miércoles, 2 de mayo de 2018

El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea ("L’extraordinaire voyage du fakir qui était resté coincé dans une armoire Ikea"), de Romain Puértolas

Estoy, como dicen los ingleses, appalled (atónito en sentido negativo). Constatar que el libro al que dedico esta entrada ha sido un éxito de público y crítica te hace ver cómo es la mayoría de la gente, esos mismos que deciden quiénes nos gobiernan. Madre mía.

Llego a este libro a través del autor, de quien en breve se va a publicar se segunda obra en castellano. Al informarme sobre Puértolas, descubro el gran éxito que supuso su primera obra, dando lugar a lo que se llamó la "fakirmania", y no puedo evitar que se despierte en mi la curiosidad. Comienzo a leer.

Decía el otro día que uno detecta nada más empezar si está ante un buen o un mal libro. Mentira. Los comienzos de "El increible viaje..." son divertidísimos y te invitan a pensar que estás ante un hallazgo, algo nuevo y original. Nada te advierte de lo que te espera una vez superado el primer 10%.

Por ejemplo, tenemos la pronunciación de las palabras indias que van surgiendo, que el autor nos explica, original e hilarante (no sé cómo las habrán traducido al español, por cierto). Tenemos agudas críticas a Ikea, como cuando el protagonista llega la tienda y constata que "Ikea construye colegios y orfanatos en la India, pero no ha construido todavía ni una sola tienda de muebles". O como cuando se refiere al montaje de sus muebles como "algo tan tortuoso para el espíritu como doloroso para el cuerpo" (ambas traducciones mías). Otro momento delicioso: sorprendido porque la cama del fakir  de 10,000 púas sea más barata que la de 200, claramente más incómoda, el empleado le comenta que espere a tener que montar las 10,000 púas en el lecho.

Con anterioridad, hemos conocido al taxista gitano Gustave Palourde, con el que establece una relación de altibajos que durará toda la novela, pero que una vez más tiene su mejor momento en la carrera inicial desde el aeropuerto de Roissy a Ikea.

Y a partir de aquí, se acabo lo que se daba. El increíble viaje del título es una sucesión de tonterías de escasa gracia, en que el protagonista, dentro del armario del título, coincide con emigrantes sudaneses en un camión camino de UK, es repatriado de UK a Barcelona (?), se mete en la maleta-armario de Sophie Morceaux camino a Roma, se va en globo de la Villa Borguese para acabar en Tripoli con un maletín de 100000 Euros, y de vuelta a Paris.

Sospechaba que el libro estaba degenerando en tomadura de pelo, pero las sospechas se confirmaron cuando a mitad del viaje a Roma nos endosa el autor con una transcripción de la novela que escribe el fakir, ya carente de gracia, pues el fakir será fakir pero no va de cómico en ningún momento. Para más INRI, recupera este texto al final del libro, como si no hubiéramos tenido suficiente con la primera.

Quizá el momento más absurdo del libro es cuando convence al capitán del barco libio que le acoge de que el dinero que lleva en su maletín no es tal, sino pan ácimo (!). En estos momentos, uno se plantea si realmente está leyendo una novela para adultos. Pero tampoco hay duda de que esa era la intención, dado que no se suelen encontrar felaciones en la literatura infantil.

Poco más quiero decir. Eviten la lectura de este libro, y si pueden las siguientes del autor, que, como el fakir del libro, tratará de embaucar a unos cuantos lectores más en los próximos años antes de que se le apague la estrella.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

El autor habra pensado que si DOUGLAS ADMAMS O TERRY PRATCHETT venden libros, el puede escribir la novel adel siglo, a razon de dos paginas diarias mientras esta en el baño.

Ferhergón dijo...

Jajaja. Obviamente, está años de luz de ambos, sobre todo del primero. Es cierto que en algunos contados momentos su estilo recuerda al segundo.