El libro se lee bien, pero se queda mucho en la superficie. Por ejemplo, no hay nada de psicología evolutiva, que para mí es fundamental a la hora de establecer la base científica de estos fenómenos. Digamos en que los experimentos tienen demasiadas limitaciones con el estado actual del arte, como para poder ser concluyentes a menos que se complemeten con una explicación evolutiva. Creo que Kahneman reconoció hace poco los fallos en algunos de sus experimentos y conclusiones, lo cual le honra como científico. Y digo Kahneman porque es uno de los autores más citados por Hallinan en este libro. Y también porque creo que a este libro le hubiera sacado más partido de no tener ya a mis espaldas algunas lecturas más contundentes, como el Thinking Fast and Slow del ya citado, o The Righteous Mind, de Jonathan Haidt.
Los temas que trata son los habituales, y seguro que resultan familiares a todos los que tienen algún interés por la psicología.
Por ejemplo, las deficiencias de nuestra visión y como dejamos de ver muchas cosas y detalles sin ser conscientes de ello. Se refiere al caso de radiólogos y de vigilantes de seguridad en el aeropuerto, acostumbrados a buscar objetos que aparecen muy raramente en las imágenes que han de analizar. Precisamente como tienden a no ocurrir, su porcentaje de falsos negativos es terrible, o sea, es altísima la probabilidad de que no vean lo que van buscando cuando aparece. Las técnicas de Inteligencia Artificial van a ser de gran ayuda para reducir casi a cero estos falsos negativos.
También está el tema de lo que nos cuesta memorizar cosas sin significado (por ejemplo, nombres) y por eso tendemos a crear asociaciones que nos parezcan razonables. Nos es más fácil memorizar historias con sentido; eso a su vez ocasiona que nuestras decisiones puedan ser influidas inconscientemente por el contexto o por la forma en que se nos presentan. Ejemplo clásico es de dar a elegir opciones con en énfasis en el beneficio o en el riesgo.
Nos vemos a nosotros con gafas de color de rosa, nos cuesta reconocer errores incluso aunque se nos muestren de forma patente, y, como dice Hallinan "foresight became better in hindsight"( o sea, nos parece que prevemos mejor cuando miramos al pasado, el famoso "lo sabía"). Desmonta la posibilidad de la multitarea (pero no se lo digáis a ninguna mujer), a la que califica de espejismo; recuerda el concepto de "anchoring" (esto es, ser el primero en dar un número en una negociación, o en otros conceptos), y también habla de los peligros del exceso de confianza en sí mismo, contra lo que propone el "negative thinking" y además pone a Warren Buffet como ejemplo de una persona de gran éxito, pero que sigue admitiendo que se puede equivocar.
Precisamente a los expertos les mete esta pullita, basada en estudios experimentales: “experts and non-experts alike were only slightly more accurate than one would expect from chance. The key difference between the two was in their respective levels of modesty."Eso sí, luego les da el margen diciendo que lo relevante en los expertos es que practican, y mucho, lo que les hace incomparablemente más eficientes en la identificación temprana de patrones en su área de expertise.
Creo que el espíritu del librito está suficientemente claro. Ahora bien, transparente de vez en cuando esa desconfianza patológica en las empresas, como subyace en las valoraciones que hace de muchas conductas de empresas, como si éstas se estuvieran aprovechando de estos "fallos" psicológicos, estuvieran explotando por esa vía a sus clientes (por ejemplo, en el caso de los gimnasios o de las tarjetas de regalo).
Me quedo con el ejemplo de los precios en determinados supermercados. Resulta que unos colegas se pusieron a estudiar los efectos de comparar y publicar los precios de determinados productos en distintas tiendas. ¿Qué encontraron? Muy obvio: los precios de los productos observados tendían a bajar. Pero, claro, al mismo tiempo, el de los no observados tendía a subir. La valoración implícita es que eso está mal, que están como engañando a los clientes al principio, y que podrían bajar los precios y seguir ganando dinero, como lo han hecho en respuesta a la publicación.
Pero claro, eso no tiene en cuenta diversas consideraciones, como que las tiendas tienen que mantener sus ingresos y su rentabilidad, lo que les fuerza a buscar fuentes alternativas de ingresos si pierden, por las razones que sean, los que tienen. Y que la búsqueda de información tiene coste: una tienda puede mantener un precio más alto para un producto si el cliente no está dispuesto a incurrir en el coste de mirar en otras tiendas porque no le compensa el ahorro esperado; pero la cosa cambia mucho si de repente el cliente no tiene que incurrir en esos costes porque un grupo de académicos les hace el trabajo.En suma, tenemos un librito de cierto interés, con un leve sesgo ideológico, cuya lectura me cuesta recomendar a estas alturas. Quien esté interesado en temas psicológicos hará mucho mejor empezando con el ya citado "Thinking fast and slow" de Kahneman,
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