lunes, 5 de mayo de 2025

That printer of Udell's, de Harold Bell Wright

Según la película "Reagan" este fue el libro que inspiró a Ronald para llevar a cabo su carrera política. Dado que no lo conocía de nada, ni libro ni autor, se me despertó la curiosidad y procedí con su lectura, sin grandes expectativas, la verdad.

El libro es 1911 y es una historia moralista, con personajes muy estereotipados y poca profundidad, en que los buenos son buenos y los malos son malos, aunque no se puede decir que ninguno de ellos sea terriblemente malo o fantásticamente bueno. Esta línea de personajes-estereotipo la había experimentado ya en el clásico de Ayn Rand "Atlas shrugged", que pese a ello es una novela digna de lectura.

En "That printer of Udell's" la crítica es a la Iglesia y a los cristianos no activistas que se conforman con rezar y tener fe, pero no llevan a la acción las lecciones de Jesucristo. "Your church members are all right on the believe, trust, hope, pray and preach, but they're not so much on the do." "“Well, you know I can't give anyway. I'm already doing more than my share in a scriptural way, and I must wash my hands of this.”", que nos lleva a la conclusión final: "And does this all seem strange to you, reader, as to our friend, the traveling man? Believe me, there is no mystery about it. It is just the change that comes to the individual who applies Christ's teaching to his daily life."

La historia que se nos cuenta la protagoniza Dick Falkner, quien pasa de la pobreza abyecta con que llega a la ciudad, a ser un probo personaje con posibilidades para representar a su Estado en el congreso de los EEUU: "But Dick will soon leave his present position to enter a field of wider usefulness at the National Capitol. For the people declared, at the last election, that their choice for representative was “That Printer of Udell's.”" Es evidente aquí de dónde pudo provenir la inspiración de Ronald Reagan.

Su cambio de fortuna se debe a la confianza que le otorga el tal Udell (George) del título, que le contrata como mozo para su imprenta. Gracias a esta ocupación y a sus ideas de cómo ayudar a los necesitados, como había sido su caso, cobrará prominencia hasta la situación que acabo de decir.

Los principales obstáculos en este recorrido serán los hipócritas cristianos, cuyo paradigma es Adam Goodrich que no tiene reparos en expulsar a su hija del hogar por sospechas infundadas de indecencia. Se le describe con estas palabras: "finding that a tongue long accustomed to expressions of haughty pride and bigotry, could but poorly lend itself to softer words of comfort." Otro de los malos es el hijo, quien "Like many others, he was as bad as he dared to be; and while using the church as a cloak to hide his real nature, was satisfied if he could keep the appearance of respectability."

Y al respecto de la ciudad, que presumía de su cristianismo, pero estaba llena de locales de dudosa reputación, se nos dice: "Guardians of the law protected the citizens by seeing to it that no ill- dressed persons sat too long upon the depot benches, sheltered themselves from the bitter wind in the open hall- way, or looked too hungrily in at the bakery windows."

La novela está correctamente escrita y se lee bien. Su trama no esconde recovecos extraños, pero no por ello deja de ser interesante. Al lector actual le llamará la atención con que facilidad aparecen las pistolas incluso en las manos de Dick, pero debía ser algo normal en la época. También algunos giros graciosos e irónicos. Ya he puesto alguno, aquí dejo otro: "And of course Clara answered, “I told you so.” What woman could resist such an opportunity?" Que me/le perdonan las feministas.

Tampoco tiene reparos Bell Wright en escribir fonéticamente, sobre todo cuando hablan indios o negros. No abusa del tema, pero cuando aparece se hace difícil la lectura. Una muestra: "“Sure, the bresh's full of 'em ef ye know whar' ter hunt.” The company grinned and he continued: “I seed signs this mo'nin' in th' holler on yon side ol' Ball, when I war' huntin' my mule. An' thar's a big roost down by th' spring back of my place in th' bottoms.”"

En resumen, una novela interesante que se lee bien, pero cuyo estilo moralista resulta extraño a estas alturas del siglo XXI. Eso hace que resulte difícil entender que pudiera tener un efecto tan acusado en Mr. Reagan, a menos que lo leyera de muy pequeño.

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