Por fin estoy avanzando a buen ritmo en mi lectura de Human Action, de Mises. Ya había leído bastante del economista austriaco de referencia, pero no me había metido con su obra culminante, posiblemente porque creo que Man, Economy, and State (de Rothbard) ofrece los mismos contenidos en menos espacio. Pero no sería justo asumirlo sin leer a Mises.
Pues bien, lo que más me va sorprendiendo es el tono general de Mises. Mises escribe de forma amena y brillante, pero no escribe para iluminarnos, como si estuviera descubriéndonos algo que no supiéramos. No es ese su tono. Su tono es más bien el de una persona que piensa que a su alrededor todo el mundo se está volviendo loco.
Esto es especialmente notorio en el capítulo XIII, cuando se refiere a los intentos de estabilizar los precios. Viene a decir que cómo nos podemos creer que haya algo o alguien que sea capaz de eliminar el cambio, de hacer nuestra vida perfectamente cierta; vamos, que como tragamos con las promesas que nos hace el Estado, ¿es acaso Dios?
Pero, insisto, no lo hace como teórico explicandonos verdades, si no con la desesperación que da el mero hecho de tener que escribirlo. Lo que me lleva a tratar de imaginar cómo nos verán nuestros descendientes dentro de unos cuantos años, cuando por fin se superen estas mentiras y se pueda reflexionar con perspectiva histórica en el fenómeno del Estado en los siglos XX y (esperemos) comienzo del XXI.
Nos verán como nosotros vemos a la gente de la Prehistoria, o de la Grecia de los mitos, o de la Edad Media geocéntrica... yo qué sé. Los padres explicarán a los niños cosas como que en siglo XX la gente creía que los Estados serían capaces de solucionar todos sus problemas. Y el niño le mirará incrédulo, ¿de verdad? ¿y qué hicieron cuando se dieron cuenta de que era mentira y de que lo único que habían hecho era robarles su riqueza durante muchos años? Seguro que les resulta tan increible como cuando decimos ahora a los nuestros que en la Antigüedad creían que Jupiter lanzaba los rayos.
Pero lo peor del caso, y de ahí la frustración de Mises, es que aquellas cosas no se sabían aún. Pero en cuanto se descubrió la verdad, a nadie se le ocurrió volver a decir que Jupiter lanzaba los rayos. Sin embargo, lo de la economía se sabe desde hace un tiempo, por lo que es inexplicable la confusión. No podremos refugiarnos en la ignorancia para justificar nuestro misticismo ante las futuras generaciones.
Pero es que no lo podríamos hacer ni para justificarnos ante las pasadas. Si hubieran intentado pagar en un mercado romano, del medievo o de la Inglaterra del siglo XVIII con un papelito no representando nada, ¿qué creen que les hubieran dicho?
11 comentarios:
Yo no creo que el Estado vaya a desaparecer en 100 años ni en 500, pero estoy de acuerdo contigo en que la Acción Humana, no la he acabado aún, es un libro portentoso y magistralmente bien escrito. El que lo tradujo al español, Reig Albiol, hizo también un gran trabajo.
Pues si, en general la forma de escribir de Mises engancha, tan pausado, tan didactico, desarrollando al máximo cada concepto, tan poco proselitista y tomando como base unas premisas irreductibles, tan ordenado ... a mi me recuerda salvando las distancias a Ortega y Gasset y al Señor de los Anillos!.
A mi humilde entender a veces tiene un tono "épico" al escribir sobre economía ... snif, snif, que me emociono.
Calvos.
El problema de Mises es que a veces resuelve los asuntos de forma muy alegre y partidaria (como cuando descarta la posibilidad de que un empresario despida a alguien injustamente o cuando afirma que todos los delitos son contra la propiedad). Además su tono más que didáctico es pesado: su reiteración a veces huele a refrito. En "La Acción Humana" el apartado dedicado a los monopolios, por cierto, es completamente ilegible.
Yo prefiero su "Socialismo" porque en La Acción Humana no veo más que el argumento miseano contra el comunismo ("La Acción Humana", como dijo Escohotado, es "un tratado de economía contra los comunistas") reiterado una y mil veces. Aburrido.
Y dentro de 100 años no sé lo que pensarán de nosotros pero especular con eso es digno de un mesiánico de pacotilla.
No estoy para nada de acuerdo con lo que dice Iracundo. La Acción Humana es un tratado de economía que va muchísismo más allá de la crítica contra el comunismo. Explica con mucha claridad como el ciclo económico, el intervencionismo fiscal, el intervencionismo en los precios, la manipulación del dinero y del crédito.
A mí me aburrieron sólo los primeros capítulos, que son más bien filosóficos. Los puramente económicos me parecen un portento de claridad expositiva.
¿Y qué tiene de malo que que escriba contra el comunismo? Tú vives en un mundo donde el comunismo ha sido felizmente superado. Pero cuando vivió Mises era una amenaza enorme contra la civilización, unida a la amenaza nacionalsocialista. Todos los catedráticos, todos los intelectuales eran socialistas y parecía que el producto de siglos de civilización se iba a ir al garete. Se sentía en la obligación de frenar la barbarie porque veía ante sus ojos desaparecer la civilización. Vivió quizás el periodo más aciago de la historia moderna de la Humanidad.
Por cierto que Escohotado decía también que La A. H. es un monumento y que todo el mundo debería leerlo. Además de que está muy bien escrito.
Si a alquien le interesa la entrevista a Escohotado es ésta.
Mises no está mal pero su única aportación es un argumento original contra el socialismo real. No creo que aportase mucho más: aunque sea un excepcional autor anticomunista. Y reitero que los apartados de "La Acción Humana" sobre precios monopolísticos son un "extraño" en el propio libro dada su manifiesta oscuridad: es casi ilegible en esos puntos.
Los peligros para la libertad en su época llevaron a Mises a algunos excesos mesiánicos, eso es claro. No en vano Hayek dio testimonio (recuerdo haberlo oído en "Commanding Heights") de cómo en una reunión a la que él asistió Mises a la más mínima discrepancia, en torno a la seguridad social creo, se fue dando un portazo tras acusar a todos los presentes de "socialistas".
Bueno, yo no he leído la H.A. de Mises (de los autriacos a quien mejor conozco es, sin duda a Hayek) y en este sentino no voy a aportar nada concreto al debate que se ha establecido en esta entrada.
No obstante y en lo referente a las críticas que con precisión lanza Isidoro (seguro que con fundamento) mi comentario es que la contextualidad en la que un determinado pensamiento toma forma puede, en efecto, llevar a ciertas concluisones que años más tarde (hoy en día) pudieren parecer desfasadas (mesiánicas o no). Pero lo que distingue una corriente de pensamiento trascendente de otra efímera es lo que origina posteriormente. Por ejemplo, y en otro orden de cosas, ¿habría existido Jung sin el trabajo de la "escuela de la sospecha" de Freud?
Tengo la impresión de que con Mises pasa lo mismo, so pena de que alguna conclusión puedea ser revisada en virtud del contesto en el que fue desarrollada.
Por último, la referencia a Antonio Escohotado en un blog que gravita sobre la Libertad, como es éste, no puede ser más acertada.
Saludos
Fernando:
Hombre, yo supongo que dentro de 100 años nos verán en parte como bichos raros, pero por otros motivos.
Lo de que la gente cree que el Estado va a solucionar todos sus problemas, yo a nivel personal no conozco nadie que piense así, pero en fin, supongo que habrá de todo. Lo de que los Estados lo único que han hecho ha sido robar a los ciudadanos su riqueza creo que no es cierto y prueba de ello es que con determinados gobiernos la civilización ha avanzado enormemente. Es verdad que algunos o muchos gobernantes han aprovechado el poder para robar, pero creo que estamos mejor con un [buen] gobierno que en la anarquía (o en la utopía capitalista de que el mercado todo lo ordena para mejor).
En cuanto a lo de que cuando "se descubrió la verdad, a nadie se le ocurrió [decir lo contrario]", en fin... en muchas escuelas de EEUU enseñar la teoría de la evolución sigue siendo un tema controvertido, en España se sigue enseñando a la mayoría de los niños que las vírgenes se quedan embarazadas de espíritus, que los muertos resucitan y que de un pez pueden salir por arte de magia muchos... luego claro, se creen lo del apalancamiento, que los pisos siempre suben, que con un CDS no puedes perder, etc. Si nos vamos al Tercer Mundo, pues imagina.
Y en los mercados romanos se pagaba con "papelitos", lo cual, a pesar de que hubo más de un problema y más de una quiebra por el apalancamiento (que no lo inventaron antesdeayer en Wall Street) contribuyó a un desarrollo como no había visto la humanidad.
Dentro de 100 años no pagaremos con papelitos... ni con tarjeta, ni con el móvil, ni con... pero tampoco sacaremos la bolsa de cuero y empezaremos a contar y pesar monedas de metales "preciosos". Creo.
Por cierto, muy interesante la discusión entre los comentaristas.
Un abrazo,
Jorge
Muchas gracias por comentarios y debate, que superan con mucho el nivel de mi humilde entrada.
Gracias incluso a Isidoro. Por cierto, Roger, lo de mesiánico de pacotilla no lo decía Isidoro por Mises, sino por mí.
1º Creo que "Man, Economy and State" ocupa menos que "Human Action" porque Rothbard se limitó a suprimir toda la cordura, inteligencia y moderación de Mises. Donde Mises decía "el Estado no sirve para esto", Rothbard lo conservaba; pero donde Mises afirmaba "pero el Estado sí sirve para esto otro" lo suprimía sin más. Por eso Rothbard es un simple fundamentalista errado y Mises es un genio, básicamente. Qué daño ha hecho y sigue haciendo Rothbard, caramba.
2º ¿Habéis notado que Iracundo ya no se despide con "salud y libre comercio"? Es que ya ni siquiera cree en el libre comercio. Qué dura es la vida del aspirante a vivir del cuento gracias a las oligarquías de los partidos políticos... salud y benditas subvenciones, ¿eh, Iracundo?
Gedeón, aún no he llegado a esos pasajes que citas de Mises, así que de momento me mantengo Rothbardiano.
Ya sabes que la praxeología es una ciencia lógica; si hay fallos en el razonamiento, entonces la teoría es errónea. Yo, de momento, no le he pillado fallos de lógica a Rothbard.
Gracias.
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