En este libro, la autora nos cuenta su infancia y adolescencia en la Albania del fin de la dictadura comunista y el tránsito a la democracia. Un tema muyinteresante, como siempre me lo resultan las historias sobre la vida real en esos terribles regímenes, con el aliciente adicional de tratarse de Albania, un país sobre el que resulta difícil encontrar literatura. El libro se sube a la ola de la moda que está adquiriendo para los turistas el pequeño país balcánico, en parte porque sus precios aún no se han subido tan a la parra como los de sus vecinos.
El libro tiene dos partes, como cabe esperar: la primera hasta el final de la dictadura comunista en 1990, y la segunda a partir de ese momento hasta que la autora abandona el país para irse a estudiar a Italia.
En la primera parte no ocurre nada que sorprenda a quien ya esté familiarizado con la forma de vida en las dictaduras comunistas: las colas para comprar cualquier cosas, en ocasiones de días, o las colas como señal de que hay, o se piensa que va a haber, pasteles en la pastelería; el miedo a opiniar sobre el dictador, Enver Hoxha, y sobre todo a que te traicione inconscientemente la niña; o las referencias a las prisionese políticas, camufladas, en este caso, en supuestas carreras universitarias.
Según Ypi, "We studied nature with the eyes of Darwin and history with the eyes of Marx. We distinguished between science and myth, reason and prejudice, healthy doubt and dogmatic superstition." O sea, que en el colegio les formaban científicamente con la historia a través de los ojos de Marx, Volveré más adelante sobre esto. Otro de los momentos estelares es la pelea con los vecinos por causa de la una lata, vacia, de Coca Cola, que al parecer era un refinado símbolo de distinción durante el Comunismo.
Tampoco es algo nuevo el engaño en que viven inmersas las poblaciones de los países con estos regímenes. En Corea del Norte se pensaron hasta principios del siglo XXI que el resto de los países estaban peor que ellos, hasta que comenzaron a ver luces al otro lado de la frontera con China. Aquí, una de las fantasias es que en los países capitalistas los niños no podían viajar por estar oprimidos y humillados, mientras que "We knew it was difficult for us to travel abroad because we were surrounded by enemies. Moreover, our holidays were subsidized by the Party. Perhaps one day the Party would be powerful enough to have defeated all our enemies, and would pay for everyone to travel abroad too."
Cuando por fin cae la dictadura, Ypi descubrirá que su familia es de la antigua burguesía, con su padre descendiente del malvado rey que había precedido a los comunistas, y musulmana de religión. En todo caso, lo que sorprende de esta primera parte es la ligereza con que Ypi trata todas estas cosas que cuenta, que imagino ahora le parecerán objetivamente terribles. Aunque se puede comprender porque, al fin y al cabo, los acontecimientos los veía con ojos infantiles.
Pero es que va a resultar que esa comprensión que destila con lo ocurrido durante la tiranía comunista, se le agota con relativa rapidez al hablar de los años de transicion, en la que se transparenta bastante más amargura. La frase siguiente es casi el resumen de esta parte, en la que transluce el esceptecismo de la autora: "our planned economy was considered to be the equivalent of madness. The cure was a transformative monetary policy: balancing budgets, liberalizing prices, eliminating government subsidies, privatizing the state sector, and opening up the economy to foreign trade and direct investment. The market’s behaviour would then adjust itself, and the emerging capitalist institutions would become efficient without great need for central coordination."
Lo que percibe la señora Ypi es que aquello no funciona o tarda en funcionar y a sus padres metidos en política. Su madre, activista y libertaria de libro, tiene que ceder la representación al padre, que es más moderado en las formas y más popular por la gestión "humana" que ha hecho de algunas empresas. El término "reformas estructurales" sobrevuela todo este periodo como un buitre, algo que da mucho miedo pero que hay que hacer. Y todo esto concluye con la desaparición de los ahorros de muchos albanos, que se los habían confiado a empresas piramidales. Según Ypi esta fue la causa de la Guerra Civil de 1997, que hizo huir a su madre con su hermano a Italia, y a ella vivir en constante incertidumbre por la vida de su padre parlamentario.
Para Ypi, "It was like being back in 1990. There was the same chaos, the same sense of uncertainty, the same collapse of the state, the same economic disaster. But with one difference. In 1990, we had nothing but hope. In 1997, we lost that too." O sea, que ya se habia puesto a prueba un régimen liberal en Albania y había fracasado. Ni marxismo ni libertad son la solución, parece decirnos.
Desconozco lo que ocurrió en Albania en esos años fatídicos para la autora, quien tan poco da mucha información sobre el funcionamiento del régimen. Por ejemplo, sería interesante saber hasta qué punto seguían enredando los prebostes comunistas y con qué recursos. ¿De verdad habían cedido el poder pacífica y completamente? ¿Por qué no cuenta nada más sobre los esquemas piramidales, quién los montó ?¿Es verosimil achacar al colapso de estos lo que ella llama la Guerra Civil? (Aunque a mí no me extraña, porque imagino que una gorda se montará el día que colapsen nuestros sistemas de pensiones, que, recordémosle a Ypi, son también esquemas pirámidales).
Pero, vamos, poco a poco se quita la careta la señora Ypi y nos va descubriendo su verdadero rostro. Al menos, nos los descubre a aquellos que no la conocíamos cuando nos cuenta que explica el marxismo a sus alumnos, y nos enteramos de que es una de las académicas izquierdistas más relevantes del momento.
"My family equated socialism with denial: the denial of who they wanted to be, of the right to make mistakes and learn from them, to explore the world on one’s own terms. I equated liberalism with broken promises, the destruction of solidarity, the right to inherit privilege, selfish enrichment, cultivating illusions while turning a blind eye to injustice."
En suma, que para esta señora la percepción del marxismo o del liberalismo es simplemente una cuestión personal, de las experiencias que uno tenga. Da igual lo que muestren la historia y la ciencia sobre las consecuencias de cada uno de los sistemas, lo que vale es la experiencia que cada uno tenga. Una posición muy woke (según aprendí hace poco aqui) y muy de izquierdas.
Ideologías aparte, el problema de este libro es que cuenta poca cosa interesante. En realidad, la vida de Ypi no es demasiado llamativa, y ni siquiera aprovecha para iluminarnos algo sobre las costumbres y paisajes de su tierra natal. Por cierto, ella es de Durres, y se refiere a un señor carente de miembros con el que creo que me crucé en mi viaje por el país en 2005. Algo que no olvido porque el tipo estaba en medio de una carretera con coches moviéndose en ambas direcciones, por lo que pensé que, aparte de cojo y manco, estaba como una cabra, y precisamente era en la entrada a Durres.
En mi opinión, si no fuera porque la autora es de izquierdas, este libro no hubiera trascendido lo más mínimo, y ni en sueños se hubiera traducido. Que trate alguien de blanquear la dictadura de Franco y ya veremos cuántas veces sale su libro en The Economist.
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