Cortísima obra de este autor, a quien acabo de descubrir con la lectura de su "La anomalía". Y me ratifico en que puede ser uno de los descubrimientos del año, porque he disfrutado bastante con su lectura.
El planteamiento es muy sencillo: se trata de un intercambio de cartas entre el autor y los sucesivos presidentes de la República Francesa, empezando obviamente por Mitterrand, y siguiendo con Chirac, Sarkozy y Hollande.
La parte divertida es que la carta que recibe de los Presidentes en respuesta a sus inquietudes consiste siempre en el mismo texto, un texto estandarizado de respuesta a las misivas de los ciudadanos. Y es divertido porque Le Tellier lo interpreta de formas distintas según sus circunstancias personales y sus simpatías con el Presidente en concreto.
Como muestra, este párrafo comparando la misma frase según la respuesta venga de Mitterrand o de Chirac:
"le puissant « Ne doutez pas, cher Monsieur, etc. » de François, la vigueur de son engagement à répondre, prend sa source– je crois l’avoir déjà souligné – dans une tradition catholique romaine solidement ancrée. Jacques Chirac écrit en revanche un bien fade : « Ne doutez pas, cher Monsieur, etc. ». Ah, oui, là, on est loin de cette fierté paysanne, admirablement française."
Claro que esta primera impresión se mostrará como engañosa conforme incremente sus intercambios con Chirac:
"Je le reconnais, j’ai très vite aimé correspondre avec lui. C’était tellement plus simple qu’avec François… François qui m’impressionnait par sa culture et sa prestance, et dont chaque lettre me faisait sentir sur la nuque le souffle du vent tragique de l’Histoire. Au contraire, j’appréciais chez Jacques son ton si naturel et j’aimais son sympathique côté hussard." (no se olvide, el texto de las cartas de los Presidentes es siempre el mismo).Un momento especialmente divertido es cuando recibe una carta de Mitterrand tras la muerte de éste, sin duda por errores de Administración: "Stupéfiant. J’ai reconnu d’emblée le style inimitable de François. Je retrouvais dans ce texte tant de tournures qui m’étaient familières que je ne pouvais pas douter : François était vivant."
En fin, una lectura divertida y breve (ya se sabe, lo bueno...) que merece la pena.
SPOILER: Parte de la gracia cuando lees el libro es que Le Tellier incorpora las cartas originales recibidas de los Presidentes, además de los documentos que él les hace llegar. Sin embargo, resulta que ninguna de esta correspondencia tuvo realmente lugar, y al final Le Tellier nos dice que todos los documentos los ha pergeñado él. Bueno, evidentemente le resta gracia, pero como para entonces ya has terminado el libro, que te quiten lo bailao.
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