¿De qué va la historia? Pues nos la cuenta, en estilo vocativo (dirigiéndose al lector de tú, como si escritor y lector estuvieran conversando en un café argelino, el hermano del extraño por antonomasia. Sí, el hermano del árabe que es asesinado en la famosa obra homónima de Albert Camus, y cuyo calificativo le da título. Hablo, por supuesto, de L'Étranger, que leí hace no mucho.
Moussa, que así se llama el hermano, nos cuenta en esta obra cosas sobre su hermano, y también sobre su madre, el tercer miembro de la sufrida familia. Su inquietud parte de su queja constante por el tratamiento que le Camus al Árabe, que es como le llama, sin preocuparse nunca más por su persona. Así, se queja de que "S’il appelle mon frère l’Arabe, c’est pour le tuer comme on tue le temps" ("Si llama a mi hermano el Árabe es para matarlo como se mata el tiempo"), y también de que
"mon frère aurait pu être célèbre si ton auteur avait seulement daigné lui attribuer un prénom, H’med ou Kaddour ou Hammou, juste un prénom, bon sang ! M’ma aurait pu avoir une pension de veuve de martyr et moi un frère connu et reconnu au sujet duquel j’aurais pu crâner." ("Mi hermano podría haber sido célebre si tu autor simplemente se hubiera dignado a darle un nombre, Hamed o Kaddour o Hammour, solo un nombre, por Dios! Mamá habría podido tener una pensión de viuda de mártir y yo un hermano conocido y reconocido gracias al cual yo hubiera podido presumir").
Le imputa a Camus haberse inventado una historia improbable (¿una puta deshonrada a la que su hermano quiere vengar?) y le llega a hacer cómplice del asesinato: "Il y en avait des milliers comme lui, à cette époque, mais c’est son talent qui rendit son crime parfait." ("Había miles como él en aquella época pero es su talento el que ha hecho este crime perfecto").
Sí, es original, pero el tema se hace cansino, incluso es una novelita tan corta. Daoud alterna este tipo de reflexiones con otras más interesantes sobre el colonialismo y la revolución, guerra de Independencia de Argelia incluida, con una queja ciertamente sarcástica: "“Le Français, il fallait le tuer avec nous, pendant la guerre, pas cette semaine!" ("Al francés había que matarlo con nosotros, duranta la guera, no esta semana").
De hecho, a partir de la mitad del libro, el propio autor se debe de dar cuenta de que el tema no da más de sí, e introduce un par de giros sorprendentes, que no voy a desvelar. Desgraciadamente, tampoco los desarrolla mucho, y vuelve el burro a dar vueltas a la noria. Eso sí, se agradecen en esos últimos momentos de la novela.
Por cierto, la narración es en algunos momentos un poco, no sé, violenta, del estilo de Karina Saiz Borgo en "La hija de la española", aunque sin llegar a los extremos de ésta. No digo que esté mal escrito, sino que es un recurso estilístico bastante eficaz para transmitir una situación de disgusto. Para muestra este botón, hablando de Orán: "Cela confirme un peu ma vision lubrique, cette ville a les jambes ouvertes vers la mer" ("Eso confirma un poco mi visión lúbrica, esta ciudad tiene las piernas abiertas hacia el mar"). Que luego compensa con ésta más lírica, sobre cuya calidad llama él mimo la atención: "Oran, c’est la seule issue vers la mer et l’endroit le plus éloigné du désert.".
No hay nada especial que me haga recomendar este libro. Al ser corto, no incurres en mucho coste por leerlo si tienes curiosidad. Quizá se aproveche más si se lee nada más hacer lo mismo con el de Camus.
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