miércoles, 20 de diciembre de 2017

Entender la música ("Understanding Music"), de Roger Scruton (SIN TERMINAR)

Es muy raro que me dejé un libro sin terminar una vez empezado. Y más raro aún que lo confiese públicamente y lo deje para los restos en este blog. Pero, bueno, es lo que me ha pasado con este libro.

Me apresuro a aclarar que el libro no está mal, tiene pinta de ser interesante, y a su autor, Scruton, ya le voy conociendo y valorando, esta es la tercera lectura que le hago es los últimos seis meses. El problema viene de que, pese a gustarme la música clásica, mis conocimientos técnicos al respecto son muy limitados cuando no completamente nulos. Y este libro suele se puede enteder, a partir de determinado capítulo, si tienes un mínimo de conocimientos. De hecho, aparecen frecuentemente en sus páginas pentagramas con fragmentos de las obras que está comentando el autor, que para mí son tan ilegibles como el sánscrito, pero que sirven a Scruton para ilustrar su análisis. Ante este obstáculo evidente, he llegado a la conclusión de que proseguir la lectura sería para mí una pérdida de tiempo.

No obstante, algunas de las ideas que he recogido me parecen útiles y no querría que se perdieran en el limbo, por lo que prefiero dejarlas reflejadas en este espacio.

El libro consiste en una colección de artículos hasta cierto punto independedientes. La mayor parte de ellos son artículo de crítica musical, sobre obras concretas. Los seis primeros son más genéricos, a modo de introducción filosófica sobre el tema, y, obvio es decirlo, son los que me leído. Cuando alcancé el primer capítulo de crítica musical, sobre Mozart, me vine abajo de forma definitiva, aunque ya en el capítulo sobre el Ritmo había estado navegando sin demasiado rumbo.

Scruton caracteriza el sonido como un evento y al mismo tiempo como un objeto secundario, en el sentido de que deriva de un evento, pero una vez originado, tiene una existencia propia e independiente de tal origen.

La música consiste, sí, en una acumulación de sonidos, pero su percepción se produce por la integración subjetiva que cada individuo hace de los mismos. Estamos de nuevo en el Lebenswelt, en el mundo intencional por oposición al mundo físico, que tanto juego da a Scruton en sus análisis filosóficos. O, en otras palabras, las música no se puede entender por sus propiedades físicas, sino por nuestra comprensión. Por ello, Scruton, siguiendo a Wittgenstein, compara la comprensión de la música con la comprensión de una expresión facial.

Es mediante esta interpretación intencional que, según Scruton, podemos hablar de los "movimientos" de la música, no porque realmente se produzcan desplazamientos físicos en el sonido. Al hilo, Scruton se refiere a fenomenos con doble intencionalidad, algo que tendré que explorar con más detalle en alguna otra lectura.

Bueno, creo que ya he escrito demasiado para tratar de un libro que ni siquiera he terminado de leer. Si alguien entendido en música lo lee, me gustará conocer su opinión. A mí me parece que estaba bien, pero, claro, no me enteraba de mucho.

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