Segundo libro que leo del autor en este mes, en esta fase de recuperación que le estoy haciendo tras tenerlo años abandonado y acumulando sus obras. Esta lectura ha sido en libro físico, no en kindle, como son prácticamente todas las que hago.
Curiosamente, este libro lo compré nada más verlo publicado, y lo mantuve en bodega como a los buenos vino, para degustar su lectura en el momento más apropiado, pues Ben Elton es (era?) mi autor inglés contemporáneo preferido. Pero por el camino llegó el Kindle y el libro se quedó varado. Me ha costado Dios y ayuda dejar el kindle de lado, pero era justicia que tarte o temprano tenía que hacer a esta adquisición.
Y me he encontrado con posiblemente el peor libro de Ben Elton de los que he leído hasta el momento, y solo me quedan dos más, que preveo leer el próximo mes. Se trata de una novela policíaca al más puro estilo clásico, con asesino en serie e intriga hasta el final para saber quién es el asesino. El puro relato policíaco se adereza con los complejos sexuales del detective protagonista, tanto respecto a sus antiguas compañeras de cole como a la actual colega del trabajo.
El problema del libro es que no hay más. Por supuesto, se mantiene el estilo brillante y absorbente tan propio de Ben Elton, pero, esta vez no hay críticas sociales ni las disgresiones cómicas que aprendí a apreciar en sus libros. Apenas hay un chiste o dos en toda la novela. Pero lo peor es que es completamente predecible: el asesino se adivina prácticamente la segunda vez que aparece, y a partir de ahí la narración es bastante aburrida: lo único que quieres es que avance la secuencia de asesinatos para que se confirme la teoría que manejas. Como ocurre esto, también te esperas hasta las sorpresas y giros narrativos. Muy flojo y muy inverosimil por momentos. El tema principal es el bullying en los colegios, lo que tampoco ayuda a que se pueda bromear mucho con el tema.
Quizá lo mejor de la novela es la escena erótica dura en que el protagonista se relaciona con una de sus ex compañeras de cole, en que hacen mil guarrerías de esas que hemos oído hablar y cuya gracia, al menos un servidor, no entiende. Y Elton ratifica mi sospecha, al describir como se siente el protagonista al hacerlas: sucio, asqueroso, aunque su excitación le impide oponerse frontalmente a su desarrollo ante el entusiasmo de su compañera. Contrasta mucho esta escena con otro que habrá posteriormente con otra de las protagonistas. Como digo, tal vez lo más interesante de la novela, estas escenas y sobre todo su contraste.
En cuanto al momento más divertido, ocurre cuando inspeccionan el diario de una joven política conservadora, y está compuesto de la actividad habitual de un político: peluquería, maquillaje, TV, gimnasio, radio... La crítica a la actividad política es manifiesta aunque sutil. Por otro lado, los de mi generación disfrutarán de las constantes referencias a los 80, tanto a su música, como al cine ("Superdetective en Hollywood") o a las series.
Termino con un sintagma que me ha encantado:"untended unloved communitary garden". La tragedía de los Comunes en las palabras de Ben Elton.
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