martes, 8 de mayo de 2018

Almas Muertas, de Nikolai Gogol

Nikolai Gogol y Pushkin son, según parece, los padres fundadores de la literatura rusa. Además, fueron muy amigos. De Pushkin aún no he leído nada; de Gogol, seguramente leyera en mi niñez Taras Bulba, su obra más conocida, pero no la recuerdo. No obstante, la que es su obra cumbre, según dicen, es ésta de Almas Muertas. Por tanto, estamos posiblemente ante la primera gran novela de la literatura rusa, precedente de obras universales como "Guerra y Paz" o "Crimen y Castigo".

Así que no es lectura desdeñable. Lo primero que he de decir es que se trata de una obra incompleta, y que la idea que tenía Gogol era algo que triplica a la novela que ha llegado hasta nosotros. De hecho, llegó a escribir la segunda parte, pero en un rapto de locura durante una depresión lo incineró, pudiendo rescatarse solo algunas páginas. Esperemos que a George Martin no le dé por lo mismo si es que algún día termina la sexta parte de Juego de Tronos...

Las "Almas muertas" del título son resultado de la práctica administrativa de la Rusia zarista. En ella, se censaban a los siervos cada 10 años; ello implicaba que aquellos que morían durante este periodo permanecían censados (y generando obligaciones, por ejemplo, fiscales) hasta el nuevo censo. A estos muertos aún no "oficiales" se les conocía como "almas muertas".  Su existencia permite al protagonista de la novela, Chichikov, una oportunidad pícara de negocio, y posibilita a Gogol una novela de corte eminentemente costumbrista, gracias a los viajes de Chichikov en pos de estas "almas".

Y es que en el fondo estamos ante una novela del género pícaro, que entronca muy directamente con nuestra literatura al respecto, y que recuerda por momentos al Quijote, a quien hay referencias explícitas. La única diferencia, y el mayor atractivo, es que las andanzas transcurren por tierras rusas, y nos permiten conocer las costumbres de esos lares, sus personajes arquetípicos y las condiones de vida. Aunque la mayor parte de la narración nos lleva al ámbito rural, también tendrá Gogol oportunidad de describirnos la vida de las gentes en la ciudad (provinciana) así como de los funcionarios y la burocracia, en uno de los mejores capítulos.

Aún siendo de cierto interés los puros episodios narrativos, lo más sobresaliente del estilo son las  interrupciones que hace el autor en primera persona para dar su perspectiva de los acontecimientos, o para ponernos en antecedentes de determinadas cosas, o simplemente para opinar sobre Rusia, el idioma o la administración del territorio. Por ejemplo, observad esta entrada: "Teniendo en cuenta que la conversación que sostenían los viajeros ofrece muy poco interés para el lector..."

El estilo es en general irónico y crítico, aunque rara vez despierta la carcajada o la sonrisa (podría ser por la traducción, que no me ha parecido especialmente buena). Algunas perlas divertidas:
- "Nozdriov era, en cierto aspecto, un hombre histórico. Ninguna reunión en la que él tomaba parte concluía sin su historia."
- El jefe del departamento "Posee mirada de águila y camina lenta y majestuosamente. Pues bien, esa misma águila, en cuanto sale de la oficina y se aproxima al despacho de su superior camina como una perdiz, con sus papeles bajo el brazo, a punto de perder los estribos."
- "Quedó claramente de manifiesto cómo es el ser humano: es inteligente, sabio, sensato en todo cuanto se relaciona con los demás, pero no en lo que atañe a su propia persona." 

En cuanto a las costumbres rusas de la época, sin duda lo más llamativo es el deber de hospitalidad. Nuestro héroe va visitando a gente a la que conoce y a la que no, con la que se lleva bien y con la que termina a patadas, pero en todas las casonas encontrará acomodo y yantar, por el tiempo que lo considere oportuno. Y no solo para él, también para su chofer y su lacayo, y para los caballos que tiran de su carruaje. Por ejemplo, uno de sus patrones terminará a punto de azotarle por no querer jugar con él a las damas (en parte, porque estaba haciendo trampas); no obstante, no le echa de casa.

Entre las mejores escenas de la novela, esto es, de su primera parte, está el regateo con Sobakevitch (por las "almas muertas"), el momento en que empieza a imaginar vidas para las "almas muertas" que ha comprado, o el capítulo final, verdadero flashback sobre la vida de Chichikov, que aclara todas las dudas sobre la catadura moral del personaje, dudosa para el lector y para aquellos con los que trata.

Tras este capítulo, la narración continua con otros sin terminar, en que sobre todo se echan de menos las irrupciones de Gogol en primera persona. Gogol, tras contemplar el retrato trazado en la primera parte para Rusia, lleno de personajes mediocres, decide que también hay grandes personajes, y que es hora de dedicarles tiempo de las aventuras de Chichikov.

Y no daría más de si mi comentario, si no fuera porque introduce un personaje, un tal Kostanzhoglo, que es el prototipo de emprendedor, que ama su trabajo, es práctico y tiene una ética coherente. Además, es rico consecuencia de su emprendimiento y no descansa en establecer nuevos proyectos con todo lo que se le ocurre. Sus siervos viven mucho mejor que los de las restantes fincas y parecen más felices. Gogol contrasta esta situación con la de dos granjas cercanas, una regida burocráticamente (en que no se puede ni conseguir pienso para el caballo sin rellenar una instancia) y otra sin dirección por haber preferido el señor dedicarse a la vida urbana.
 
Cada vez que habla Kostanzhoglo tenemos una verdadera oda al emprendimiento. De estas reflexiones, me quedo con una (es larga)
"Tenga mucho cuidado, si va en busca de las vistas se quedará sin trigo y sin vistas. Preocúpese del beneficio y no de la belleza. La belleza vendrá por sí sola. El ejemplo nos lo ofrecen las ciudades: las mejores y más bellas son las que crecieron por sí, aquellas donde cada uno edificó conforme a sus necesidades y a sus gustos. Las que se edificaron a cordel, parecen una aglomeración de cuarteles…" Toma golpe a la planificación central, de paso. 
 
Se trata, en suma, de una novela interesante, con bastantes momentos destacables. Sin embargo, no ha acabado de entusiasmarme. No la he encontrado demasiada informativa ni muy aguda, pero podría ser por la traducción. Y tampoco se olvide que está inconclusa. 
 
Bueno, sigamos leyendo, porque como dice Gogol: "Los libros nos salvan del ocio". Claro que también nos recomienda viajar: "Ver el mundo es un libro abierto y una segunda ciencia"

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