miércoles, 20 de agosto de 2008

Miedo a la baja inflación

Esto es lo que dice un tal Ethan Harris, ni más ni menos que economista jefe del banco de inversión Lehman Brothers, en una entrevista a Bloomberg, según leo en un medio: "El año que viene vamos a tener a una extremada baja inflación, y gran parte de esa debilidad será debida a la caída de los precios energéticos".

De estas declaraciones, en las que califica la baja inflación de "extremada" y de "debilidad", cabe deducir que para este señor una inflación baja no son buenas noticias. Curioso, no?

A ver, si la inflación es baja eso quiere decir que los precios que confrontamos suben, pero lo hacen poco. Y ¿qué hay de malo? De hecho, recuerda el señor Harris que "en 2003, con los tipos al 2% en EEUU, la Fed los volvió a bajar hasta el 1% ante la "no bienvenida" caída de las tasas de inflación."

La tradición que un poco de inflación no es mala viene de la creencia (quizá Keynesiana) de que las subidas de precios estimulan la economía, pues los empresarios perciben más ingresos que se supone dedicarán a inversiones, y así se dinamiza la economía. Así, si la inflación es "débil" la actividad productiva tiende a paralizarse, pues los ingresos de los empresarios no crecen tanto como debieran.

En la práctica, como he explicado en alguna ocasión anterior, la inflación es un fenómeno controlado por los Gobiernos, bien por la emisión de moneda o por el control de créditos de los bancos. La inflación no es un fenómeno natural del mercado. Y tiene mucho que ver, no con el aumento de valor de los bienes que se adquieren (¿cómo podrían subir todos a la vez?), sino con la pérdida de valor de la moneda, que se produce a consecuencia de las acciones anteriores.

Por ello, la inflación no beneficia a los empresarios (en general), porque les da malas señales sobre el valor real de los bienes, lo que distorsiona la asignación de recursos del mercado libre. Además, el incremento de ingresos es solo aparente, pues aunque sube la cantidad de dinero que ingresa, este dinero vale menos.

Entonces, ¿a quién beneficia realmente la inflación? O, de otra forma, ¿quién puede tener miedo a la baja inflación? El proceso inflacionista no es automático, sino secuencial. Me explico: dado el sistema en equilibrio, si se mete más dinero en la economía, la gente que recibe ese dinero se beneficia de la situación, pues los precios aún no han subido: la gente aún no sabe que su dinero vale menos. Por tanto, estos primeros receptores son los grandes beneficiados de la inflación, ya que pueden comprar a precios no inflados. Luego este nuevo dinero se extiende por la economía elevando todos los precios, hasta que volvemos al equilibrio, en que todo el mundo se queda igual que al principio. Ha sido en el transitorio donde la gente se ha beneficiado o ha quedado perjudicada.

Bueno, ya solo nos queda preguntarnos quiénes son esos primeros receptores del dinero nuevo. Adivina, adivinanza....sí, claro, los bancos. Como Lehman Brothers, para el que trabaja Mr. Harris como economista jefe.

No me extraña que para él la baja inflación sea una amenaza. Esperemos que sus engaños no progresen demasiado en la sociedad.

1 comentario:

huelga general dijo...

las oficinas de inem empiezan a colapsar

http://huelgageneral2008.blogspot.com/

HUELGA GENERAL EXTRA-SINDICAL EL 31/10/2008