viernes, 29 de diciembre de 2023

Todo se desmorona ("Things fall Apart"), de Chinua Achebe

 No me apetecía mucho darle confianza a la literatura nigeriana, pues mi experiencia previa con Wole Soyinka, premio Nobel de literatura, no había sido demasiado voyante (ver aquí y aquí). Pero como la novela era corta y ya la tenía en el Kindle, me dije que poco podía perder y me animé.

Gran decisión. Chinua Achebe es un gran escritor que nos narra una historia apasionante por muchas razones. Es tan buen escritor, que me ha parecido el Amin Maalouf nigeriano, capaz de usar un estilo narrativo propio que te traslada a la Nigeria dónde transcurre la narración, que se te cuenta como si lo estuvieran haciendo los ancianos de la tribu.

Achebe nos cuenta la historia de los Umuofia, usando como centro uno de sus personajes notables, Okonkwo, trabajador y orgulloso de las costumbres y vida de su clan. No es toda la historia en sentido convencional, pero tampoco cabe tener mucha más historia de la que nos cuenta Achebe, pues estas tribus parecen detenidas en el tiempo. Y aunque lo que Achebe cuenta ocurre a principios del siglo XX, cualquiera de las cosas que hace la tribu parecen haber evolucionado muy poco durante milenios Algunos adelantos tecnológicos sí han incorporado, como el machete o la pistola, pero todas las costumbres parecen remontarse al principio de los tiempos.

Es precisamente a dichas costumbres a las que Achebe dedica la primera de las dos partes del libro. En un relato apasionante, en que veremos matrimonios, castigos, funerales y juicios tribales, tal como los celebran y los han celebrado, trufado por perlas de sabiduía Umuofia y relatos que pasan de padres a hijos. Se trasta de una narración muy costumbrista, con pocos sucesos que hagan avanzar el relato.

Por ejemplo, he aquí la estructura de las viviendas: "He had a large compound enclosed by a thick wall of red earth. His own hut, or obi, stood immediately behind the only gate in the red walls. Each of his three wives had her own hut, which together formed a half moon behind the obi. The barn was built against one end of the red walls, and long stacks of yam stood out prosperously in it. At the opposite end of the compound was a shed for the goats, and each wife built a small attachment to her hut for the hens. Near the barn was a small house, the "medicine house" or shrine where Okonkwo kept the wooden symbols of his personal god and of his ancestral spirits."

Nos habla de sus trabajos y sus comidas, muy basadas en un vegetal llamado yam: "Yam, the king of crops, was a very exacting king. For three or four moons it demanded hard work and constant attention from cockcrow till the chickens went back to roost." Su dieta es tan peculiar que la llegada de una plaga de langostas en saludada con alborozo: "They settled on every tree and on every blade of grass, they settled on the roofs and covered the bare ground. Mighty tree branches broke away under them, and the whole country became the brown- earth colour of the vast, hungry swarm."

De especial valor me han parecido los cuentecillos y dichos tradicionales, que Achebe incardina magistralmente en la narración, lo que es clave para la magia que desprende esta lectura: "Mosquito, she had said, had asked Ear to marry him, whereupon Ear fell on the floor in uncontrollable laughter. "How much longer do you think you will live?" she asked. "You are already a skeleton.""

Sobre todo, tiene importancia la descripción que hace su religión y creencias. Por supuesto, hay que ser respectuoso con ellas, al mismo tiempo que se reconoce que su irracionalidad posiblemente causa perjuicios a la comunidad o a los individuos de una forma absurda, Así, la costumbre de abandonar a los gemelos recién nacidos a su suerte, o el castigo que se le impone a Okonkwo por un accidente.

Son estas creencias supersticiosas, sin base, precisamente las que van a causar que todo se desmorone, como dice el título, cuando estas tribus entran en contacto con el hombre blanco inglés, inicialmente con los misioneros, pero luego también con sus costumbres y específicamente su sistema judicial. Esto es lo que se cuenta en la segunda parte,

Okonkwo se convierte, ahora sí, en el protagonista de la historia, comenzando por ese accidente que trastoca casi completamente su vida: "His life had been ruled by a great passion-- to become one of the lords of the clan. That had been his life- spring. And he had all but achieved it. Then everything had been broken. He had been cast out of his clan like a fish onto a dry, sandy beach, panting."

Pese a todo, y pese a la irracionalidad de su castigo, seguirá apegado a sus tradiciones, en las que apuesta por prosperar, lo que le llevará precisamente a ser el más opuesto a la colonización de los blancos, y al final trágico que se intuye desde mediados del libro.

Y es que "The white man is very clever. He came quietly and peaceably with his religion. We were amused at his foolishness and allowed him to stay. Now he has won our brothers, and our clan can no longer act like one. He has put a knife on the things that held us together and we have fallen apart."" El sistema judicial inglés castiga alguna de las tradiciones Umuofia con la prisión o la muerte, por ejemplo el abandono de recién nacidos, o manifestaciones de justicia tradicionales. Lógicamente, los afectados entre los indígenas son los más propensos a pasarse al lado de las costumbres blancas, y eso abre el cisma a que se refiere la frase anterior. Lo que ocurre cuando la costumbre parece arbitraria, esto es, con las que se deben a supersticiones.

Es muy llamativo que los cristianos impongan su fe a estas tribus basándose, paradójicamente, en su mayor conocimiento científico y no en la existencia de un Dios realmente superior. Lo que convence a los Umuofia que se convierten es que la iglesia construida sobre el Evil Forest no se derrumba a los 28 días. En este contexto, es muy interesante a la par que deliciosa la convesación que mantienen uno de los sabios de la tribu con uno de los misioneros, sobre sus respectivas religiones.

En fin, se trata de un libro redondo, muy bien escrito y con temas para la reflexión y el disfrute. Para mí, todo un descubrimiento, que me llevará a leer en breve las otras dos novelas del autor que componen su trilogía africana, y cuyos títulos dejo aquí para el interesado: Arrow of God, y No longer at ease










jueves, 28 de diciembre de 2023

The happiest refugee, de Ahn Do

Segundo intento en pocos meses de leer algo interesante sobre Vietnam, y segundo fracaso. No tengo suerte con los escritores vietnamitas. El primer fue The sympathiser, y me resultó un truño pese al interesante comienzo. Por cierto, que debo ser de los pocos a los que no le gustó, porque parece que van a sacar una serie.

Sin arredrame por el fracaso, lo he intentado de nuevo con este Ahn Do. ¿De dónde lo he sacado? En uno de los capítulos de la serie australiada "Utopia", una especie de "Parks & Recreation", se hace referencia a este tipo como alguien divertido. Me quedé con el nombre, y buscando un poco en Internet apareció este libro, que yo supuse sería lo que le había lanzado a la fama. Es una suposición equivocada, que tendría repercusiones sobre el interés de la lectura.

A priori el libro pintaba francamente bien. Ahn Do huyó de Vietnam a los dos años, en una barca atestada por sus familiares. Y este libro es su biografía, contada con tintes humorísticos. El dato de que huyó con dos años lo descubrí leyendo el libro, con lo que parte de mi expectativa, conocer cómo era la vida en Vietnam antes de la guerra o con los comunistas, quedó bastante reducida. No obstante, seguía siendo una lectura atractiva.

Pero el problema principal viene de que, en realidad, este libro no lanzó a la fama a Ahn Do, sino que es, más bien, su esfuerzo por capitalizar la fama que ha adquirido como comediante. Vamos, que el señor Do ya era una celebrity antes de escribir el libro. Por lo que esta novela es como si me pongo a leer la biografía de José Mota.

Hombre, con la diferencia de que Mota no tuvo que huir de Vietnam, y aquí es precisamente donde radica el interés de esta lectura, que queda confinado a sus primeros capítulos. En primer lugar, tenemos la gesta épica de la huida de Vietnam en un barco, repleto de 30 personas, que no solo tendrá que esquivar a las patrulleras comunistas en el delta del Mekong, sino que se verá confrontada por piratas en dos ocasiones, siendo este el verdadero peligro. En todo caso, Ahn Do no cuenta esto de primera mano, como es lógico, aunque lo viviera con dos años. Hasta aquí se nos cuenta lo poco que se nos va a contar de la vida en Vietnam con la guerra o con los comunistas: "Up until 1975 when the communists took over, it was legal for traders to sell goods on the trains in Saigon. But since the end of the war the communists have made all trade that isn’t documented with government papers illegal."

Luego la narración pasa a la infancia de Do como refugiado en Australia ("A quick word of advice for any immigrants moving to a new country: before sending your children to school, please ask the immigration authorities if any of your names are a local word for ‘poo’."), con los ciclos típicos de la fortuna. Es destacable el rol del padre, verdadero emprendedor y que será capaz de insuflar dicho espírtitu en sus hijos. Me gustan varias de sus lecciones, por ejemplo esta, cuando hacen fiesta familiar para celebrar que Do NO ha sido elegido capitán de la clase: "If the worst happens, if you lose and fail, but you still celebrate coming second because you’ve given it a red hot go, there is no need to fear failure." Combinado con la tolerancia de sus padres: "They always had mammoth dreams for us, but at the same time they never put us under any pressure."

