarca, poco aprieta".</p><p>Como siempre, me resultan de gran interés las breves incursiones en la descripción institucional que hace Posteguillo. Cómo se conseguía la separación de poderes, y como los afectados luchaban contra ella, con sus trapacerías y filibusterismos. Se ve muy claro en los momentos en que se plantea la aprobación de leyes en el Senado.</p><p>Específicamente, me ha llamado la atención la forma en que Sertorio consigue el apoyo en Hispania, algo jamás imaginado por ninguno de los políticos que nos gobiernan o pretenden hacerlo: "<i>una de las primeras normas que aprobó ese Senado fue una reducción muy sustancial de los impuestos, y Sertorio la ha acatado. Eso le ha hecho muy popular en toda Hispania,</i>" Ello, porque "<i>Sertorio había creado un nuevo Senado en Hispania, nuevas leyes, y los celtíberos apoyaban esas normas más justas, sin expolios de los recursos locales en beneficio de unos potentados que se refugiaban tras normas dictadas por ellos mismos en su Senado corrupto de Roma.</i>"</p><p>Y poco más. El final del libro está construido como el final de la temporada de una serie, dejándonos a cada uno de los protagonistas en sus puestos de salida para la tercera entrega, y evidencia ese gran talento narrativo de Posteguillo que poco aflora en las restantes páginas. Solo queda esperar con impaciencia la tercera entrega de la saga (quien no pueda esperar siempre podrá leer la obra de Julio César, o más recientemente a McCollough).</p><p>Cierro llamando la atención sobre esta frase, en la parte final del libro, que no me resisto a traer aquí: "<i>Cicerón había hablado con Pompeyo y aquél le había compartido su idea de que la Galia acabaría con César, pero a él siempre le gustaba tener un plan alternativo."</i></p><p><i>Tu quoque, fili mi!!!</i></p><i><br /></i><p><br /></p><p>"</p><p><br /></p><p><br /></p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-25803761294850517792023-12-26T21:30:00.001+01:002023-12-26T21:30:00.321+01:00El hombre que ríe ("L'homme qui rit"), de Victor Hugo<p>Cómo escribe el señor Victor Hugo, una verdadera pasada. Es pura pasión desatada y con él te hace subir y bajar. Una verdadera delicia leer sus novelas, y esta no es la excepción, No me atrevo a afirmar que sea el mejor escritor de la historia, pero sí creo que es el mejor escritor en francés.</p><p>Pero lo cierto es que cuando uno deja de quedar obnubilido por sus frases y su emoción, y es capaz de reflexionar sobre lo que Hugo le ha contado, se descubre el verdadero punto débil del gran escritor francés: lo que cuenta es un folletín tendente a la chorrada. Es algo que ya experimenté con su obra magna, "Les Miserables", y que, por supuesto, es mucho más acusado en novelas secundarias como esta que con tanto entusiasmo he empezado a glosar.</p><p>Gynplaine es ese "hombre que ríe" que da título al libro, y tal nombre se debe a la sonrisa eterna que le dejaron de pequeño, en una costumbre bárbara de la época por la que se alteraban cuerpos y rostros de los recién nacidos para satisfacer determinadas necesidades de los poderosos. La protagonista es Dea, una niña, ciega, con la que se encontrará a poco de empezar la historia. El tercero es discordia es una especie de buhonero-charlatán llamando Ursus, el Jean Valjean de esta historia.</p><p>Los tres son personajes improbables, y juntos tejen una telenovela más improbable aún, con algunas escenas absurdas, a la par que otras memorables, que solo se salvan por el poder narrativo de Victor Hugo. Entre las mejores escenas de la novela está el interrogatorio estilo inquisición que le hacen al protagonista en Londres, donde tenemos esta frase "<i>Pour avoir peur de la magistrature, il suffit d'avoir peur; il n'est pas nécessaire d'être coupable.</i>". También dejo aquí un párrafo espectacular procedente de la escena:</p><p>"<i>A moins qu'il ne te plaise expirer ici pendant des heures, des jours et des semaines, et agoniser longtemps d'une épouvantable agonie affamée et fécale, sous le poids de ces pierres, seul dans ce souterrain, délaissé, oublié, aboli, donné à manger aux rats et aux belettes, mordu par les bêtes des ténèbres, tandis qu'on ira et viendra, et qu'on achètera et qu'on vendra, et que les voitures rouleront dans la rue au- dessus de ta tête; à moins qu'il ne te convienne de râler sans rémission au fond de ce désespoir, grinçant, pleurant, blasphémant, sans un médecin pour apaiser tes plaies, sans un prêtre pour offrir le verre d'eau divin à ton âme; oh! à moins que tu ne veuilles sentir lentement éclore à tes lèvres l'écume affreuse du sépulcre,</i>"</p><p>La escena inicial fija el tono del libro. Hugo se explayará hasta la saciedad contándonos el abandono de Gwynplain en la península de Portland (al sur de Inglaterra) y sus primeros y difíciles pasos bajo el viento de invierno, que no obstante le llevarán a rescatar a Dea y a encontrar el carromato de Ursus cuando ya todos los damos por pérdido.</p><p>En paralelo, se nos narra con todo lujo de detalles, casi remolino a remolino, la travesía de los "comprachicos" vascos que han abandonado al niño. Travesía que no va a ningún lado pues culmina en naufragio del que solo restará una botella con un mensaje explicando la ascendencia del chaval. Y, con esto, habremos leído la tercera parte de una novela de unas 800 páginas.</p><p>Y es que Hugo se recrea en las escenas que conforman su historia, que por otro lado son escasas. Me recuerda un poco a la prolijidad de la escena en que Mario espia a los revolucionarios subido en una mesa y a través de un agujero en la pared, hablo de Les Miserables claro. Esa recreación, insisto, solo se salva con la fuerza que tiene su narración.</p><p>Algunos ejemplos de esas escenas iniciales.</p><p>"<i>«L'or perd annuellement par le frottement un quatorze centième de son volume; c'est ce qu'on nomme le frai; d'où il suit que, sur quatorze cent millions d'or circulant par toute la terre, il se perd tous les ans un million. Ce million d'or s'en va en poussière, s'envole, flotte, est atome, devient respirable, charge, dose, leste et appesantit les consciences, et s'amalgame avec l'âme des riches qu'il rend superbes et avec l'âme des pauvres qu'il rend farouches.</i>"</p>"<i>Il y avait de la science et de la subtilité dans la construction de l'ourque, mais c'était de la science ignorante et de la subtilité barbare.</i>"<i><br /><br /></i><p>"<i>La marée pourtant, c'est éternel; mais l'éternité obéit à l'homme plus qu'on ne croit.</i>"</p>"<i>Rien ne fait le coeur de pierre comme d'être chaudement entre deux draps.</i>"<p>Y ahora un par de párrafos de aquí y allá:</p><p>"<i>A l'angle des vieilles mappemondes du quinzième siècle, on trouve un large espace vague sans forme et sans nom où sont écrits ces trois mots: Hic sunt leones. Ce coin sombre est aussi dans l'homme. Les passions rôdent et grondent quelque part en nous, et l'on peut dire aussi d'un côt obscur de notre âme: Il y a ici des lions.</i><span style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px;">"</span></p><p><span style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px;">"</span><i>Londres, à tout prendre, est une ville qui a du bon. Avoir dédi une cathédrale à saint Paul, c'est de la bravoure. Le vrai saint cathédral est saint Pierre. Saint Paul est suspect d'imagination, et, en matière ecclésiastique, imagination signifie hérésie.</i><span style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px;">"</span></p><p>Un aspecto que me atrae enormemente de Hugo es su vena revolucionaria, anárquica si se quiere, aunque yo creo que el se hubiera limitado a reconocerse como repúblicano. Destaca el párrafo siguiente, en que bastaría sustituir el protagonismo del rey por el de los políticos para que fuera completamente actual:</p><p>"<i>Une habitude idiote qu'ont les peuples, c'est d'attribuer au roi ce qu'ils font. Ils se battent. A qui la gloire? au roi. Ils paient. Qui est magnifique? le roi. Et le peuple l'aime d'être si riche. Le roi reçoit des pauvres un écu et rend aux pauvres un liard. Qu'il est généreux! Le colosse piédestal contemple le pygmée fardeau. Que Myrmidon est grand! il est sur mon dos. Un nain a un excellent moyen d'être plus haut qu'un géant, c'est de se jucher sur ses épaules. Mais que le géant laisse faire, c'est là le singulier; et qu'il admire la grandeur du nain, c'est là le bête.</i><span style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px;">"</span></p><div class="noteText" style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px; margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium;">Por último, me resultan muy interesantes los conocimientos jurídicos de Hugo, que desliza en repetidas ocasiones en su narración. Hay varias reflexios sobre el sistema legal y judicial inglés en comparación con los continentales, con la preponderancia de la costumbre, En particular, gracias a Hugo descubro de donde viene lo de los "circuits" estadounidenses, nombre que siempre me ha llamado la atención, Hugo lo aclara en esta frase, que dejo aquí a modo de recordatorio.</span></div><div class="noteText" style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px; margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><br /></div><div class="noteText" style="margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium;">"</span><i>Le magistrat ambulant existe en Angleterre; il s'appelle juge de circuit, et rien n'était plus simple que de voir dans ce carrosse le véhicule d'un magistrat en tournée.</i><span style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium;">"</span></div><div class="noteText" style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px; margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium;"><br /></span></div>Está claro que he disfrutado enormemente con esta lectura, y que no puedo dejar de recomendarla. Eso sí, el lector que me haga caso, no repare demasiado en los detalles de la trama que le cuenta Victor Hugo para que no se le quede cara de tonto.Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-66700398305006260312023-11-24T21:30:00.001+01:002023-11-24T21:30:00.133+01:00El psiconalista ("The Analyst"), de John Katzenbach<p>No conocía a este Katzenbach, pero debe de ser bastanta conocido, pues tiene pinta de autor de best sellers. La referencia a este libro la debí de coger de algún ensayo, quizá de alguna de mis <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2023/10/pero-esto-es-arte-but-is-it-art-de.html">lecturas recientes</a> sobre arte. Viniendo de tal ensayo la referencia, pensé que sería un libro serio.