Me entero hoy de que la famosa ayuda de los 420 Euros, solo aplica cuando el parado ha perdido todas sus ayudas a partir del 1 de agosto. O sea, que aquellos que llevan más tiempo sin cobrar ninguna ayuda de nuestro generoso gobierno, pues seguirán sin cobrarlas. Debe de ser porque no son tan necesitados ya, pues habrán tenido tiempo de adaptar sus habitos a su nueva situación. Así que mejor concentrarse en los nuevos "des-subsidiados", para que puedan mantener su estilo de vida.
En fin, estamos ante otra instancia más de la hipocresía de los gobiernos. Solo se busca el titular, la noticia. Nada más pasado este y su posible efecto electoral, la bendita medida cobra su verdadera cara para el gobierno: se trata de una partida de costes más, que hay que reducir a toda costa. Porque, no se olvide, los gobiernos únicamente consumen recursos, no los generan. Cualquier actuación del gobierno únicamente supone consumo, por lo que siempre tiene sentido reducirlo, ya que no se pone en riesgo ningún ingreso generado. Compárese con las inversiones que hace el sector privado.
Me recuerda esta situación a una similar, no tan dramática afortunadamente, de la que soy protagonista junto al insigne alcalde de Madrid. Ocurre que este último, en 2004, habilitó una bonificación del IBI para familias numerosas. Y ocurre también que un servidor adquirió la condición de padre de familia numerosa a finales de 2003.
Pues bien, ufano de mí fue a solicitar la bonificación tan pronto tuve ocasión, nada más empezar 2004. Al mismo tiempo, solicité el libro de familia numerosa, que era necesario para tal solicitud. Evidentemente, el libro de familia numerosa tenía fecha posterior a 1 de enero de 2004, pues fue entonces cuando lo que había solicitado.
Ya se puede uno imaginar el desenlace: bonificación denegada por carecer de libro de familia numerosa el 1 de enero, que es cuando se devenga el impuesto. Da igual que figure en el libro de familia cuándo nació la tercera y que fue antes de dicha fecha. Eso da igual. Lo importante era tener requisito formal. Y no hubo forma.
Así que el espíritu de ayuda a las familias numerosas que inspira la bonificación, se rompe tan pronto como la administración tiene oportunidad, al menor resquicio formal. Qué importa que tuviera o no lo de familia numerosa, si era comprobable que era familia numerosa? Da igual, bonificación denegada.
Lo dicho: está muy bien la propaganda, pero una vez pasa esta, todo se reduce a minimizar costes, aunque sea a costa del espíritu de lo que se pretendía. Porque solo son costes, los beneficios ya se han obtenido por parte del ejecutor. Y por eso, es inevitable que el gobierno sea hipócrita.
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