Ese espíritu emprendedor aflora muchas veces en la novela, y me hace gracia que revele a Do el proceso de imitación de los emprendedores que limita las posibilidades de los monopolios, algo que sin embargo nuestros politicos parecen desconocer, ya que se empeñan en regularlos y crear así las barreras de entrada de cuya carencia se queja Do: "The only problem with having a monopoly and raking it in was that soon other entrepreneurial hippies noticed. Within a few months there were five other stalls selling crystals and crystal jewellery. My market dominance was crumbling and I needed an edge"

A partir del momento en que Do empieza a decicarse a la comedia, relativamente pronto, la novela pierde todo el interés y empieza a ser una especie de "Tbis is us" en que todos somos mega-guays y buenas personas, y la vida nos sonrie porque somos cool. Se dedica a contarnos los programas en que participa, cómo enchufa a su madre en un evento, o que le dan a su hermano Khoa el premio al mejor joven australiano del año (!). Todo esto se me ha hecho insoportable.

Y si por lo menos fuera divertido, hubiera disfrutado el libro por igual, Pero, lo siento, es que las cosas que cuenta este señor no me hacen gracia. Como, en general, no me suelen hacer gracia los comicos de monólogos. Este no iba a ser menos.

En cuanto al estilo, no es una narración biográfica al uso, sino más bien una colección de anecdotas con las que el autor trata de hacernos sonreir o reir. Las anecdotas no están aisladas y se cuentan con cierta cronología, por lo que sí se queda uno un poco con cómo ha sido la vida de Do, si es que a alguien le interesa.

Aunque este libro fue premiado como libro del año en Australia (lo que revela el potencial literario del continente). a mí Ahn Do me ha parecido un escritor mediocre, y tengo claro que este libro fue para ganarse un dinerillo extra apoyado en su fama. De hecho, no tiene arrestos en terminar la novela anunciando que ya está escribiendo una versión para niños con su mujer, y una segunda entrega, ahora con recuerdos de su hermano también. Supongo que no tardará en hacer un tercero con las recetas de cocina de su madre. Mientras se vendan, que no decaiga.

Yo, por mi parte, asumo que he perdido el tiempo con esta lectura.  

miércoles, 27 de diciembre de 2023

Maldita Roma, de Santiago Posteguillo

Las obras de Posteguillo tienen prioridad sobre cualquier otra lectura (con la excepción de Juego de Tronos, si es que alguna ver Martin se digna a publicar las restantes entregas) y este "Maldita Roma" me lo he leído según me enteré de que se publicaba.

Para quien no siga al autor, estamos ante la segunda entrega de la serie que dedica a Julio César, de la que leí ya la primera en su momento. Allí la historia terminó con Julio César exiliado y un conflicto larvado en Hispania tras huir el lugarteniente de Mario, Sertorio, a la península ibérica. Aquí retoma Posteguillo la historia, que tiene como fondo el conflicto entre los optimates y la facción que Posteguillo llama los populares. Los primeros defienden los privilegios de los ciudadanos romanos viejos, mientras que los segundos quieren extender los derechos de la ciudadanía a otras capas de la población, incluyendo más allá de Roma.

Contra este fondo, Posteguillo nos ofreca una voluminosa novela que supera las 1000 páginas. No hay que preocuparse demasiado por la extensión, porque la historia es apasionante y el autor la cuenta muy bien, Solo llamo la atención sobre dicha extensión porque, pese a todo, la sensación que se tiene que Posteguillo apenas profundiza en lo que nos cuenta, sino que se limita a quemar etapas hasta llegar al comienzo del tercer volumen en que cubrirá la guerra de las Galias, y en el que imagino que se saldrá, pues le esperan espectaculares batallas que contarnos. Y todos los lectores de Posteguillo sabemos que este es su punto fuerte, la narración cinemática de batallas.

Y es que durante esta novela se cubren las guerras Sertorias (entre Pompeyo y Sertorio), la rebelión de Espartaco o la limpieza de piratas del Mediterráneo, sin olvidar las proezas de Pompeyo por el oriente, que casi le llevan al mar Caspio tras atravesar la actual Georgia, la Iberia Caucásica. Si esto parece poco, no hay que olvidar que hay que ir presentando a Cleopatra, y qne en las intrigas del Senado hay que dejar brillar a Cicerón y al nuevo Catón.

O sea que hay material, de importancia, para dar y tomar. No es de extrañar pues que, pese a la extensión del libro, el lector se quede con la sensación de que "quien mucho abarca, poco aprieta".

Como siempre, me resultan de gran interés las breves incursiones en la descripción institucional que hace Posteguillo. Cómo se conseguía la separación de poderes, y como los afectados luchaban contra ella, con sus trapacerías y filibusterismos. Se ve muy claro en los momentos en que se plantea la aprobación de leyes en el Senado.

Específicamente, me ha llamado la atención la forma en que Sertorio consigue el apoyo en Hispania, algo jamás imaginado por ninguno de los políticos que nos gobiernan o pretenden hacerlo: "una de las primeras normas que aprobó ese Senado fue una reducción muy sustancial de los impuestos, y Sertorio la ha acatado. Eso le ha hecho muy popular en toda Hispania," Ello, porque "Sertorio había creado un nuevo Senado en Hispania, nuevas leyes, y los celtíberos apoyaban esas normas más justas, sin expolios de los recursos locales en beneficio de unos potentados que se refugiaban tras normas dictadas por ellos mismos en su Senado corrupto de Roma."

Y poco más. El final del libro está construido como el final de la temporada de una serie, dejándonos a cada uno de los protagonistas en sus puestos de salida para la tercera entrega, y evidencia ese gran talento narrativo de Posteguillo que poco aflora en las restantes páginas. Solo queda esperar con impaciencia la tercera entrega de la saga (quien no pueda esperar siempre podrá leer la obra de Julio César, o más recientemente a McCollough).

Cierro llamando la atención sobre esta frase, en la parte final del libro, que no me resisto a traer aquí: "Cicerón había hablado con Pompeyo y aquél le había compartido su idea de que la Galia acabaría con César, pero a él siempre le gustaba tener un plan alternativo."

Tu quoque, fili mi!!!



"



martes, 26 de diciembre de 2023

El hombre que ríe ("L'homme qui rit"), de Victor Hugo

Cómo escribe el señor Victor Hugo, una verdadera pasada. Es pura pasión desatada y con él te hace subir y bajar. Una verdadera delicia leer sus novelas, y esta no es la excepción, No me atrevo a afirmar que sea el mejor escritor de la historia, pero sí creo que es el mejor escritor en francés.

Pero lo cierto es que cuando uno deja de quedar obnubilido por sus frases y su emoción, y es capaz de reflexionar sobre lo que Hugo le ha contado, se descubre el verdadero punto débil del gran escritor francés: lo que cuenta es un folletín tendente a la chorrada. Es algo que ya experimenté con su obra magna, "Les Miserables", y que, por supuesto, es mucho más acusado en novelas secundarias como esta que con tanto entusiasmo he empezado a glosar.

Gynplaine es ese "hombre que ríe" que da título al libro, y tal nombre se debe a la sonrisa eterna que le dejaron de pequeño, en una costumbre bárbara de la época por la que se alteraban cuerpos y rostros de los recién nacidos para satisfacer determinadas necesidades de los poderosos. La protagonista es Dea, una niña, ciega, con la que se encontrará a poco de empezar la historia. El tercero es discordia es una especie de buhonero-charlatán llamando Ursus, el Jean Valjean de esta historia.

Los tres son personajes improbables, y juntos tejen una telenovela más improbable aún, con algunas escenas absurdas, a la par que otras memorables, que solo se salvan por el poder narrativo de Victor Hugo. Entre las mejores escenas de la novela está el interrogatorio estilo inquisición que le hacen al protagonista en Londres, donde tenemos esta frase "Pour avoir peur de la magistrature, il suffit d'avoir peur; il n'est pas nécessaire d'être coupable.". También dejo aquí un párrafo espectacular procedente de la escena:

"A moins qu'il ne te plaise expirer ici pendant des heures, des jours et des semaines, et agoniser longtemps d'une épouvantable agonie affamée et fécale, sous le poids de ces pierres, seul dans ce souterrain, délaissé, oublié, aboli, donné à manger aux rats et aux belettes, mordu par les bêtes des ténèbres, tandis qu'on ira et viendra, et qu'on achètera et qu'on vendra, et que les voitures rouleront dans la rue au- dessus de ta tête; à moins qu'il ne te convienne de râler sans rémission au fond de ce désespoir, grinçant, pleurant, blasphémant, sans un médecin pour apaiser tes plaies, sans un prêtre pour offrir le verre d'eau divin à ton âme; oh! à moins que tu ne veuilles sentir lentement éclore à tes lèvres l'écume affreuse du sépulcre,"

La escena inicial fija el tono del libro. Hugo se explayará hasta la saciedad contándonos el abandono de Gwynplain en la península de Portland (al sur de Inglaterra) y sus primeros y difíciles pasos bajo el viento de invierno, que no obstante le llevarán a rescatar a Dea y a encontrar el carromato de Ursus cuando ya todos los damos por pérdido.