</p><p>No es un libro serio, pero sí una novela excelente, de eses que se leerían del tirón salvo por la extensión. El planteamiento es muy sugerente, y no es spoiler porque se lanza desde el momento uno. El protagonista, un psicoanalista llamado Ricky Starks, recibe un sobre en su consulta. El remitente, que se hace llamar Rumplestiltskin, le ordena que se suicide en 15 días, y que si no lo hace matará a alguno de los allegados del doctor, de una lista que demuestra que los conoce. La alternativa es que, en el mismo plazo, descubra la identidad de quien le amenaza. ("<i>Is your life so sweet and so productive and so important that we can automatically assume it is more valuable than the life it might cost?”</i>")</p><p>A partir de aquí, ya poco más podría decir sin desvelar partes más o menos importantes de la trama. Pero es obvio que la atracción del libro para mí era qué uso haría de sus conocimientos psicológicos el protagonista para identificar a su perseguidor. Algo de esto hay, pero muy poco para haber justificado esta lectura si no tuviera otros méritos. </p><p>Y eso sin olvidar que estamos hablando de un psicoanalista, no propiamente de un psicólogo o un psiquiatra. Digo esto porque el psicoanálisis, la teoría con la que se forró Freud y tantos de sus discípulos, quedó desacreditada hace ya un tiempo a nivel científico. O sea, que si Starks hubiera abordado sus problemas con esta herramienta, no hubiera llegado a ningún sitio. Lo que pasa es que las pocas veces que obtiene inferencias psicológicas, son eso, psicológicas, no psiconalíticas.</p><p>Katzenbach escribe bien, con mucha elegancia, sin florituras. Es una lectura agradable aunque no brillante. Lo más llamativo es que mantiene ese estilo calmado y elegante mientras te cuenta eventos que son de gran urgencia, de vida o muerte para los personajes de su novela. Es el mismo contraste de esos lords ingleses que se detienen a tomar el té en mitad de una batalla (que no sé si existieron, pero que han quedado mitificados en la flema inglesa).</p><p>Esa elegancia le lleva a incluir referencias clásicas en la obra, la más destacada a la Divina Comedia:"<i>Can’t write an epic about turning away at the gates of Hell, can you, Ricky? Nope. Got to walk through that doorway.”</i>"</p><p>En suma, se trata de una novela apasionante, y bien escrita, con sus giros inesperados (o no tanto) que no dudo en recomendar. Y no desestimo volver a leer alguna de las obras de Katzenbach en el futuro, aunque a más corto plazo me quedo con la referencia que hace a "The mask of sanity", de Hervey Cleckley, sobre la psicopatía, cuya lectura quizá ayude a comprender al actual presidente del gobierno de España.</p><p>Cierro con algunas frases que me han llamado la atención</p><p>"<i>The report was written in plain, bureaucratic cover- your- butt English</i>"</p><p>"<i>“Revenge solves nothing,” Ricky said. “Spoken like a man who never indulged,”</i>"</p><i>"</i><i>It was the most deadly of races. A ghost pursuing a dead man. A dead man hunting a ghost.</i><i>"</i><div><i><br /></i></div><div><i>"</i><i>“An Uzi or an Ingram .45 caliber machine pistol or an AK- 47 with a nice banana clip can go a long ways toward settling any dispute you might be facing,” the clerk said. “They tend to discourage disagreement and urge compromise.</i><i>"</i></div><div><i><br />"</i><i>The word poverty doesn’t come close to capturing the world of rats, dirt, and despair. The word depression barely suggests the crippling black weight that must have rested on her shoulders.</i><i>"</i></div><div><i><br /></i></div><div><i>"</i><i>no matter how much was known about behavior and emotions, and no matter how confident one was in diagnosis and in the course of action that neurosis and psychosis created, ultimately, one could never predict with total certainty how any one individual would react.</i><i>"</i></div>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-1319729171921460232023-11-17T21:30:00.001+01:002023-11-17T21:30:00.145+01:00The Rise and Decline of the State, de Martin van Creveld<p>Me ha llevado mucho tiempo leer este libro, pero me apresuro a decir que no es por falta de interés, sino por querer dedicarle momentos de calidad para apreciar y procesar bien toda la información que contiene. Martin van Creveld, descubro ahora, es historiador militar, lo que explica el enfoque predominante en este libro para el análisis del Estado. Acostumbrado a análisis más económicos y filosíficos, me ha parecido un soplo de aire fresco.</p><p>Y es que es eso: se trata de la historia del Estado, contada predominantemente, aunque no exclusivamente, desde una perspectiva militar. También se aprecia dicha perspectiva en el rigor y sistematismo que sigue el autor.</p><p>Dicha historia la divide en varias etapas, que constituyen otras tantas secciones del libro:</p><p>1) La prehistoria del Estado (hasta el año 1300), en que nos habla de tribus, ciudades e Imperios, El interés de esta sección reside en vez cómo se organizaban las actividades que hoy nos parecen imposibles sin Estado. Se constata, obviamente, que sí se pueden hacer por la sociedad libre y el mercado. Como curiosidad, el papel religioso en la custodia de riqueza en los Imperios, algo que me llamó la atención cuando estuvo en Delfos: "<i>Conversely, the relative security offered by the temple often turned it into a place where ordinary people flocked to deposit their belongings. This enabled it to engage in banking operations and turn itself into a center of commerce; the money-changers whom Jesus drove from the temple in Jerusalem would have been a common sight</i>"</p><p>Creveld termina esta sección con los límites que tenía para su desarrollo las instituciones pre-estatales. La discusión es muy interesante, y fija los retos que habría que resolver en una sociedad ancap. Su conclusión hay que tomarla meramente desde una perspectiva histórica: "<i>So long as the state did not exist, the only way in which political units larger than chiefdoms and city-states would be created led through empire with all its imperfections. Thus understood, the state represents the second most important invention in history after the Greek separation between ownership and government</i>"</p><p>2) La creación del Estado (1300-1648), que el autor radica en las ciudades italianas. Desde esta simiente, se irá imponiendo a las instituciones que con él competían: la Iglesia, el Imperio, la nobleza y las ciudades. El detalle histórico es prolijo, con Creveld repasando los procesos en todos los países europeos, y especialmente en Francia e Inglaterra. Por cierto, tiene buenas palabras para con los militares españoles de la época, a los que llama "doctores en el arte militar".</p><p>3) La instrumentación del Estado (1648-1789), que el autor explora a través de tres dimensiones, a saber: burocracia, infraestructura burocrática (fronteras, estadísticas-censos y eventualmente impuestos) y monopolio de la violencia, acompañado por el desarrollo de la teoría política justificando las actuaciones del Estado. </p><p>Respecto a la burocracia, comienzo sirviendo al monarca, para ir despersonalizando su señor hacia algo más abstracto, ese Estado al que habrá que surtir de recursos. Y qué decir de la popularidad de los impuestos, en los países donde los inventaron: "<i>In both England and France the reluctance of the population to pay taxes contributed to the unrest, civil war, and revolutions that swept over them between around 1620 and 1660</i>". 40 añitos de movidas a cuenta de los primeros impuestos.</p><p>Respecto al monopolio de la violencia, es aquí donde Creveld se luce con una apasionante sección histórica sobre técnicas militares, incluyendo fortalezas y ejércitos. Cada loco con su tema, pero la verdad es que es una lectura muy interesante. Y nos deja frases brillantes: "<i>the troops on both sides were not criminals fighting for some nefarious ends but simply men doing their duty to their respective sovereigns, or states</i>". Hala, como ya hay Estado, la guerra pasa a ser algo noble, y no una catástrofe natural como se veía hasta el momento.</p><p>Y así hasta que "<i>the uniformed, disciplined, state-owned armed forces with their heavy horsemen, cannon and well-dressed volleys of musket-fire could be withstood only by other organizations similar to themselves.</i>"</p><p>Así culmina la creación del Estado, "<i>With the establishment of the regular armed forces, the police (both in and out of uniform), and prisons</i>" . Maravilloso.</p><div>4) El Estado como ideal o fin (1789-1945). Arrancando de la Revolución Francesa, describe cómo el Estado alcanza la aceptación generalizada, en gran parte gracias a instituciones como la democracia y la nación, con una sección dedicada especialmente al dinero. Se nos describe la expansión del Estado: "<i>bureaucracy extending its tentacles into fields which had previously been largely free of government interference – such as education, health, and ultimately such fields as sports and social welfare as well.</i>"</div><div><br /></div><div>Aquí vemos como Creveld traza el origen de la guerra total a Napoleón, cuya principal "genialidad" estratégica consistió en la conscripción obligatoria para sus batallas. Y, por supuesto, como todo el mito se cae espcialmente con la segunda Guerra Mundial y esos Estados tan estupendos que fueron la URSS y la Alemania Nazi, este último además democrático. Y es que "<i>The ultimate result of the marriage between nationalism and the state was to be slaughter conducted with an intensity, and on a scale, which the members of previous political organizations could not even have imagined.</i>"</div><div><br /></div><div>Como en la anterior fase, Creveld se luce en la evolución histórica de la guerra, en este caso con mucho foco en las tecnologías. por ejemplo el papel desempeñado por el ferrocarril. Alguna sorpresa que desmonta mitos:"<i>In this way the honor of being the first – and, to this day, almost the only – ones to apply ‘‘strategic’’ bombing on a really large scale belongs to Britain and the United States</i>". O sea, que no fueron las dictaduras fascistas o comunistas, sino las democracias!</div><div><br /></div><div>5) La expansión del Estado (1696-1975). El foco ahora pasa a ser más bien geográfico, esto es, ver como el Estado, creación europea, se extiende a otros continentes. Una vez más, muy interesante la historia, aunque quizá menos que los anteriores apartados. Y, además, tenemos los usuales ramalazos de leyenda negra contra el imperio español, que mejor tener por no puestos. Quizá es la sección más pesada de leer, junto a la de la creación de la burocracia.</div><div><br /></div><div>La conclusión se ve venir: "<i>As the preceding pages have shown, the spread of the state from Western Europe, where it originated, to other continents had been far from uniform.