viernes, 21 de junio de 2024

Un caballero en Moscú ("A gentleman in Moscow"), de Amor Towles

Se trata de una extraña novela en la que no me he encontrado lo que esperaba, aunque por suerte he encontrado otras cosas. Por cierto, ha debido de tener bastante éxito en los EEUU, pues han sacado una serie de la novela, lo que es casi un milagro, crear una serie de la (casi) nada.

Porque ese es el principal problema de la historia, que no ocurre casi nada, aunque todo se nos cuenta de una forma magnífica, lo que es el principal valor de la novela. En efecto, el estilo de Towles es reminiscente de grandes como Jane Austin o el mismísimo Nabokov, cuya novela Lolita me parece el libro mejor escrito en inglés de la literatura. Eso hace que sea un placer leerlo, al menos en pequeños bocados.

Lo dicho queda patente desde el principio, con frases como estas:

"“A king fortifies himself with a castle,” observed the Count, “a gentleman with a desk.”"

"Though the window was only the size of a dinner invitation,"

"The blacksmith winced, the coachman gasped, and the footman nearly fainted."

"“Does a banquet really need an asparagus server?” “Does an orchestra need a bassoon?”"

Es un estilo cercano al lector, pero que al mismo tiempo matienene la distancia señorial. Escribe Towles como piensa un caballero, en concreto el conde Rostov, protagonista de la novela. Sin embargo, se distancia de su protagonista en numerosas ocasiones para aproximarse al lector y apelarle directamente, sin perder ese alto nivel del lenguaje. Por ejemplo, aquí: "For while in the classical tradition there was no Muse of architecture, I think we can agree that under the right circumstances, the appearance of a building can impress itself upon one’s memory, affect one’s sentiments, and even change one’s life."

Poco más encontrará el lector en esta novela, en la que ocurre más bien poca cosa relevante, y ni siquiera tenemos la fortuna de asistir a la evolución social de la Rusia soviética, salvo por pequeños atisbos en determinados momentos. La historia es la del conde Alexander Rostov, que queda confinado en el hotel Metropol (y no le condenan a muerte por una poesia escrita en su juventud) nada más empezar la novela. Ello implica que ya sabemos dónde va a transcurrir toda la acción, y porque no vamos a ver demasiado de la evolución de la sociedad rusa. Además, es que el hotel Metropol, el de mayor lujo en el Moscú de la época, es quizá el mejor sitio para aislarse del devenir anterior.

Eso sí, alguna cosa ocurre, sobre todo la que tiene que ver con una niña, Nina Kulikova. "Through those caverns where ghostly shadows dwell, Odysseus had his Tiresias just as Dante had his Virgil. And in the Metropol Hotel, Count Alexander Ilyich Rostov had a nine-year-old girl by the name of Nina Kulikova." Nina saldrá de la escena cuando se haga mayor y retornará brevemente al hotel para dejar a su hija Sofia a cargo del conde, antes de desaparecer en el gulag o donde la llevaran los bolcheviques. Sofía sí será la verdadera coprotagonista de la novela.

Como decía, Towles nos proporciona algunos atisbos de lo que sucede fuera del hotel, Por ejemplo, la generalizazión de la palabra "camarada": "A wonder of semantic efficiency, comrade could be used as a greeting, or a word of parting. As a congratulations, or a caution. As a call to action, or a remonstrance. Or it could simply be the means of securing someone’s attention in the crowded lobby of a grand hotel."

Aunque a mí me ha gustado especialmente esta aliteración en referencia a la pasión de los bolcheviques por reunirse: "there might be committees, caucuses, colloquiums, congresses, and conventions variously coming together to establish codes, set courses of action, levy complaints, and generally clamor".

No hay que olvidar el momento en que quitan las etiquetas a todos los vinos de la bodega del hotel:"“A complaint was filed with comrade Teodorov, the Commissar of Food, claiming that the existence of our wine list runs counter to the ideals of the Revolution. That it is a monument to the privilege of the nobility, the effeteness of the intelligentsia, and the predatory pricing of speculators.”". Todos los vinos iguales en valor, como todos los individuos: "“A meeting was held, a vote was taken, an order was handed down. . . . Henceforth, the Boyarsky shall sell only red and white wine with every bottle at a single price.".

Durante todo el transcurso de esta cuasi-nada anecdótica, sí percibirá el lector que, no obstante, Towles está llevando a cabo un trabajo de relojería, dejando aquí y allá pistas que se recopilarán en el último 10% del libro para llevar a cabo un desenlace, no demasiado inesperado pero digno de las grandes novelas, referencia incluida a la película Casablanca. Es un final precioso, digno del estilo del libro, aunque no tanto de la peripecia que se ha contado.

Buen descubrimiento este Towles, con un estilo narrativo soberbio, en el que se hubiera agradecido algo más de acción. Pero, aun así, merece la pena la lectura, y, me apresuro a anticiparlo, preferentemente en inglés.

Dejo aquí un par de frases como ejercicio, a ver si el lector puede imaginar una traducción a españos digna:

"Galileo of Galilei, vindicated by a ping, a splat, a smash, a thunk, a thump, and a thud"

"“One must make ends meet,” confirmed Audrius matter-of-factly, “or meet one’s end.”"

No hay comentarios: