miércoles, 8 de abril de 2009

En estos momentos duros...

En estos difíciles momentos, en que poco a poco se va abriendo en la mente el desastre consumado que constituye el nuevo gobierno de ZP, todos necesitamos consuelo.

Cuando vemos al señor Chaves de retorno a Madrid, tras su espectacular paso por Andalucia (más del 20% de paro, pero una buena red de corrupción), y su también inolvidable periplo por el ministerio de Trabajo(?) con el señor González. Era ese ministro "creado" de la nada. Cuando le vemos de vuelta dispuesto a gestionar algo de los intereses nacionales, vamos, que su incapacidad, de estar confinada en Andalucia, se va a extender al resto de España. Todos necesitamos consuelo.

Cuando vemos a Pepìño, el hombre "bueno", nunca crispando y siempre diciendo verdades como puños, y con ese aspectillo completamente repulsivo, que impulsa instintivamente a la desconfinza. Cuando vemos a este tipo sustituyendo a una señora que ha demostrado tantas veces como ha hecho falta su incompetencia y su chuleria, y resulta que la vamos a echar de menos. Todos necesitamos consuelo.

Qué decir del nuevo ministro de Educación, que, según parece, termínó su carrera de Filosofía y Letras (alguna más exigente hay en nuestras universidades) a la edad de 31 años. Qué es, una asignatura por año? Este tipo, que, una de dos, o es un inútil consumado, o, como parece más probable, se pasó toda la carrera de fiesta, es el ministro de educar. Cuando vemos a un tipo así de ministro de Educación, todos necesitamos consuelo.

De la González-Sinde no voy a añadir demasiado, pues ya la red pulula con sus laudatorios. Queremos la socidad de la Información al servicio de los cineastas españoles, pero no de los buenos, sino de los especializados en pillar la subvención. Cuando vemos a esta señora de ministra, ex-guionista de cine (español) y presidente de la ONG - Academia del cine español, todos necesitamos consuelo.

Cierro con Elena Salgado, que va a salvar la economía española con su indudable carisma y capacidad libertadora. No era la que quería arramblar con la industria vitícola hace un par de años? Madre mía, menos mal que no la van a dejar mandar, sino lo llevábamos claro. Bueno, que también viéndola a ella en su nuevo puesto, necesitamos consuelo.

¿Y cuál es el consuelo propuesto? Pues la lectura del clásico capítulo del no menos clásico "Camino de servidumbre" de Hayek. Creo que es el octavo: "WHY WORST GET ON TOP?" (¿Por qué los peores llegan arriba?). Así podreis consolaros pensando que esto no es producto del destino o de la mala suerte, sino simplemente la consecuencia lógica, inevitable, del régimen de economía intervenida a que estamos sometidos.

1 comentario:

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Has vuelo con fuerza, amigo mío. Y además escribiendo sobre política...

Sobre tu entrada, ¿qué quieres que comente que no hayas dicho tú ya? Yo, ayer, en mi blog ironizaba sobre esta "remodelación" del Gobierno y el emperador Calígula... Aquí está:

CALÍGULA E INCITATUS (su caballo).

Calígula mandó construir para su caballo unas caballerizas de mármol, con un pesebre de marfil y luego le edificó una casa, con numerosos sirvientes, para que no le faltased de nada al animalito... e incluso pudiese recibir a los invitados que el propio emperador enviaba.

Incitatus dormía con mantas de color púrpura, llevaba collares de piedras preciosas e incluso llegó a otorgarle, Calígula, el título de Cónsul.

Sobre los "ajustes" en el Gobierno de la Nación, se me ocurren varias cosas. Diría que, aunque en buena parte del mundo civilizado se opta por fórmulas cercanas a la "transversalidad política", cuando no a gobiernos de concentración, surge, en España, la originalidad hecha pólítica: Un Gobierno eminentemente político que se encargará de "tomar medidas contra la crisis". Yo creo que de escaso perfil de gestión (exceptúo a Gabilondo, sobre el que no tengo más que buenas referencias). Un Gobierno, pienso, que parece planteado más para preparar las próximas elecciones que para aúnar esfuerzos frente a la grave situación económica y política que padecemos. Sin ningún género de dudas, por originalidad, este Presidente nuestro parece que quiere competir con Calígula, ¿no les parece?

Un abrazo y paciencia.