miércoles, 21 de mayo de 2025

El patrón Bitcoin ("The Bitcoin Standard"), de Saifedean Ammous

El título de este libro refleja a la perfección su contenido. Se trata de una defensa que hace el autor sobre las características de BTC que le hacen valedor de compararse en reserva de valor con el mismísimo oro, al que miles de años contemplan en tal papel. Para ello, Ammous nos contará la teoría del dinero, siguiendo la Escuela Austriaca, y luego una breve historia del mismo, comenzando con los dineros arcaicos hasta llegar al fiat en la actualidad y la ruptura de cualquier ancla con el valor. Tras esto, dedica los últimos tres capítulos a explicar BTC, sus ventajas (e inconvenientes) y las razones por las que solo puede  haber una cripto y que ésta tiene que ser BTC.

Lógicamente, los primeros 7 capítulos un austriaco se los puede leer de corrido, no hay nada que vaya encontrar sorprendente o siquiera nuevo. Básicamente, nos recordarán lo que exigía Mises del "buen dinero": "Sound money is chosen freely on the market for its salability, because it holdsits value across time, because it can transfer value effectively across space, andbecause it can be divided and grouped into small and large scales. It is money whose supply cannot be manipulated by a coercive authority that imposes its use on others."

A favor tiene que es una lectura amena e incluso divertida por momentos, por lo que no hay especial sensación de pérdida de tiempo. En contra tiene que Ammous es un poco exagerado y llega por momentos a acusar de todos los males del mundo al "soft money", como llama él al dinero fiat, incluido el descenso de la natalidad, el predominio de los sitios de fast food o la baja calidad del arte ("Some of the most iconic “artists” of our era, such as Damien Hirst, Gustav Metzger, Tracey Emin, and Italian duo Sara Goldschmied and Eleonora Chiara, have received this critical appraisal by janitors more discerning than the insecure nouveau riche who spent millions of dollars on what the janitors threw away"). Aunque se pueda seguir la lógica de su razonamiento, y hasta compartirla, es evidente que no es la causa única, por lo que estos pasajes le quedan un poco histriónicos.

Entre las ideas que no quiero olvidar de estos capítulos del libro está la vinculación entre paso a dinero fiat y poder destructivo de la Primera Guerra Mundial. Como bien dice Ammous, la capacidad de emitir dinero que se habían arrogado los Estados antes de dicho conflicto permitió de facto a estos que controlaran todos los recursos de sus respectivos países para esta guerra, algo que nunca había pasado con anterioridad en las guerras.

En todo caso, todo esto para mí no dejaba de ser el aperitivo necesario, acumulando las ideas que facilitarían el análisis de Bitcoin como patrón alternativo al oro. Para comprender este análisis, es clave comprender el significado del ratio stock-flujo del material usado como dinero. Eso es lo que, en opinión de Ammous, ha sido el factor diferencial para que el oro se impusiera históricamente. Por un lado, el oro no se estropea ni desaparece y se puede recuperar, por lo que el stock existente en la actualidad es la acumulación de todo el oro que se ha excavado por la humanidad en los miles de año de su existencia. Y, claro, esto es necesariamente mucho en relación con lo que se pueda añadir año a año, porque tampoco es fácil encontrar oro por mucho que suba su precio.

Otros materiales usados en uno u otro momento como dinero sí que pueden incrementar con facilidad su flujo de producción ante un incremento de valor, por lo que éste se reducirá y los hará poco aptos como refugio de valor. El ejemplo al que dedica más tiempo es la plata. En la misma línea, son muy interesantes los casos de las cuentas de vidrio en África y cómo el desarrollo tecnológico de Europa hizo perder el valor a dicho dinero una vez los europeos llegaron al golfo de Guinea.

Llegados a este punto, es fácil entender porque para Ammous el BTC puede ser un nuevo patrón de dinero. En efecto, cualquiera que haya oído hablar de BTC sabe que su número está limitado a 21 millones y que una vez se hayan emitido todas (para 2140 según parece), no se emitirán más. Además, el ritmo al que se generan decrece periódicamente, por lo que la relación stock-flujo de BTC va en descenso, y seguramente ya sea inferior a la del oro (Ammous escribe en 2017).

