Llegué a este libro rastreando la obra de Timur Vermes, escritor que se hizo famoso en Alemania con su obra Er is wieder da, llevada más tarde al cine y según veo traducida a varios idiomas. Posteriormente publicó Die Hungrigen und die Satten, con la que también em lo pasé bomba. Y como no hay dos sin tres, busqué a ver qué más tenía el señor, y me encontré con esta, en la que no sabía si era el "negro" del firmante o colaborador del mismo.
Ahora que ya la he leído, sé que esto no lo habría podido escribir él sin el autor firmante, a quién seguramente haya ayudado con la redacción. ¿Por qué? Porque lo que se cuenta en este libro es una experiencia de primera mano que no creo que nadie pueda imaginar, no con los detalles que se cuentan, porque una experiencia realmente extraordinaria, que muy pocas personas pueden o van a tener.
El título sin más explicación es críptico, pero cuadra perfectamente con la ocupación del autor, el tal Peter Anders, que se dedica a la limpieza de casas tras la muerte de una persona en la misma. Cuando vi de qué iba el libro, pensé que sería una novela sobre algún miembro de la Mafia y que la limpieza a que se refería era la de no dejar pistas del crimen. Pero no es asi, es algo mucho más mundano y terrible: limpiar las casas de personas que fallecen solas y cuyo cadáver no se encuentra hasta cierto tiempo después, o limpiar las casas de gente que muere accidentalmente o voluntariamente de forma sucia. O sea, limpiar "lo que que da de la muerte", como reza el título. Claro que el en algún momento utiliza una frase que resonará en todos los amantes de Tarantino: "Was ich an meinem Job mag, ist: Ich löse Probleme. Wenn ich irgendwo hinkomme, dann weiß ich nie, was auf mich wartet."
Parece que el tema no da demasiado de sí, pero claro que da, no solo para este libro, pues observó que sacó una segunda parte algunos años después. Anders nos va a contar su experiencia, tanto en términos teóricos y biográficos (cuál es son las causas de que los cadáveres apesten, por qué el olor permanece tanto tiempo, qué proceso siguen para la limpieza, cómo llegó él a esta profesión...), como en de casos particulares concretos y cómo resolvieron los problemas que planteaba.
El libro es apasionante y te engancha desde el principio, cuando te explica todo el tema del olor de los muertos y las dificultades para resolverlo, hasta el punto de que, si ha pasado demasiado tiempo, la única solución pasa por demoler y reconstruir la casa o, si no se puede, sellar herméticamente las habitaciones afectadas de las que haya sido imposible eliminar el olor. Y es que las moléculas que lo producen son realmente difíciles de destruir, sobre todo porque se infiltran por todos los lados: "Neutralisieren und Putzen helfen nichts, wenn man das, was stinkt, zurücklassen muss.". El primer caso a que se enfrentaron se lo demostró: tuvieron que trozear una escalera de madera de 300 años de antigúedad para poder eliminar el olor (en el interior de una torre medieval).
El tipo llegó a este profesión con dos pasos previos: bombero, que suelen ser los primeros que localizan a estos cadáveres abandonados, y control de plagas, muy relacionado con todas las moscas que se generan en torno a cadáveres. Como consecuencia de esta última ocupación, también compartirá algunos casos de su experiencia en luchas contra las cucarachas, las chinches, las ratas y las avispas. Por cierto, traiciona algo de síndrome de Estocolmo "Um Speckkäfer, Fliegen, Wespen, Ratten zu bekämpfen, muss ich wissen, was sie tun und warum sie es tun. Und dabei merkt man: Die Tiere sind ganz in Ordnung, meist sind sie sogar berechenbarer als der Mensch."
Sin duda, el más interesante de los casos es el dedicado a las chinches. De ella nos cuenta que su presencia no tiene nada que ver con la suciedad o la pobreza, sino solo con las personas, y que de dónde más vienen es de Asia y de los EEUU. Y también cuenta cómo luchar contra ellas, algo que le parece muy fácil, lo que no deja de tranquilizar a todos los que estamos en riesgo de traernos los bichitos sin querer.
Como digo, la mayor parte de los capítulos se dedica a contarnos alguna experiencia concreta, dándonos oportunidad de aprender cosas del cuerpo humano sobre las que difícilmente se hubiera oído hablar en otro contexto. Por ejemplo, que el higado dañado de un alcohólico fuerza la sangre por conductos estrechos cerca del esófago, lo que hace que terminen estallando y causando que se desangre, a la vez que un destrozo considerable en el entorno. O lo que pasa cuando un cuerpo humano pasa días sumergido en una bañera, u horas en una sauna. Suena desagradable y lo es, pero Anders-Vermes tienen la virtud de contarlo de una forma muy entretenida, sin ocultar los detalles pero sin regodearse en ellos.
También son dignas de interés algunas de las reflexiones y datos que da. Muy interesantes los datos referentes a las personas que mueren solas, que son las que normalmente le dan más trabajo pues son las que más tiempo se tarda es descubrir su cadáver. De estos, aproximadamente la mitad, están solos voluntariamente para morir (son los suicidas) o, sorpresa, para tener sexo (el orgasmo por estrangulamiento a veces se les va de las manos, aunque yo jamás hubiera imaginado que esto fuera tan frecuente). La otra mitad están solos por vergüenza: "Menschen, die sich für ihre Wohnung schämen, ihre Armut, für ihre Krankheiten, für alles Mögliche.". Me parece un dato terrible, sobre todo porque es algo que le puede terminar pasando a cualquiera.
En suma, el libro se lee fenomenal, sin que sea un prodigio narrativo. Yo aquí lo dejo recomendado con orgullo de descubridor, aunque supongo que será difícil que alguien lo lea, primero pues está solo en alemán.
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