De Faulkner había leído in illo tempore una novela llamada Santuario. Conste que no me acordaba de esta lectura hasta que empecé con ésta y repasa la obra del autor. Y ahora que la recordé, también recordé que me pareció horrible e infumable, siendo esto lo único que recuerdo de la misma. Aviso de que la leí en español, aunque, visto lo visto, no creo que el idioma hubiera incrementado mi placer en su lectura.
Esta segunda oportunidad a Faulkner, que difícilmente le hubiera llegado de haberme acordado de lo antes dicho, se la debe el escritor a un buen amigo, para quien "El sonido y la furia" es el mejor libro que ha leído.
Así que aquí me zambullí, y a duras penas fui capaz de volver a subir a la superficie. Dos cosas positivas: es una novela corta, y tras ella ya puedo enterrar definitivamente a Faulkner, ya que ésta es generalmente considerada su mejor obra.
La obra se estructura en cuatro partes, en cada una de las cuales se nos cuenta parte de una historia, desde la perspectiva de uno de sus protagonistas. Estos consisten en tres hermanos y una criada negra, y la historia orbita en torno a determinados eventos ocurridos a la hermana, Caddy.
A partir de aquí empieza el lío. Benjamín, el primero de los hermanos/narradores resulta que es deficiente mental, por lo que no tiene claro el orden temporal de los sucesos, y se refiere a las escenas y personajes según le da el aíre. Así que es imposible dar sentido a lo que cuenta, aunque al parecer es el que cuenta todo.
Una vez superada esta primera parte uno piensa que ya solo queda coser y cantar. Pero no es así. Turno para Quentin, quien nos traslada su obsesión por el tiempo y los relojes. Con Quentin se multiplican las frases sin terminar y sin puntuar, y para más confusión, mezcla sin avisar dos horizontes temporales, lo que le está pasando en la Universidad con sus recuerdos sobre el evento de Caddy. En el momento en que uno es capaz de discernir entre ambas narraciones entreveradas, la cosas se hace más digerible.
En la tercera parte, la lectura se vuelve a facilitar, aunque Jason, el narrador y tercer hermano, habla de distintas mujeres sin detenerse a distinguir entre ellas cara al lector. Así, la confusión se produce entre Caddy, la madre de la familia, y la hija de Caddy. Le toca al lector adivinar de quién está hablando en cada ocasión.
En la cuarta parte, la historia se cuenta en tercera persona y centrada en Dilsey, la criada de color de la familia. En esta parte la narrativa es convencional y supuestamente enlazaría los fragmentos incomprendidos en las tres anteriores. En la práctica, para mí nada tiene sentido y no soy capaz de enlazar con nada, sobre todo porque no me enteré de lo que contaba Benjamín, y si me enteré de algo, ya no lo recordaba,
Y esto es lo que da de sí el tema. La edición que he leído venía acompañada de un apéndice de Faulkner, que el escritor recomendaba que se pusiera como prólogo de la obra. La verdad es que lo único que he podido entender de la novela ha sido gracias a dicho apéndice, en el que el estilo es bastante convencional e incluso asoma el humor de Faulkner. Si alguno se anima a leer este bodrio (perdona, Jorge) que lea el apéndice antes de empezarlo. Yo lo leí tras incomprender la primera parte, y por lo menos me sirvió de orientación para el resto. Si lo hubiera leído antes, quizá hubiera disfrutado algo más el libro al entender la parte de Benjy.
Por último, una referencia al título, extraido de Macbeth. Aquí va el verso:
"And then is heard no more: it is a tale Told by an idiot, full of sound and fury, Signifying nothing."
En suma: es una historia contada por un idiota, llena de sonido y furia, que no significa nada.
Toda una declaración de intenciones del autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario