Vuelvo a leer a Sandor Marai después de más de 10 años. Entonces leí la que posiblemente sea su obra más conocida, "El último encuentro", y me gustó bastante (aunque por mi vida no recuerdo nada de ella).
Presumo que con ésta me pasará lo mismo (o me pasaría, si no fuera por esta entrada en el blog). Se disfruta mientras se lee, porque es una novela magníficamente escrita (o, al menos, traducida), muy al estilo Javier Marías. Pero en una obra en la que realmente no ocurre nada, y todo se queda en los diálogos, casi monólogos, de los tres personajes principales. Por eso, parece que lo importante será las reflexiones sobre la vida que estos te trasladan, pero tampoco uno tiene humor en una novela para meterse en reflexiones demasiado profundas. Para eso, leo a Scruton o a algún otro filósofo, no a Marai.
La historia, o más bien, la escena, transcurre en Bolzano, algo fácil de adivinar a tenor del título. Allí ha llegado Giacomo Casanova tras escaparse de Venecia con un compañero, el monje Balbi. Y es en Bolzano donde hace, por así decirlo, parada y fonda, para planificar su futuro.
Al principio, parece que el tema va a tener que ver con la libertad y la rebeldía contra el tirano. Hay en general excitación allá por donde circula Casanova, despertando emociones en la gente con la que tiene contacto más o menos indirecto. Por eso le dicen que "parece que en tu equipaje llevas emociones humanas". Pero el tema no se desarrolla más. Luego tenemos un magnífico diálogo (este sí), entre Casanova y el banquero que le va a prestar dinero, donde uno habla de crédito y otro de garantías.
Pero todo ello no es más que la preparación para los encuentros decisivos con el Conde de Parma y la esposa de éste, que fuera amante de Casanova hasta que éste perdió un duelo con el primero. Estos encuentros se solventan con otros tantos monólogos: primero el del conde, luego uno interno de Casanova mientras se disfraza para la fiesta, y uno final de Francesca, la amante de Bolzano.
En el primero, el conde entrega una misiva que ha interceptado de Francesca a Casanova, que únicamente tiene tres palabras "Te debo ver". La magistral disección de tan escueto mensaje le lleva al conde un montón de páginas, hasta llegar a su conclusión y encargo al protagonista. Eso sí, no queda claro si el conde está siendo simplemente sarcástico con lo magistral del mensaje. En cualquier caso, tendremos frases como ésta: "Sí, hijo, es más difícil escapar de un sentimiento que no ha llegado a su término que de los Plomos durante la noche", en referencia a la fuga de Casanova.
En el segundo, Casanova comparte sus reflexiones internas mientra se disfraza de dama para la fiesta en que ha de re-conquistar a la dama, acto que piensa consumar en su habitación. Sin embargo, estas reflexiones quedarán interrumpidas por la aparición de Francesca, disfrazada precisamente de caballero. Así que se produce la paradoja de la conquista al revés. Y ello en otro monólogo magnífico que esta vez realiza Francesca, puntuado por las emocionantes respuestas de Casanova. Ese "Es poco" con que responde a la primera tirada de su amanta es literalmente "breathtaking". También de éste quiero rescatar una frase: "Es un arma (la razón) sin fuerza ni posibilidad de victoria en el duelo de los sentimientos". Dedicado a los que quieren razonar con pensadores de izquierdas.
La obra se cierra con la rendición de cuentas de Casanova a su contratista, lo que permite a Maria otra de esas frases por las que merece la pena leerle: "La aventura ha sido nivea, excelencia, y no obstante ha encerrado en sí misma todos los colores que expresan y significan algo para las personas que vivimos en este mundo.". Se va y no hay más que la frase con que cierra la novela: "Solo a ti para siempre", muy de Javier Marias.
Ahora quedarían mis reflexiones al respecto, pero no las tengo nada claras. El conde está ofreciendo a Casanova una vida resuelta; Francesca, el amor indeleble, incluso algo agobiante. Entre ambos, Casanova opta por huir: ¿representa el miedo a madurar? ¿el miedo a sacrificar la libertad por el compromiso? Yo ni idea.
Marai es siempre una buena lectura, aunque no tengo tan claro ya que sea tan buena como me pareció en el pasado. Me resultan más interesantes novelas con acontecimientos históricos o ritmos más trepidantes, que éstas llenas de reflexiones.
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