Hace poco he
empezado a ver la serie homónima, y me está encantando. El protagonista no es
otro que Neil Patrick Harris, el inolvidable Barney de “How I met your mother”,
y hace un papel fantástico. La serie está dirigida por Barry Sonnenfeld
(Familia Addams, Men in Black, Superdetective en Hollywood), por si alguien
necesita aún más garantía de calidad.
Sí, claro, es una
serie con niños, basada en un cuento infantil, y con aquéllos como primer
objetivo, pero no impide a los adultos su disfrute, de lo que soy la prueba. Me
enganchó desde el mismo comienzo, en que sale el autor advirtiéndonos de que lo
que viene no tiene un final feliz y que haríamos mucho mejor viendo cualquier
otra cosa
Claro, sabiendo que
la serie está basada en una de libros, y que los libros suelen ser más
interesantes que las adaptaciones, no me pude resistir a echar una ojeada.
Dicho y hecho, y me leí en un par de horas el primer de los volúmenes, que
tiene el título “The bad beginning” (“El mal comienzo”).
Me he encontrado un
libro magníficamente escrito, cuya lectura es un deleite. Advierto que es a mí
la literatura inglesa infantil me parece fascinante (Peter Pan, The Wizard of
Oz, Alice in Wonderland o incluso Roverandom de Tolkien). Me parece que tratan
con gran respeto al lector (no como los libros de las colecciones españolas,
siento decirlo, que también unos cuantos he leído) y que los juegos de palabras
suelen justificar por si solos la lectura.
Y he podido
observar que la serie es super-respetuosa con el libro, al menos en este primer
volumen. Las principales frases divertidas las recoge perfectamente la serie, y
la trama es escrupulosamente la misma (con excepción de los padres, que en la
seria aparecen y en los libros, al menos en el primero, no).
Por ejemplo, este fragmento: ”He
found himself reading the same sentence over and over. He found himself reading the
same sentence over and over. He found himself reading the same
sentence over and over.” O las diversas explicaciones de vocabulario con
las que de vez en cuando interrumpe el autor. En el caso del primer libro, no
os perdáis las de “standoffish”
(habría que ver como lo han traducido) o la diferencia entre “figuratively” y “literally”.
Vamos, que la
lectura del libro no te descubre nada, la serie contiene todo. Pero es que la
serie incorpora algunas cosillas, además de la propia interpretación de los
actores y la ambientación, o sea, que da bastante valor añadido. Observo además
que coinciden los capítulos de la serie con las sucesivas entregas de libros
(si bien la serie dedica dos capítulos a cada libro).
Así que, por mi
parte, no procede seguir leyendo esta colección de libros, que hay otras muchas
lecturas que hacer. Pero conste que están muy bien. Cierro con una frase del
libro que no aparece en la serie, pero que a mí me ha gustado. No será difícil
adivinar por qué:
“But
the law is an odd thing. For instance, one country in Europe has a law that
requires all its bakers to sell bread at the exact same price.” (“Pero la ley es una cosa
extraña. Por ejemplo, un país de Europa tiene una ley que requiere a todos los
panaderos que vendan pan al mismo precio exactamente”, traducción propia)
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