Esto tiene una consecuencia: "Whereas the rise in value of any money leads to more resources dedicated to its production and thus an increase in its supply, as Bitcoin's value rises, more effort to produce bitcoins does not lead to the production of more bitcoins. Instead, it just leads to an increase in the processing power necessary to commit valid transactions to the Bitcoin network, which only serves to make the network more secure and difficult to compromise. Bitcoin is the hardest money ever invented: growth in its value cannot possibly increase its supply; it can only make the network more secure and immune to attack."

Con este parámetro explicado, toca centrarse en otros aspectos de BTC que puedan hacer dudar al personal. Principalmente, la necesidad de una "proof-of-work" o si se pueden cambiar las normas de funcionamiento de BTC (por ejemplo, aumentando el número de BTCs a emitir). Ammous argumenta, por supuesto, que es prácticamente imposible que eso ocurra; que hubo oportunidad de que ocurriera, pero ya a estas alturas (recuerden que escribe en 2017, el argumento es más potente 8 años después, sin que nada haya ocurrido) no es imaginable. 

Los razonamientos que da son más filosóficos que económicos, y no tan convincentes como me hubiera gustado. Por ejemplo: "In other words, the defense of the Bitcoin network is not just that attacking it has become expensive, but that the attack succeeding renders the attacker's loot worthless.

Pero, claro, al final lo que decidan los individuos que se puede usar como dinero es algo impredecible a futuro. Ammous da argumentos potentes sobre por qué no puede haber otra cripto alternativa a BTC, pero eso no impide que a lo mejor en el futuro la gente demande criptos con otras características mejores que BTC (yo no sé cuáles, pero es lo que ha pasado con todos los productos históricamente: ¿qué puede haber mejor que un caballo para moverse? Nada, hasta que a alguien se le ocurre el coche).

Un poco en la misma línea, Ammous está convencido de que la tecnología Blockchain está ligada a BTC y solo tiene sentido para BTC. Esto es así porque el registro Blockchain consume una gran cantidad de recursos muy superior a un registro convencional, por lo que solo tiene sentido usarlo cuando las partes involucradas no se fían unas de otras. Pero sí hay que dar confianza a un tercero en alguna parte del proceso, aunque no sea el registro, entonces es absurdo usar Blockchain.

Ammous repasa los "ataques" que se han realizado históricamente (hasta 2017) para cambiar el funcionamiento de BTC y constata que todos han fracasado, incluso alguno liderado por uno de los padres de BTC, que quería incrementar el tamaño de los bloques de transacción. Ello hubiera dificultado la aparición de nodos pequeños en la Blockchain disminuyendo su número y dando más control a los grandes, pero así se conseguirían más transacciones diarias. Fue rechazado. Y prácticamente se puede decir que el proceso de BTC es inmutable e independiente de su creador y sus participantes, y eso es lo que le da su valor.

Ammous cuenta con detalle el ejemplo de la red Ethereum, en que sí hubo un cambio de reglas en un momento dado, precisamente para subsanar un agujero por el que un hacker se había colado y se había hecho con valor que no le correspondía. El problema es que el hacker no había quebrado las normas, sino que se había aprovechado de ellas. En todo caso, quedó demostrado que los creadores de Ethereum podían cambiar unilateralmente la distribución de riqueda, aunque lo hicieran en un caso justo. Esto es lo que no puede pasar con BTC.

En todo caso, estos tres últimos capítulos, los más interesantes y novedosos a priori, me han parecido los peores y menos rigurosos del libro, con algunos momentos en que Ammous parece un hooligan de la BTC. Llega incluso a repetir párrafos e ideas, como si no se hubiera releído la versión final de estos capítulos.

No desmerece por ello la lectura de este libro, que recomiendo a quien quiera aprender sobre el funcionamiento del dinero, en general, y de BTC en particular. Y, sinceramente, creo que hay pocas cosas que sean de más interés para la gente a la que nos ha tocado vivir en estos tiempos de política monetaria en manos de los gobiernos.

Dejo un par de citas en las que Ammous reparte estopa. La primera para Keynes:

"All spending is spending, in the naive economics of Keynesians, and so it matters not if that spending comes from individuals feeding their families or governments murdering foreigners."

La segunda sobre lo que los Estados llaman "libre comercio": "the term free trade came to refer to trade carried out between two individuals across borders, according to terms agreed upon by their respective governments, not by the concerned individuals!"