Al contrario de las otras obras que he leído del autor, que son del género narrativo, en esta Kästner nos presenta una colección de poesías más o menos en verso. Se trata, como digo, de una serie de poesías relativamente cortas, pero a las que el autor trata de darle un propósito, que ahora explico, y de ahí el título de la obra.
Digamos que Kästner propone la lectura de sus poemas para confrontar, esto es, curar, sentimientos o estados espirituales de los que sufrimos constantemente en nuestras vidas. El autor argumenta que, de la misma forma que todos tenemos en casa una serie de medicinas para hacer frente a las dolencias físicas cotidianas, deberíamos tener también un botiquín para suavizar las dolencias espirituales.
Por ello, Kästner dota a su colección de poemas de un índice de uso, en el que básicamente recopila los poemas que conviene leer en cada caso de dolencia espiritual. Por ejemplo, si une se siente triste por su edad, el autor recomienda la lectura de los poemas 16, 41, 44... Si le aflige la pobreza, el 32, el 39... Si tiene problemas de pareja, el 35, el 86...
Confieso que yo le leído el libro de forma secuencial y me he leído todos los poemas sin necesidad de estar sufriendo la aflicción para la que se recomiendan, por lo que no puedo afirmar si son efectivos o no para dichas "dolencias". Pero tampoco me creo demasiado el concepto este de farmacia lírica, por lo que lo único que he buscado es tratar de disfrutar con una nueva obra del autor.
En cuanto al contenido, son historias bastante líricas, pero no escapan al estilo ingenuo que siempre caracteriza a Kästner, incluso aunque trate a sus lectores como adultos en muchas ocasiones. El problema aquí es que alguna de las aflicciones a que se refiere, por no decir toda, son cosas serias. Y no encaja mucho ess estilo Kästneriano con, por ejemplo, un poema sobre la tragedia de una pareja.
Poco más puedo decir de este libro. Tenía muchas ganas de leerlo (es la primera obra de poesía que leo en alemán), pero he de decir que me ha dejado frío. No puedo decir que sea peor que otras obras de Kästner, pues está bien escrita, y tiene pasajes brillantes. Pero, al mismo tiempo, quizá por el formato, no permiten al lector engancharse tanto como para resultarle emocionantes.
En fin: lo voy a dejar en el kindle y quizá lea algún poema suelto de vez en cuando, sea para "curar" alguna aflicción o simplemente para practicar alemán en pildoras. A lo mejor así le veo más gracia.
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