sábado, 18 de agosto de 2018

12 Rules for Life: An antidote for chaos, de Jordan H. Peterson

Jordan Peterson es un profesor y psicólogo canadiense, que ha saltado a la fama recientemente, a causa de una entrevista "sufrida" a manos de una presentadora de la BBC, precisamente en relación con este libro, video que se hizo viral. En dicha entrevista, el profesor Peterson defiende con elegancia sus posiciones ante un cada vez más cruento ataque por parte de su interlocutora, que culmina con ésta teniendo que callarse cuando Peterson le suelta que no se ha ofendido pese a sus obvios intentos (de la presentadora) por hacerlo. Es magnífico, vedlo si tenéis oportunidad.

En el mismo vídeo, Peterson se muestra como un psicóloco competente y bien informado, en particular con las referencias que hace a la psicología evolutiva. Conforme me adentro en este campo, estoy cada vez más convencido que no hay psicología si no es evolutiva, al menos como ciencia. Luego leí algunos de sus artículos, y se confirmó lo que había visto en la entrevista, así que decidí leer algo de él con más enjundia. Como solo tiene dos libros, la elección no resultó muy difícil, y opté por empezar por el último, que parece basarse extensamente en el primero ("Maps of Meaning").

Lo que me he encontrado es, en esencia, un libro de autoayuda (¿qué podía esperar con este título?) y por ello me ha decepcionado. Al mismo tiempo, Peterson hace un gran esfuerzo por mostrar las bases teóricas, científicas y evolutivas de los consejos que da, que es lo que yo iba buscando, aunque lo he encontrado en menores dosis de las esperadas.

El libro se estructura en 12 capítulos para otras tantas reglas, más una introducción y lo que Peterson llama una Coda. Cada uno de los capítulos sigue un esquema bastante estable: primero nos cuenta algunas anecdotas de su vida o de sus pacientes; a continuación, aporta las bases teóricas de lo que nos va a proponer, y termina con una sección eminentemente retórica, de vendedor de crecepelos, en que repite una y otra vez que hagamos lo que recomienda su regla, hasta cerrarse el capítulo con el enunciado de la misma. Esta última parte me ha resultado cansina y prescindible, y el problema es que disuelve los conocimientos adquiridos en la segunda de las partes, hasta hacerte dudar de si merece la pena dedicar tiempo a esta lectura.

En cuanto a la parte de anecdotas y experiencia real, Peterson no duda en desnudarse completamente ante el lector. Nos cuenta cosas de su juventud y de sus experiencias más íntimas, para acercarse al lector tanto como sea posible. Ello culmina en la última de las Reglas en que Peterson nos cuenta el drama vital de su hija Mikhaila, en uno de los momentos más emotivos del libro, antes de darnos ese último consejo de acariciar a los gatos cada vez que tengamos oportunidad (entiéndase en sentido metafórico).

Y en lo referente a las partes teóricas, como digo, es lo que más interesante me ha resultado. Es especialmente brillante el análisis que hace en relación con el feminismo, los intereses de las mujeres, el matrimonio, y la situación en que se van quedando los jóvenes varones de raza blanca ante la persecución social a la que crecientemente se ven sometidos. También son muy interesantes las relaciones que establece entre determinadas problemáticas existencialistas y los relatos míticos de la antigüedad, o los cuentos populares, algo que según Peterson tiene una base evolucionista (al parecer, de esto va su primera obra, el ya citado "Maps of Meaning"). De todas formas, me parece que estira demasiado el argumento, y pierde credibilidad, cuando lo actualiza con las películas de Disney.

Termino con la parte crítica antes de pasar a las muchísimas ideas aprovechables del tratado de Peterson. Y es solo para decir que no es un buen escritor, me temo. Muchas de sus frases son innecesariamente complicadas (la verdad es que el propio Peterson confiesa que Maps of Meaning es un poco farragoso) y ello hace poco digerible esa parte retórica que constituye el cuerpo principal de cada capítulo. Esto lo lleva al extremo en la coda con que cierra el libro, en que el autor asume un estilo casi mesiánico con su "boli de luz". No es un placer leer a Peterson.

Vamos con las ideas clave:
- Desde la perspectiva humana, el entorno se divide en orden y caos. Entre ambos, está nuestra conciencia. Estamos cómodos en el orden, pero la única forma de progresar en confrontando el caos. Además, cada uno de los dos entornos tiene en sí la semilla del otro. Es nuestra conciencia la que transforma el caos en orden. Todo ello es un tema recurrente en los relatos míticos. "Chaos is the domain of ignorance itself. It’s unexplored territory." "Order is tribe, religion, hearth, home and country."
Al respecto, me encantó la explicación del mito egipcio de Horus, Osiris y Set como metáfora del avance de la civilización: Osiris es el orden establecido, inconmovible y ciego al cambio; de ello se aprovecha Set, para hacerse con el poder y transformar el orden en caos. Horus, el hijo de Osiris, se atreve a mirar al caos (aunque ello le cueste parte de su visión) para así restaurar otro orden, a cuyo frente reestablece a Osiris, no sin antes proveerle de parte de sus poderes de visión para que esté atento al cambio que exige la evolución.

- Nuestras mentes son mucho más antiguas que la humanidad, lo que implica que las categorías que manejamos (por ejemplo, masculino y femenino) son bastante más antiguas que nuestra especie. Otro ejemplo lo constituye la existencia de jerarquias de dominancia, hasta el punto que sistemas nerviosos tan simples y antiguos como el de determinados crustáceos ya tienen la estructura y química necesarios para procesar información sobre estatus y sociedad. En otras palabras, las jerarquías no son una invención de los seres humanos para imponerse unos grupos sobre otros.

- Las creencias compartidas (en el seno de un grupo o sociedad) simplifican nuestra interacción con el mundo, al permitirnos anticipar la reacción de otros individuos (meten orden en el caos). Pero, al mismo tiempo, son la causa de conflictos con otros grupos de creencias diferentes. Esta es una situación de compromiso cuya solución no puede ser la desaparición de las creencias compartidas, pues ello nos lleva a una vida más caótica e intolerable.
En relación al conflicto, inevitable, es importante buscar mecanismos de resolución sin que las partes en desacuerdo incurran en un gran coste. Peterson nos pone el ejemplo evolutivo de determinados crustáceos, y de cómo llegan a las manos solo en circunstancias excepcionales, pues ello tiene un coste muy elevado para los dos contendientes.

- Peterson dedica mucho espacio al mal de origen humano, frente a las tragedias por así decir naturales. Dice que el hombre ha mostrado gran resistencia ante las últimas, pero lo que muchas veces no puede soportar y son inexplicables, son las primeras. "We know how dread and pain can be inflicted on us—and that means we know exactly how to inflict it on others." La historia de Cain y Abel ilustra sobre la aparición del mal humano en el mundo. Y la muerte arquetípica de Jesucristo ilustra sobre cómo vivir "rectamente" aceptando nuestras limitaciones, las traiciones y la tiranía, y no como victima al servicio de otros.

- Otro de los momentos más instructivos del libro es en el que Peterson nos explica la naturaleza e importancia del sacrificio. Su lógica: sacrificar algo ahora para ganar más tarde. El sacrificio es una negocación con el futuro y, para Peterson, es indistinguible de la organización social, que es la que permite que podamos disfrutar en el futuro de los no-consumos que hagamos en el presente. Sobre este origen, se puede establecer una proporcionalidad entre la magnitud del sacrificio y el bien que queramos conseguir en el futuro, lo que nos lleva a una posible explicación de los sacrificios rituales de tantas civilizaciones.


Termino con unas cuantas perlas:
- Sobre las posibilidad de convivencia en las civilizaciones desarrolladas a pesar de la necesidad/existencia de jerarquias: "you might come to realize that the specifics of the many games you are playing are so unique to you, so individual, that comparison to others is simply inappropriate. Perhaps you are overvaluing what you don’t have and undervaluing what you do." O sea, que no hay una sola jerarquía en la que ser dominante (como pretenden ciertas ideologías).
- "People are often willing to produce a lot of collateral damage if they can retain their theory."
- "Remember the past not so that it is “accurately recorded,” to say it again, but so that you are prepared for the future."Sobre la necesidad de discutir las cosas que nos han pasado con otras personas para enriquecer la experiencia, frente a recordar las cosas exactamente cómo fueron.
- "Precision may leave the tragedy intact, but it chases away the ghouls and the demons." Evitar el miedo a confrontar nuestros problemas por no saber qúe vamos a encontrar. 

lunes, 13 de agosto de 2018

Two Brothers, de Ben Elton

Tras leer éste, ya estoy al día con Ben Elton, i.e., no tengo ningún libro suyo pendiente de leer (al menos, que yo sepa).

Conforme he ido leyendo sus últimas obras (cuatro en el último año), mi entusiasmo por este autor ha ido cayendo paulatinamente. Las primeras novelas que le leí me parecieron originales pero, sobre todo, divertidas. Sobre todo, me gustaban sus disgresiones paródicas sobre determinadas costumbres de la sociedad del momento. Sin embargo, de estas cuatro últimas lecturas, la única que se aproximaba a ese estilo era Blind Faith.

Entretanto, Ben Elton se ha hecho un novelista más serio, escribiendo novelas más convencionales y menos divertidas. Se nota que la historia le apasiona y especialmente las dos guerras mundiales. Uno de los cuatro libros de reciente lectura, Time and Time Again, también se basaba en el nazismo.

A así nos encontramos con este Two Brothers, una novela convencional, sin apenas resquicios para el humos. Sí, el estilo sigue siendo brillante, y sí, sigue habiendo algún giro inesperado (en este caso, perfectamente previsible), pero por esta vía Ben Elton se vuelve uno más, y me deja de interesar su literatura.

Two Brothers se desarrolla fundamentalmente durante los años en que surge y se extiende el nazismo, y se centra en cómo iban afectando a los judios las sucesivas regulaciones impuestas por el gobierno alemán. En particular, en cómo afectaba a la vida cotidiana de los jóvenes judios. Para ello, utiliza cuatro personajes: los dos "hermanos" del título (uno adoptado, que luego se mostrará que no es judio), y dos chicas, una judia de padres millonarios, y una "aria" de extracción humilde. A ellos se añade un quinto personaje, la madre de los dos hermanos, lo que permite a Elton mostrarnos también cómo se ve afectado el día a día de un adulto convencional y generalmente respetado en el barrio.

Así pues, se trata de un relato eminentemente costumbrista, aunque soportando una trama de cierto interés, que se hace más inverosímil conforme avanza la historia. Es el precio que hay que pagar para permitir observar el contraste entre la vida de los "arios" y la de los judios.

El libro me ha resultado un poco pesado en términos generales, quizá porque llevo unas cuantas lecturas reciente sobre el tema (sin ir más lejos, "Un sac de billes"). Y ello me hace echar de menos al antiguo Elton, el divertido y sarcástico, que esta novela asoma rara vez. Ahora mismo, solo me viene a la memoria en el episodio de la circuncisión, en que se permite un par de comentarios a la vieja usanza. Pero poco más. Quizá el tema no le parecía para bromas, habida cuenta de sus raíces familiares, que nos cuenta en el epílogo (descubriéndonos que su padre es alemán).

En suma, ni fu ni fa. Lectura prescíndible.