viernes, 18 de marzo de 2022

Verano tardío ("Der Nachsommer,") de Adalbert Stifter

Stfiter es un escritor alemán clásico, de principios del XIX. Es curioso la de autores clásicos ingleses y franceses que tendemos a conocer, y lo poco que sabemos de los alemanes, que también han tenido una producción comparable. A mí, se me preguntas hace unos años, poco más que Goethe y Schiller me hubieras sacado. Y, sin embargo, hay mucha literatura por descubrir también en el ámbito teutónico.

Esta novela es una novela rara, de las que rara vez se estilan en nuestra literatura, o en las otras que conozco, pero que en Alemania parecen ser más habituales. Los alemanes siempre tan especiales. Ya identifique como género típicamente alemán el surrealismo literario (Grass, Ende), ya que no conozco otras obras similares en otras lenguas. También me parecen características las descripciones de obras musicales (inolvidable El Mesias de Zweig en sus Momentos Estelares). Y al grupo se unen este tipo de novelas que podríamos llamar de desarrollo vital, en la que también caben Wilhelm Meisters Lehrjahre o las de Werther del propio Goethe (Die leiden des jungen Wethers).

A mí me resultan insulsas en cuanto a trama, pero son interesantes y entretenidas de leer, y esta me la he zampado pese tener unas 800 páginas. Eso sí, me ha llevado mi tiempo.

Básicamente, es que no ocurre nada. Son novelas super-descriptivas, en que el protagonista te cuanta constantes detalles de sus observaciones, en los ámbitos de su interés. Afortunadamente, al protagonista y narrador de la historia le interesan muchas cosas: arte, naturaleza, carpintería, ciencia, tecnología, viajes, jardinería... por lo que hay mucha variedad en la que cuenta. También eso hace que haya unos pasajes más difíciles de leer que otros.

Una cosa que me hace gracia es que parece que te van a contar los viajes del amigo, y así empieza la novela. Pero para frustración del que esperara tal tipo de narración, muy pronto llegará a un palacio en él que será recibido con magnificiencia, y del que apenas será arrancado en el transcurso de la historia. De hecho, la mayor parte de sus viajes serán entre este palacio y otros aledaños, y el palacio y la ciudad en que vive con sus padres, donde pasa los inviernos. Y, sí, hay un viaje de dos años por Europa occidental cuando está terminando la novela, pero queda resumido en un párrafo.

El resto del tiempo, o al menos los dos primeros volúmenes de la novela, se lo pasará aprendiendo cosas en el Sternenhof (que así se llama el palacio) bajo la supervisión de su dueño, que se convierte en una especie de tutor iniciático. Las lecciones empezarán con la predicción de una tormenta, y seguirán por todo tipo de ramas del saber, como dije antes. Por supuesto, en tanto texto hay muchas frases dignas de mención, y alguna pondré al final de la entrada.

Pero, hacia el final del segundo volumen, ocurre una inflexión en la historia, y es que el protagonista de se enamora de Natalie, hija de Mathilde, que vive en un palacio cercano al de su tutor (a quien, por cierto, se refiere así toda la novela hasta casi el final, en que por fin nos desvela su nombre e historia, aunque en ningún momento se ha generado suspense alguno al respecto). Eso da pie a que el tercer volumen ya no sea tan iniciático: se va a centrar en todos los preparativos de la boda en sentido muy amplio, desde la formalización del consentimiento de los novios, las visitas a la familia, decisiones sobre la ceremonia... Y, sobre todo, una completa narrativa de la vida del tutor, en que se nos cuenta el único contratiempo que tiene toda la novela, y es que dicho tutor NO se casa con su amada (sorpresa, la antes citada Mathilde) por problemas familiares.

Lo que nos lleva a la conclusión  final del libro, que me parece muy en la línea de Beethoven y su Novena Sinfonía, que tuve la fortuna de escuchar hace una semana en el Auditorio. Y es que ni las ciencias, ni el arte, ni la jardínería, nada de lo que ha aprendido el protagonista durante esta historia, da la felicidad: lo que da la felicidad es el matrimonio y la familia, lo que le faltó al tutor durante la mayor parte de su vida. ("Wie viel hatte ich in der Welt gesehen, wie viel hatte mich erfreut, an wie vielem hatte ich Wohlgefallen gehabt: und wie ist jetzt alles nichts, und wie ist es das höchste Glück, eine reine, tiefe, schöne menschliche Seele ganz sein eigen nennen zu können, ganz sein eigen.")

