viernes, 23 de marzo de 2018

Moneyball: The Art of Winning an Unfair Game, de Michael Lewis

Segundo libro que leo de Lewis tras disfrutar considerablemente con su primera obra, Liar's Poker. No se olvide que Lewis es también el autor de "The Big Short" (La gran apuesta), llevada al cine en una magnífica película.

En esta ocasión, el tema es mucho más hostil a mis intereses, pues el "unfair game" del título no es otro que el beisbol, deporte que nunca me ha interesado, ni lo va a empezar a hacer, y del que apenas entiendo los rudimentos. Pero es tal la capacidad narrativa del autor, que incluso hace amena, absorbente e intrigantes una narración con base en tal deporte.

Me apresuro a aclarar que la historia no va tanto del deporte en sí, como de su evolución mediante el manejo de estadísticas, un tema de apabullante actualidad en medio de la revolución del Big Data a la que estamos abocados. El libro, no obstante, es de 2003 y cuenta cosas de finales del XX.

El protagonista del libro es Billy Beane, un tipo que se hizo Director General del equipo Oakland A y lo llevo a lo más alto de la competición, pero con un presupuesto de la décima parte de sus rivales. Y esto lo hizo gracias a comenzar a usar de forma sistemática las estadísticas de los jugadores a la hora de tomar decisiones en todos los ámbitos del juego, desde las elecciones en el draft, hasta las alineaciones sobre el terreno de juego.

La estructura del libro consiste, en esencia, en dedicar un capítulo a cada uno de esos ámbitos, y ver cómo Billy cambió su dinámica. Empieza, como no puede ser de otra forma, con la actividad de los scouts, buscadores de jugadores en colegio e instituto, y la propia experiencia, como jugador, de Beane. En estos capítulos se observa la decadencia inmediata del oficio de scout, basado en corazonadas y en una escasa observación de los futuros jugadores, ante las estadísticas.

Pero si bien se ve venir, lo cierto es que el proceso fue mucho más largo de lo que cabría suponer. Para ilustrarlo, Lewis nos presenta a Bill James, aficionado a las estadísticas del beisbol, y cuyas minoritarias publicaciones sobre el tema fueron adquiriendo gran relevancia. Pero, sobre todo, entre los aficionados al deporte y no entre los profesionales, que preferían la vieja forma de hacer las cosas a utilizar la evidencia científica que ya estaba disponible. Solo la llegada de Beane permitió la incorporación de estos valiosos insights al juego, y cambio así el paradigma.

Uno de los aspectos más revolucionarios introducidos por Beane tras los trabajos de James tiene que ver con la valoración de los jugadores, y aquellas de sus acciones que contribuyen más a las victorias del equipo. Aquí confieso que mis conocimientos sobre beisbol no permiten seguir muy de cerca la discusión, pero sí me quedo con que, gracias al modelo de Beane, descubrieron nuevos aspectos de los jugadores que se tenían por irrelevantes, y de cuya explotación diferencial se pudo beneficiar Oakland A para conseguir resultados inesperados. Por ejemplo, la importancia relativa del pitcher y el hitter cambió con la visión de Beane.

Apasionante el capítulo sobre "trading" de jugadores, en que Lewis nos lleva de la mano a través de las intrigas y enredos de Beane para conseguir mejorar sus plantilla a media temporada dentro de su exiguo presupuesto, beneficiándose de aquellos equipos que han perdido sus aspiraciones en la competición. Es magnífico, digno de Juego de Tronos, aunque difícil de seguir.

Y esta dificultad se incrementa en los últimos capítulos, que son los más "beisboleros" del libro. En ellos se nos cuenta el desempeño de un par de jugadores por los que nadie apostaba, y el cierre final describe el partido final de la liga regular de la temporada 2002, en que los Oakland A batieron el record de victorias, para perder en la primera ronda de play-offs contra un equipo de Texas.

Las reflexiones finales que acompañan a estos extraños resultados son de lo más destacado del libro y una verdadera lección de estadística: el método de Beane funciona a largo plazo, con muchos partidos (en la liga regular), lo que da tiempo a que los resultados converjan con lo que se espera de la estadística. Pero en un play-off, la suerte es más importante, esto es, la habilidad o astucia puntual de determinados jugadores. Como, al final, lo que brilla son estos resultados finales, ello hace al beisbol especialmente resistente a los avances científicos derivados de la estadística.

En fin. Un libro muy ameno e interesante, con muchos capítulos accesibles para el lector medio, y con algunos otros solo aprovechables para el aficionado al deporte. Como en todo caso es corto, yo lo recomiendo.


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