Desde que los gobiernos autorizaron a unos cuantos privilegiados a mantener depósitos por el sistema de reserva fraccional (esto es, con permiso para utilizar aquello que sus legítimos dueños únicamente les dejan en depósito), los bancos se han dedicado a diseñare teorías más o menos económicas para justificar sus desmanes.
Un buen resumen de las mismas se recoge en un artículo clásiso de Antal Fetake que resumí hace unos meses.
Todas esas teorías persiguen lo mismo: dado que se les autoriza a mantener un determinado % de lo que tienen en depósito, y aceptado que ese % no lo pueden alterar, el juego está en el numerados y en el denominador de la fracción con los que se calcula el %: ¿qué es disponible y qué son depósitos?
Lógicamente, a los bancos les interesa que se considere como disponible cualquier tipo de activo (incluso, por ejemplo, inmobiliarios), para poder tener colocado por ahí cuanta más pasta de la depositada mejor, y tener el mínimo en caja, cumpliendo formalmente la norma.
De la misma forma, les interesa que casi nada compute como cuenta a la vista, para estar más libres con el dinero que se les deposita. Con estos dos factores en mente, lo único que queda es formular la teoría económica que, por ejemplo, asimile los inmuebles a la caja, para lo que siempre se encuentra algún economista de guardia, que, además, puede llevarse hasta el nóbel.
Supongo que con estas premisas se pueden hacer muchos jueguecitos. Hoy describo uno que, igual es muy normal o igual no me he enterado, pero que mola mazo si es como parece. Veamos. El punto de partida es que, en la actualidad, el BCE acepta cualquier basura como colateral para soltar dinero al 1,5% (solo a los privilegiados, ie, los bancos; no se le ocurra ir a ningún lector).
Entonces el truco es el siguiente: el banco A emite deuda; nadie compra basura en el mercado, tal y como están los bancos últimamente esta deuda es un deporte de riesgo. ¿Nadie? Sí, hombre, alguien sí: el 70% de las emisiones parece que las compran...pues claro, otros bancos.
El banco A emite deuda; el banco B compra la deuda del banco A. Pierde liquidez a cambio de los bonos, con una rentabilidad determinada, aunque posiblemente muy por debajo de la que debería exigir. Y ahora el banco B se va con la deuda recién adquirida y la utiliza como colateral para conseguir pasta del banco central a un tipo de 1,5%. Magnífica forma de inyectar liquidez endogámica al sistema.
Porque el rizo está por rizarse. El rizo se riza cuando el banco B emite deuda, que es comprada por el banco A, quien se lleva también los bonos como colateral al BCE para reconseguir la pasta.
Con este sistemita, los bancos ya no corren riesgo de falta de liquidez. Aunque se queden sin colaterales "reales", pueden usar este doble truco: emiten deuda (que, supongo, el BCE no aceptaría como colateral para prestarle al propio banco: sería como aceptar como garantía de mi deuda mi propia deuda) y captan pasta de otro banco, quien sí puede ir con esa deuda como colateral al BCE y obtener la liquidez.
¿Cuánto puede crecer así la burbuja? On verra.
1 comentario:
Hombre, ese es el deporte nacional que se está haciendo en España con las subastas de liquidez del gobierno, que no utilizan el dinero para dar créditos sino para comprar letras del tesoro que tienen un mayor interés que lo que ellos pagan al gobierno en las subastas de activos. Tendría que buscar la noticia, salió hace algún tiempo.
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