lunes, 12 de febrero de 2024

Growth Theory: An exposition, de Robert M. Solow

Leer este ensayo es como leer alguno de los físicos primitivos que explicaban el universos con las esferas celestiales, o la luz con el éter, yo qué sé. Con la única, pero importante, diferencia que muchos de los economistas actuales se siguen creyendo las cosas de Solow, mientras que ningún físico actual discutiría seriamente sobre las esferas celestiales como explicación de fenómenos físicos.

Más grave aún: no solo es que los economistas actuales se siguen tomando en serio a Solow, sino que encima muchas de sus propuestas las hacen suyas los políticos. Yo quiero pensar que Solow premio Nobel de Economía, por cierto, era honesto en sus trabajos, y si viviera en la actualidad hubiera aceptado y reconocido sus tremendos errores. Lo cual, por cierto también, les daría igual a los políticos, que seguirían actuando con sus postulados, porque en el fondo les conviene.

Lo que hace Solow en este ensayo es aportar una teoría matemática para explicar por qué crecen las economías de los países o, más bien, como se puede explicar dicho crecimiento a través de otras magnitudes. Él no se cansa de repetir que su modelo no va más allá de una parabola, y que haría falta un trabajo más riguroso antes de formulas políticas económicas con base en él. Pero, bueno, aquí estamos, y el marco de su discusión  es bastante frecuente en los macroeconomistas mainstrema.

Solow afirma que el crecimiento económico se puede explicar con el crecimiento de la población y el crecimiento del ahorro. Luego complica el modelo para introducir dinero o deuda, y aparecen otras variables que contribuyen, como es el gasto público o el crecimiento de la masa monetaria, ya en manos del Estado.

Lo que el muestra es que el crecimiento estable (steady) solo se produce en las condiciones de Harrod-Domar. Si no se cumple, o bien se está invirtiendo más de lo que se puede utilizar con el empleo disponible (y tenemos exceso de capacidad) o bien se está invirtiendo menos, y el desempleo tiende al infinito. 

Pero, claro, para eso tiene que hacer unas suposiciones irrealistas y ridículas, cuya ridiculez solo se aprecia en toda su magnitud cuando se analiza la posible intervención  del gobierno. De entrada, solo existe un bien en la economía, que se produce solo con capital y mano de obra. Y ese capital es completamente homogéneo, y además con una tecnología dada, que se hace exógena al modelo. Esto es, Solow no se pregunta quién ha inventado la tecnología, la da por buena, y asume (en uno de sus modelos) que se va mejorando y, en general, que se pueden añadir activos al capital homogéneo siempre con éxito (todo el ahorro va a inversión en capital rentable).

Con estos supuestos, de lo único que hay que preocuparse es que el otro recurso "case" con el capital homogéneo. Ya está, no da más de sí el modelo. Luego le metemos la componente del Estado, y entonces vemos cómo Solow echa de menos la planificación central que le permitiría fijar las variables directamente al Estado para alcanzar la senda de crecimiento que deseara. Es tan ridículo como indignante. Hay momentos especialmente llamativos, como cuando discute el papel de la inversión pública, y nos convence de que básicamente da igual qué inversión se haga si se fija adecuadamente la tasa de retorno, mejor, se manipula con los instrumentos que maneja el Estado.

Todo muy lamentable, y que no daría para mayor comentario sino fuera porque los economistas macro mainstream siguen razonando en estos términos.

No procede aquí refutar sistemáticamente el modelo de Solow. Solo un par de apuntes: 1) el capital disponible en una economía, los medios de producción (fábricas, vehículos, maquinaría...), distan de ser homogéneos; muchos de ellos solo se pueden usar para determinadas actividades y no para otras; 2) la adición de capital a la estructura productiva es una actividad sujeta a incertidumbre, que no va a dar automáticamente ninguna rentabilidad; ello implica que no puede haber un óptimo de inversión, no puede haber exceso de inversión como postula Solow mirando al factor complementario de su modelo; 3) la evolución tecnológica no aparece de la nada; requiere recursos, inversiones, que necesariamente habrán de salir de la economía, no se puede poner como factor exógeno del modelo si se quiere que este dé resultados serios.

Solow es un keynesiano impenitente a quien nadie debería de leer en la actualidad. Si yo lo he hecho ha sido como parte de un club de lecturas, en ningún otro contexto hubiera perdido tiempo con este bodrio. Normalmente, me conformo con no recomendar los libros que no me gustan, En esta ocasión, recomendaré activa y encarecidamente que nadie lea esto, puede terminar con ideas equivocadas y dañinas.


   

 

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