Como tengo oportunidad de decir cada vez que termino uno de sus libros, Maalouf es uno de mis escritores preferidos en lengua francesa, de quien he leído absolutamente todo. Por desgracia, las últimas obras que he leído, o que ha escrito, ya no eran sus maravillosas novelas, sino mas bien ensayos. Así ha sido con las lecturas más recientes de él, que son las únicas que recojo en el blog: El naufragio de las civilizaciones y la bastante anterior Las cruzadas vistas por los árabes.
De hecho, uno de los grandes elogios que puedo hacer de una novela es que su estilo me recuerda a Maaloug. Así lo hice con las excelentes Ali y Nino, de Kurban Said, o Todo se desmorona, del nigeriano Chinua Achebe. Vuelvo a recomendarlas aquí.
Pero la obra que nos ocupa no es novela, sino ensayo. Parece que Maalouf ha abandonado el género que le hizo famoso, y ahora prefiere reflexionar sobre el devenir de la sociedad actual, lo que hace desde una excepcional atalaya, dado su profundo contacto con las culturas orientales y el Islam. Así que, cuanto menos, cabe esperar de él un enfoque original.
En este libro, Maalouf reflexiona sobre el modelo de sociedad de occidente, básicamente el establecido por los Estados Unidos, y analiza las alternativas que pudieron ser y no fueron. Menos mal que después de todo el repaso concluye que estamos en el mejor mundo, pese a todos los defectos que se pueda encontrar en la sociedad americana,
Las alternativas para Maalouf pudieron venir de tres países: Japón, la Rusia soviética, y China. Y lo que hace es contarnos una breve historia de las tres potencias, acompañada de la de EEUU, a la que califica como la ciudadela de occidente.
Aunque igual la historia que nos cuenta no sea demasiado rigurosa, lo hace con ese estilo brillante que le caracteriza, con lo que el libro no es que se lea, es que se devora. No creo que merezca la pena detenarme sobre detalles. De la que más he aprendido, por desconocimiento, es de la de Japón. La de Rusia y la URSS la conozco bastante mejor, y no me ha descubierto demasiadas cosas Maalouf. Respecto a China, me ha ayudado a sistematizar lo que ocurrió a finales del XIX y principios del XX: por fin he sitúado las guerras del Opio, y el papel jugado por Mao Zedong antes de hacer de aquello una república comunista.
Quizá la sorpresa más grande me la he llevado con EEUU, donde Maalouf encuentra como mayor problema los conflictos raciales con los negros ("un échec tout aussi étonnant, et qui demeure, pour les États- Unis, jusqu’à ce jour, une tache, et même une tare : leur affligeante incapacité à résoudre la question raciale."), y nos traza una interesante historia con la que podemos entender bastantes cosas de la sociedad americana. Y es que, me parece, la problemática allí es sui generis en comparación con el resto del mundo.
Dejo algunos párrafos que explican el origen del problema, que parecía resuelto tras la victoria de los federales en la Guerra Civil y la abolición de la esclavitud.
"La raison de cette impasse, c’était que la Louisiane, la Floride et la Caroline du Sud avaient « retenu » leurs votes jusqu’à ce qu’on accepte leurs conditions, qui étaient de mettre fin à la reconstruction, de retirer les troupes nordistes qui stationnaient encore dans les États sudistes, et de reconnaître à ces derniers le droit de gérer désormais « leurs » affaires sans que le pouvoir fédéral puisse s’en mêler."
Como consecuencia de estas concesiones, "Le territoire de l’ancienne Confédération devint une zone de non- droit, où une partie significative de la population était privée des attributs de la citoyenneté comme de tous ses droits civiques. Et où l’on imposa une ségrégation raciale systématique dans les écoles, les administrations, les lieux de résidence, les transports publics, etc. Des hordes de Blancs pratiquaient des lynchages en toute impunité, tandis qu’un larcin commis par un gamin « de couleur » pouvait le conduire à la chaise électrique."
Eso en los estados del sur. Pero, en general, esto es lo que ve Maalouf que ocurrió:
"Bien entendu, cette « neutralité » n’avait pas, pour les deux communautés raciales, des conséquences similaires. Les Blancs étaient déjà au pouvoir, dans tous les domaines et depuis plusieurs générations. Ils tenaient solidement l’administration, l’économie, les écoles, les tribunaux, les journaux, les forces de sécurité et tout le reste. Sans doute les Noirs étaient-ils tout aussi motivés pour se battre, mais ils n’en avaient absolument pas les moyens. C’est comme si, sur un ring, l’arbitre avait annoncé que tous les coups étaient désormais permis, sans se préoccuper du fait que l’un des deux boxeurs avait les mains et les pieds menottés."
Maalouf recoge el ejemplo de Woodrow Wilson, el preclaro presidente norteamericano que redefinió las reglas internacionales tras la primera Guerra Mundial, con el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Lo que nos aclara Maalouf es que "quand Wilson parlait du droit à l’autodétermination, il avait à l’esprit les nations d’Europe centrale et orientale, qui ne supportaient plus l’autorité des Russes, des Autrichiens, ou des Turcs ; jamais il ne songeait aux « peuples de couleur »". Porque, en el fondo, Wilson creía en la superioridad de los blancos sobre las demás razas, a las que había que tutelar: "Chez la grande majorité des gens, les lettrés comme les illettrés, les progressistes comme les conservateurs, il y avait une vision hiérarchisée des races, et Wilson ne faisait pas exception à la règle." Todo ello compatible con el progresismo y el feminismo de Wilson.
Mucho material para la reflexión, vamos. El epílogo es muy poco interesante, con las esperadas alusiones al cambio climático o la IA, y también con la esperada conclusión de que todo tiene solución siempre que aceptemos que en este momento estamos "extraviados". Por suerte, aquí se queda Maalouf y no se dedica a proponer soluciones.
Aunque el libro me ha gustado bastante, y me parece recomendable, no quiero dejar sin mencionar su principal problema y que casi hace que lo deje de leer a poco de empezar. Se refleha en párrafos como el siguiente, referido a la expansión geográfica de Europa: "Dans les décennies suivantes, tous les océans seraient sillonnés par des capitaines, des aventuriers, des négociants, des botanistes et des missionnaires venus de Gênes, de Venise, de Porto, de Bristol, d’Amsterdam ou de Saint- Malo. Une vaste entreprise d’exploration, de colonisation, d’exploitation et de conquête, qui allait faire de l’Europe occidentale, pour des siècles, le centre politique, économique et intellectuel de la planète."
¿Nadie echa de menos algo? ¿La ausencia de referencias a España es negligencia, ignorancia o simplemente chauvinismo francés de un libanés? A ver, yo le doy el beneficio de la duda, y por eso seguí la lectura. En general, este desconocimiento no se hace patente en el resto del libro, aunque vuelve a haber alguna morcilla, como cuando se refiere al nacimiento de EEUU ("Il n’était pas facile pour une nation émergente de préserver sa neutralité face aux puissants empires européens qui avaient pris l’habitude d’obtenir, de gré ou de force, tout ce qu’ils désiraient."), pero afirmando que dichas potencias europeas eran Inglaterra y Francia. ¿Qué posesiones tenian entre las dos que pudieran incomodar a la nueva nación?
Bueno, prefiero no seguir con esto, que me quitaría el buen sabor de boca que me dejó al final este libro.