Una gran parte de las visitas que hacemos los turistas por el mundo tiene que ver con la contemplación de edificios, tanto por fuera como por dentro. Es relativamente fácil quedar admirado al ver las grandes obras arquitectónicas, más difícil es entender su mérito más allá del puramente estético o de originalidad. Por ello, como turista inveterado, me parecía útil la lectura de esta pequeña obra, a fin de disfrutar más, en cantidad y calidad, de mis observaciones. Una vez terminado el libro, no tengo claro si el objetivo se habrá cubierto o no, pero alguna cosa, tampoco mucho, sí he aprendido.
Lo primero que confieso es que el objetivo del autor no parecía ser el mismo que yo perseguía, aunque no sonaran muy desencaminados: "My object is in all modesty to endeavor to explain the instrument the architect plays on, to show what a great range it has and thereby awaken the senses to its music." De hecho, insiste en que "Understanding architecture, therefore, is not the same as being able to determine the style of a building by certain external features." que era quizá a lo que yo aspiraba.
Lo segundo es de una naturaleza más técnica: dice Rasmussen que la arquitectura es un arte, pero un arte muy especial que "confines space so we can dwell in it, creates the framework around our lives." Me encanta la última frase.
Cada capítulo se dedica a un aspecto relevante de la disciplina. En el primero, habla de observaciones básicas, como formas "suaves" y formas "duras, o formas "pesadas" y "ligeras". Incluso habla de formas "animadas. Los dos capítulos siguientes a explicar "sólidos" y "cavidades" explicándonos que algunos periodos arquitectónicos son más “structure-minded,” y otros “cavity-minded;” según como enfoquen los arquitectos el diseño.
Sucesivamente hablaré de los colores, escala y proporción, ritmo, textura, iluminación y, finalmente, audición. Los capítulos más interesantes me han parecido el dedicado al ritmo y el último sobre acústica, que enlaza con David Byrne y su "How music works" con cuya lectura disfrute enormemente hace unos años. Por ejemplo, "the acoustics of Thorvaldsen’s Museum are poor unless steps are taken to improve them—which is true enough when it is used for chamber music. But it could just as well be said that it has excellent acoustics, provided the right kind of music is performed." o "Much of Bach’s music was composed especially for that church. It is a large, three-aisled Gothic edifice with level vaults.", sobre la influencia de la acústica del edificio en los compositores: no se compone en abstracto, si no para unas condiciones concretas muchas veces definidas por la arquitectura.
Sobre el ritmo, nos dice Rasmussen "Architecture itself has no time dimension, no movement, and therefore cannot be rhythmic in the same way as music and dancing are." para luego ponernos, entre otros muchos, el magnífico ejemplo de la Escalera Española de Roma, donde "we can see a petrification of the dancing rhythm of a period of gallantry".
Respecto a la iluminación, me quedo con la idea de que mucha luz no es necesariamente buena luz. Rasmussen destaca la sabiduría de los holandeses al respecto, con referencia a Rembrandt incluida: "The rooms with their white plastered walls and large windows could be as drenched with light as the rooms in the most modern house today. But the light could also be dimmed down to a most mysterious gloom. Or all of it could be concentrated on one spot, leaving the rest of the room in semi-darkness. No one has employed these effects with greater skill than Rembrandt, as his paintings show."
Otras ideas de interés:
- "We continually find the same two tendencies in architecture: on the one hand the rough form of the basket, which emphasizes structure, on the other the smooth form of the clay vessel, which hides it."
- "In architecture it is distinctly unpleasant when the stone that is supposed to form firm supporting elements seems insecure and almost intangible."
Rasmussen usa como referencia principal a tres arquitectos: el clásico Palladio y los recientes Le Courbusier y Frank Right Lloyd. También se refiere a arquitectos escandinavos menos conocidos. Y en cuanto a sitios específicos, abusa de Italia y especialmente de Venecia, de la que tiene esto que decir reminiscente de la llegada por mar que Thomas Mann describe en su "Der Tod in Venedig": "At that time, when every self-respecting town was surrounded by the most menacing and impenetrable fortifications, the first impression of this metropolis must have been of a sort of earthly paradise where fear was unknown, with houses with delicate and graceful arcades swarming with carefree people."
La monotonía de las referencias y arquitectos, unida a la baja calidad de las fotos (antiguas y en blanco y negro) hace que los ejemplos concretos que describe Rasmussen sean en muchos casos poco accesibles al lector. Incluso un servidor, que es intensito en sus visitas y trata de verlo todo, podrá contar con los dedos de una mano qué edificios ha visitado de los que propone Rasmussen.
Con todo, la principal crítica para mí de este libro es que es demasiado sencillo, yo esperaba un poquito más, sin llegar al nivel de arquitecto, pero quizá algo más sofísticado, algo que fuera más allá que las observaciones que un lego ya hace por si solo aunque no sepa ponerle nombre. Es quizá por eso que el único capítulo que me ha resultado interesante es el de Ritmo, porque era algo en que no había reparado.
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