Como digo, libro largo de leer, extraño, pero sorprendentemente entretenido. Es cierto que me ha llevado tiempo leerlo, pero también que en ningún momento me ha dado pereza seguir con él. Cierro la entrada, como prometí, con algunas reflexiones del autor:

- Individualismo: "Gegen diesen Einwurf sagte mein Vater, der Mensch sei nicht zuerst der menschlichen Gesellschaft wegen da, sondern seiner selbst willen. Und wenn jeder seiner selbst willen auf die beste Art da sei, so sei er es auch für die menschliche Gesellschaft."

- Frase lírica:"Wenn das Wasser in unendlich kleinen Tröpfchen, die kaum durch ein Vergrößerungsglas ersichtlich sind, aus dem Dunste der Luft sich auf die Tafeln unserer Fenster absetzt, und die Kälte dazu kömmt, die nötig ist, so entsteht die Decke von Fäden, Sternen, Wedeln, Palmen und Blumen, die wir gefrorene Fenster heißen."

- Pacifismo y conservación del patrimonio artístico: "Den besten Schutz für Kunstwerke der Vorzeit würde freilich eine fortschreitende und nicht mehr erlahmende Kunstempfindung gewähren."

-¿Qué es importante?:"Leider heißen wir sie wichtig, wenn sie Gegenstände unserer Leidenschaften sind, und unwichtig, wenn sie zu diesen in keinen Beziehungen stehen, während es doch oft umgekehrt sein kann.«"

- Una sorpresa, su poeta preferido: "Von den Dichtern nahm ich jetzt Calderon vor. Ich konnte ihn bereits in dem Spanischen lesen, und vertiefte mich mit großem Eifer in seinen Geist."

- Original metáfora: "Ein Schmuck in seinem Fache«, sagte eine Stimme, »ist doch wie ein Bild ohne Rahmen, oder noch mehr wie ein Rahmen ohne Bild.«"

martes, 8 de marzo de 2022

Un amor, de Sara Mesa

Llego a esta autora y novela a través de mi hija pequeña. Como se observa, soy todoterreno en mis lecturas y exploraciones. Me encuentro que la escritora no es ni mucho menos una recién llegada al mundillo, y que su obra es razonable.

Esta novelilla no tiene nada especialmente reseñable, pero se lee bien, y te mantiene interesado al cambiar varias veces el paso. Empieza pareciendo un relato tipo de esos de suspense americanos en que un extraño llega a un pueblo y todos le miran mal, para pasar a ser una extraña historia de amor cimentada en una relación sexual de intercambio, que tiene la protagonista, Nat, con Andreas, al que dicen el alemán, a cambio de que le arregle el tejado.

Casualmente, reaparece uno de los temas del recién leído Anéantir, la importancia del sexo en el amor, cuando Andreas le propone "Ni siquiera entrar en ella, sino que ella le deje entrar.". Le surgirán dudas sobre si ese intercambio no es un acto de prostitución:"¿acaso no sería la misma transacción económica si él le hubiese dado dinero y con ese dinero ella contratara a un albañil?" Y es que "también el capital erótico se va escurriendo sin que uno se dé cuenta, solo se toma conciencia de él cuando desaparece".

Sara Mesa escribe con sobriedad, aunque parece notársele una cierta influencia de Javier Marías. Por un lado, Nat es traductora, aunque de francés en vez de inglés. Ello dará lugar a algunas reflexiones del estilo del autor de Corazón tan blanco. He aquí un ejemplo: "¿Tocar los cabellos o acariciar los cabellos? Tocar suena mal, pero es lo que aparece en el texto original. Si se refiriera a acariciar, ¿no habría escrito la autora caresser? ¿Y cabellos?"

Y, por otro, se encuentran algunas reflexiones sobre el propio uso del español, ésta quizá un poquito ruda: "Probablemente no la indultarían si estuviese revolcándose con su amante como una cerda mientras la pobre niña todavía llora durante las curas—esas, cree, serían las palabras que usarían: revolcarse, cerda—."

Lo dicho, novela cortita cuya lectura no es una completa pérdida de tiempo, y en la que el lector avezado sabrá hallar algunas reflexiones interesantes, como las que cito para cerrar esta entrada.

-"Pero si el silencio es la ausencia de palabras, ¿cómo puede existir un silencio en particular?"

-"Es increíble, se dice: removerse por dentro por completo, sacudirse, darse la vuelta y volvérsela a dar, en menos de lo que se tarda en gastar 125 mililitros de dentífrico."

Y me gusta esta frase que dice casi al final, cuando piensa que todos los vecinos conspiran contra ella: "El sol ya está alto, pero no calienta. Más tramoya, se dice. Un sol pintado, de pacotilla."

lunes, 7 de marzo de 2022

Anéantir, de Michel Houellebecq

 Nueva obra del que posiblemente es el escritor francés más interesante de los contemporáneos. Lo último que leí de él, también recién sacado del horno, fue Soumission, y me gustó bastante. El planteamiento era que llegaba a gobernar Francia un partido islámico, como mal menor ante la subida de la ultraderecha.

No sé por qué, pensaba que éste también iba a ser un poco de política-ficción (la acción parece transcurrir en 2027), y a la confusión contribuyó el comienzo de la novela con las primeras peripecias del principal protagonista, Paul Raison, una especie de jefe de gabinete de la estrella política del momento. 

Sin embargo, no van por ahí los tiros, aunque sí es un marco interesante para la narración, ya que Houellebecq lo utiliza para lanzar andanadas contra nuestra sociedad de la corrección política, incapaz de enfrentarse a los retos que han abordado las generaciones precedentes ("il n’avait pas été un combat absurde, et la génération qui avait triomphé d’Hitler l’avait fait avec la claire conscience de combattre dans le camp du Bien."), complaciente en sus absurdas polémicas feministas, identitarias, ecologistas y demás chorradas (que, por cierto, veremos qué recorrido tienen en la situación a la que nos ha abocado Putin con la invasión de Ucrania).

Para empezar, tenemos que "la population française, à la suite de différents attentats islamistes meurtriers, s’était mise à soutenir, et même à éprouver une certaine affection pour sa police et son armée.". Además, solo hay "deux classes sociales, les riches et les pauvres, la classe moyenne s’était évaporée, et l’automobile moyenne ne tarderait pas à la suivre dans sa disparition."

También nos dice: "Depuis quelques années, il est vrai, les boules de merde copulaient en moins grand nombre, elles semblaient avoir appris à se rejeter, percevaient leur puanteur mutuelle et s’écartaient les unes des autres avec dégoût, une extinction de l’espèce humaine semblait à moyen terme envisageable." (donde las "bolas de mierda" somos los seres humanos). 

Y cuando se analizan los grupos terroristas que podrían estar detrás de ciertos atentados, tenemos "Certains idéologues de la deep ecology prônent l’extinction de l’humanité, parce qu’ils pensent que l’espèce humaine est définitivement irrécupérable, et dangereuse pour la survie de la planète." y otro que "prétend que le patriarcat n’est apparu qu’au néolithique, et que l’égalité entre les sexes régnait tout au long du paléolithique,"

La pista definitiva nos la da la siguiente reflexión brutal: "En accordant plus de valeur à la vie d’un enfant - alors que nous ne savons nullement ce qu’il va devenir, s’il sera intelligent ou stupide, un génie, un criminel ou un saint - nous dénions toute valeur à nos actions réelles. Nos actes héroïques ou généreux, tout ce que nous avons réussi à accomplir, nos réalisations, nos œuvres, rien de tout cela n’a plus le moindre prix aux yeux du monde - et, très vite, n’en a pas davantage à nos propres yeux.". De aquí, la definición del nihilismo europeo: "Dévaluer le passé et le présent au profit du devenir, dévaluer le réel pour lui préférer une virtualité située dans un futur vague, ce sont des symptômes du nihilisme européen bien plus décisifs que tous ceux que Nietzsche a pu relever".