</i>"</div><p>6) El declive del Estado (1975-): en esta última parte, Creveld da numerosos indicios que demuestran que el Estado está en retirada. Son datos objetivos y ofrecen cierto consuelo. Pero hubiera sido deseable que mirara también datos económicos (como % del PIB que va a impuestos) a ver si a su vista mantenía la opinión. Ello, sin olvidar el masivo ejercicio de poder que supuso el confinamiento por COVID. Y es que el libro es de 1999, por lo que se pierde el creciente poder de las organizaciones pluri-estatales, o los crecientes tentáculos regulatorios.</p><p>Por cierto, que Creveld cita a Hayek en un momento dado, pero le da el nombre de Gustav. </p><p>Por último, recojo la diferencia entre Estado y Gobierno, para quien, como yo, hay veces que los identifica.</p><p>Creveld define Estado como una corporación "<i>in the sense that it possesses a legal persona of its own, which means that it has rights and duties and may engage in various activities as if it were a real flesh-and-blood, living individual</i>", que es distinta de otras corporaciones por "<i>1), the fact that it authorizes them all but is itself authorized (recognized) solely by others of its kind; 2) certain functions (known collectively as the attributes of sovereignty) are reserved for it alone; and, 3) that it exercises those functions over a certain territory inside which its jurisdiction is both exclusive and all embracing.</i>",</p><p>En cambio, el gobierno "<i>is a person or group which makes peace, wages war, enacts laws, exercises justice, raises revenue, determines the currency, and looks after internal security on behalf of society as a whole, all the while attempting to provide a focus for people’s loyalty and, perhaps, a modicum of welfare as well.</i>" El Estado es simplemente una de las formas que ha tenido el Gobierno, <br /></p><p>Aquí lo dejo: se trata de un libro apasionante, que ofrece mucha información histórica, especialmente bélica, y con gran rigor. No es una lectura fácil, pero sí se aprenden un montón de cosas. Luego que cada uno las encaje en su cabeza como pueda.</p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-14011453135733137742023-11-12T21:30:00.001+01:002023-11-12T21:30:00.136+01:00Homecoming, de Rana Foroohar<p> Sin sorpresas con este libro. Rana Foroohar en una periodista del Financial Times, entregada al intervencionismo y al estatismo, fan del Presidente Biden y hater de Trump. Alucinante que un medio económico que solía tener algo de prestigio haya caído en las garras de la izquierda (esta tipa no es solo periodista, en una de las jefas editoriales, y recientemente también vi una noticia sobre el director pidiendo más intervención).</p><p>El libro no merece demasiado comentario. Es el típico barullo socialista repleto de contradicciones, lugares comunes, falta de causalidad y pim-pam-pum a lo que les parece mal. No hay un hilo que permita seguir lo que defiende la señora, sino una mezcla de mentiras con medias verdades y con echar culpas al neoliberalismo y a Trump de todos los males del mundo, desde el cambio climático hasta las desigualdades de género.</p><p>El tono se aprecia según comienza el libro, con una frase como esta: "<i>Since the 2008 financial crisis and, more recently, the Covid- 19 pandemic, it has become quite clear that the “invisible hand” that is supposed to guide our markets and our economy as a whole toward a happy and healthy equilibrium isn’t always right.</i>". Pero ¿cómo va a funcionar la "mano invisible" si el Gobierno te encierra en tu casa y en tu país, o se dedica a imprimir dinero a mansalva? </p><p>Sin embargo, para esta señora, que las cadenas de suministro se interrumpieran por tan draconianas medidas nunca vistas, es una prueba de que el mercado libre (como si lo que tenemos o teníamos antes del COVID lo fuera) no es resiliente, porque se centra en la eficiencia. Está claro que los mercados de Cuba, la antigua URSS o Venezuela han mostrado su gran "resiliencia" cada vez que han tenido ocasión.</p><p>Y hay que quedarse con esta palabra, "resilience", que ya estaba en el nombre de los fondos europeos con los que la CE ha regado a los países miembros, para solaz de gentuza como el que nos ha gobernado estos años. Es el nuevo mantra contra el capitalismo y la libertad: los mercados libres no son resilientes.</p><p>Ya hace tiempo que decidi tomarme este tipo de libros a broma, y descojonarme de los autores. No merece la pena, y no lo voy a hacer, dedicarme a refutar el cúmulo de chorradas que dice esta señora, entre ataque a Trump y al neoliberalismo. Es curioso ver lo que entiende esta señora por neoliberalismo, pues le pone raíces en la sociedad MontPelerin, fundada por Hayek y de la que soy orgulloso miembre. Como si en la globalizazión y en lo que hacen los Estados tuviera mucha influencia. Más curioso aún es plantearse porque los llama neoliberales: ¿es que había liberalismo antes y estos lo renovaron? En todo caso, Hayek sería liberal, no neo. </p><p>Eso sí, como no tiene ni idea de que estos economistas suelen seguir a la escuela austriaca, les endosa todos los modelos económicos que cociben al ser humano como un robot. Ay Foroohar de mi alma, que esos son los Stiglitz y otros a los que tanto veneras y citas. Pero si te da igual, has elegido tu "hombre de paja" y a él le vas a dar los palos.</p><p>Para conseguir esa "resilience" de que habla, ya hay un movimiento global (que además permitirá combatir el cambio climático, al que cada vez que se refiere es para recordarnos que es real, que está pasando, que existe; curioso, también, que haya que recordárnoslo todo el rato). Y conste que a mí me parece fenomenal que el mercado demande cadenas de suministro más cortas y cosas producidas cerca, pero que sea el mercado con su demanda, y no los subsidios estatales con los que según ella hay que ayudar a todas estas iniciativas. ¿No es lo que demanda la gente? Pues entonces, ¿para qué hacen falta subsidios?</p><p>Perdón, claro, es que las lechugas de los huertos verticales que tanto le gustan a esta pija valen 6 euros. Y ya pueden estar ricas y ser nutritivas, que a ver quien se puede dejar 6 euros en una lechuga. Pero no preocuparse, que con los datos personales que recabaremos a nivel de comunidad, todo se soluciona, recogiendo las ideas de, estos sí, neomarxistas reconocidos como los autores del "Radical Markets", otros que tal bailan.</p><p>Podría seguir despotricando un rato largo, pero es tanta pérdida de tiempo como haber leído esta basura. Que por qué me lo he leído, se preguntará el lector avisado: pues para discutirlo en un club de lectura. Aunque no lo discutiré, me burlaré de las chorradas que dice. Tengo párrafos y párrafos apuntados para echar unas merecidas risas. Y me niego, siempre lo hago, a decir que merece la pena leer esto para conocer al enemigo. Esto es siempre una pérdida de tiempo que lo único que puede hacer es confundirte: el "enemigo" no debate con la lógica y el razonamiento, sino con la yuxtaposición y el sensacionalismo. Es inútil su lectura porque no se aprende nada, y no hay nada que rebatir porque se autorrebate (también tengo ejemplos a patadas de sus contradicciones).</p><p>Por ser constructivo, diré que sí ha habido algunas cosillas que he aprendido, sobre todo las tecnologías que describe Foroohar como posibilitadoras de esa mayor localización de la producción: la impresión 3-D, los huertos verticales, los talleres textiles en Carolina del Norte, el Lavacrete de la compañía Icon, las cosas de Taiwan y quizá alguno más. </p><p>Pero es que tampoco me fio mucho de que lo haya contado bien. Mira que tiene fijación esta señora con los Big Techs (de hecho, su primer panfleto fue contra ellos), por lo que hay que asumir que sabrá algo de lo que hacen, pero va y suelta "<i>If computer power is measured by the megabytes of computer chips...</i>" mientras (como dice ella), "<i>wireless capability is measured in G, whose evolution has been no less dramatic and is now set to be even more impactful as the world reaches 5G</i>"<i> </i> revelando que ni de eso sabe.</p><p>Cierro ya llamando la atención sobre otra de sus fijaciones con el tema de la "resilience": lo bien que lo hace el ejército todo esto, y lo bueno que sería nombrar un "zar" de la resiliencia que coordinara todos los departamentos ministeriales afectados. Si es que la cabra tira al monte, y a los socialistas los que les va es mandar a los ciudadanos.</p><p>Otro libro a evitar leer.</p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-3367725798645152932023-11-07T21:30:00.026+01:002023-11-10T16:22:49.753+01:00The New Lombard Street, de Perry Mehrling<p>Otro libro de teoría monetaria, tras las lecturas de <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2023/10/central-banking-101-de-joseph-wang.html">Central Banking 101</a> y <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2023/09/principios-de-economia-financiera-un.html">Principios de economía financiera</a>. Con este dejo agotado mi interés sobre el tema para muchos años. El autor es seguramente el más conocido y prestigioso de los tres que he leído, pero posiblemente también es más árido y difícil de leer.</p><p>El propósito del ensayo es analizar la crisis económica de 2008 desde una perspectiva muy centrada en el funcionamiento de los mercados del dinero ("the money view" o "the plumbing", como gusta llamarlo), en los que es especialista el autor. Es muy parecido a <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2023/10/central-banking-101-de-joseph-wang.html">Central Banking 101</a> en el sentido en que describe los mercados involucrados y el papel de la FED; sin embargo, Mehrling incorpora también una perspectiva histórica y otra teórica, tanto en el ámbito financiero como en el macroeconómico, que Wang no incluía.</p><p>Aunque me ha tenido despistado si Mehrling era muy intervencionista o no durante todo el libro, al final concluyo que sí lo es, y que busca justificar el nuevo papel que ha de jugar la FED en los mercados financieros y de dinero que hay en la actualidad. Vamos, que no propone ni de lejos cargarse el sistema, sino afinarlo para que se centre más en la circulación del dinero. Su propuesta concreta es que la FED pase de ser el préstamista de última instancia, a ser el "dealer" de última instancia, entendiendo por "dealer" el que está dispuesto a vender y comprar cualquier activo que se le presente, siempre a peor precio del mercado, poniendo así un "backstop" que impida el colapso.