martes, 31 de diciembre de 2024

Blackwater, de Michael McDowell

Ya declaré al final de la lectura de The Flood que el libro me había gustado lo suficiente como para zambullirme en la lectura de la saga completa, y aquí estoy unos 10 días después habiéndola completada. He disfrutado leyéndola, no se me ha hecho nada pesada y tampoco he descubierto nada especial. De hecho, no es fácil responder a la pregunta de por qué me ha gustado.

Desde luego, no ha sido por ser reflejar un modo de vida (una comunidad rural en la Alabama desde principios del siglo XX hasta los 70), puesto que la narración se limita a los miembros de la familia Caskey, y cuando sale alguien que no es de la familia no tarda en incorporarse de una u otra forma a la misma. Cuando se habla de Perdido, la ciudad o pueblo que habitan, solo se trata como un colectivo de personas, y solo interesa su opinión sobre algo que hayan hecho los Caskey. 

Tampoco se mete en la vida de los negros del pueblo, por ejemplo, en su posible distinta forma de vida. De estos habitantes solo conoceremos levemente a los Sapp, al servicio de los Caskey y para rellenar los huecos de actividad que el novelista precisa cubrir (chófer, cocinero, jardinero). Y eso que el personaje de Zaddie parecía que iba a tener más enjundia.

Los personajes tampoco están muy desarrollados. En general, son uni o como mucho bidimensionales. Recuerdan en general a los estereotipos que utiliza Ayn Rand en sus novelas, sin llegar a ser tan planos. Raramente nos asomamos a sus sentimientos. No creo que nadie pueda decir cómo se siente Elinor Caskey, la protagonista, en ningún momento del libro. Lo que no es óbice para que sí nos dejen asomarnos algo más, de forma puntual, a lo que sienten o piensan Mary-Love, Sister, Queenie o sobre todo Frances. De hecho, la evolución íntima de Frances es de lo más interesante del libro: Frances, hija de Elinor con Oscar, evolucionará hacia nereida y compartirá con el lector este proceso de descubrimiento.

De los personajes masculinos ya dije que son comparsas en un mundo eminentemente femenino. No tienen opinión propia ni sentimientos, casi siempre delegan en la fémina que corresponda sus decisiones. La excepción la presentan los hombres malos, que alguno hay: estos sí que presentan su individualidad para hacer el mal. Y quizá Tommy Lee Burnes.

Y la trama tampoco ayuda. Es bastante plana. Una vez superado el enfrentamiento Elinor con Mary Love, algo que ocurre en la tercera entrega, realmente hay poca intriga familiar, aunque sigan ocurriendo cosas. Todo les sale bien a casi todos, sin aparente esfuerzo, como cosa que era inevitable que pasara. Se incorporan nuevos personajes, se establecen las relaciones con los precedentes, y pasan a ocupar su hueco de actividad en la familiar, y se siguen haciendo millonarios sin mayor problema. 

En cuanto al citado enfrentamiento, da buenos momentos, pero no tantos como esperaba. Y cuando por fin Elinor decide hacerse con los mandos de la familia, lo hace sin posible resistencia de su rival, como no podía ser de otra forma ya que Elinor es una nereida con sus poderes, y Mary-Love es solo una intrigante humana, con su dosis de malicia, pero impotente como mera moral. De hecho, en esos momentos la simpatía del lector se inclinara por la "mala", puesto que Elinor es muy superior. Resulta un poco decepcionante que esta tensión se resuelva así, pero es lo que nos da McDowell. A cambio, meterá un par de fantasmas para que hagan frente a las nereidas.

Pero que nadie se engañe, la componente sobrenatural es bastante reducida en esta saga familiar. Por supuesto que hay momentos, y son decisivos, pero el 90% de la narración es la vida de personas normales y corrientes. Y no es una novela de terror, pese a haber monstruos de agua y fantasmas: las escenas en que aparecen no dan miedo al lector, ni creo que McDowell pretendiera que lo hicieran. Dejo aquí una de ejemplo: "A rectangle of light, white- blue and cold, suddenly gleamed around the closet door. It was bright enough to show the colors of the carpet fringe. The left- hand side of the rectangle of light began to grow wider; the other three sides remained the same narrow strips. After a moment of observing this merely as a phenomenon of geometrical progression, Frances realized that it was the result of the door of the closet slowly opening."

Me ha llamado la atención el tema de la cesión de hijos entre unas familias y otras, que empieza desde el primer tomo (Miriam es cedida por Elinor a Mary-Love y Sister), pero que va a ser una constante durante toda la serie. Me sorprende porque son entregas "duras", no que dejes que te cuiden el niño una temporada: "Elinor had allowed Lilah to speak, and Lilah had proclaimed her doom. Caskey children, once given up, were never returned. Lilah Bronze, in that one heedless moment, was lost to Elinor forever.". No sé si esto era normal en la Alabama de la época, o es un rasgo propio de esta historia familiar.

O sea que es una novela que no destaca ni por ambientación, ni por trama, ni por personajes. Entonces, ¿por qué me ha gustado? Yo creo que lo que más me ha atraído ha sido la elegancia con que está escrita. Se disfruta casi párrafo a párrafo. Eso combinado con esa mínima intriga de cuándo habrá intervenciones sobrenaturales, y la general de saber dónde termina cada miembro de la familia, hacen que este libro se devore.

Dejo algunas frases com muestra de la elegancia a que me refiero:

"Red clay had prevented his detached arms from waving them to return. Black dirt had held down his severed legs from running after them. But, torn, pinned, and buried though he lay, John Robert DeBordenave wasn’t finished with Perdido, or the Caskeys, or the woman responsible for his death."

"With equal delight he attended to Queenie’s detailed gossip, Miriam’s snide remarks, Frances’s shy speech, Grace’s masculine banter, Lucille’s flirtatious coyness, and Elinor’s commanding pronouncements."

"Though claimed over the decades by the Creek Indians, the Spanish, the French, the English, and the Americans successively, this desolate expanse of marsh and pool and cypress had never been lived on, hunted on, or even completely scouted."

"Oil was the preferred wealth of the lazy man. A man with oil money was respected by his neighbors in a way that a man with hard- earned and hard- kept money was not."

Termino con una referencia al supuesto "wokismo" del libro. Hay momentos en que se puede pensar que sea así. Pero, al contrario de libros, series o películas donde es obvio para el lector o espectador que se están forzando personajes en la narración para cumplir la cuota woke, no parece ser el caso. Tenemos lesbianas y tenemos negros, pero no hay que olvidar que lo primero que tenemos es nereidas. Por eso, no es extraño que Elinor pregunte a Frances, que está derivando a nereida: "“Is Zaddie Sapp deformed because she was born with black skin?” “Of course not—” “Are Grace and Lucille deformed because they have given up men and live out at Gavin Pond Farm together?”". 

Lo único que ocurre es que los Caskey, como todas las familias del mundo, tienen sus cosas especiales, incluso limitandose a su componente humana. Y la narración así la refleja. Quizá McDowell se deje llevar más por algún sentimiento personal cuando, ya casi terminando la saga, nos dice: "Miriam allowed somewhat more familiarity among the households, for it was only she, now, of all the Caskeys, who had the perfect American family— father, mother, and child. Elinor’s house, Queenie’s house, and Lucille and Grace’s farm were all perverted and incomplete reflections of that perfect image."

Termino ya recomendando esta lectura. Pero, obviamente, haganla en inglés. Si no, tal vez les resulte decepcionante. Y si no pueden ir a la versión original, entonces casi mejor lean los Cien años de soledad, de García Márquez.  



No hay comentarios: