sábado, 24 de mayo de 2025

Errores y extravíos ("Irrungen, Wirrungen"), de Theodore Fontane

Este libro lo escogí aleatoriamente para mantener vivo mi alemán. Desconocía al autor y la obra, pero me pareció de una longitud adecuada, y una visión de la primera página me hizo creer que sería de lectura accesible. Consultando ahora la Wikipedia, veo que el señor Fontane es un autor respetable, del siglo XIX, con bastantes obras, y varias de ellas traducidas al español, entre ellas la que he leído. En dicha fuente pone que es el principal exponente del realismo alemán, y no seré yo quien lo discuta.

Esta novela es corta y entretenida, aunque el tema no dé demasiado de sí. Es entretenida pese a no ser una lectura fácil en alemán; dichas dificultades habrán causado que no me entere de mucho ni quizá de lo más importante.

Los protagonistas de la historia son un aristócrata típico prusiano con su dedicación militar, Botho von Rienäcke, y una señorita honesta e independiente pero sin sangre azul, Lene Nimptsch. Nos encontraremos a la pareja en la casa de esta última que comparte con su madre, que regularmente es visitada por el aristócrata, con la intención de cortejarla.

La novela nos contará la evolución de su relación así como la forma en que se conocieron. Pero la relación, como se adivina de la descripción que he dado de los personajes, no va a terminar bien. Botho será reclamado por su familia para cumplir con sus deberes y deberá casarse con alguien de su clase social, la encantadora pero algo superficial Kathe von Sellenthin. Lene reacciona con gran entereza y comprensión a la situación, es una escena fría y desgarradora, pero abandonará la casa de tantos encuentros y recuerdos para evitar el sufrimiento del reencuentro. 

Eventualmente, habrá una reconexión indirecta cuando el nuevo prometido visite a Botho para informarle de que se va a casar con la chica, y al mismo tiempo le comunique la muerte de la madre. Ello dará la excusa a Botho para, en otra emotiva escena, visitar el escenario y poner flores en la tumba de la señora.

Así que tenemos una historia de las más tradicionales, en que el amor de los protagonistas se ve obstaculizado por las convenciones sociales de la época, a lo que ambos reacciones con la entereza que cabe esperar de las características prusianas. Por el camino, algunas fiestas y excursiones ("Das Wasser flutete leise, der Wald und die Wiese lagen im abendlichen Dämmer, und der Mond, der eben wieder seinen ersten Sichelstreifen zeigte, warf einen Lichtschein über den Strom und ließ das Zittern seiner kleinen Wellen erkennen"), y poco más de sí lo que nos cuenta Fontane, aunque sea ameno.

El final es quizá el mejor reflejo de ese control de emociones que se hace patente en esta novela."Both nahm das Blatt, aber freilich nur, weil er seine Verlegenheit dahinter verbergen wollte. Dann gab er es ihr zurück und sagte mit soviel Leichtigkeit in Ton, als er aufbringen konnte: Was hast du nur gegen Gideon, Käthe? Gideon ist besser als Botho".

Y con similar entusiasmo controlado termino esta entrada sin atreverme a recomendar o no este librillo. En alemán para practicar, vale, pero en español me costaría ver algo interesante en él.

miércoles, 21 de mayo de 2025

El patrón Bitcoin ("The Bitcoin Standard"), de Saifedean Ammous

El título de este libro refleja a la perfección su contenido. Se trata de una defensa que hace el autor sobre las características de BTC que le hacen valedor de compararse en reserva de valor con el mismísimo oro, al que miles de años contemplan en tal papel. Para ello, Ammous nos contará la teoría del dinero, siguiendo la Escuela Austriaca, y luego una breve historia del mismo, comenzando con los dineros arcaicos hasta llegar al fiat en la actualidad y la ruptura de cualquier ancla con el valor. Tras esto, dedica los últimos tres capítulos a explicar BTC, sus ventajas (e inconvenientes) y las razones por las que solo puede  haber una cripto y que ésta tiene que ser BTC.

Lógicamente, los primeros 7 capítulos un austriaco se los puede leer de corrido, no hay nada que vaya encontrar sorprendente o siquiera nuevo. Básicamente, nos recordarán lo que exigía Mises del "buen dinero": "Sound money is chosen freely on the market for its salability, because it holdsits value across time, because it can transfer value effectively across space, andbecause it can be divided and grouped into small and large scales. It is money whose supply cannot be manipulated by a coercive authority that imposes its use on others."

A favor tiene que es una lectura amena e incluso divertida por momentos, por lo que no hay especial sensación de pérdida de tiempo. En contra tiene que Ammous es un poco exagerado y llega por momentos a acusar de todos los males del mundo al "soft money", como llama él al dinero fiat, incluido el descenso de la natalidad, el predominio de los sitios de fast food o la baja calidad del arte ("Some of the most iconic “artists” of our era, such as Damien Hirst, Gustav Metzger, Tracey Emin, and Italian duo Sara Goldschmied and Eleonora Chiara, have received this critical appraisal by janitors more discerning than the insecure nouveau riche who spent millions of dollars on what the janitors threw away"). Aunque se pueda seguir la lógica de su razonamiento, y hasta compartirla, es evidente que no es la causa única, por lo que estos pasajes le quedan un poco histriónicos.

Entre las ideas que no quiero olvidar de estos capítulos del libro está la vinculación entre paso a dinero fiat y poder destructivo de la Primera Guerra Mundial. Como bien dice Ammous, la capacidad de emitir dinero que se habían arrogado los Estados antes de dicho conflicto permitió de facto a estos que controlaran todos los recursos de sus respectivos países para esta guerra, algo que nunca había pasado con anterioridad en las guerras.

En todo caso, todo esto para mí no dejaba de ser el aperitivo necesario, acumulando las ideas que facilitarían el análisis de Bitcoin como patrón alternativo al oro. Para comprender este análisis, es clave comprender el significado del ratio stock-flujo del material usado como dinero. Eso es lo que, en opinión de Ammous, ha sido el factor diferencial para que el oro se impusiera históricamente. Por un lado, el oro no se estropea ni desaparece y se puede recuperar, por lo que el stock existente en la actualidad es la acumulación de todo el oro que se ha excavado por la humanidad en los miles de año de su existencia. Y, claro, esto es necesariamente mucho en relación con lo que se pueda añadir año a año, porque tampoco es fácil encontrar oro por mucho que suba su precio.

Otros materiales usados en uno u otro momento como dinero sí que pueden incrementar con facilidad su flujo de producción ante un incremento de valor, por lo que éste se reducirá y los hará poco aptos como refugio de valor. El ejemplo al que dedica más tiempo es la plata. En la misma línea, son muy interesantes los casos de las cuentas de vidrio en África y cómo el desarrollo tecnológico de Europa hizo perder el valor a dicho dinero una vez los europeos llegaron al golfo de Guinea.

Llegados a este punto, es fácil entender porque para Ammous el BTC puede ser un nuevo patrón de dinero. En efecto, cualquiera que haya oído hablar de BTC sabe que su número está limitado a 21 millones y que una vez se hayan emitido todas (para 2140 según parece), no se emitirán más. Además, el ritmo al que se generan decrece periódicamente, por lo que la relación stock-flujo de BTC va en descenso, y seguramente ya sea inferior a la del oro (Ammous escribe en 2017).

Esto tiene una consecuencia: "Whereas the rise in value of any money leads to more resources dedicated to its production and thus an increase in its supply, as Bitcoin's value rises, more effort to produce bitcoins does not lead to the production of more bitcoins. Instead, it just leads to an increase in the processing power necessary to commit valid transactions to the Bitcoin network, which only serves to make the network more secure and difficult to compromise. Bitcoin is the hardest money ever invented: growth in its value cannot possibly increase its supply; it can only make the network more secure and immune to attack."

Con este parámetro explicado, toca centrarse en otros aspectos de BTC que puedan hacer dudar al personal. Principalmente, la necesidad de una "proof-of-work" o si se pueden cambiar las normas de funcionamiento de BTC (por ejemplo, aumentando el número de BTCs a emitir). Ammous argumenta, por supuesto, que es prácticamente imposible que eso ocurra; que hubo oportunidad de que ocurriera, pero ya a estas alturas (recuerden que escribe en 2017, el argumento es más potente 8 años después, sin que nada haya ocurrido) no es imaginable. 

Los razonamientos que da son más filosóficos que económicos, y no tan convincentes como me hubiera gustado. Por ejemplo: "In other words, the defense of the Bitcoin network is not just that attacking it has become expensive, but that the attack succeeding renders the attacker's loot worthless.

Pero, claro, al final lo que decidan los individuos que se puede usar como dinero es algo impredecible a futuro. Ammous da argumentos potentes sobre por qué no puede haber otra cripto alternativa a BTC, pero eso no impide que a lo mejor en el futuro la gente demande criptos con otras características mejores que BTC (yo no sé cuáles, pero es lo que ha pasado con todos los productos históricamente: ¿qué puede haber mejor que un caballo para moverse? Nada, hasta que a alguien se le ocurre el coche).

Un poco en la misma línea, Ammous está convencido de que la tecnología Blockchain está ligada a BTC y solo tiene sentido para BTC. Esto es así porque el registro Blockchain consume una gran cantidad de recursos muy superior a un registro convencional, por lo que solo tiene sentido usarlo cuando las partes involucradas no se fían unas de otras. Pero sí hay que dar confianza a un tercero en alguna parte del proceso, aunque no sea el registro, entonces es absurdo usar Blockchain.

Ammous repasa los "ataques" que se han realizado históricamente (hasta 2017) para cambiar el funcionamiento de BTC y constata que todos han fracasado, incluso alguno liderado por uno de los padres de BTC, que quería incrementar el tamaño de los bloques de transacción. Ello hubiera dificultado la aparición de nodos pequeños en la Blockchain disminuyendo su número y dando más control a los grandes, pero así se conseguirían más transacciones diarias. Fue rechazado. Y prácticamente se puede decir que el proceso de BTC es inmutable e independiente de su creador y sus participantes, y eso es lo que le da su valor.

Ammous cuenta con detalle el ejemplo de la red Ethereum, en que sí hubo un cambio de reglas en un momento dado, precisamente para subsanar un agujero por el que un hacker se había colado y se había hecho con valor que no le correspondía. El problema es que el hacker no había quebrado las normas, sino que se había aprovechado de ellas. En todo caso, quedó demostrado que los creadores de Ethereum podían cambiar unilateralmente la distribución de riqueda, aunque lo hicieran en un caso justo. Esto es lo que no puede pasar con BTC.

En todo caso, estos tres últimos capítulos, los más interesantes y novedosos a priori, me han parecido los peores y menos rigurosos del libro, con algunos momentos en que Ammous parece un hooligan de la BTC. Llega incluso a repetir párrafos e ideas, como si no se hubiera releído la versión final de estos capítulos.

No desmerece por ello la lectura de este libro, que recomiendo a quien quiera aprender sobre el funcionamiento del dinero, en general, y de BTC en particular. Y, sinceramente, creo que hay pocas cosas que sean de más interés para la gente a la que nos ha tocado vivir en estos tiempos de política monetaria en manos de los gobiernos.

Dejo un par de citas en las que Ammous reparte estopa. La primera para Keynes:

"All spending is spending, in the naive economics of Keynesians, and so it matters not if that spending comes from individuals feeding their families or governments murdering foreigners."

La segunda sobre lo que los Estados llaman "libre comercio": "the term free trade came to refer to trade carried out between two individuals across borders, according to terms agreed upon by their respective governments, not by the concerned individuals!"

domingo, 18 de mayo de 2025

Los ríos profundos, de José María Arguedas

Es otro de los libros que he conocido leyendo las memorias de Vargas Llosa (El pez en el agua). En este caso, se trata de un escritos que podíamos llamar étnico, muy centrado en los indígenas y la cultura del Perú, por lo que no de extrañar que llamara la atención del Nobel, quien además ha prologado la edición que he leído.

Poco más ha durado el atractivo de esta novela. El principal problema es que está mal escrita, como si fuera una (mala) traducción de otro idioma. Con la diferencia de Arguedas escribe en castellano. Cuando uno se tropieza con este problema, es fácil perderse en la narrativa y difícil mantener el interés sobre algo que no acabas de entender.

La historia la cuenta en primera persona el protagonista, hijo mestizo (supongo) de una abogado itinerante. Comienza con mucha potencia en la ciudad de Cuzco, donde el narrador se quedará impresionado con las obras incaicas. Quizá sea de esta descripción de dónde viene el título de la obra: "¿Acaso no podría decirse «yawar rumi», piedra de sangre, o «puk’tik’ yawar rumi», piedra de sangre hirviente? Era estático el muro, pero hervía por todas sus líneas y la superficie era cambiante, como la de los ríos en el verano, que tienen una cima así, hacia el centro del caudal, que es la zona temible, la más poderosa."

Aunque ya cuesta adentrarse por la descripción del Cuzco, al menos resulta evocadora, y más si has estado por allí, porque hace un verdadero recorrido turístico de la ciudad y las afueras. Pero, claro, siendo abogado itinerante el padre, es cuestión de tiempo que el viaje siga. Tampoco nos llevará mucho más lejos, pues llegando a Apurimac nuestro héroe queda como interno en el colegio, y gran parte de la novela es lo que ocurre aquí con sus compañeros internos y externos, cholos, negros y blancos. La historia termina con el comienzo de una epidemia de peste, que vuelve a poner en la retina del lector imágenes poderosas, si es que para entonces ha aguantado la lectura. 

"Ya no hay salvación, pues, misa grande, dice quieren, del Padre grande de Abancay. Después sentarán tranquilos; tiritando se morirán, tranquilos. Hasta entonces van a empujar fuerte, aunque como nube o como viento vayan los civiles."

"Si los colonos, con sus imprecaciones y sus cantos, habían aniquilado a la fiebre, quizá, desde lo alto del puente, la vería pasar, arrastrada por la corriente, a la sombra de los árboles. Iría prendida en una rama de chachacomo o de retama, o flotando sobre los mantos de flores de pisonay que estos ríos profundos cargan siempre."

Por lo demás, llama la atención el uso del quechua con bastante frecuencia, y especialmente en canciones (siempre acompañadas de su traducción, claro). Dejo aquí una por curiosidad:

"Paraisancos mayu 

río caudaloso 

aman pallk’ankichu 

kutimunaykama vueltamunaykama. 

Pall’ark’optikik’a ramark’optikik’a 

challwacha sak’esk’aypin pipas 

challwayk’ospa usuchipuwanman."

El otro punto interesante es la descripción costumbrista, sobre todo al principio en que la novela parece que va a ser una sucesión de cuadros sobre la vida de los indígenas aprovechando los viajes del padre del protagonista. "Cuando se observan desde afuera esas asambleas parecen una reunión de gente desaforada. ¿Quién habla a quién? Sin embargo existe un orden, el pensamiento llega a su destino y los cabildos concluyen en acuerdos."

Pero, sobre todo, la descripción de la naturaleza, perlas que va soltando Arguedas de vez en cuando y que suponen agradables oasis para el sufrido lector dentro de la árida lectura:

"En los grandes lagos, especialmente en los que tienen islas y bosques de totora, hay campanas que tocan a la medianoche. A su canto triste salen del agua toros de fuego, o de oro, arrastrando cadenas; suben a las cumbres y mugen en la helada; porque en el Perú los lagos están en la altura."

"En los pueblos, a cierta hora, las aves se dirigen visiblemente a lugares ya conocidos. A los pedregales, a las huertas, a los arbustos que crecen en la orilla de las aguadas. Y según el tiempo, su vuelo es distinto."

"su cabellera era hermosa, tenía esa especie de luz del tallo de la cebada madura. El color de su rostro recordaba también el de la cebada molida en la era, aunque parecía algo más oscuro, quizá como el capulí herbáceo que madura dentro de un lóbulo que amarillea con el tiempo;"

"Y la gente, como en la costa, los mataba, aplastándolos, sin tener en cuenta su dulcísima voz, su inofensiva y graciosa figura. A un mensajero, a un visitante venido de la superficie encantada de la tierra, lo mataban, pudiendo echarlos a volar, después de sentir en las manos la palpitación de su pequeñísimo y frío cuerpecillo." (sobre los grillos)

Dejo como cierre esta maravillosa frase, en la que no obstante se pueden apreciar las dificultades que tiene la lectura de esta novela.
"¿Por qué, en los ríos profundos, en estos abismos de rocas, de arbustos y sol, el tono de las canciones era dulce, siendo bravío el torrente poderoso de las aguas, teniendo los precipicios ese semblante aterrador? Quizá porque en esas rocas, flores pequeñas, tiernísimas, juegan con el aire, y porque la corriente atronadora del gran río va entre flores y enredaderas donde los pájaros son alegres y dichosos, más que en ninguna otra región del mundo."

Vaya dos recomendaciones llevo del señor Vargas Llosa. (La otra fue Vidas imaginarias). A ver si con la tercera acierto.











sábado, 17 de mayo de 2025

Huríes ("Houris"), de Kamel Daoud

Recojo esta recomendación de un respetado amigo, y luego me doy cuenta de que ya conocía al autor por la obra con que consiguió el premio Goncourt: Meursault: Contra-enquéte. Repasando la entrada observo que no fue una lectura que me fascinara. Por suerte, me puse con éste sin dicho recuerdo, porque este es bastante mejor y muy recomendable, aunque sea solo por el tema.

Kamel Daoud es un periodista argelino, y en este libro lo cierto es que se la juega, si siguen vigentes las leyes que cita al principio de la obra, y a las que se refieren en ocasiones los protagonistas. Dichas leyes son una ley mordaza que prohíben hablar de la guerra civil ocurrida en aquel país entre 1990 y 2000. O sea, hace nada. Yo no tenía idea de su existencia (prueba del éxito de la ley mordaza) y quizá si hubiera sabido las burradas que se hicieron (y que sospecho han coleado hasta hace muy poco), no me habría ido con tanta alegría de viaje por aquel país el año pasado.

El presente es un libro de denuncia en que se pone de manifiesto, primero, la existencia de tal conflicto, y, segundo, las animaladas que hicieron los contendientes, principalmente los llamados barbudos, a costa de la inocente población civil. Y es que resulta que para cerrar el conflicto se promulgó una ley de reconciliación (la misma que supongo prohíbe hablar del tema) en la que se perdonaba a todos los terroristas, y se les permitía bajar de vuelta desde las montañas escondiéndose bajo el oficio de "cocinero".

"la « Réconciliation » avait été précédée, en cette année 2005, par d’autres lois, notamment celle de la Rahma, la Miséricorde. Sous son prétexte, des milliers de terroristes armés étaient descendus des montagnes se laver les mains de tous leurs crimes de sang. Et pour qu’ils ne mettent pas à mal la charte d’amnistie, on leur expliquait qu’il ne fallait rien raconter de leurs méfaits pour pouvoir bénéficier du « pardon » et de la loi d’amnistie

Los retazos de la historia nos los cuenta la protagonista, superviviente milagrosa de un ataque a los barbudos a su aldea. Y tan milagrosa, como que sobrevivió a un intento de degollarla que la dejó una "sonrisa" por todo el cuello e imposibilitada de hablar. Así que es la historia ("Le livre qui protège de l’oubli la véritable histoire de la vraie guerre d’Algérie.") que le está contando al feto que tiene en el vientre, y se lo cuenta antes del aborto que va a cometer, pues Argelia no es país para mujeres. Luego hablará de esto, el segundo tema fundamental de la novela. Por el momento, volvamos a la guerra civil secreta.

La narración no avanza de forma lineal, ni de lejos, sino que muchas veces parece ir en círculos y que no nos vamos a enterar de nada de lo que pasó. El estilo es vocativo y, para añadir confusión, la protagonista, Aube, se refiere a su interlocutor (recuerden, su hija) cada vez de una forma distinta. El caso es que pese a resultar cansino al principio, el libro está muy bien escrito, con cierto aroma a Maalouf, y el lector no tarda en adaptarse a los meandros del texto y empezar a disfrutarlo.

Eventualmente, nos enteraremos de que la causa de la guerra fue unas elecciones democráticas ganadas por el partido islámico, ante lo que los militares argelinos decidieron dar un golpe de Estado. La respuesta de los vencedores democráticos fue huir a las montañas e iniciar un régimen de terror que fue principalmente sufrido, cómo no, por la gente normal. Las acciones más conocidas y terroríficas consistían en montar barreras en la carretera y pasar por la piedra a todos los viajeros con la mala fortuna de ser detenidos por ellas; luego las desmontaban a toda velocidad y volvían a sus montañas.

Lógicamente, los pobladores de éstas también estaban sujetos al régimen de terror que los barbudos imponían ante la mínima sospecha de traición. Aube, de hecho, es la única superviviente de uno de estos ataques que acabó con 1000 vidas de aldeanos.

La experiencia de esta chica se complementa con las historias de otros tres personajes con los que se cruza en el libro. Uno de ellos es un librero de Batna (cerca de la ciudad romana de Timgud, por eso me sonaba el nombre, ya que estuve a punto de dormir allí), que nos cuenta una perspectiva masculina del conflicto así como lo que sucedía en las carreteras. "Les routes semblaient saines, propres et innocentes, jusqu’à ce qu’on tombe sur Eddib el- Jiâane (« Loup affamé » dans ma langue secrète)." "Même le jour, on peut tomber sur un faux barrage. Ça dure quinze minutes, ils arrêtent des personnes, les égorgent pour rien, puis courent se terrer dans les casemates et les montagnes de Chréa du côté d’Alger."

Otra es una mujer raptada por los terroristas y obligada a casarse, convivir con ellos y darles hijos. El testimonio de esta última es especialmente desgarrador, y eso que para cuando nos lo cuenta, ya hemos sufrido bastante. Porque eventualmente se la va a considerar terrorista por la policía, y, atención, resulta que la ley de reconciliación solo alcanza a LOS terroristas señores, no a las terroristas. Tremendo. "Les terroristes hommes nous ont pris notre virginité, notre honneur, notre jeunesse, et quand ils sont sortis des maquis, ils nous ont volé notre métier et nos excuses : ils se sont tous déclarés “cuisiniers”."

Esto nos lleva al otro tema de la novela: la discriminación de la mujer en Argelia. Y este no es un tema oculto o de los años 90, sino que sigue vigente en la actualidad, pues la protagonista narra la actualidad de Orán y de sus viajes. 

"Il y a des choses que tu ne pourras jamais faire si tu viens dans ce monde. Par exemple, déambuler seule sous l’averse, t’asseoir seule sur un banc face à une montagne qui refuse de te parler, dans un jardin public. Ou bien t’habiller selon tes envies, rire dans la rue, ou encore remercier un inconnu qui te collera dans le dos en croyant que tu es une prostituée, car tu as été gentille comme une plante d’intérieur. Tu te promèneras en groupe (dans les villes seulement, car dans les villages c’est impossible), durant les heures creuses des hommes à la mosquée, pour visiter un cimetière ou marier une proche.", le explica a su futura hija.

La manifestación más evidente es su enfrentamiento con el Iman de la mezquita cercana a su peluquería, y los ataques a ésta. Pero también tenemos las recriminaciones por conducir sola en su coche, el asalto de los camioneros tras su accidente, o el episodio final que no voy a desvelar.

Si a ello unimos que, de parir, sería madre soltera, se entiende perfectamente el fatalismo que lleva a querer abortar a su hija (Si no, "Tu paieras le rêve alambiqué d’un vieux prophète, et quelqu’un te violera."). Ellas y la terrorista son las huríes que dan título a la novela.

"nous étions les vierges, les vraies vierges de l’Éden, celles qui sont promises aux tueurs ou aux fidèles, aux armées et aux saints. Nous les attendions, mais à Oran, la rivière de vin et de miel gisait sèche, les palais tombaient en ruine et les détritus jonchaient les vallées annoncées par les versets."

El libro es impactante, la verdad, y merece la pena leerse por muchas cosas: por lo bien escrito que está, para conocer la guerra civil oculta de Argelia (quien no conoce la historia está condenado a repetirla), y también para ser consciente de que aquí al lado, a menos de una hora de avión desde Madrid y en el país más parecido a España que conozco, las mujeres están discriminadas y perseguidas. Y porque al final Daoud no quiere dejar un mensaje amargo sino de esperanza, y se despacha con un final maravilloso, digno del mejor Maalouf:

"Donne un chiffre », me relance Aïssa. Mon ami est assis sur un petit tapis de plage à côté de Khadija. Je dis « un milliard de milliards ! ». Alors il se met à rire avec ses yeux discordants et me répond : « Là, il faudra attendre la nuit, nous recompterons les étoiles ensemble. »"

martes, 6 de mayo de 2025

Vidas imaginarias ("Vies imaginaires"), de Marcel Schwob

Este es el primero de los libros que leo de los que he apuntado de Vargas Llosa tras leer su biografía-memorias El pez en el agua. Empezamos mal, me temo.

Como el propio título indica, se trata de una colección de biografías imaginarias, o sea, de tipos y tipas inexistentes, o biografías inventadas de gente que sí existió, como Empedocles, Petronio o Pocahontas, lo que contribuye a la confusión del lector. Dicho de otra forma, es una colección de cuentos con forma de biografía. Una vez aceptado este hecho, pues hay cuentos más graciosos o menos, más difíciles de entender o menos, más simbólicos o menos, pero que nadie espere aprender algo de la vida de nadie.

Quizá lo más interesante del libro sea el prólogo, en que Schwob comparte sus reflexiones contraponiendo arte y biografía, para concluir que el verdadero reto artístico sería una biografía de un personaje corriente (que él lleva a inexistente): "L’art est étranger à ces considérations. Aux yeux du peintre le portrait d’un homme inconnu par Cranach a autant de valeur que le portrait d’Érasme." "L’art du biographe serait de donner autant de prix à la vie d’un pauvre acteur qu’à la vie de Shakespeare.".

Con este prólogo no es de extrañar que al lector se le olvide el adjetivo "imaginarias" del título y se piense que el autor va a completar biografías históricas con detalles jugosos dignos del artista. A mí me duró la excitación hasta que llegué al capítulo de "Séptima, incantatrice" y me di cuenta de que se estaba inventando las cosas, aunque las primeras se las imputara a personajes históricos como Empedocles, Erostrato o el cínico Crates.

En ese punto, empecé a pensar que esta lectura era una pérdida de tiempo. ¿Para qué leer biografías inventadas? Decidí concentrarme en la vena puramente literaria del texto, sin encontrar tampoco mucho que llevarme a la boca, la verdad. Mis intentos con los simbolistas franceses siempre han terminado en decepción, y al parecer a Schwob se le clasifica en esta escuela.

Por salvar algunas cosas, me quedo con el capítulo dedicado al geomante Sufran, con este párrafo alucinante: "Aussitôt s’accomplit l’obscure prédiction géomantique. Le sommeil d’immortalité du roi Salomon fut rompu. En une seconde, son corps s’effrita et se réduisit à une petite poignée d’ossements blancs et polis que les délicates mains de la momie semblaient protéger encore. Mais Sufrah, terrassé par le pouvoir de la figure du Rouge dans la maison de la Mort, éructa dans un flot vermeil tout le sang de sa vie et tomba dans l’assoupissement de l’immortalité terrestre. Le sceau du roi Salomon au doigt, il s’allongea près du lit de diamant, préservé de la corruption pendant des myriades d’années, dans le lieu clos et secret qu’il avait lu par la figure de la Prison. La porte de fer retomba sur le couloir de porphyre et les chiens de feu commencèrent à veiller le géomancien immortel."

Aunque sea el que más me ha gustado, por sus connotaciones de las Mil y una Noches, seguramente el más brillante y original sea el dedicado a Cyril Tourneur, poeta trágico. Entresaco algunas frases:

"Sa mère lui transmit l’instinct de la révolution et de la luxure, la peur de la mort, le frémissement de la volupté et la haine des rois ; il tint de son père l’amour de se couronner, l’orgueil de régner, et la joie de créer ; tous deux lui donnèrent le goût de la nuit, de la lumière rouge et du sang."

"Il est impossible de découvrir ce qu’il pensa ou ce qu’il fit jusqu’à l’âge de trente ans, quels furent les symptômes de sa divinité latente, comment il se persuada de sa propre royauté."

"Quand Cyril Tourneur eut assouvi sa haine des rois, il fut étreint par la haine des dieux."

Schwob utiliza en bastantes ocasiones el recurso de mezclar personajes reales con los suyos ficticios. Así, al pintor Paolo Uccello le otorga amistades con Donatello, Bruneleschi o Manetti. Pero me parecen más interesantes las escasas veces en que una de sus biografías imaginarias alude a otra. Por ejemplo, en la de Walter Kennedy, pirata analfabeto, éste nos dice: "Sacredieu ! c’est bien de l’honneur, dit Kennedy, en regardant les pendus. Ils vont m’accrocher à côté du capitaine Kid."Este último es el protagonista del capítulo anterior. Una pena que no haya usado más este recurso, creo que hubiera dado un mayor grado de empaque a la obra. 

Este libro es una pérdida de tiempo, la verdad, pero como es corto, es una pérdida de tiempo breve.

lunes, 5 de mayo de 2025

That printer of Udell's, de Harold Bell Wright

Según la película "Reagan" este fue el libro que inspiró a Ronald para llevar a cabo su carrera política. Dado que no lo conocía de nada, ni libro ni autor, se me despertó la curiosidad y procedí con su lectura, sin grandes expectativas, la verdad.

El libro es 1911 y es una historia moralista, con personajes muy estereotipados y poca profundidad, en que los buenos son buenos y los malos son malos, aunque no se puede decir que ninguno de ellos sea terriblemente malo o fantásticamente bueno. Esta línea de personajes-estereotipo la había experimentado ya en el clásico de Ayn Rand "Atlas shrugged", que pese a ello es una novela digna de lectura.

En "That printer of Udell's" la crítica es a la Iglesia y a los cristianos no activistas que se conforman con rezar y tener fe, pero no llevan a la acción las lecciones de Jesucristo. "Your church members are all right on the believe, trust, hope, pray and preach, but they're not so much on the do." "“Well, you know I can't give anyway. I'm already doing more than my share in a scriptural way, and I must wash my hands of this.”", que nos lleva a la conclusión final: "And does this all seem strange to you, reader, as to our friend, the traveling man? Believe me, there is no mystery about it. It is just the change that comes to the individual who applies Christ's teaching to his daily life."

La historia que se nos cuenta la protagoniza Dick Falkner, quien pasa de la pobreza abyecta con que llega a la ciudad, a ser un probo personaje con posibilidades para representar a su Estado en el congreso de los EEUU: "But Dick will soon leave his present position to enter a field of wider usefulness at the National Capitol. For the people declared, at the last election, that their choice for representative was “That Printer of Udell's.”" Es evidente aquí de dónde pudo provenir la inspiración de Ronald Reagan.

Su cambio de fortuna se debe a la confianza que le otorga el tal Udell (George) del título, que le contrata como mozo para su imprenta. Gracias a esta ocupación y a sus ideas de cómo ayudar a los necesitados, como había sido su caso, cobrará prominencia hasta la situación que acabo de decir.

Los principales obstáculos en este recorrido serán los hipócritas cristianos, cuyo paradigma es Adam Goodrich que no tiene reparos en expulsar a su hija del hogar por sospechas infundadas de indecencia. Se le describe con estas palabras: "finding that a tongue long accustomed to expressions of haughty pride and bigotry, could but poorly lend itself to softer words of comfort." Otro de los malos es el hijo, quien "Like many others, he was as bad as he dared to be; and while using the church as a cloak to hide his real nature, was satisfied if he could keep the appearance of respectability."

Y al respecto de la ciudad, que presumía de su cristianismo, pero estaba llena de locales de dudosa reputación, se nos dice: "Guardians of the law protected the citizens by seeing to it that no ill- dressed persons sat too long upon the depot benches, sheltered themselves from the bitter wind in the open hall- way, or looked too hungrily in at the bakery windows."

La novela está correctamente escrita y se lee bien. Su trama no esconde recovecos extraños, pero no por ello deja de ser interesante. Al lector actual le llamará la atención con que facilidad aparecen las pistolas incluso en las manos de Dick, pero debía ser algo normal en la época. También algunos giros graciosos e irónicos. Ya he puesto alguno, aquí dejo otro: "And of course Clara answered, “I told you so.” What woman could resist such an opportunity?" Que me/le perdonan las feministas.

Tampoco tiene reparos Bell Wright en escribir fonéticamente, sobre todo cuando hablan indios o negros. No abusa del tema, pero cuando aparece se hace difícil la lectura. Una muestra: "“Sure, the bresh's full of 'em ef ye know whar' ter hunt.” The company grinned and he continued: “I seed signs this mo'nin' in th' holler on yon side ol' Ball, when I war' huntin' my mule. An' thar's a big roost down by th' spring back of my place in th' bottoms.”"

En resumen, una novela interesante que se lee bien, pero cuyo estilo moralista resulta extraño a estas alturas del siglo XXI. Eso hace que resulte difícil entender que pudiera tener un efecto tan acusado en Mr. Reagan, a menos que lo leyera de muy pequeño.

jueves, 1 de mayo de 2025

El pez en el agua, de Mario Vargas Llosa

De Vargas Llosa he leído muchísimo, más de joven que en los últimos años, como podrá comprobar quien siga este blog, y vea que no hay ninguna entrada dedicada a su obra. Los últimos que leí fueron precisamente los primeros que publicó, "Conversaciones en La Catedral" y "La ciudad y los perros", con motivo del premio Juan de Mariana que le otorgamos hace unos años.

Con motivo de su fallecimiento, me he animado con otra de sus obras, que curiosamente no conocía, esta a medio camino entre memorias y autobiográfica. Y que, por eso, resulta una excepción de lo que le he leído, siempre de ficción.

Vargas Llosa nos cuenta en paralelo dos experiencias vitales, intercalando los capítulos dedicados a cada una de ella. Uno de los "hilos" es su infancia y juventud, con sus primeras veleidades políticas, hasta el momento en que se marcha del Perú a Paris para dedicarse de lleno a la literatura. El protagonista principal de esta parte es, quizá, la figura del padre del escritor, con quien tiene una relación que cabe calificar de tormentosa, como mínimo. Vargas Llosa no habla bien de su padre, aunque tampoco tan extremadamente mal como se presagia al principio.

El otro "hilo" es su campaña por la Presidencia del Perú que llevó a cabo a finales de los 80, y en la que terminó derrotado por Alberto Fujimori, quien implementaría políticas liberales similares a las que propugnaba Vargas Llosa pese a su extracción aprista, aunque lo haría bajo una dictadura, cosa que disgustó enormemente al escritor. El "hilo" que más me han enganchado ha sido este segundo.

Del autobiográfico, rescato algunas cosas interesantes. En primer lugar, los libros y autores que le impactaron en algún momento de su vida. Lógicamente, su lectura resulta atractiva para cualquier amante de la misma, pues Vargas Llosa es un apasionado, no solo de la escritura, sino inicialmente de la lectura.

En segundo lugar, los episodios biográficos que inspiraron algunos de sus libros, como los más arriba citados, pues Vargas Llosa los referencia. Como por desgracia tampoco me acordaba demasiado de ellos, no le he podido sacar todo el jugo, aunque me han parecido interesantes de todas formas.

En tercer lugar, las notas costumbristas sobre su vida en las distintas ciudades en que residió, empezando por Cochabamba en Bolivia, y siguiendo por Piura y Lima. Te da una idea de cómo se vivía en el Perú de los 40 y 50, que luego contrasta con la de los 90 durante su campaña electoral. Y, en efecto, la situación se había degradado tras las dictaduras sufridas, situación a la que el gobierno aprista de Alan García estaba dando el remate.

Por último, las ya citadas veleidades políticas. El amigo Vargas Llosa había sido activista comunista y también había participado directa o indirectamente en actividades de otros partidos, antes de dejar el activismo para dedicarse en cuerpo y alma a la literatura. Me sorprendió, pero al mismo tiempo me facilitó comprender que luego tratara de ser presidente del Perú: ya tenía algo de experiencia en el tema, y se creía honestamente que podría ayudar a mejorar la tremenda situación de sus conciudadanos.

Es, sin embargo, el hilo de las memorias sobre la campaña presidencial el que más me ha absorbido. En el Vargas Llosa da su visión de todos lo que supone una campaña política, todos los esfuerzos que acarrea y los problemas que supone. Lo más jugoso son sin duda las jugarretas que se hacen los políticos unos a otros, sean aliados, rivales o enemigos. Solo por esto, hay que tener una madera especial para ser político, cosa de que Vargas Llosa parece carecer, como muestra la sensación constante que da su narrativa de que estaba deseando que aquello terminara.

Y eso sin contar el esfuerzo físico y psicológico que suponía hacer campaña política en el Perú de la época, con medios de transporte muy limitados y amenazas constantes a su integridad física, tanto procedentes de los terroristas de Sendero Luminoso, como de los partidarios de partidos rivales. Un desgaste brutal para alguien con las ideas bastante claras sobre cómo mejorar la situación de los peruanos, y que refleja algo que creo que ya ha salido aquí: en democracia, se requiere un perfil completamente distinto para ganar las elecciones que para gobernar. Los buenos gobernantes no son típicamente buenos candidatos a las elecciones, y eso es un drama que nos toca vivir: solo excepcionalmente coinciden ambos perfiles en la misma persona. Y, claro, lo normal es que nos gobierne el que tiene mejor perfil como candidato (ie, como vendedor de burras). A las pruebas me remito.

Llosa lo resume bien en dos frases. Refiriéndose a la política: "Está hecha casi exclusivamente de maniobras, intrigas, conspiraciones, pactos, paranoias, traiciones, mucho cálculo, no poco cinismo y toda clase de malabares."

Y respecto de los políticos: "lo que prevalece en ellos es el apetito crudo y a veces inconmensurable de poder. Quien no es capaz de sentir esa atracción obsesiva, casi física, por el poder, difícilmente llega a ser un político exitoso."

Vargas Llosa se curra a fondo, con su equipo, un excelente programa de Gobierno para el Perú, identifica equipos que puedan llevarlo a la práctica y trata de ser honesto con los votantes. Y termina derrotado por un advenedizo, Fujimori, que no ha preparado nada, pero que sabe posar cuando tiene que hacerlo y utilizar con astucia los fallos de su rival, además de tener el apoyo soterrado de los enemigos del Movimiento Libertad. (Bueno, esta es la percepción de Vargas Llosa).

O sea, Vargas Llosa constata de primera mano los problemas que todos sabemos que tienen las democracias. Y, sin embargo, luego se queja de que Fujimori, para implementar un programa similar al que proponía Vargas Llosa, tire de dictadura y de reprimir a Apristas, Socialistas y Comunistas. Dios me libre de dar lecciones a tan inminente personaje, que además ya serían tardías, pero parece confundir, como tantos otros, libertad con democracia. No sigo, no preocuparse.

Lo que es más inquietante de su narración es que, en la época, los 90, Vargas Llosa percibe que el mundo se está volviendo liberal, liderado por Reagan en los EEUU y Thatcher en Reino Unido. El Perú parecía que se iba a sumar a esa ola, pero no llega a ocurrir. Lo que sí sabemos con la perspectiva que da el tiempo es que esa ola no duró mucho, y volvimos al estatismo con más saña y fuerza, bajo el liderazgo ahora de la Unión Europea y el wokismo. Lo que me da miedo es que la nueva ola liberal que estamos viviendo en nuestros días, liderada por Milei desde Argentina, se quede también en un espejismo como el que vivió Vargas Llosa. Espero equivocarme. 

En todo caso, me apresuro a añadir que el programa de Milei es bastante más agresivo que el que se planteaba Vargas Llosa, y que Milei ha demostrado ser un excelente candidato electoral (esas calles de Buenos Aires repletas de gente cantando) y está demostrando ser un excelente gobernante. Una de esas excepciones de que hablaba más atrás, y más aún por ser libertario.

Todo lo dicho anteriormente revela que este libro es muy interesante. El problema es que es más interesante que bueno literariamente. Si se pudiera leer a velocidad 1.5, como hace ahora la gente al ver las series, este sería mejor leerlo así. Vargas Llosa se pasa de detalles, sobre todo de nombres de gente con la que colabora, o que le atacan, o con que se cruza. Aprovecha esta narración para ir homenajeando a sus conocidos y amigos, y denunciar a gentuza con la que se ha topado, con lo que aparecen muchos, demasiados nombres, que no tengo claro que digan mucho al lector contemporáneo no peruano. Aparte de esto, no hay florituras en el estilo de Vargas Llosa, que es sobrio como corresponde a lo que está contando.

Evidentemente, es un libro más adecuado para quien esté interesado en los procesos electorales, que para quien quiera leer una novela de Vargas Llosa. Como entiendo que la mayoría están en este último caso, pues opten por la excelente "La fiesta del chivo" y solo cuando agoten las novelas del autor, si tienen más sed, decantense por esta obra.