</p><p>Y no digo yo que eso no sea una solución para los problemas que se han dado hasta ahora. Pero es que la propia narrativa del libro te invita a pensar que los problemas futuros no serán los que conocemos, muy en línea con la teoría de la intervención de Mises. Si no he entendido mal a Mehrling, los mercados problemáticos a los que hará "backstop" la FED, son los Eurodólares, repos y CDSs. Pero es que la creación de dichos mercados, junto con la del sistema de shadow banking, no es más que una respuesta a la regulación de la FED para acceder a sus reservas.</p><p>Esto es, si quieres ser un banco normal con los privilegios de la FED, tienes que cumplir determinados límites regulatorios. Para saltárselos, y que las liabilities no cuenten en el balance, se inventaron/usaron los repos, de forma que los bancos pueden seguir haciendo negocios sin límites: no están regulados, pero no tenían backstop. Al no estar regulados, pueden obtener más rentabilidad, y se fueron como locos a estas cosas. </p><p>Uno de los párrafos que describe esta tendencia:</p><p><i>"</i><i>As such, swaps </i><i>provided </i><i>a </i><i>natural </i><i>way </i><i>to </i><i>get </i><i>around </i><i>regulations </i><i>designed </i><i>for </i><i>traditional bank balance sheets, regulations that typically scaled both </i><i>required reserves and required capital to the size of the balance sheet. </i><i>Here is the origin of the so-called shadow banking system."</i></p><p>Y generalizando: "<i>If regulation Q for example, put a ceiling on the rate of interest that savings and loan institutions could pay on their deposit liabilities, the consequence was an incentive to create a new financial instrument, with the look and feel of a deposit account but with a different legal status, to which Regulation Q would not apply.</i>"</p><p>Cuando llega la crisis, en vez de tener "bank runs", que la FED ya sabía tapar, nos encontramos con "shadow bank runs", que además son muchos más frágiles, puesto que la gente que juega en estos mercados son institucionales, no pardillos residenciales, y mueven la pasta a la mínima señal de riesgo.</p><p>Así colapsaron unos detrás de otros todos estos mercados en cuanto se puso en duda la valoración de los activos que los garantizaban. Para frenar el colapso, la FED básicamente empezó a aceptar cualquier activo como garanttía para los repos. Es evidente que si la FED va a actúar en estos nuevos ámbitos, pondrá regulación a sus participantes, de la misma forma que ocurría en los bancos tradicionales. Y una vez más se suscitarán mercados no regulados en que se pueda perseguir la rentabilidad adicional. ¿Adivinan ya dónde ocurrirá el siguiente colapso, y dónde recomendarán tipos como Mehrling que tiene que actúar la FED? (Mehrling sí que hace su apuesta implícitamente, por cierto, cuando dice que una cosa es ser "dealer of las resort" y otra "insurer of last resort"; en la próxima crisis, la tendremos aquí).</p><p>Y es que en el fondo siempre es lo mismo, aunque se disfrace de artificio técnico solo accesible a los gurus financieros: no se puede crear dinero de la nada, ni directa ni indirectamente. Si se crea, es inevitable que haya una crisis, y que la población general se empobrezca para que se enriquezcan los banqueros listos.</p><p>Por lo demás, el repaso histórico, pero sobre todo el teórico, que hace Mehrling me ha dado alguna sorpresa, En el ámbito teórico, Mehrling insiste en que tanto la teoría financiera como la macroeconómica con que se justifica la actuación de la FED prescinden de la liquidez, dan el dinero por supuesto, todos los activos son igualmente líquidos. Precisamente descartan de sus modelos el problema que, para Mehrling, es el que hay que resolver, y que le permite escribir una de frase lapidaria. "<i>Abstracting from money may make our economic theory easier, but it does not make our economic policy better.</i>" Y me llama la atención porque es precisamente lo mismo que ocurre con el modelo de competencia perfecta en el que basan sus decisiones los reguladores de mercados: que elimina la competencia del modelo.</p><p>Entre los conceptos teóricos que destacaría, dos:</p><p>1) El cambio de paradigma a "shiftability" desde el tradicional de descuento. Este aplicaba en una economía basada en comercio, y su objetivo es que no se drenará la liquidez en el periodo antes de cobrar la mercancia entregada. </p><p><i>"The Bagehot principle was designed to stop the potential to cascade by providing completely elastic lending to needy banks against any security that would be acceptable in normal times. But it was also designed to provide discipline by charging a high rate of interest. Only those who really needed the cash would borrow at the high rate, and the high rate would also provide incentive to repay the loan as soon as possible."<br /><br /></i>En cambio, en los EEUU, los negocios emperazon a ser a más largo plazo, con inversiones en activos que generaban flujos de caja a lo largo del tiempo. Aquí la justificación del descuento para la liquidez no tiene sentido, y se utiliza la teoría de "shiftability", esto es, que los activos financieros puedan ser aceptados por un tercero en caso de necesidad de liquidez.</p><p>2) La diferencia entre "fund liquidity" y "market liquidity" como características respectivas de los mercados de dinero y de activos, y cómo ambos mercados se conectan a través de los "dealers", esto es, los "shadow banks". </p><p>"<i>For the lender, having made the loan, the only way to get his </i><i>money back faster is to sell that loan to someone </i><i>else;market </i><i>liquidity. </i><i>For </i><i>the </i><i>borrower, </i><i>having </i><i>committed </i><i>to </i><i>the </i><i>series </i><i>of </i><i>payments </i><i>specified </i><i>in </i><i>the </i><i>loan, </i><i>the </i><i>only </i><i>way t</i><i>o </i><i>put </i><i>off </i><i>those </i><i>payments when they come due is by paying someone else to make </i><i>them, that is, by rolling debts as they </i><i>come due; this is funding </i><i>liquidity."</i></p><p><i>"Private dealers borrow in the money market in order to finance their market-making operations in<br />capital markets; that is the way that "funding liquidity" in money markets gets translated into "market liquidity" in capital markets."<br /><br /></i>En la perspectiva histórica, me han llamado la atención las maniobras de la FED para priorizar la colocación de la deuda pública durante la primera Guerra Mundial. Si no entiendo mal a Mehrling, la FED jamás hubiera aceptado deuda pública como garantía antes de dicho evento; sin embargo, para promocionar la adquisición de la misma, se empezó a aceptar por delante de otros activos financieros. </p><p>"<i>During the war, the Fed acted both to maintain liquidity in the Treasury bond market and to put a floor under the price of the bonds so that the Treasury could continue to borrow cheaply.</i>"</p><p>De ahí a considerar la deuda pública como "activo libre de riesgo" hay un paso muy pequeño. Y por supuesto Mehrling termina diciendo que, en realidad, es la FED la que puede decidir arbitrariamente cuáles son los activos sin riesgo, sin más que decidir aceptarlos contra su liquidez. La distorsión de los mercados es evidente. "<i>If the government said you were solvent then you were, because that meant the government would stand behind you and prop you up with guarantees and loans.</i>"</p><p>Este libro es difícil de leer, por lo que no está claro que compensen al lector los conocimientos que obtiene. Si por lo menos tuvieran un poco más de sistematización... Y es evidente que va a un público muy estrecho, muy friqui interesado en cuestiones de banca central y ni siquiera generales, pues se refiere a la problemática de los EEUU. No lo lean a menos que lo hagan para un club de lectura. </p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-35485250698936025172023-11-05T21:30:00.001+01:002023-11-05T21:30:00.141+01:00Los hombres de Venus, de George H. White<p>George H. White, por muy exótico que suene, es el seudónimo del escritor valenciano Pascual Enguídanos, que ese sí me parece un apellido exótico. A Pascual/George se le considera el abuelo de la ciencia ficción española, y tiene una obra bastante extensa.</p><p>Para saciar mi curiosidad, me decanté por esta novelilla, como podría haber escogido otra cualquiera. Puede que sea la primera de la saga de los Aznar, que es su serie más conocida, pero no me he parado a investigarlo.</p><p>Leer esta novela es como leer los cuentecillos que yo mismo escribía de pequeño. Es todo de una gran ingenuidad, desde el estilo en que está escrito hasta por supuesto la historia. Da la impresión de que a Pascual le pagaban al peso por lo que escribía y que seguramente tendría obligación de hacer entregas semanales. Supongo que el reconocimiento de su obra viene más bien por su carácter pionero en España que por la calidad de la misma, impensable desde la perspectiva actual.</p><p>No quiero hacer sangre, pero ya que he leído el material, algo tengo que contar. El protagonista es Miguel Ángel Aznar, aviador militar que tiene que hacer una sustitución en la agencia de la ONU, la Astral Information Office. Nada más unirse a ella, tiene que volar a la India, en busca de platillos volantes, que es a lo que se dedica la citada dependencia. Me apresuro a indicar que el libro no es cómico.</p><p>Ya en el vuelo a la India empiezan sus desaveniencias con el resto de compañeros, por negarse a que piloten por turnos en el vuelo transoceánico. Siempre pilota la secretaria Barbara, le comentan. Recuerden, el libro no es cómico.</p><p>En la India se encuentra con un excompañero que para ganarse la vida se dedica a hacer rótulos de humo con su avioneta, publicitando Coca-Cola. Recuerden, el libro no es cómico.</p><p>De la India saltarán al Tibet, donde por fin tendrán contacto con los hombrecillos, grises de Venus, cuyo rasgo más llamativo es su fealdad: son extremadamente feos: "<i>Uno de ellos medía dos metros veinte centímetros. Tienen brazos y piernas como nosotros y también manos, solo que con cuatro dedos. Lo más horrible son sus cabezas. No tienen pelos y es como un huevo con el cráneo prolongado hacia atrás. Los ojos son redondos, de diámetro aproximado de una taza de té y ligeramente saltones, como los ojos de un besugo.</i>". Y también aquí tendrán oportunidad de avistar los inaprehensibles platillos volantes, que son literalmente eso. Sigo recordando, el libro no es cómico.</p><p>Para impedir que los terrestres descubramos la existencia de venusinos en nuestro planeta, estos se han hecho con armas de procedencia rusa que utilizan en sus descencuentros con humanos. Y, por supuesto, tras una huida a pie de un valle escondido en medio de los Himalayas, Miguel Ángel se casa con Bárbara. No, no es cómico el libro.</p><p>Bueno, curiosidad satisfecha y autor archivado. Quien sea un fan de las pelis de culto, esas malísimas que la gente ve para descojonarse de ellas, quizá encuentre en este libro, y me temo autor, una forma alternativa de satisfacer sus gustos. Para el resto, nada aprovechable hay aquí. </p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><br />Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-55359847779427569072023-11-04T21:30:00.001+01:002023-11-04T21:30:00.171+01:00Stilpe: ein Roman aus der Froschperspektive, de Otto Julius Bierbaum<p>Bierbaum es un escritor de finales del XIX, de cierta fama en Alemania. Yo no había oído nada de él, auque dicen que es el inspirador del primer cabaret (precisamente con la presente obra). También parece que fue el creador de un dicho proverbial para los alemanes alemana "<i style="background-color: white; color: #202122; font-family: sans-serif; font-size: 14px;">Humor ist, wenn man trotzdem lacht</i>".</p><p>No hay ninguna razón especial que justifique esta lectura, más allá de mantener vivo mi alemán. Tenía pinta de ser un libro divertido, pero a mí no me lo ha resultado especialmente, pese a la frase arriba recogida. Es más, tengo la sensación de que me he perdido mucho del libro, y no solo como me suele pasar con las lecturas en alemán, por no entender muchas palabras, sino porque creo que no le he pillado el sentido último, que quizá sea alguna crítica, o alguna alegoría.</p><p>El libro es también extraño, pues parece una biografía del protagonista, el Stilpe del título, pero realmente solo se concentra en unos cuantos episodios de su vida, típicamente relacionados con algún grupo social o amistad.</p><p>Lo característico de Stilpe es que en algún momento de su adolescencia decide que quiere ser poeta "<i>So ein kleiner Junge, der Dichter werden will, ist ein merkwürdiges Phänomen. Es verlohnt sich wohl, es näher zu betrachten.</i>" Esta vocación le surge en un internado al que le manda su padre para hacerle hombre, mientras se marcha a cazar mariposas a Sudamérica: "<i>Acht Jahre alt! Mit Bonbons erzogen! Sehr eigensinnig! Sehr zart! Sehr blaß! Und nun plötzlich unter dem Glassturz zärtlichster Bemutterung hervorgezogen und einer Knabenstriegelungsanstalt überantwortet, die geradezu spartanischen Erziehungsgrundsätzen huldigte</i>"</p><p>Esta vocación explica que muchas veces aparezcan versos en el texto, tanto los que compone él, como los de sus amigos y asociados para sus diálogos, lo que confiere otra rareza a la novela. En todo caso, sobre los poetas nos dice Bierbaum esta graciosa frase: "<i>Heilige und Dichter haben mehr mit dem Teufel zu thun, als gute Christen und schwärmerische junge Mädchen glauben.</i>"</p><p>El resto de la narración nos cuenta los enfoques sucesivos con los que Stilpe trata de alcanzar su vocación. Inicialmente quedará absorbido por los clásicos y buscará conocer la Grecia que los alumbró, para luego decidir emular a Goethe: "<i>War nicht auch Goethe Geheimrat und Minister gewesen? Das wars, was winkte! Die Verbindung von Staatsmann und Poet.</i>" lo que le traza con claridad la ruta: "<i>Hinter ihm Nebel des Wüstseins, vor ihm die breite, sonnenhelle Marmortreppe zu Einfluß und Ruhm und Reichtum.</i>". En esta época trabaremos conocimiento con un profesor que "<i>Er ging etwas gebückt, aber nicht aus irgend einem körperlichen Grunde, sondern aus philosophischer Koketterie.</i>"</p><p>En la siguiente etapa, la búsqueda pasa a ser más fisiológica, y se centra en la vinculación de poesia con la comida y sobre todo la bebida ("<i>Die ganze Litteraturgeschichte, wohl gemerkt, so weit es sich um Verse handelt, ist nichts als eine große Tafel der Getränke. Ich werde meine Doktordissertation über dieses Thema schreiben.</i>"), y algo menos con el sexo. De aquí nos queda esta frase divertida: "<i>Aber das stand Fräulein Hulda gerade gut. Sie gehörte zu den Mädchen, die an Charakter gewinnen, indem sie an Moral verlieren</i>".</p><p>En la etapa final, trata de llegar a la poesia y se encuentra montando un cabaret en compañía de cuatro especímenes humanos, cuya descripción es uno de los puntos destacados de la novela:"<i>Der Bärenführer" , "der Peripathetiker", "der Zungenschnalzer" </i>y el polaco Kasimir<i>. </i></p>No obstante, la mejor escena es sin duda la descripción que hace uno de sus antiguos amigos del número que hace Stilpe en solitario y en secreto, en una de las tabernas de Berlin. La actuación es realmente patética, y muestra la frustración de Stilpe que ya renuncia a conseguir su objetivo de ser poeta: "<i>Dichter wollte ich werden, weil ich Verse machen konnte. Das war die Heckeratte, die infame.</i>"<div>El patetismo de la actuación desemboca en la tragedia que pone fin a la vida de Stilpe y por supuesto a la novela.</div><div><br /></div><div>Tampoco hay que olvidar, en un tono mucho más divertido y posiblemente con lecturas que se me escapan, el fragmento dedicado a los sombreros universitarios y las polémicas que sus colores y forman suscitan, Me quedé con que Stilpe era un provocador por llevarlo amarillo y no conformarse a las normas.</div><div><br /></div><div>Creo que queda claro que esta novela es rara y me tiene despistado, Puede que sea una obra cómica sin más pretensiones, aunque yo no le haya pillado nucha gracia. O puede que sea una profunda reflexión sobre la poesía alemana, que desde luego a mi se me habría escapado completamente. Como no está en español, solo cabe la posibilidad de que alguien que sepa mucho alemán me lo aclare.<br /><div><br /></div><br /></div>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-31965718689455320782023-10-31T21:30:00.003+01:002023-11-05T09:52:43.120+01:00Tristeza de la tierra ("Tristesse de la terre"), de Éric Vuillard<p>De Vuillard acabo de leer <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2023/09/14-de-julio-14-juillet-de-eric-vuillard.html">algo</a>. Como sus obras son cortas, no da pereza leer otra incluso aunque la última no me haya entusiasmado. Sin embargo, al leer esta, me he dado cuenta de por qué me resulta atractivo este autor, y es porque estas novelillas me recuerdan a Stefan Zweig y sus Sternstunden der Menschheit! Solo que Vuillard las publica por separado en lugar de agruparlas en un tomo: supongo que así periodifica mejor sus ingresos, jajajajaja.</p><p>Bueno, a lo que nos ocupa. En esta ocasión, Vuillard nos presenta a Buffalo Bill a través de la mini-historia del espectáculo que le hizo famoso, el Wild West Show. Y esta es la primera gran sorpresa que nos depara el librito, o por la menos a mí me la deparó: la fama de Buffalo Bill se debe EXCLUSIVAMENTE al Wild West Show. Yo siempre pensé que había sido un tipo heróico fuera con los bisontes o con los indios, y que gracias a dicha fama luego su show había sido un éxito.</p><p>Nada, o más bien, poco, de eso. William Cody había sido uno de tantos cazadores de bisontes a sueldo por la compañía ferroviaria de Vanderbilt. En una taberna conoció a un periodista, tuvieron una conversación medio borrachos, y el periodista le hizo una biografía medio inventada que tuvo un cierto éxito. Un "impresario" llamado Burke le contactó con la idea de montar el espectáculo, y tras cierto tira y afloja le convenció para que hiciera de sí mismo ("<i>C’est ainsi qu’il monte sur scène, vêtu de costumes de fantaisie, afin de se conformer à son personnage. Il s’imite.</i>"). Y el señor Cody llegará a creerse que "<i>... après des années passées à interpréter avec succès cette version revue de la grande Histoire, Buffalo Bill était persuadé d’avoir sauvé Custer !</i>"</p><p>Una de las claves del éxito inicial del montaje estuvo en el fichaje del jefe indio derrotado Toro Sentado ("<i>traduction approximative et stupide de Thathanka Yotanka qui signifie “bison mâle se roulant dans la poussière”</i>"). Nos dice Vuillard que "<i>c’est qu’à travers la vie des pionniers, à travers le récit tourmenté de leur migration, les citoyens des jeunes villes américaines désiraient assister en direct à leur propre Histoire</i>". Venía, pues, a satisfacer el mismo nicho de mercado que lo hace en la actualidad Puy de Fou, recreación de la breve historia de los EEUU, en que personajes como Buffalo Bill o Calamity Jean cobran una relevancia inopinada a la luz de sus acciones.</p><p>Pues bien, en tal recreación era fundamental el concurso del pueblo derrotado, los indios, "<i>c’était la présence des Indiens, de véritables Indiens. Oui, les gens ne venaient sans doute que pour ça.". </i>De ahí el papel clave desempeñado por Toro Sentado.</p><p>Que el espectáculo fue un éxito sin precedentes es innegable, Hizo de Bill un hombre rico, con varias giras por Europa, en una de las cuales trató de que se montara en el Coliseo de Roma, algo que no se llegó a hacer por falta de espacio. En el fondo, Buffalo Bill sí es merecedor de fama, pero por la que tradicionalmente se le atribuye, sino por ser un emprendedor de éxito que creó el primer espectáculo de masas (Vuillard lo califica como "reality show", pero yo no comparto tal categorización). Nos cuenta también Vuillard las dimensiones del colosal espectáculo, y que se realizaba también de noche, siendo el primer espectáculo nocturno. Otra curiosidad es que el típico grito indio que todos hemos hecho de niños, resulta que nunca lo usaros los verdaderos indios y fue un invento para este show.</p><p>El problema son las miserias que se ocultan tras la farándula, que Vuillard no tiene reparo en contar, y que revelan el gran desprecio de los estadounidenses de la época por los indígenas, y vengo con el tema calentito, que acabo de ver la última de Scorsese, y va de los mismo. Por cierto, este desprecio por otros seres humanos, debemos recordar los españoles una y otra vez, no ocurrió en los territorios del imperio español. </p><p>Vuillard nos cuenta el episodio poco edificante de cómo los dueños del show compraron una niña india superviviente de la masacre de Wounded Knee: "<i>Le marchandage fut féroce. Colby, Buffalo Bill et Burke, à deux pas du bébé qu’une Indienne tenait contre elle, dans le magasin d’Asay, tandis que la reine de Pine Ridge, May, leur servait à boire, négocièrent le prix de l’enfant.</i>" </p><p>Y nos cuenta también el lamentable episodio de cómo ocurrió dicha masacre (masacre de indios, por si queda duda), pero sobre todo nos explica cómo la adaptó a su espectáculo el señor Cody: "<i>C’est une version du massacre revue et corrigée par Buffalo Bill et John Burke, dans le plus pur esprit américain. C’est une version pour nos livres de classe. Une version pour enfants. Dans ce petit bout de théâtre, il n’y a ni la longue marche épuisante des Sioux, fuyant leur réserve, ni les manœuvres des rangers pour les attirer docilement, hordes mourantes, à Wounded Knee. Il n’y a pas non plus le canon Hotchkiss, et sa technologie miraculeuse. Il n’y a plus ni tempête de neige, ni fosse commune, ni femmes, ni enfants.