Como a muchas lecturas, llego a esta casi aleatoriamente buscando algo que leer en francés. La reseña de la contracubierta era prometedora, daba a entender que era un nuevo estilo de novela policíada, y con eso me bastó. Luego resulta que a Leo Malet se le tiene como al padre de la novela negra francesa, que bastantes de sus novelas se han traducido a español (aunque no sé si esta), y que incluso se han hecho varias películas sobre sus obras. Más aún, hay una serie de novela gráfica sobre Nestor Burma, con Jacques Tardi como ilustrador, que parece más conocida que las novelas. Y por si fuera poco, Leo Malet se autocalifica de "anarquista conservador".
La novela que comento pensé que era la primera con el detective Nestor Burma, pero es sin embargo la cuarta de la serie. La primera es una llamada "120, rue de la Gare" que sí está traducida al español, y que quizá debiera leer antes de completar mi juicio sobre el autor. La tengo ya preparada y es corta, por lo que seguramente no tardaré en leerla.
Pero no será porque esta me haya gustado. Me ha parecido una novelilla insulsa de las que ni fu ni fa. La empecé con cierto entusiasmo porque el tonillo irónico me recordaba al detective anónimo de tantas novelas de Eduardo Mendoza, de quien pienso que el amigo Nestor Burma es un predecesor lejano y hasta posible inspiración del escritor barcelonés. Pero eso es todo.
Conforme la trama se fue complicando se fue a la vez haciendo un poco absurda, y ni personajes ni historia ni estilo fueron capaces de mantenerme interesado. Tirando de oficio terminé el libro y poco más me queda por decir.
Dejo aquí algunas de las frases que al comienzo del libro me invitaron al optimismo sobre esta lectura:
"Que deux équipes de moutards de quinze ans se disputent à coups de poings quelques excellentes places d’un bon rapport dans la vente des journaux cela pouvait, quoique symptomatique du fâcheux état d’esprit de la jeunesse de la zone, paraître divertissant, mais de là à imaginer un règlement de compte, « comme chez les grands », avec revolvers ou autres armes, non."
"Je décrochai le téléphone et appelai Artrigol. En dépit de son nom de médicament, ce gars est loin d’être un emplâtre."
Sobre una exposición del artista Theron: "Théron est un drôle de corps. Il convoque tout Paris, sauf les critiques d’art. Sa dernière exposition fut présentée par un ancien boxeur."
Cierro con esta, ya más avanzado el libro, pero que la podría haber escrito Mendoza: "Mon poing atteignit l’adolescent au menton. Il alla voir si la femme de ménage avait oublié de la poussière dans l’angle ouest de la chambre."
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