Qué placer resulta siempre la lectura de los clásicos ingleses. Y mira que da pereza de entrada, pero en cuanto te metes, la experiencia suele ser magnífica. Personalmente, me encanta el estilo, el vocabulario y en general la forma que tienen contar las cosas, con esos retruécanos y esas expresiones.
De George Eliot ya había leído "The Mill on the Floss", con sensaciones parecidas a las obtenidas de la lectura de Silas Marner: deliciosa ironía, entrañables personajes, magníficos diálogos. En Silas Marner, Eliot nos cuenta una pequeña y sencilla historia, la del protagonista, lo que le da excusa para extenderse en lo que realmente es el objetivo de su relato: una descripción precisa e irónica de la sociedad rural de la época. Estamos ante a una novela costumbrista, como lo revelan los extensos capítulos dedicados al baile del pueblo (en el que Silas solo aparece al final), la velada en la posada (ídem) o los rezos comunitarios.
Tampoco soy capaz de identificar alguna moraleja en la historia, aunque si la hay tendrá que ver con las vueltas que da el destino, y de lo que te puede parecer que ha arruinado tu vida, visto en pespectiva de transforma en lo que te ha dado la felicidad. Así, el relato comienzo con dos episodios trágicos a los ojos del protagonista: la falsa acusación de un delito, consecuente expulsión de su comunidad religiosa y pérdida del matrimonio con su amada, en la que seguramente tiene un papel activo el que cree su mejor amigo; y, posteriormente y ya instalado en su destierro, la pérdida del oro atesorado y que, como para Gollum, iba haciéndose con el control de su vida.
Sin embargo, serán estas desgracias las que le permitan incardinarse en una nueva vida social, y proporcionarle en algún momento la felicidad con la aparición en escena de Eppie. Pero basta de spoilers. Que tampoco son tales, porque, insisto, no es lo importante la trama o su moraleja, sino la forma en que la cuenta. En este sentido, posiblemente el capítulo más memorable del libro es la conversación que los lugareños mantienen en la posada mientras se están produciendo los infaustos sucesos que conducen a Silas a perder su oro. Todos los temas se tocan, y todos en un constante toma-y-daca entre los protagonistas. No hay que perdérsela, aunque ciertamente es difícil de leer en inglés, pues Eliot lleva a grafía la dicción de cada protagonista.
Poco más que decir. Dejo aquí algunas de las frases que más me han gustado, para dar una muestra del estilo que puede esperar el lector.
- Después de discutir sobre fantasmas, y tras la inesperada aparición de Silas Marner, Eliot nos explica que los tertulianos quedaron "well pleased that the reality of ghosts remained still an open question"
- Sobre el juez: "Justice Malam was naturally regarded in Tarley and Raveloe as a man of capacious mind, seeing that he could draw much wider conclusions without evidence than could be expected of his neighbours who were not on the Commission of the Peace."
- Sobre los consejos de las madres para Marner y el cuidado del bebé: "the notable chiefly telling him what he had better do, and the lazy ones being emphatic in telling him what he would never be able to do."
- Y finalmente, sobre los consejos a Marner de que fumara: "this advice was sanctioned by Dr. Kimble, on the ground that it was as well to try what could do no harm—a principle which was made to answer for a great deal of work in that gentleman's medical practice."
Como vemos, con gran elegancia, pero sin dejar títere con cabeza.
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