Este ensayo es muy, muy conocido y citado. Se trata del análisis psicológico que el autor hace de los prisioneros en los campos de concentración de la Alemania nazi. El gran valor añadido y originalidad viene, por supuesto, de que el autor fue uno de tales prisioneros y consiguió sobrevivir a la inhumana experiencia.
Sin embargo, a mí este ensayo me ha parecido muy flojito, muy superficial y poco interesante. No me parece que aporte demasiado por dos razones. En primer lugar, porque el análisis psicológico que aporta parece bastante trivial, salvo contadas excepciones. Y, en segundo lugar y más importante, porque realmente aporta poco en relación con las experiencias que debió sufrir el protagonista en los citados campos.
No es uno sea morboso, pero realmente es que Frankl cuenta muy poco de lo que le pasó. Por supuesto que hay algunas historias y algunos momentos, terribles y buenos, pero en general parece que el autor quiere mantener una distancia científica con el objeto del análisis tal, que le impide narrar el horror de lo que sufrió con pelos y señales, o al menos con más profusión. Ello hace que el libro pierda interés.
La narración se estructura en tres etapas: la llegada al campo de concentración; la vida en él mismo, y los momentos posteriores a la liberacion. En la versión que he leído, el ensayo se acompaña de una obra de teatro en la que Sócrates, Spinoza y Kant actúan como glosadores de los sucesos de una tarde cualquiera en el campo de concentració, con un ángel negro que se travesti en vigilante de las SS para dar sentido a las vidas de los prisioneros. Siento ser tan duro, pero se trata de una obra prescindible y demasiado naif.
Volviendo sobre el ensayo, la parte más interesante seguramente sea la relacionada con el sentido de la vida, pues es precisamente ello lo que se ha usado como título en las traducciones española e inglesa del libro. En ella, Frankl teoriza que los prisioneros que más posibilidades tenían de sobrevivir eran aquellos que habían buscado un sentido a su vida. De hecho, nos informa, se notaba enormemente que quienes por unas u otras razones perdían tal sentido, morían rápidamente víctima de las mismas penalidades que previamente habían superado.
La forma que tal significado o sentido tuviera era irrelevante, pero Frankl resalta la importancia de que sea algo concreto. Por ejemplo, volver a ver a la familia o ayudar a otro prisionero en sus objetivos. De hecho, Frankl parece insinuar que el sentido que él encontró para su sufrimiento era poder luego escribir este ensayo clínico. Es más, la obra de teatro antes mencionada concluye de forma similar.
Quizá el episodio que más me ha gustado es aquel en que habla de la famosa foto de los prisioneros en el interior de una de las barracas. En esa foto, se ve a un montón de tipos apiñados y desnutridos, que no obstante transmiten una cierta sensación de ser felices. Frankl nos explica que posiblemente lo sean, pues ese día o en ese momento no están sufriendo el terrible frío, ni el dolor de los pies al andar, ni la incertidumbre de si les cambiarana a otro grupo de trabajo con menos probabilidades de sobrevivir.
Y en cuanto a frases y reflexiones, no hay demasiadas, pero me quedo con la que dice que "Haber sido es la forma más segura de ser."
Quien lea este libro que lo haga como homenaje al autor y para dar sentido al sufrimiento que vivió, pero no esperando grandes cosas de él. No creo que las encuentre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario