Por si a alguien le quedaba alguna duda sobre el funcionamiento de la justicia en nuestro país, ahí están nuestros políticos para mostrarnos con todo su rostro (no especifico de quien) aquello en lo que pretendidamente se funda nuestra igualdad como ciudadanos. Vaya tela.
¿Pues no se acaban de repartir el pastel? La justicia, sí, pero para los demás. Nosotros nos ponemos de acuerdo y quedamos por encima de la justicia, gobierne quien gobierne. Con el reparto que han hecho del Consejo General del Poder Judicial, van a poder enchironar a quien les dé la gana, y ellos sin hacerse pupa. Me recuerda al viejo chiste del mafioso que va al dentista, cuya descripción detallada me ahorro por lo escatalógico, pero que termina con la manida frase de "Usted y yo no nos vamos a hacer daño, ¿verdad?". Pues eso, PSOE y PP se ponen de acuerdo en luchar, pero sin hacerse daño, que corrupción puede surgir en ambos bandos.
Ya he comentado en otras entradas que la justicia no puede funcionar en Matrix. Los argumentos que he empleado han sido fundamentalmente económicos: sin la disciplina que impone el mercado, es estructuralmente imposible que ningún servicio funcione. Los servicios son prestados por seres humanos, necesariamente imperfectos, que solo dan lo mejor de sí en un entorno de libre mercado.
Lógicamente, a un Gobierno le interesa una justicia débil. Y controlada. Por ambas razones, no cabe esperar su privatización o similar. Eso sí, pese a todo, hay quien argumenta que en el cualquier caso los servicios judiciales han de ser suministrados por el Estado.
Al argumento económico, puedo añadir otro basado en las lecturas de Juvenal, de corte más filosófico, pero igualmente interesante. Y perfectamente consistente con el económico. Para Juvenal, es imposible que el poder que emana de una sola fuente (la mayoría, en una democracia) se divida de forma que pueda quedar compensado. En este sentido, la única posibilidad de una justicia fuerte es, precisamente, que tenga un origen distinto del poder legislativo. Dicho de otra forma, la justicia, para poder hacer su papel en la sociedad y oponerse al Gobierno, debe encontrar sus fuentes de poder en un lugar distinto de la "mayoría".
Claro, que la gran trampa desde la Revolución Francesa hasta aquí es creernos lo de la separación de poderes, cuando realmente todos se concentran en la "mayoría", específicamente en sus elegidos por sufragio universal.
En fin, esta escenificación es necesariamente parte de los tubos de Matrix. Por eso llama la atención que PP y PSOE hagan unas jugadas tan burdas con las que corren el riesgo de que a más y más gente se les desprendan los tubos y aterricen en la realidad.
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