Sigo leyendo la saga del Último Reino, de la que esta novela constituye la octava entrega. Ya no hay ninguna duda de que Cornwell quiere transformar esta serie en su particular gallina de los huevos de oro, y la prueba más evidente es la reseña histórica que suele poner al final de sus novelas.
En efecto, esta reseña se ha acortado significativamente desde los primeros libros, hasta quedar casi reducida a una página, que se podría reducir casi hasta el primer párrafo. Cuando antes Cornwell trataba de incardinar sus novelas en la historia de Inglaterra y así contárnosla, ahora se limita a coger un acontecimiento con ciertos visos históricos, y construir la novela en torno a él, dando todo el protagonismo al inconsumible Uhtred. Con esta técnica, es evidente que la saga puede durar hasta el infinito y más allá, y la unificación de Inglaterra convertirse en Aquiles corriendo contra la tortuga.
Esto no quiere decir que la novela esté mal. Mi queja se refiere simplemente a que se ha abandonado la novela histórica para dedicarse a la novela de aventuras, y yo confieso estar un poco mayorcito para perder mucho tiempo con ese género. Por cierto, también se nota que ha acortado notablemente la longitud de las novelas, por lo que se tardan menos tiempo en leer.
¿Cosas interesantes en esta entrega? Pues alguna hay, pero ya no hay nada que nos sorprenda en reflexiones o costumbres históricas, que era lo que más me atraía. Ya conocemos las técnicas bélicas, lo que piensa Uhtred de religión y monarquía, los vaivenes de la política de la época...No hay nada nuevo aquí.
Lo que sí ocurre es que, por primera vez en la saga, el enfrentamiento parece ser entre los propios reinos cristianos, una vez pacificados suficientemente Wessex y Mercia, y con Northumbria y East Anglia divididos en taifas vikingas. El principal hilo conductor de esta novela es, de hecho, la herencia del trono de Mercia una vez muerto EathelXXXX (es que todos los personajes parecen llamarse igual, así que no recuerdo cuál EathelXXXX era el rey).
También aparece de forma más activa el reino de Gales. Es quizá la presencia de Gales y Escocia lo que diferencia la situación inglesa de la española en la época. Ambos reinos eran también cristianos, pero pre-existían a la entrada de los sajones y las posterior conquista vikinga, que deja reducida (lo que luego sería) Inglaterra a Wessex. En España, en cambio, los musulmanes arrasaron con toda la estructura territorial previa, por lo que todos los reinos cristianos españoles surgen de la misma semilla: el de Asturias.
También aparecen en escena unos nórdicos (supongo que noruegos) venidos de Irlanda, con lo que tenemos un enfrentamiento que involucra a galeses, noruegos y sajones de dos bandos.
Lo demás es lo ya sabido: Uhtred anticipándose a todos los demás, por muy fuertes y listos que sean. Siempre les gana y siempre es él quien adivina las trampas que le están tendiendo, y quien las tiende de foma inevitable para sus rivales. Y eso que esta vez empieza malherido y dolorido, y de hecho al inicio de la novela es su hijo homónimo quien nos relata los acontecimientos.
Sigo con la novena entrega. Ésta y otra, y acabo con Cornwell.
3 comentarios:
Lo siento por ser offtopic :D Estoy buscando un viejo artículo tuyo de varias páginas en Micromania, sobre Ultima 7: Serpent Isle. Creo que se centró en la ciudad de Fawn. ¿No te recordarías en qué número fue publicado?
(gracias Google Translate!)
Uff, veré.
No sé si lo encontraré, pero el artículo lo tengo seguro. Si me dices a dónde, trato de escanearlo y te lo mando.
Penso que en el numero 68, pero no estoy 100% seguro
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