</i><span style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px;">"</span></p><p>Terrible, pero revelador de la carencia de límites del espíritu emprendedor americano, para lo bueno y para lo malo.</p><p>Todos los negocios tienen su ciclo, y no va a ser menos el espectáculo de Buffalo Bill, amenazado por alternativas como el cine. En esta parte final, Vuillard se torna más lírico y nos presenta al emprendedor fracasado ahora sí con tintes heróicos: "<i>Ses mises en scène sont soudain inadaptées au monde qui vient. Et voici que par la même opération qui avait relégué les Indiens dans l’indiscernable, il est à son tour attiré lentement dans l’ombre.</i>" Por cierto, otro de sus fracasos de emprendedor es la ciudad de Cody en Wyoming (yo desconocía que la había fundado Buffalo Bill, pensaba que era al revés, que había cogido él su apellido del nombre de la ciudad); sin embargo, nadie diría que lo fue, convertida como es en la actualidad en la entrada oriental al parque Yellowstone.</p><p>Cierra el libro un extraño capítulo llamado Neige, en que Vuillard nos presenta a un fotógrafo, Wilson Bentley, coetáneo de Buffalo Bill y famoso por sus fotografías de copos de nieve: "<i>Willie se dit que Dieu ne veut pas que la photographie s’enfonce dans la matière, que son mystère dédaigne être percé. Pendant un an, il recommence, il s’entête. Et enfin il parvient à photographier un flocon de neige, le premier qu’on ait jamais pris.</i>" Incluso en su vejez, "<i>il tenta l’impossible, il voulut photographier le vent. Or, la photographie tue tout ce qu’elle attrape, le mouvement meurt dans son panier.</i>", lo que nos deja esa magnífica reflexión final de Vuillard. </p><p>No sé muy bien que tiene que ver esta historieta con la de Buffalo Bill, pero los efluvios de Zweig son aún más intensos que en el resto del libro, por lo que es bienvenida su lectura.</p><p>No decepciona Vuillard en este libro, y yo lo recomiendo sin dudarlo: bien escrito, con información interesante, y además cortito. ¿Se puede pedir algo más?</p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-13533734218426989892023-10-30T21:30:00.001+01:002023-10-30T21:30:00.156+01:00La telaraña de Carlota ("Charlotte's Web"), de E.B. White<p>No sé por qué, esto es, donde cogí la referencia, pero tenía esta novela infantil apuntada para leerla. Si cuando la apunté sabía que era literatura infantil o no, soy incapaz de recordarlo. En todo caso, no le hago ascos al género (como expliqué recientemente <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2023/09/artemis-fowl-de-eoin-colfer.html">aquí</a>), así que, además a la vista de la escasa extensión de la obra, me la he leído ni corto ni perezoso.</p><p>Me encuentro un cuento infantil donde los animales hablan unos con otros, incluidos los arácnidos. Tenemos a la araña del título, al cerdito Wilbur (protagonista principal) y a la rata Templeton, junto con una niña, Fern, con la que se inicia la historia. A su alrededor hablan ovejas, otros cerdos, alguna vaca, y tartamudean los gansos.</p><p>La historia es simple, pero tiene su profundidad. Wilbur es rescatado del abandono y muerta por Fern, hija del dueño de la madre de Wilbur. Tras alimentarlo a base de biberones, no hay sitio en la casa, y ha de venderlo a su tío. Por supuesto, Fern piensa que así podrá seguir disfrutando del cerdito, mientras que es fácil adivinar cuáles son las intenciones del tío para con el animal. No hay juicio moral, ni lo hago yo, ni lo hace White, estamos en una granja de principios del siglo XX.</p><p>Enterado de su destino, Wilbur encontrará una inesperada aliada en la araña Charlotte que de una forma ingeniosa conseguirá salvarle y extender su vida. Y extenderla más allá del interés de la rescatadora Fern, que rápidamente crece y pierde todo interés por los animales no racionales para dedicárselo a los chicos ("<i>As they passed the Ferris wheel, Fern gazed up at it and wished she were in the topmost car with Henry Fussy at her side.</i>"). Esta es la reflexión que me parece de más profundidad: cómo el tiempo pasa, y cómo el tiempo se lleva la vida de Charlotte (¿cuánto tiempo vive una araña?) y el interés de Fern, pero ambos han sido decisivos para la supervivencia de Wilbur, cuya vida superará en duración a ambas circunstancias.</p><p>La mejor formulación la da, por supuesto, la araña Charlotte, aunque solo en lo referente a su vida, no a la de Fern: "<i>After all, what’s a life, anyway? We’re born, we live a little while, we die. A spider’s life can’t help being something of a mess, with all this trapping and eating flies. By helping you, perhaps I was trying to lift up my life a trifle.</i>"</p><p>Un tema que apenas se desarrolla, pero que por el momento parecía de interés, es el de ser amigo de una araña ("<i>But what a gamble friendship is! Charlotte is fierce, brutal, scheming, bloodthirsty— everything I don’t like. How can I learn to like her, even though she is pretty and, of course, clever?”</i>"). Aunque ya Charlotte le ha proporcionado esta brillante respuesta: "<i>“Why not? It’s true, and I have to say what is true. I am not entirely happy about my diet of flies and bugs, but it’s the way I’m made.</i>". </p><p>En la misma línea, las reflexiones sobre lo fácil o difícil que es hacer telas de araña, en las que participará un erudito doctor. "<i>“Well, who taught a spider? A young spider knows how to spin a web without any instructions from anybody. Don’t you regard that as a miracle?”</i>"</p><p>Y como en toda literatura infantil con un mínimo de calidad, debe de haber censuras veladas a la vida de los adultos. E.B. White nos deja alguna:</p><p><i style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;"></i></p><p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">"<i>Children almost always hang onto things tighter than their parents think they will.</i>"</p><p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">"<i>Did you ever hear of the Queensborough Bridge?” Wilbur shook his head. “Is it a web?” “Sort of,” replied Charlotte. “But do you know how long it took men to build it? Eight whole years. My goodness, I would have starved to death waiting that long. I can make a web in a single evening.” “What do people catch in the Queensborough Bridge— bugs?” asked Wilbur.</i>"</p><p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">"<i>“But Charlotte,” said Wilbur, “I’m not terrific.” “That doesn’t make a particle of difference,” replied Charlotte. “Not a particle. People believe almost anything they see in print.</i>"</p><p>La historia está contada de forma agradable y manteniendo el interés. White no es Lewis Carroll ni Barrie ni Baum, pero alguna de esas frases deliciosas que abundan en la literatura infantil sí nos deja:</p><p>"<i>“I don’t think there is any such thing as less than nothing. Nothing is absolutely the limit of nothingness.</i>"</p><p>Esta me gusta mucho, Templeton advirtiendo a Wilbur de las cosas que preferiría no sufrir: "<i>“Struggle if you must,” said he, “but kindly remember that I’m hiding down here in this crate and I don’t want to be stepped on, or kicked in the face, or pummeled, or crushed in any way, or squashed, or buffeted about, or bruised, or lacerated, or scarred, or biffed.</i>"</p><p>Aquí tenemos un amanecer bucólico, pero con su rasgo de modernidad americano: "<i>“When the first light comes into the sky and the sparrows stir and the cows rattle their chains, when the rooster crows and the stars fade, when early cars whisper along the highway, you look up here and I’ll show you something.</i>"</p><p>La obra de E.B. White no parece haber dado mucho más de sí, aunque también escribió una obra quizá aún más conocida: Stuart Little, que recuerdo haber visto en película. No creo que la lea, pero ahí queda apuntada y está levemente recomendada.</p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-12657595229709876212023-10-29T21:30:00.003+01:002023-10-29T21:30:00.156+01:00Último autobus a Woodstock ("Last Bus to Woodstock"), de Colin Dexter<p>Tras haber comenzado a ver la serie Endeavour, tenía curiosidad por leer alguno de lo libros del inspector Morse, aunque solo fuer por enterarme completamente bien de alguno de los casos. Porque si hay algo que caracteriza a la serie es por la extrema complejidad de los casos, que muchas veces requieren conocimientos de erudito para su resolución. Y, claro, Endeavour Morse está especialmente preparado para este tipo de investigación, habida cuenta de su formación universitaria en el Oxford en que transcurren la mayoría de los casos.</p><p>Elegí para satisfacer mi curiosidad la primera de las novelas del personaje, atraído también por una crítica razonablemente buena. La primera sorpresa me la llevé al constatar que en dicha primera novela, Morse ya era inspector de la policía y además con ayudante a su cargo, el sargento Lewis. Así pues, la serie supone una precuela de las novelas, y no inspira sus guiones en éstas, sino que son obras independientes que comparten protagonista. En la misma dirección va el inspector Thursday, imagino, aunque no el policía Strange, que aparece en esta novela.</p><p>La segunda sorpresa tiene que ver con el desarrollo de la propia investigación. Aunque hay algunas cesiones a la erudición de Morse, el caso que se presenta es mucho más sencillo y de andar por casa que los que presenta la serie. Y eso nos lleva a la tercera y última sorpresa, y es la capacidad de deducción de Morse. Allí donde la serie nos presenta a un tipo poco menos que genial y muchas veces incomprendido, la novela nos muestra a alguien dando casi todo el rato palos de ciego y dejándose llevar por sus prejuicios sin atender a la evidencia que aparece, para desesperación del Lewis. Curiosa involución del personaje de la TV al personaje de la novela. Eso sí, en lo que no ha cambiado es que se va enamorando de todas las tías que aparecen en la narración.</p><p>En cuanto a la novela en sí, el estilo de Dexter no es fácil de seguir. Escribe bien, con un registro bastante alto y frases algo retorcidas, no exentas de referencias cultas ("<i>An initial ‘G’ was clear enough, but the surname to which it was floridly appended would have remained an enigma to the great Champollion himself.</i>", "<i>he saw Morse scribbling as furiously as Coleridge must have scribbled when he woke up to find, full grown within his mind, the whole of Kubla Khan.</i>"), que pueden deslizarse con cierta facilidad a la pedantería ("<i>Gone were the flights of angels that had guarded him in sleep and he sat on the edge of his bed fingering the rough stubble on his chin and wondering what this day would bring.</i>"). Como digo, no es un libro fácil de leer.</p><p>La narración va dando protagonismo a diversos de sus personajes, sin centrarse exclusivamente en Morse. Muchos capítulos comienzan con escenas de estos otros, lo que me parece atípico en una novela policíaca. Por otro lado, tampoco está clara la razón de esos zooms, rompen la narración sin ser obvia su relación con la investigación.</p><p>Lo que más me gusta de la novela policiaca de Dexter es cómo aparecen consecuencias del asesinato principal, en respuesta a como los distintos personajen han reaccionado al mismo, y como dichas consecuencias pueden hacer mucho más difícil la investigación, arrojando pistas falsas a los policías. Estos, al final, tienen que encontrar la lógica de todos los sucesos para tratar de resolver al misterio, aunque sus orígenese sean diversos. Es especialmente original en esta novela por la sucesión de cosas que le ocurren la víctima.</p><p>También es interesante la relación entre Morse y Lewis, caracterizada por sequedad, profesionalidad, respeto y sorpresa mutua. Como muestra, esto le suelta el señor inspector a su acólito ante una de sus sugerencias: "<i>‘We could find out where Ryan’s Daughter was on in the first week of January,’ suggested Lewis. ‘Yes, we could. And how much the diary cost and who gave it to her and where she buys her biros from. Sergeant! We’re running a murder enquiry not a stationery shop!’</i>"</p><p>Cierro con una frase que dejé señalada por su sonoridad, y que debe de recoger algún pensamiento de Morse: "<i>with names that ring with silken ecstasies: Skin and Skirt and Lush and Lust and Flesh and Frills.</i>"</p><p>Bueno, cumplido el expediente, será difícil que vuelva a leer algo de Dexter. No está mal, pero tampoco es una cosa tan maravillosa como para que me ponga a leer a estas alturas de mi vida novelas de detectives. Que me espera Victor Hugo a la vuelta de la esquina (y quien no sea pedante que tire la primera piedra).</p><div class="noteText" style="margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><div class="noteText" style="margin: 2px 0px 0px; padding: 0px;"><br /></div><div style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 18px;"><br /></div></div><div><br /></div><p><br /></p><p><br /></p><br />Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-47366596133841402102023-10-26T21:30:00.001+02:002023-10-26T21:30:00.151+02:00Cuentos (1894-1903), de Anton P. Chekhov<p>En alguna lectura reciente aparecía referenciado un cuento de Chekhov, "El monje negro". Como suele ser el caso, la referencia motivaba a su lectura. Esto, junto al hecho de que aún no había leído nada de tan insigne autor, hasta el punto de ser la gran referencia rusa que me falta por leer (ya he leído a Gogol, a Dostoiesky y, por supuesto, al grandísimo Tolstoi; a Pushkin prefiero no leerlo porque evito la poesía traducida), me hizo decidirme a leerlo de una vez.</p><p>El problema es que Chekhov es un autor de cuentos, en muchos casos aparecidos en revistas, no en libros. Y como tampoco quería limitarme a leer el cuento de referencia, tuve que indagar algo más en qué leer del autor. Al final encontré una colección de obras completas ordenada cronológicamente y estructurada en cuatro tomo. Y como tampoco me quería hacer un experto en el autor, opté por leer aquel tomo que contuviera el cuento que buscaba, y acabé leyendo este que comentó, que abarca el último periodo y más largo de su producción, si bien hay que decidir que su productividad por año disminuyó considerablemente en esta época.</p><p>Explico todo esto porque necesariamente puede haber sesgado mi percepción de la obra de Chekhov, pues solo he leído esta última. Y lo que he leído no me ha entusiasmado demasiado, la verdad, me he aburrido bastante leyendo cuento tras cuento de este señor. Quizá también el problema es de pegarse un atracón de cuentos, no digo que no, pero yo sí que no tengo paciencia para tener un libro años abierto para leer sus cuentos espaciadamente. Lo que sí hice fue partir la lectura en dos partes, para combatir ese hastío, con no demasiado éxito.</p><p>Los cuestos de Chekhov son costumbristas. Su gran valor e interés reside en las descripciones que hace de la vida cotidiana de la gente, en esa Rusia de principios del XX en que se acaba de abolir la servidumbre. Contra este fondo, describe vivencias y pensamientos de los protagonistas de cada cuento, pero rara vez nos cuenta algo asombroso o tiene el cuento un giro narrativo. Es como si se asoma a la vida de sus personajes y nos cuenta un rato de ellas, no especialmente relevante ni siquiera muchas veces para el protagonista.</p><p>Sus cuentos tampoco introducen ningún elemento sobrenatural, algo en lo que yo me había engañado con respecto al "Monje negro". Éste no es un fantasma, sino más bien la expresión de la locura del protagonista, que de hecho se da cuenta de su enfermedad durante la narración.</p><p>La vida que nos cuenta Chekhov en estos cuentos es sobre todo la rural, con escasos escarceos en la urbana, sea de destinos vacacionales (Yalta) o de grandes ciudades (sobre todo Moscu). Y hay un tema constante, que podría calificar como la desmitificación del "buen salvaje" de Rousseau. En efecto, los campesinos que salen en estos cuentos no son especialmente buenas personas, son tan miserables como sus contrapartes urbanas, y los malos tratarán de engañarte como si te encuentras a un malo en la gran ciudad. En suma, Chekhov no idealiza a sus personajes solo por vivir en entorno rural: nos viene a decir que son personas normales y que en todos los sitios cuecen habas. Lo traigo aquí porque me ha parecido un tema bastante repetido en estos cuentos, lo que me llama la atención.</p><p>La lectura se me aligeró bastante al final del tomo, donde se recopilan textos de Chekhov sin clasificar, inéditos o sin terminar. No sé si corresponden solo a las fechas del tomo, o recogen todos los textos de la vida de Chekhov. Pero sí me sorprendió que tras montones de páginas sin poder aflorar una sonrisa, de respente en estos textos se ve una vertiente humorística de Chekhov sorprendente. ¿Quizá no elegí bien el periodo para leer sus cuentos y en obras anteriores hay más alegría? Nunca lo sabré, porque no creo que repita con Chekhov.</p><p>En todo caso, sí dejo aquí unos fragmentos de estos más humorísticos, por si leyéndolos más adelante me motivo en su redescubrimiento:</p><p>Sobre paseos en Moscú: "<i>Los carruajes, excelentes. También las sillas, los caballos estupendos, pero los paseantes… Los paseantes son horriblemente malos, ni uno solo es decente…</i>"</p><p>Conclusión divertida: "<i>—Ya lo ves, querido… Aunque mi papá era guardia y dio con muchos ladrones y estafadores, no consiguió encontrarme a mí un novio… La conclusión a la que llego es que hay muchos más ladrones que novios…</i>"</p><p>Viaje contra el recién democratizado cuerpo ruso de funcionariosa:"<i>La barriga. No es un órgano innato, sino adquirido. Comienza a crecer a partir del rango de consejero provincial. El consejero civil sin barriga no es un auténtico consejero civil. (¡¿ Un retruécano?! ¡Ja, ja!). En los rangos inferiores al de consejero provincial se denomina panza; entre los comerciantes, mondongo; y entre las tenderas, tripa.</i>"</p><p>Reflexión relevante, y ojo que se podría parafrasear con leyes "económicas" y regulador donde pone "abogado": "<i>La solidez y la constancia de las leyes de la naturaleza radica en que ningún abogado está capacitado para darles la vuelta.</i>"</p><p>Origen del beso: "<i>El beso lo inventó en la antigüedad remota una mujer picara y lista que le daba un beso a su marido cuando llegaba tarde por la noche para averiguar si había bebido.</i>"</p><p>Sabiduría de marido experimentado: "<i>—Olga, cuando no estés de buen humor, avísame para que pueda quedarme a dormir en el gabinete.</i>"</p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-47406251083324065192023-10-24T21:30:00.001+02:002023-10-24T21:30:00.146+02:00El rey se divierte ("Le roi s'amuse"), de Victor Hugo<p>Victor Hugo es mi novelista francés preferido, lógicamente por Les Misérables, aunque también me parece una pasa Notre Dame du Paris. Sin embargo, según parece, en Francia la fama principal le viene de sus obras de teatro. Lo cierto es de Hugo he leído poco más que las dos novelas antes citadas (me vienen a la memoria "Le dernier jour d'un condamné" y también 1813), digo, poco, para ser mi autor francés preferido. Así que nada mejor que retomar su lectura con una obra de teatro, esta. Dejo para más adelante otra de sus novelas, "L'homme qui rit".</p><p>Dicho esto, no creo haber tenido suerte con la elección. Se trata de una tragedia en cinco actos, en verso. El protagonista es un bufón, Triboulet, al que odia toda la corte. Por su parte, el rey "se divierte", sobre todo, tonteando con las damas, y en particular lo hará con Blanche, la hijo y niña de los ojos de Triboulet. A partir de aquí, el intento de venganza del bufón solo puede terminar mal, y en esta tragedia lo hace de forma absurda, que no revelaré.</p><p>Lo más destacado de la obra es el monólogo que se marca Triboulet en el segundo acto, del que podemos extraer algunos pasajes brillantes (Hugo es un gran escritor incluso con tramas absurdas).</p><p>"<i>Nous sommes tous les deux à la même hauteur. </i></p><p><i>Une langue acérée, une lame pointue. </i></p><div><div><i>Je suis l’homme qui rit, il est l’homme qui tue.</i>"</div></div><div><i><br /></i></div><div>"<i>Des fêtes qui pour vous </i><i>ne sont qu’une ironie,</i></div><div><i><br /></i></div><div><i>Démolir le bonheur des heureux, par ennui, </i></div><div><i><br /></i></div><div><i>N’avoir d’ambition qu’aux ruines d’autrui,</i>"<br /></div><p>El tema subyacente es el honor, como en tantas tragedias francesas: </p><div><p>"<i>Croyez- vous qu’un chrétien, un comte, un gentilhomme,</i></p><p><i>Soit moins décapité, répondez, monseigneur, </i></p><p><i>Quand, au lieu de la tête, il lui manque l’honneur"</i></p><br />Hay un par de personajes que recuerdan a los Thenardier, el asesino a sueldo y su hermana. No deja de ser irónica la respuesta del primero ante la propuesta de la hermana de matar al bufón cuando le ha contratado, para quedarse con su dinero:<br /><div><i>"Hein ! pour qui me prends- tu, ma sœur ? suis- je un bandit ? </i></div><div><i>Suis- je un voleur ? </i></div><div><i>Tuer un client qui me paie</i>"<br /><br />Y respecto a la obra, me quedo también con este verso ya del acto final, por su maravillosa enumeración de personajes<br />"<i>Ô terre, quel volcan vient d’ouvrir son cratère ? </i></div><div><i>Qui donc émeut ainsi le chrétien, l’ottoman, </i></div><div><i>Clément Sept, Doria, Charles- Quint, Soliman ? </i></div><div><i>Quel César, quel Jésus, quel guerrier, quel apôtre, </i></div><div><i>Jette les nations ainsi l’une sur l’autre</i><br /><br />Y digo que termino con la obra, porque el volumen que he leído viene acompañado por un discurso del escritor, que tuvo que comparecer en juicio para defender su derecho a que se representara la obra, que habría sido censurada por algún ministro de Napoleón III por una frase (sin especificar) del tercer acto.</div><div><br /></div><div>Aquí Hugo hace una defensa cerrada de la libertad, aunque le llame derechos: "<i>Je plaide ici pour quelque chose de plus haut que mon intérêt propre ; je plaide pour mes droits les plus généraux, pour mon droit de penser et pour mon droit de posséder, c’est- à- dire pour le droit de tous.</i>".</div><div> </div><div>Y constata los males de los Estados, en un momento en que está empezando a crecer a consta de las libertades de los franceses, lo que pasa es que él lo dice con más brillantez que los que denunciamos ahora lo mismo:</div><div><br /></div><div>"<i>Le moment de transition politique où nous sommes est curieux. C’est un de ces instants de fatigue générale où tous les actes despotiques sont possibles dans la société même la plus infiltrée d’idées d’émancipation et de liberté.</i>" (recuerdo, habla Hugo a finales del XIX, no es una frase sobre la situación actual)</div><div><br /></div><div>"<i>il s’embusque, pour nous dérober nos droits, dans cette forêt de Bondy des décrets impériaux, à travers lesquels la liberté ne passe jamais sans être dévalisée.</i>" (o sea, lo que ha hecho Sánchez estos años y pretende seguir haciendo).</div><div><br /></div><div>En suma, que mereció la pena la lectura, aunque no por la obra de teatro, sino por el acompañamiento.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><br /></div><p></p>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4113003672208407882.post-14800832706677645332023-10-08T21:30:00.001+02:002023-10-08T21:30:00.174+02:00Pero, ¿esto es arte? ("But is it art?"), de Cynthia FreelandNo he tardado demasiado en hacerme con y leer este libro cuya referencia aparecía <a href="Cómo visitar un museo de arte ("How to visit an art museum"), de Johan Idema">How to visit an art Museum</a>. Se trata de un ensayo sencillo y divulgativo que revisa las principales teorias sobre el arte. En el camino, te da alguna pista sobre cómo interpretar alguna obra de arte, pero no es este su propósito.<div><br /></div><div>El libro, como suele ser el caso con los divulgadores de habla inglesa, está muy bien escrito y es ameno. Para mi se queda un poco en la superficie (en mi haber tengo ya un ensayo sobre arte del mismísimo Roger Scruton, <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2018/01/belleza-beauty-de-roger-scruton.html">Beauty</a>), pero, aparte de eso, no se puede reprochar nada a esta lectura. Bueno, sí, una cosa, que dedique un capítulo de 7 al feminismo en el arte, quizá con la intención de ir reposicionando a las mujeres artistas.</div><div><br /></div><div>El libro empieza de forma muy prometedora, cuando la autora define que lo que se espera de una teoría del arte: "<i>A theory is more than a definition; it is a framework that supplies an orderly explanation of observed phenomena. A theory should help things make sense rather than create obscurity through jargon and weighty words.</i>" Para a continuación reflejar las especiales dificultades que confronta una teoría del arte: "<i>The practices and roles of artists are amazingly multiple and elusive. Ancient and modern tribal peoples would not distinguish art from artefact or ritual.</i>" </div><div><br /></div><div>Para mí una teoría del arte debe de explicar por qué hay arte. Freeland está en lo cierto cuando no se le puede pedir a una teoría social, como es la del arte, una capacidad predictiva: "<i>there do not seem to be any ‘laws’ of art that will predict artists’ behaviours, or that explain the ‘evolution’ of art history by detailing what ‘succeeds’ in making a work beautiful or significant.</i>" Esto suena mucho a la teoría económica del emprendimiento, y seguro que se podría construir una interesante teoría del arte con base en la praxeología, pero este campo no es tocado ni de lejos por Freeland.</div><div><br /></div><div>Lo que nos ofrece es una historia de las distintas teorías que se han propuesto para el arte, describiendo y criticando cada una de ellas. Como es lógico, la mayor parte son teorías filosóficas con escasa base científica, aunque no por ello menos interesantes. Lo único que a mí me pasa es que, cuando nos metemos en la ciénaga de la filosofía, aparecen como teorías cosas que son más bien reflexiones o pensamientos al hilo, no algo estructurado.</div><div><br /></div><div>Por ejemplo, ¿son teorías del arte las que proponen los pensadores que recoge en el último capítulo, dedicado a los nuevos medios? A mí no me lo parecen. Es más, me extraña que una teoría del arte pueda depender del medio o la tecnología utilizada.</div><div><br /></div><div>La teoría del rito, con la que empieza el ensayo, según la cual el origen del arte está en los ritos ancestrales, es correctamente desmontada cuando tenemos en cuenta la falta de contexto común entre artista y espectador que hay desde hace siglos. Las teorías del gusto y la belleza (Hume, Kant) son más bien de eso, y no explican el fenómeno del arte. En todo caso, explicarían porque hay un arte que nos gusta y otro que no.</div><div><br /></div><div>A mí me parecen más próximas a la realidad las teorías cognitivas (el artista quiere transmitir un mensaje) y expresivas (el artista transmite sentimientos o ideas), que desembocan en las teorías neurológicas por las que ya vamos abandonando el campo de la filosofía en favor del científico, por limitado que este aparezca.</div><div><br /></div><div>Pero, en el fondo, la que me convence es la de Scruton (no recogida en este libro), muy próxima a la praxeológica, según la cual el origen del arte está en los grados de libertad que tiene el individuo para resolver sus necesidades. O sea, para sentarnos, se pueden diseñar infinidad de sillas. En algún nomento, algún carpintero/a se daría cuenta de que hay un valor diferencial estético, y que la gente prefiera algo que le parezca bonito, a algo normal.</div><div><br /></div><div>Lo que es difícil a priori, para el artista, es acertar con lo que le parecerá bonito a terceros. Esta gran dificultad hace que a los artistas que triunfan se les considere genios, y da lugar a las teorías de Hume y Kant, y a tantas otras. Desde aquí es fácil ver que surgiría una competición por las cosas consideradas "bonitas", y la vinculación reputacional con poseerlas. En esta carrera por impresionar, el artista se sujeta a un proceso emprendedor de prueba y error, del que solo sobreviven unas pocas corrientes artísticas, olvidándose todas las demás. En esos esfuerzos, pueden aparecer obras muy provocativas (el valor del shock, como dice Freeland) o incomprensibles en un momento dado. </div><div><br /></div><div>Con este marco teórico (insisto, que no derivo del libro) es fácil encajar las influencias culturales cruzadas a las que Freeland dedica el tercer capítulo o todo el tema de mercados y museos del capítulo 4, que encaja naturalmente con una teoría praxeológica. Claro, lo que se echa de menos en este es la distorsión que pueden estar generando los Estados, tanto en la gestión de los museos como en la definición de las nuevas corrientes de arte gracias al inmenso caudal de dinero público que pueden dedicar, por ejemplo, a las esculturas que decorarán una ciudad o una rotonda. Algunas reflexiones al respecto aparecían en <a href="https://ferhergon.blogspot.com/2022/10/obra-maestra-de-juan-tallon.html">Obra Maestra</a>. El sesgo adquirido en los últimos años por el Museo Reina Sofía sería un claro ejemplo.</div><div><br /></div><div>El capítulo dedicado al feminismo en el arte, aunque me parezca desproporcionado con respecto a los contenidos de este ensayo, no por eso deja de tener reflexiones muy interesantes. En primer lugar, es obvio que históricamente haya habido pocas mujeres artistas han sido los contextos sociales que las confinaban a determinados espacios, dejando el campo de juego libre de competencia para los hombres: ha pasado en las artes y en mil cosas más, y nunca sabremos lo que nos hemos perdido porque esto haya sido así. Ya no pasará, al menos no en los países occidentales.</div><div><br /></div><div>Pero, sea por lo que fuere, el hecho histórico irrebatible es el dominio de artista masculinos. Para mí, es absurdo forzar la inclusión de mujeres en los elencos artísticos históricos solo por buscar una paridad que no existió y ya no podrá existir. Claro, aquí es donde es relevante la discusión sobre el canon, tan discutible como puede ser este canon, que proponte Freeland: "<i>We could say that the social conditions have changed enormously to facilitate more female participation in the arts and greater recognition of women artists’ merits. But some people might suspect instead we have watered down or altered old notions of greatness and genius.</i>" No creo que esta afirmación se puede sostener en la actualidad, pero sí si nos empeñamos en buscar artistas femeninas en la historia a cualquier precio. Y ello con independencia de que sí convenga un esfuerzo por rescatar a las que tengan méritos (lo que habría que hacer mediante procesos de mercado, no mediatizados por los Estados).</div><div><br /></div><div>En cualquier caso, me vuelve a parecer acertada la conclusión de Freeland:"<i>gender can matter in art history (along with sexual preference) if it reflects a deep personal concern that the artist wants to express in a work. When an artist has any thought or feeling that shows up in a work, it is usually important to know about that to understand the work better.</i>", pero que "<i>In order to interpret artworks, we must look beyond gender and sexual preference to the broader context that gives any art its meaning.</i>"</div><div><br /></div><div>Por último, un poco sobre interpretación de una obra de arte. Creo que lo resume bien al principio, cuando recoge el análisis de una crítico de arte de la obra "Piss Christ": "<i>she examines (1) his work’s formal and material properties; (2) its content (the thought or meaning it expresses); and (3) its context, or place in the Western art tradition.</i>" También en el capítulo 6 hay un interesante ejercicio de interpretación del Tryptich-1973, de Francis Bacon. Y una referencia a la interpretación que hace Foucault de Las Meninas. Y, ya que estamos, parece interesante la referencia de Freeland a la colección "World of Art" para quien quiera profundizar en determinados estilos o artistas.</div>Ferhergónhttp://www.blogger.com/profile/00496091414864902057noreply@blogger.com0