En este contexto deprimente de aniquilación de la sociedad europea, o incluso del ser humano, ocurren las tragedias de los protagonistas, su aniquilación personal por así decirlo, aunque a nivel micro e íntimo. 

Los protagonistas, junto a Paul, son su hermana y su hermano Aurelian. Todos restablecen relaciones a consecuencia de un infarto padecido por el padre que le deja inválido. Junto a ellos, destaca la mujer de Paul, Prudence, aunque tiene un papel bastante pasivo. A través de Aurelian, pero sobre todo a través de Prudence, Houellebecq reivindica el papel del sexo en las relaciones de pareja, en el amor.

De hecho, al comienzo de la novela, Paul está de facto separado de su mujer, aunque convivan en la casa ("l’expression même de « chez lui » témoignait d’un optimisme déraisonnable."). Sin embargo, de vez en cuando se cruzan en las zonas comunes, y resurge la atracción, meramente sexual al principio, pero que llevará a Prudence a mantenerse al lado de su recuperado marido en los momentos más difíciles de su vida. 

En la novela hay referencias a sinfín de literatura y películas, incluyendo El Señor de los Anillos (la arenga de Aragorn al final de la tercera peli "BUT IT IS NOT THIS DAY!") o Matrix. con cuya Trinity compara a Prudence, "En tout cas il ne s’était pas trompé, elle avait du courage ; Trinity aussi avait eu du courage face à l’agonie de Neo, mais celle-ci avait été plus brève.".

En suma, Houellebecq nos traslada su sufrimiento (quizá autobiográfico) tanto por la desaparición del individuo, como por la de la sociedad tal como la ha conocido. Es un libro extraño, pero bien escrito, y que recomiendo leer, aun sin saber explicar con precisión por qué.

Quizá sea solo por esas ironías, que sobre todo abundan al principio, de las que dejo aquí un par.

La primera contra la Comisión Europea: "L’homme n’avait rien de significatif à dire, comme tous les délégués de l’Union européenne. Paul l’écouta cependant avec patience, car telle est l’attitude à adopter, vis-à-vis des délégués de l’Union européenne."

Y esta otra: "un blanc sur la fin de la quarantaine c'était parfait, c était exactement le genre de clientèle qu’elle recherchait ; apparemment, les critères des escorts se situaient aux antipodes du système."


martes, 1 de marzo de 2022

How Innovation Works, de Matt Ridley

Matt Ridley es un Lord inglés que en sus numerosos ratos de ocio se dedica a la investigación y divulgación. Su libro más conocido, traducido incluso al español, es El Optimista Racional, que no he leído. Su aproximación a los temas y su curiosidad le dotan de una amplia cultura, que demuestra sobradamente en este libro.

El objetivo de Ridley es tratar de entender cómo se produce el elusivo, pero permanente, fenómeno de la innovación. Y para ello se va a la evidencia empírica, investiga y lee mucho, y de resultas no saca este ensayo, repleto de interés y de historias. Porque lo que hace Ridley es contarnos la historia de numerosas invenciones, algunas muy relumbronas (energía nuclear, los teléfonos móviles, la ingeniería genética) y otras más modestas (el número "cero" o la S del water), pero todas con espectacular impacto en la humanidad. 

Así las cosas, estructura sus historias de la innovación en torno a los temas de energía, salud, transporte, comida, TIC, "baja tecnología" e innovación prehistórica. Sus observaciones le llevan a concluir que la innovación rara vez es un acto singular, por mucho que el sistema de patentes y la mitología nos lleven a identificar inventores de las cosas. En la gran mayoría de los casos, las innovaciones proceden gradualmente, con múltiples protagonistas, a base de mucho trabajo de prueba y error. Es habitual que varias personas trabajando independiente inventen algo casi al mismo tiempo. "Innovation is not an individual phenomenon, but a collective, incremental and messy network phenomenon."

Dejo aquí el párrafo resumen de la invención del motor de combustión interna, como ejemplo: "So who invented the motor car running on an internal-combustion engine? Like the steam engine and (as I will show later) the computer, there is no simple answer. Ford made it ubiquitous and cheap; Maybach gave it all its familiar features; Levassor provided crucial changes; Daimler got it running properly; Benz made it run on petrol; Otto devised the engine’s cycle; Lenoir made the first crude version; and de Rivaz presaged its history. And yet even this complicated history leaves out many other names: James Atkinson, Edward Butler, Rudolf Diesel, Armand Peugeot and many more."

Ridley da un papel fundamental a la energía: "Yet energy itself does deserve to be singled out. It is the root of all innovation if only because innovation is change and change requires energy." He aprendido a valorar la energía y la importancia que tiene más allá de la obvia y directa que todos conocemos, en parte también gracias a la reciente lectura de Schellenberger. Así que me parece muy relevante el indicador sintético que nos propone Ridley para nuestro bienestar, en línea con el que proponía Schellenberger en su obra (consumo de energía per-capita): "A minute of work in 1880 on the average wage could earn you four minutes of light from a kerosene lamp; a minute of work in 1950 could earn you more than seven hours of light from an incandescent bulb; in 2000, 120 hours."

Una parte importante de las historias tiene que ver con los obstáculos para sus esfuerzos que los emprendedores encontraron. Por supuesto, algunos venían de competidores, pero los más importantes y costosos de superar venían, se puede adivinar fácilmente, de Gobiernos y sus regulaciones. No me detendré en ellos, salvo que para centrarme en los "éxitos" de nuestra Comisión Europea. A Ridley le preocupan especialmente, porque entiendo que escribe el libro en tiempos previos al Brexit. Y para no hablar de las TICs, que es donde siempre estoy, cojo otro análisis dedicado a la biotecnología, pero que es tal cual extrapolable: "Whereas America had taken out 872 patent families and China 858, the EU had only taken out 194 and the gap was growing. They concluded: ‘It would be a delusion not to consider the GMO bans in Europe as having had a strong negative impact on the future of biotechnology on the continent." O sea, no solo nos quedamos atrás en IA (Inteligencia Artificial), 5G y plataformas, sino básicamente allá dónde mires.

Relacionado con ello, Ridley también tiene unas palabras para el mito creacionista de que, de alguna forma, los Gobiernos están detrás y dirigen los esfuerzos de innovación (la hipótesis de una tal Mazzucato, con gran predicación en nuestros políticos, ver aquí, por ejemplo). 

Y es que "Technology is absurdly predictable in retrospect, wholly unpredictable in prospect. Thus predictions of technological change nearly always look very foolish.". Por eso, es simplemente imposible realizar un esfuerzo planificado para conseguir innovaciones.

La innovación, demuestra Ridley, ha sido, es y será clave para la prosperidad de la humanidad. ¿Y cómo se consigue que haya innovación? La receta es muy sencilla: hace falta libertad, para intercambiar ideas, para equivocarse, para probar cosas. Ambas ideas las resume Ridley en un frase preciosa: "Innovation is the child of freedom and the parent of prosperity."

Este ensayo es magnífico, su lectura es un verdadero deleite, tanto por lo bien escrito que está como por lo instructivo que resulta. Lo recomiendo sin ambigüedad.

Eso sí, tiene un pequeño problema, un incordio, que ya detecté en la obra de Mignardi y McCloskey antes citada: su desprecio, implícito y explícito por lo español, como si el imperio español no hubiera aportado nada a la humanidad y fuera solo una rémora. Me parece increíble que no haya mención a la innovación llevada a cabo por los descubridores y conquistadores de todo un continente.

En esta recopilación  que hace de imperios, falta uno de unos 300 años: "The Egyptian, Persian, Roman, Byzantine, Han, Aztec, Inca, Hapsburg, Ming, Ottoman, Russian and British empires all bear this out." Aunque a lo mejor es para bien, y excluye al español de los defectos que encuentra en todos los demás. No lo creo, simplemente lo ignora, o lo desconoce.

Claro que esta frase es la que probablemente se lleve el premio gordo a su ignorancia al respecto de España. Está hablando de la invención de una locomotora y nos dice que su inventor la llamó "Salamanca after the Spanish battle in which...". O sea, se llama Salamanca por una batalla y no por la ciudad en cuya cercanía transcurrió la misma y cuna de una de las universidades más importantes de los siglos XIV a XVII. Regustillo amargo tras una excelente lectura. Estos Lores ingleses...