Extraña serie esta producción de Netflix. En principio, el título invita a pensar en una serie de terror (una casa encantada). Y es cierto que hay muchos fantasmas y hasta algún que otro susto, pero no es una serie de terror. ¿Un drama psicológico quizá? ¿Representan los fantasmas de la casa las fobias, miedos y rencillas de los protagonistas? Tampoco sabría decirlo.
El caso es que estamos ante una serie de una factura espectacular, de una producción muy cuidada y original. Consta de 10 capítulos de 1 hora de duración (en promedio, hay un capítulo de 40 minutos y dos de hora y 10). Uno se queda enganchado al aspecto visual cuando empieza a verla. Llaman la atención muchas de las escenas en el interior de la casa, en que el tipo de encuadre hace que el personaje ocupe poco espacio en la escena, con lo que toman protagonismos las paredes, los muebles, los pasillos o las escaleras de la casa. Y es que, de hecho, la casa es el verdadero protagonista de la serie, como irá descubriendo el espectador.
Se nos cuenta la historia de la familia Crain, cinco hijos y sus padres. Esta historia se desdobla en dos momentos: el actual (con su selección de flashbacks), marcado por la muerte de la pequeña de los hermanos (Nell, interpretada por Victoria Pedretti, desconocida hasta ahora para mí); y la estancia que hicieron de pequeños en la casa Hill, precisamente hasta el otro acontecimiento trágico que marca la serie, la muerte de la madre Olivia (Carla Gugino).
Los cinco primeros capítulos se dedican respectivamente a cada uno de los hermanos, de mayor a menor. Nos cuentan cómo es su vida en la actualidad, y los momentos más traumaticos en la referida estancia de su infancia. Por supuesto, aparecen ya aquí numerosos momentos de conjunción, tanto entre las historias actuales de los hermanos, como en la pasada. La verdad es que estos primeros capítulos a mí se me hicieron bola, casi no supero el tercero. La culminación en el quinto, dedicado a Nell, que nos aporta una escena final de antología. Aquí ya la narración empieza a coger ritmo, aunque nunca llegará a ser tan apasionante como yo esperaba de esta serie.
El sexto capítulo supone un punto de inflexión, al mismo tiempo que un alarde técnico. Una vez presentados los protagonistas, llega el momento de desarrollar la trama, que básicamente nos debería conducir a entender qué pasó y por qué pasó lo que pasó. Este capítulo 6 nos cuenta el funeral de Nell, y recuerda al rodaje de la peli clásica de Hitchcock, La Soga, en el sentido de que el capítulo es una sola secuencia (bueno, al final se interrumpe). Lo que pasa es que, contrariamente a La Soga, en esta única secuencia cambia el escenario y el momento de la narración, cuando en un momento dado el padre se interna en un pasillo del tanatorio y acaba en la Hill House, con los protagonistas de jóvenes. Magnífica escena en todo caso.
A partir de aquí, la trama se torna previsible en cuanto a estructura de capítulos. Todo va a estar muy bien contado, pero nada de lo que cuentan a mí me resulta satisfactorio para llevar esta serie al climax que se merece. Prácticamente ninguna de las incógnitas relevantes para mí quedan explicadas: ¿por qué cada niño ve a un fantasma y no a otros? ¿Cómo se explicita el encuentro con cada fantasma en los efectos de su vida actual? ¿Por qué leches la familia Nell no abandonó la casa, sabiendo que todos los niños y la madre lo estaban pasando mal? ¿Y por qué está encantada la casa?
No sé, a mí me parecía que la serie iba a cerrar estos temas. Pero no lo hace, y tenemos un final que casi se podría calificar de Deus-ex-Machina, en que los guionistas no saben cómo salir del lío, y se inventan un final feliz poco verosímil habida cuenta de lo acontecido. Eso sí, de una factura espléndida.
En este sentido, es muy llamativo el hallazgo de entrecruzar escenas, como el que hacen al principio del último capítulo (en que se nos enlazas dos escenas ya mostradas en distintos momentos, como ocurriendo simultáneamente, lo que explicaría sendos acontecimientos sobrenaturales). Cuando uno vez esta escena antes de los títulos de crédito se relame pensando en lo que puede dar de sí el desenlace, si esas van a ser las explicaciones de lo ocurrido. Por desgracia, no siguen por ahí los derroteros y terminamos en el ya descrito Deus-ex-Machina. Una pena.
2 comentarios:
Espléndida critica y descripción. Tal vez más que un final supuestamente feliz se pretende obligar al espectador a tomar decisiones e interpretar lo que ha visto. Disfrute mucho lo que aparenta ser una serie de terror que realmente envuelve un drama coral doloroso, una infancia que marcó los comportamientos y las dependencias de los protagonistas.
Paco, muchas gracias por tu comentario. Muy sugerente eso que dices de que el espectador se ve obligado a decidir qué es lo que realmente ha visto:¿serie de terror o drama?
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