Jeremy Clarkson es un fenómeno en su tierra natal de Reino Unido, pero yo no había oído habler de él ni remotamente hasta que observé una serie llamada Clarkson's Farm en Amazon Prime, con la exuberante puntuación de 9.4 en IMDB. A ello se unió la recomendación de mi hijo, por lo que me puse a verla pese a que el tópico no me atraía. La serie es ciertamente entretenida y en algunos casos formativa, pero en otros muchos me parece una cantada, y en ningún caso entendía como podía tener esa puntuación.
Todo quedó explicado por los fans que debe de tener el tipo en Inglaterra, dondo es un conocidísimo presentado de programas sobre coches y todo tipo de vehículos. De hecho, la serie sobre su granja, Diddly-Squat, traiciona repetidas veces dicha afición, desde el primer capítulo y el tractor que se compra.
Pero las sorpresas no cesan, y me encontré con que el tipo tiene además un montón de libros publicados que entran en la categoría de humor. No es secreto que el humor británico es una de mis debilidades, y Clarkson es un tipo con salidas divertidas, lo que había podido observar en su serie. Abrí el primero que pillé, y me encontré en la portada mensajes confirmando mi elección tipo "Nº 1 Best Seller" y "Extremely funny" para el Daily Telegraph. Claro que muchos de los libros de Clarkson llevan los mismos mensajes, lo que no sorprende con el primero, pero es más llamativo que al Daily Telegraph siempre le parezcan "Extremely funny".
Lo que me he encontrado es una lectura muy ligera, que no pasa del mero pasatiempo, casi pierde-tiempo. Clarkson nos cuenta algunas de sus observaciones en los doce países que visitó durante el rodaje de la serie homónima del libro, que incluyen Islandia, Japón o la India, junto con Suiza, Italia o el propio UK. Los que han contado los países que visita se deben de pensar que Tejas y Michigan son dos países distintos, porque sino las cuentas no salen.
Las observaciones de Clarkson son de una superficialidad pasmosa (para que me queje del pobre Reverte), salvo cuando hablar de vehículos, en que si se nota tanto su entusiasmo como su saber. Eso sí, todo lo cuenta con cierto humor muy sostenido en la exageración ("You’re fairly safe in there too because armed guards outnumber visitors by 200 to 1.") y la comparación ingeniosa ("And off we went in search of camels who, it is said, have the intelligence of a nineyearold child. Like hunting in Britain, therefore, the prey is brighter than the pursuer."). Es algo que funciona durante unas pocas páginas, pero luego se hace cansino y hasta exasperante. No te puede parecer todo lo "más" durante 200 páginas.
Y ya está. No sé si sus libros habrán mejorado con el tiempo, pero no lo voy a comprobar. Tienen toda la pinta de ser corolarios de sus series dedicados a sus fanes insaciables, con la ventaja de que le supondrán una pingüe adición a sus ingresos. Lo digo porque veo que tiene también un libro por cada una de las temporadas que lleva la citada Clarkson's Farm.
Eso sí, unas cuantas veces consigue que el lector se ría, y quizá hasta emita una carcajada. Dejo algunos de estos momentos antes de cerrar la entrada.
"‘We have a speed limit in Italy, of course. It is the top speed of your car.’"
"I found myself wondering, as I strolled round the museum dedicated to the revolution, if Castro and Guevara could possibly have foreseen that one day their people would be asked, by their government, to eat grass." (el libro es de 1994, sería interesante ver cómo encuentra ahora Cuba el señor Clarkson)"I guess if Jesus wanted to come to earth again for a bit of a poke around, Iceland makes sense– lots of fishing, no one bats an eyelid when you walk on water, bikers who look like disciples anyway."
"In India the horn is ‘your air bag, your sideimpact bars, your safety belt and your antilock brakes, all rolled into one little button. You’d better use it liberally.’"
"I’m always staggered when I consider that we have a fleet of nuclear submarines but no motorways in East Anglia." (hablando de Reino Unido)
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