Me gusta explorar aleatoriamente lecturas. Es algo que me toca muchas veces hacer buscando qué leer en francés o alemán, aunque históricamente lo he practicado mucho con el inglés. Cuando lees un libro sin referencias previas, algunas veces te llevas una gran sorpresa y descubres un escritos que para a ser de tus preferidos. La mayor parte de las veces te encuentras con un libro decente, peros sin el interés suficiente para que profundices en el autor. Y otras, tan excepcionales como las primeras, terminas leyendo un texto que básicamente supone una pérdida de tiempo en casi todas las dimensiones.
Esto último es lo que me ha pasado esta vez. A priori, el tema prometía: un antiguo miembro de los servicios secretos franceses (la DGSE. o "la Boîte", como la llaman los funcionarios) describe el funcionamiento de los mismos, con ejemplos prácticos. El prólogo ya invita a sospechar que no va a haber demasiada carnaza, cuando el autor afirma ser un devoto del departamento y que lo único que busca es dar transparencia al mismo. Vamos, que no a va a soltar chicha, por lo que el foco de interés será solamente ver cómo funciona. Y cuando uno avanza un poco más se da cuenta que ni eso, y que esta lectura solo servirá para practicar frances (de aquí que sea en estos idiomas en los que uno se puede permitir arriesgar su tiempo).
Hay muchas razones por las que este libro es prescindible. Una de ellas es porque aborda asuntos franceses y además antiguos (es libro es de 2009, pero algunas historias se remontan hasta la Resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial). Rara vez le sonarán al lector español la gente de la que habla, en ocasiones con familiaridad. En esto, solo se anima algo al final, cuando habla de una investigación sobre la voz de Bin Laden, o sobre las fotos-satélite de Irak que probaban que no había la amenaza que afirmaban los EEUU que existía, y que en parte hicieron que Francia no diera su apoyo al conflicto. También hay referencias al que tal vez fue el caso más escandaloso del departamenteo, el atentado contra el barco Rainbow Warrior de Greenpeace.
Otra razón es porque los trabajos que cuenta son bastante irrelevantes, como ya había anunciado en el prólogo. Quiere que sepamos lo que hacen, pero con cosas cuya importacia es difícil de percibir. Más bien, se centra en actividades y movidas propias de burócratas, que al fin y al cabo es lo que son los espias en su mayor parte, funcionarios con sus celos y problemas propios de cualquier Administración Pública. Pero es que Siramy (que, por cierto, es un seudónimo del autor, que lógicamente se mantiene en el anonimato) ni siquiera es capaz de transmitir por qué eso que nos cuenta es tan escandaloso. Lo único que me queda claro es que los espias no están libres de injerencias políticas, ("je me sens capable de démontrer que son haut commandement dépend strictement des intentions des politiques, nobles ou pas.") y que en muchas ocasiones se ha ignorado información relevante por dichas razones ("Dans ce métier il faut savoir s'impliquer pleinement dans une affaire et admettre, sans sourciller, qu'il faut l'abandonner, même si elle n'est pas bouclée.").
Del funcionamiento del servicio de información, rescato este párrafo explicativo para los aprendices de espia:
"Examinons d'abord les informations utilisées par les rédacteurs : la presse, en premier lieu, qui diffuse des informations dites « ouvertes », c'est- à- dire accessibles à tous, permettant d'avoir une idée du contexte général, voire des brèves qui pourraient mériter d'être recoupées. Ensuite sont épluchés les messages des postes et des officiers traitants qui, après une orientation envoyée par l'analyste, transmettent en réponse les éléments qu'ils ont été recueillir tout exprès, sans oublier les interceptions de la Direction technique ou des écoutes sur des objectifs domiciliés sur le territoire national. Enfin, les commentaires d'un homologue étranger, un Totem, ou d'un service de police avec lequel la DGSE a des relations, sont eux aussi analysés."
Entre las cosas más interesantes que se desprenden de lo que nos cuenta el autor está algo que se observa en cualquier buena serie de espias: que no te puedes fiar de nadie, empezando por tus compañeros, y que en el mundo de los espias todas las agencias se espian unas a otras. El problema de Siramy aquí es que no acaba de rematar la faena con casos concretos.
Por último, es un libro regularmente escrito. Los tres factores juntos hacen que este libro sea un rollo, lo más rollo que he leído en meses. Lo que al inició prometía ser una especie de "Oficina de infiltrados" (Le Bureau des Légendes, la magnífica seria francesa sobre espionaje), se queda en nada burocrática.
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