En 1996, uno de los autores de este ensayo, el físico Alan Sokal, envió a una revista seria de estudios culturales un artículo de cachondeo, paradiando el estilo de los filósofos y científicos postmodernistas. En él básicamente se acumulaban chorradas sin sentido pero eso sí con gran número de citas sesudas y terminología científica. Ante su sorpresa (¿o no?) el artículo fue publicado. Unos años después, con la ayuda de Jean Bricmont, publicó este ensayo para profundizar en el tema y detallar y analizar a algunos de los autores postmodernos más conocidos.
Yo me tropecé con la referencia en un escrito de Revel, y me llamó la atención de inmediato, en parte por qué pense que el objetivo de la crítica sería también la teoría económica. En esto me equivoque: la crítica va contra la filosofia, la sociología y otras ciencias sociales, y sobre todo a la visión postmoderna que tienen de la ciencia.
El ensayo se construye a base de textos bastante largos de los autores criticados (ahora doy la lista), que inmediatamente son analizados, aportando explicaciones de los conceptos científicos que aquellos citan cuando es necesario. La lista de autores "deconstruidos" no tiene desperdicio, con nombres tan conocidos como Lacan, Bruno Latour, Baudrillard, Deleuze, Guattari o Bergson, y otros menos para mi, como Irigaray, Kristeva o Paul Virilio. En el fondo, lo que es lamentable es que estos verdaderos impostores intelectuales sigan gozando de fama y renombre, en muchos casos adquiridos precisamente mediante estos escritos cripticos, por no decir arcanos, a la par que irrelevantes.
Junto a este desenmascaramiento, los autores incorporan algunos capítulos de disgresión sobre aspectos relacionados con la epistemología de las ciencias, que son ciertamente interesantes de leer, pero tampoco aportan nada especial. El crux de su aportación es, necesariamente, la crítica a los autores arriba citados.
Yo pensaba que estas críticas serían divertidas, vamos, de partirse de risa. Pero no es así, no puede ser así. ¿Por qué? Porque los textos criticados son de por sí absurdos: uno los lee y se queda igual, pero no porque no los entienda, sino porque no hay nada que entender. Son como letanías budistas o coránicas. Es comprensible que alguien pueda quedar ofuscado por la terminología física y matemática utlizada; pero en cuanto uno tiene unos mínimos conocimientos de estas disciplinas, resulta obvio que están escribiendo cosas sin sentido. Por eso, Sokal y Bricmont no encuentran demasiado material que criticar: explican los conceptos físicos o matemáticos utilizados, y, a continuación, su crítica es siempre la misma: ¿qué relación hay entre tales conceptos y los filosóficos/sociológicos a los que se pretenden aplicar?
Es más, parece que muchas veces esa relación se basa puramente en la terminología. Un ejemplo fácil es las referencias de Lacan a los números irracionales relacionándolos con la posible irracional del ser humano!!! Hay que ser imbécil o sinvergüenza. El otro bastante manido es utlilizar la teoría de la relatividad para justificar todo tipo de relativismo. Claro, como los nombres se parecen...
Según Sokal y Bricmont, lo que pretendían estos autores postmodernistas era simplemente ocultar de la gente el vacío de sus ideas mediante referencias a conceptos complicados de las disciplinas científicas. Y la publicación del artículo de Sokal es la prueba palmaria que deja al emperador desnudo (palabras de los autores): "l'aspect comique de l'incident Sokal est qu'il suggère que même les
postmodernes ne comprennent pas réellement ce qu'écrivent leurs col-
lègues, et qu'ils se déplacent à travers les textes en passant d'un nom
ou mot familier à un autre, comme une grenouille qui traverse un étang
boueux en sautant sur les nénuphars".
Así las cosas, se trata de un ensayo difícil de leer, y poco divertido, pese a su origen inicialmente burlesco. De hecho, lo más divertido es realmente el artículo original del Sokal, titulado Transgressing the Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity, que se incorpora al ensayo como apéndice. Y es que Sokal no puede ocultar su formación de físico y, claro, su artículo es bastante claro, en comparación con los textos de los autores que cita. Al ser más claro, es mucho más fácil entender lo que dice y, claro, descojonarse con él (que no de él). Algunos extractos (los doy directamente traducidos; total, yo he leído la traducción al francés del artículo, originalmente en inglés):
- "La constante de Euclides y la constante G de Newton, que antes se creían constantes y universales, se percibe ahora dentro de su inevitable historicidad"
- "El concepto mismo de geometría se vuelve relacional y contextual"
- "Un criterio simple para que una ciencia sea admitida como postmoderna es que sea liberada de toda dependencia del concepto de la verdad objetiva"
- "La teoría feminista debe ser desarrollada como teoría estratégica, no como teoría verdadera o como teoría falsa"
- "Finalmente, la ciencia postmoderna ofrece una poderosa refutación al autoritarismo y elitismo inherente a la ciencia tradiconal, así que una base empírica para una aproximación democrática al trabajo científico"
La verdad es que yo ni me planteo ni me planteaba leer a ninguno de los autores citados. Y seguramente tampoco hubiera leído este ensayo de saber que era una crítica al postmodernismo. No puedo perder el tiempo con cosas tan absurdas. Lo que no sé es si seguirá habiendo mucho departamento universitario e intelectualoide dedicado a esta basura, aunque me temo que pueda ser que sí.
Para no cerrar el año de una forma tan negativa, dejo esta divertida referencia a una tal Irigaray, quien parece sostener que "la mécanique des
fluides est sous-développée par rapport à celle des solides parce que la
solidité est identifiée (selon elle) aux hommes et la fluidité aux
femmes." ("La mecánica de fluidos está infradesarrollada respecto a la de los sólidos porque la solidez se identifica con el varón y la fluidez con las mujeres", traducción propia). Disfruten del 2020.
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