En paralelo, se nos narra con todo lujo de detalles, casi remolino a remolino, la travesía de los "comprachicos" vascos que han abandonado al niño. Travesía que no va a ningún lado pues culmina en naufragio del que solo restará una botella con un mensaje explicando la ascendencia del chaval. Y, con esto, habremos leído la tercera parte de una novela de unas 800 páginas.

Y es que Hugo se recrea en las escenas que conforman su historia, que por otro lado son escasas. Me recuerda un poco a la prolijidad de la escena en que Mario espia a los revolucionarios subido en una mesa y a través de un agujero en la pared, hablo de Les Miserables claro. Esa recreación, insisto, solo se salva con la fuerza que tiene su narración.

Algunos ejemplos de esas escenas iniciales.

"«L'or perd annuellement par le frottement un quatorze centième de son volume; c'est ce qu'on nomme le frai; d'où il suit que, sur quatorze cent millions d'or circulant par toute la terre, il se perd tous les ans un million. Ce million d'or s'en va en poussière, s'envole, flotte, est atome, devient respirable, charge, dose, leste et appesantit les consciences, et s'amalgame avec l'âme des riches qu'il rend superbes et avec l'âme des pauvres qu'il rend farouches."

"Il y avait de la science et de la subtilité dans la construction de l'ourque, mais c'était de la science ignorante et de la subtilité barbare."

"La marée pourtant, c'est éternel; mais l'éternité obéit à l'homme plus qu'on ne croit."

"Rien ne fait le coeur de pierre comme d'être chaudement entre deux draps."

Y ahora un par de párrafos de aquí y allá:

"A l'angle des vieilles mappemondes du quinzième siècle, on trouve un large espace vague sans forme et sans nom où sont écrits ces trois mots: Hic sunt leones. Ce coin sombre est aussi dans l'homme. Les passions rôdent et grondent quelque part en nous, et l'on peut dire aussi d'un côt obscur de notre âme: Il y a ici des lions."

"Londres, à tout prendre, est une ville qui a du bon. Avoir dédi une cathédrale à saint Paul, c'est de la bravoure. Le vrai saint cathédral est saint Pierre. Saint Paul est suspect d'imagination, et, en matière ecclésiastique, imagination signifie hérésie."

Un aspecto que me atrae enormemente de Hugo es su vena revolucionaria, anárquica si se quiere, aunque yo creo que el se hubiera limitado a reconocerse como repúblicano. Destaca el párrafo siguiente, en que bastaría sustituir el protagonismo del rey por el de los políticos para que fuera completamente actual:

"Une habitude idiote qu'ont les peuples, c'est d'attribuer au roi ce qu'ils font. Ils se battent. A qui la gloire? au roi. Ils paient. Qui est magnifique? le roi. Et le peuple l'aime d'être si riche. Le roi reçoit des pauvres un écu et rend aux pauvres un liard. Qu'il est généreux! Le colosse piédestal contemple le pygmée fardeau. Que Myrmidon est grand! il est sur mon dos. Un nain a un excellent moyen d'être plus haut qu'un géant, c'est de se jucher sur ses épaules. Mais que le géant laisse faire, c'est là le singulier; et qu'il admire la grandeur du nain, c'est là le bête."

Por último, me resultan muy interesantes los conocimientos jurídicos de Hugo, que desliza en repetidas ocasiones en su narración. Hay varias reflexios sobre el sistema legal y judicial inglés en comparación con los continentales, con la preponderancia de la costumbre, En particular, gracias a Hugo descubro de donde viene lo de los "circuits" estadounidenses, nombre que siempre me ha llamado la atención, Hugo lo aclara en esta frase, que dejo aquí a modo de recordatorio.

"Le magistrat ambulant existe en Angleterre; il s'appelle juge de circuit, et rien n'était plus simple que de voir dans ce carrosse le véhicule d'un magistrat en tournée."

Está claro que he disfrutado enormemente con esta lectura, y que no puedo dejar de recomendarla. Eso sí, el lector que me haga caso, no repare demasiado en los detalles de la trama que le cuenta Victor Hugo para que no se le quede cara de tonto.