sábado, 9 de noviembre de 2024

1177 a.C, el año que la civilización se derrumbó ("1177 BC, the Year Civilization Collapsed"), de Eric H. Cline

Estamos ante un ensayo más sobre arqueología que sobre historia antigua, aunque el título no sea claro. Lo que no significa que la obra no sea apasionante, más bien al contrario. Es la primera vez que leo algo así y me ha encantado, aunque quizá no le haya sacado tanto provecho como pensaba.

El señor Cline es un reconocido arqueólogo y un experto en la Edad de Bronce. En este libro, más que contarnos por qué colapsaron las civilizaciones de la Edad de Bronce, algo que nadie, ni siquiera él, sabe, nos cuenta las evidencias arqueológicas que demuestran la globalización del mundo de la época (esto es, del Mediterráneo Oriental) así como las otras que muestran la destrucción de las capitales de las distintas sociedades. Estas, si bien no ocurrieron en 1177, sí coincidieron en el entorno de dicho año. La fecha convencional del fin de la Edad de Bronce quedó establecida en dicho año por un documento de Ramses III refiriéndose a las llamadas "Gentes del Mar", a las que los historiadores atribuyeron la caída de estas civilizaciones durante muchos años.

Lo bueno es que para contarnos dichas evidencias arqueológicas nos hace acompañarle a importantes yacimientos arqueológicos en los que nos cuenta cómo se puede deducir la historia de lo que allí se descubre, Varios de estos yacimientos los he visitado: en algunos de ellos el atractivo es evidente y no necesita mayor explicación (Hattusa, Micenas. Knosos), mientras que otros no son tan interesantes para el visitante casual, y gracias a este libro se pueden poner en valor (Tirins, Troya, Tel Hazor, Tel Megiddo). Cline te cuenta incluso la historia de las excavaciones en ellos realizadas, algunas de las cuales son verdaderos hitos de la arqueología,

Las civilizaciones que protagonizan el relato son "Hittites, Egyptians, Mitannians, Kassites/ Babylonians, Assyrians, Cypriots, Canaanites, Minoans, y Mycenaeans", estos últimos tras invadir Creta. En esta lista falta la ciudad de Ugarit, cuyo descubrimiento tuvo un papel importantísimo para esclarecer lo ocurrido, pues era una especie de hub entre las otras civilizaciones.

Lo primero que nos muestra Cline es que se trataba de un mundo muy globalizado, en que todas estas áreas comerciaban intensamente entre sí. La prueba arqueológica consiste en que en las excavaciones de todos los sitios se han encontrado objetos provenientes de las otras sociedades. Además, como bien explica Cline, no hay que olvidar de que mucho de lo que se intercambiaría serían productos perecederos que no dejan rastro arqueológico.

A los objetos hay que añadir el contenido de muchos documentos hayados en tres sitios principalmente: Ugarit, Amarna (Egipto) y Hattusa. En ellos se nos habla de los pactos e incluso matrimonios ocurridos entre los distintos países. Asimismo, es muy interesante la referencia al intercambio cultural que se produciría entre los viajeros comerciantes: "Such an exchange between cultures could possibly explain the similarities between the Epic of Gilgamesh and Homer’s later Iliad and Odyssey, and between the Hittite Myth of Kumarbi and Hesiod’s later Theogony."

Cline llama la atención sobre la batalla de Qadesh ocurrida entre Egipto y los Hititas, que cerraría el periodo bélico y dejaría estabilizadas las fronteras para todo el periodo. En el mismo capítulo aprovecha para discutir la presencia de los Hititas en la guerra de Troya, y para analizar el Éxodo Hebreo de Egipto, el conocidísimo episodio bíblico de Moises, del que nos dice no existir evidencia arqueológica alguna de que haya sucedido.

Una vez establecido que estábamos ante un mundo globalizado, Cline nos demuestra arqueológicamente, las posibles causas de la destrucción de los sitios de poder analizados. En algunos casos parece claro que fueron terremotos (los sitios del Egeo), en otros podrían haber sido rebeliones internas (porque aparecen pruebas de incendios), en otros quizá fue una invasión como la de las Gentes del Mar (por ejemplo, cuando se encuentran flechas clavadas en las paredes), y en otros no hay pruebas concluyentes en ningún sentido. Las destrucciones ocurrieron en un rango de un siglo en torno a la fecha admitida como fin de la Edad de Bronce que da título al libro.

A partir de aquí, el arqueólogo riguroso y científico que nos ha acompañado en el libro, se transforma en especulador sobre qué pudo ocurrir, un papel en el que a Cline se le nota bastante incómodo, y termina huyendo hacia cosas como la teoría de la complejidad de sistemas. Lo que sorprende en extremo en esta parte final es que no conceda posibilidad alguna a explicaciones praxeológicas, ya que no menciona la economía salvo para decir verdaderas tonterías (citando a terceros). Ya había demostrado ignorancia sobre la materia en los capítulos iniciales, cuando nos dice que "The items had traveled a long way from Crete, acquiring what is now known as “distance value,” in addition to the inherent value that they already held because of the workmanship and the materials from which they were made.". Solo recordar que las cosas no tienen valor inherente o de distancia, solo el subjetivo que le damos las personas.

Pero, claro, al final salen burradas como "He suggests that dependence, or perhaps overdependence, on capitalist enterprise, and specifically long-distance trade, may have contributed to the economic instability seen at the end of the Late Bronze Age." o "the destruction and collapse had been caused by decentralized entrepreneurs undermining the state and its control of international trade.". Insisto en que no son sus hipótesis, pero tampoco las critica lo más mínimo. De hecho, Cline parece pensar que las rutas internacionales de comercio son una creación divina independiente de los emprendedores.

En todo caso, no desmerece lo más mínimo la lectura por estas cosas. Por lo demás, el estilo de Cline combina amenidad con rigor (en torno al 40% del libro son notas a pie con las referencias en que base sus afirmaciones, o sea, ilegibles), e incluso algún deje de humor, como cuando pone la traducción al inglés de un texto acadio "For those few readers not conversant with Akkadian".

En suma, que ya me he puesto a leer la siguiente entrega del señor: "After 1177 B.C: The survival of civilizations" y me estoy planteando seriamente leer su tratado sobre arqueología "Three stones make a wall".

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