Cuando leo libros como el presente, confieso que me surgen dudas sobre mi capacidad para entender, disfrutar o sentir la literatura. Y mira que llevo libros leídos y disfrutados (y detestados) en mi vida.
Pero, claro, ante esta novela tan premiada, tan reconocida, tan sensacional y tan alabada, que me haya quedado tal cual al leerla... ¿Será que no tengo ni idea?
El caso es que Milena Busquets es hija de la fundadora de la editorial homónima, y quizá por ello sus críticos sean especialmente amables, la han visto crecer y serán amigos suyos o de su madre, o se deberán muchos favores. Y tampoco es que el libro sea malo, no, es simplemente que me ha parecido "delmón" (como decíamos de pequeños, "del mon..tón del mercadillo".
El libro nos narra los días posteriores a la muerte de la madre de la protagonista, Blanca, que los cuenta en primera persona. En este sentido, es un claro homenaje a la madre, quizá a la propia madre de la escritora. Prueba de ello es el estilo vocativo que usa muchas veces en relación con su madre. Son precisamente las páginas de homenaje directo las que más valiosas se muestran en esta novela, un par al principio y otro par al final. Ese homenaje, esas reflexiones iniciales, son estupendas y hacen brotar grandes esperanzas sobre lo que va a ser la novela, que sin embargo no se llegan a satisfacer. Es aquí donde nos dice que es imposible simular una cara de ilusión o una de preocupación, cuando afirma que el sexo es la solución para todo, o cuando dice respecto a uno de sus maridos que "nos conocimos tras el primer hijo".
Después entramos en una serie de secuencias en su Cadaqués natal, en la que transluce con claridad la obsesión de la protagonista por el sexo, por los hombres (dos ex-maridos, un amante, dos flirts, todos ellos juntos en Cadaqués, a la vez que sus hijos y dos amigas, todo super-realista) y por la ropa. No perderá oportunidad Milena de detallar cómo visten los protagonistas de su novela, sobre todo las féminas. Por cierto, ¿cuántos ex-maridos?: "Sólo dos. Lo normal para una persona de mi edad con inquietudes". Me estoy haciendo viejo.
Y por esos derroteros seguirá toda la novela: "Lo contrario de la muerte no es la vida, es el sexo."O la interesante: "El amor nos salva, pero también el trabajo, la ambición, el esfuerzo y la curiosidad".
Tenemos también un momento Cenicienta en la relación de Blanca con el misterioso Marti, desconocido presente en el entierro de la madre. Y alguna magnífica comparación: "El mar está como un plato y brilla como si todas las estrellas de la noche anterior se hubiesen caído dentro."
Pero básicamente el relato se arrastra sin demasiado interés hasta esas páginas finales en que vuelve al homenaje directo, mucho más explícito, a su madre, un momento realmente emotivo. Y se cierra con un Epílogo en que nos relata el cuento chino que le contaba su madre y del que surge la frase que da título a la novela. Que, por cierto, a mí me recuerda a la canción final del musical Avenue Q: "It is only for now".
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