Como soy un maníatico de la completitud, cuando me gusta algo lo agoto. Y acaba de ser el turno de Baron Sacha Cohen. Ya había visto sus pelis El dictador y Borat, con gran disfrute. Hace un mes, vi su última serie Who is America?, y otra de sus pelis "Brunö". Ahora, por fin, le tocaba a la serie que es el origen de todo lo anterior, la clásica Da Ali G Show.
El esquema es el ya conocido en los trabajos de este actor, salvo que aquí es el origen del formato. En este caso, Sacha Cohen se caracteriza como tres personajes, los cuales darán lugar a las posteriores películas antes citadas: Ali G, un rapero ignorante que viene de Inglaterra; Borat, el famoso presentador kazajo; y Bruno, el modelo austriaco con tendencias homosexuales.
Cada episodio consta de una parte dedicada a Bruno, otra a Borat, y varios formatos desarrollados por Ali G, sea debate, entrevista y reportaje.
Y he de decir que la serie está francamente bien, es mucho más divertida que la posterior Who is America, precisamente por ser menos sofisticada y más ingenua. La diversión proviene de la ignorancia de los presentadores, que puede desatar el hastío, pero normalmente causa la ternura y la paciencia de los afectados. Como digo, hay momentos muy divertidos, y queda patente el respeto de los norteamericanos por todo el mundo, incluidos tipejos como estos a los que da vida Cohen. Un momento paradigmático es cuando Borat canta una larguísima versión del himno de Kazajistan antes de un partido de beisbol, con todos los espectadores pacientemente de pie. O la forma en que aguantan los saludos de Borat o Ali G.
Los momentos hilarantes, sin embargo, tienen como protagonista a Ali G, quien no pierde ocasión de mostrar su absoluta ignorancia ante los distintos personajes con que se relaciona. Me viene a la memoria el reportaje de la granja con el veterinario al que se empeña en confundir con un veterano.
O la propuesta de crear billetes con todos los importes posibles para facilitar los pagos. O cuando en un debate empiezan a hablar del homo sapiens y él se piensa que están hablando de homosexuales.
Como curiosidad, hay una entrevista a Donald Trump (mucho antes de que fuera presidente), breve porque rápidamente detecta que no hay negocio que hacer, y otra a Gore Vidal, al que pregunta por sus peinados (confundiéndolo con Vidal Sasoon).
En definitiva, una serie muy divertida, que lanzó a su creador a la fama con justicia. Consta de dos temporadas de seis capítulos de unos 25 minutos, aunque hay también muchos extras perdidos por Youtube.
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