Esta semana los medios nos han vendido como buena noticia la bajada del IPC. Es "tan buena noticia" que se nota por contraste. Aquellos medios más hostiles al Gobierno tratan de no hablar del tema, mientras que si hubiera habido un alza, se hubieran refocilado varios días y artículos en lo catastrófico del asunto. Todo ello revela la escasa formación de los periodistas y analistas, y lo fácil que resulta engañarnos.
En efecto, el IPC se coloca en un 3,6% acumulado en los últimos 12 meses. Indiscutiblemente, el IPC acumulado ha bajado respecto a meses anteriores, donde llegó a situarse en 5,3%. ¿Y eso son buenas noticias?
Veamos en más detalle: el IPC en octubre ha crecido un 0,3%. Luego aquí tenemos la primera mentira. Aunque nos digan que la inflación ha bajado, los precios han subido: un 0,3%. El efecto catártico de dar la noticia como "bajada de la inflación" es evidente. Pero que nadie se engañe: los precios han seguido subiendo, la cosa NO ha mejorado.
Lo que sí ocurre es que en octubre del año pasado, el IPC subió un 1,1%. Como ahora ese mes ya no entra en el acumulado, el IPC acumulado baja, pero no por eso los precios dejan de subir. Supongo que es por estas argucias por las que Solbes preveía que la "inflación" bajaría a final de año. En conclusión, aunque el IPC que nos dan en la tele baje, eso no significa que los precios hayan bajado.
Pero vamos con la segunda mentira, que es la de relacionar el IPC con la inflación, como si tuvieran algo que ver. Por supuesto, la inflación (creación de dinero falso) es la causa de la subida de precios generalizada que padecemos, y que sería muy difícil que no se viera en el IPC en algún momento. Aunque, por supuesto, si el organismo que define el IPC fuera suficientemente cuidadoso podría darnos IPCs negativos siempre, basta adecuar la cesta a los precios.
Lo cierto es que la inflación se extiende a los precios de los bienes de forma sucesiva, no simultánea. El dinero creado entra en el sistema a través de los bancos, y va sucesivamente alcanzando a todos los bienes de la economía, subiendo por tanto sus precios. Por tanto, un IPC menor puede esconder subidas de precios en bienes que no están contemplados dentro de la famosa cesta de medida, a los que está llegando ahora el dinero nuevo de hace mucho tiempo.
Por ejemplo, alguno que le guste viajar, como es mi caso, tal vez se fije espúreamente en los precios de los viajes que ofrecen las agencias en sus escaparates. Pues bien, tengo la sensación de que aquí ha subidas considerables. Vamos, ver viajes de promoción (que no sean a Japón) a más de 3.000 Euros es bastante raro. O a Estambul por 700.
Me da la impresión de que en octubre la inflación se ha ido a sectores no tan representados en el IPC, de ahí la menor subida (aunque sigue siendo subida).
Que nadie se engañe la próxima vez. En noviembre 2007, el IPC subió un 0,7%. Si en noviembre de 2008, el IPC sube menos, el acumulado volverá a bajar, y nos dirán que la inflación está controlada. Pero será mentira: los precios de la cesta controlada habrán seguido subiendo, aunque menos que el año pasado. Y no nos dirá nada de los bienes fuera de la cesta.
Ya veremos qué pasa en enero... (en enero 2008, el IPC bajó 0,6%; o sea que, como suba un poquito, el IPC acumulado se disparará; entonces los medios hostiles sí se atreverán a hablar)
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