lunes, 19 de agosto de 2024

D'Argent et de Sang, de Fabrice Arfi

 Leo este libro tras seguir con curiosidad la serie homónima francesa, construida sobre aquel. En la serie no acaba de quedar claro el mecanismo de la estafa usado por los protagonistas (me resisto a llamarles delincuentes, aunque sean defraudadores) y pensaba que leyendo el libro esto quedaría claro, aparte de aprender otros detalles del asunto.

La historia que cuentan libro y serie está calificada como la estafa del siglo y la más importante en Francia, con miles de millones estafados. Además, tiene que ver con los mercados de cuotas del CO2, o sea, que lo del cambio climático tiene algo que ver con lo ocurrido. Con estos mimbres, el tema es apasionante, y lo sorprendente para mí es no haberme enterado antes de unos sucesos que ocurrieron en 2010. Supongo que ni a los políticos ni a los medios europeos y franceses les interesa que estos escándalos se conozcan.

Y es que el timo es muy simple: se basa en usar la exención del IVA para la exportaciones intracomunitarias. Lo que se hace, si no me he enterado mal, es que una empresa (extranjera pero UE) vende bienes a una empresa local; esos bienes están exentos de IVA. La empresa local vende los bienes a una tercera, a la que sí cobra IVA. Este IVA posteriormente debería ser ingresado en Hacienda, pero lo que pasa por el camino es que la empresa local desaparece y se lleva crudo el IVA que ha cobrado. Esto se llama carrusel del IVA y es una estafa (a Hacienda) bien conocida y utilizada por los sospechosos habituales, por ejemplo en teléfonos móviles o en placas solares.

Sin embargo, tiene el enganche físico del producto, que limita los beneficios que se pueden obtener. En esta situación, van las autoridades y se inventan el mercado de cuotas de CO2 precisamente en su intento de lucha contra la contaminación y el cambio climático. No contentas con ello, resulta que deciden gravar dichas transacciones con IVA. En cuanto los expertos en carrusel de IVA se enteraron, se lanzaron al tema como buitres. Podían utilizar el mecanismo de carrusel de IVA sin límites aparentes; es más, aunque no queda claro, se podían inventar empresas a las que otorgar una cuota de CO2 que luego vender sin dejar rastro. Sin cortapisas físicas, estos señores se hicieron con cientos de millones de euros literalmente en horas. ¿Y quién pagaba el dineral? Pues ni más ni menos que el fisco francés. O sea que los miles de millones que los protagonistas estafaron se los estafó al gobierno francés. Un escándalo de dimensiones burocráticas, los únicos que pueden alcanzar las galácticas cifras que se manejan en este asunto. 

Lo que pasa es que el libro es bastante malo. El autor es un periodista de investigación, conocido allende los Pirineos por otras pesquisas. Escribe de forma nefasta, y ni siquiera es capaz de explicar las cosas con un cierto hilo de continuidad. Además, tanto libro como la serie, van mucho más allá del timo del CO2, y se adentran en consecuencias mafiosas que habrían tenido. De ahi que el título incorpore la palabra "sangre". Relacionados, o no, con la estafa del CO2, ocurren asesinatos que ocupan la mayor parte de la narración, arrojando sospechas sobre uno de los involucrados, Arnaud Mimran. Mimran se hace paulatinamente con el protagonismo tanto de libro como de la serie, pero no por la estafa descrita, si no por los otros acontecimientos luctuosos, que a mí me interesaban bastante menos.

De hecho, la serie da más información y contexto que el propio autor, que parece temeroso de ofender a los poderes gubernamentales. Apenas hay críticas en el libro al estado francés, y la Comisión Europea ni siquiera aparece mencionada. En cambio, la serie no se corta en sacudir al estado francés, pese al evidente estatismo del protagonista (que en la serie es un inspector de aduanas). 

Especialmente, se echa de menos en el libro un análisis del éxito del mercado de cuotas de CO2 con anterioridad a la entrada de los estafadores. Y es que resulta que era un completo fracaso, con un volumen de transacciones ridículo. Todo cambia cuando Mimran y sus colegas lo ponen en la diana: el crecimiento será exponencial, y por fin los burócratas podrán presumir del éxito de su iniciativa. Ello mismo les hará poco deseosos de profundizar en la naturaleza de las transacciones, con el resultado de las millonarias pérdidas para el fisco francés. Eso sí, la solución burocrática habría funcionado. Claro que: "On peut estimer que jusqu’à 80 % des transactions des bourses carbone sont viciées par les organisations criminelles" Viva la lucha contra el cambio climático.

Especial reproche merece la disquisición teórica que comparte Arfi al respecto de la solución del mercado de cuotas CO2. En efecto, nos contrapone teóricamente a Pigou respecto a Coase, a la intevención estatal para solucionar el problema, respecto a la de "mercado", por la que optaron los liberales burócratas. Evidentemente, Coase no propuso la creación de la nada de "cuotas CO2" ni el establecimiento de un mercado para las mismas. Nada de esto ni similar ni que lo pueda inspirar aparece en la obra de Coase (a quien he leído recientemente: ver aquí). Otra cosa es que Coase haya sido mal entendido una y otra vez, de forma interesada por quienes no creen en el mercado.

En todo caso, daré a Arfi el beneficio de la duda, porque supongo que lo único que hace es replicar los argumentos utilizados en el momento. Dicho beneficio, no obstante, desaparece tras leer la siguiente frase, que sí enmarca a Arfi ideológicamente: "Je pouvais ainsi constater concrètement combien les réactions du clan Netanyahou ne dépareillaient pas de celles d’un Nicolas Sarkozy, d’un Donald Trump ou d’un Silvio Berlusconi, m’autorisant à les ranger tous les quatre côte à côte sur l’étagère des affairistes qui tiennent en horreur les contre- pouvoirs institutionnels et le journalisme indépendant."

Ya se sabe, los periodistas independientes de izquierda. Como decía el gran Coll, los "independientes según...". En honor a la verdad, la narración está en general desprovista de veleidades ideológicas, y las escasas no buscan efectos raros.

Pero me da igual. Este libro es basura y mejor no leerlo. Hasta donde yo sé, no ha sido traducido a español, y no tiene pinta de que vaya a serlo. Al interesado en el tema, que se conforme con la serie, o que busque otras fuentes más rigurosas. Quizá alguna de las que propone Arfi en su obra.

 


 


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