Es difícil hacerse una idea de cómo de fastidiadas están las cosas en el aspecto económico. Sobre todo, es engañoso confiarse a la mayoría de los indicadores macroeconómicos, tipo PIB o IPC, para hacerse una idea de cómo está la cosa.
Por ejemplo, la crisis es un secreto a voces desde mediados de 2007. Pero, claro, el agregado calculado por nuestro gobierno y denominado Producto Interior Bruto (PIB), seguía creciendo. Así que, supongo, la gente tendía a pensar que el problema era suyo, no general. Eso sí, ahora que por fin el PIB muestra un decrecimiento, en coherencia con la realidad que se vive desde hace un tiempo, a los periodistas se les llena la boca con eso de que ya estamos "oficialmente" en recesión. Ya veis qué chorrada.
Y del IPC, qué decir. No sé cómo estarán definidas sus cestas, pero está claro que los españoles solo compramos gasolina. Baja el petróleo, baja el IPC; sube el petróleo, sube el IPC. Eso sí, quien vaya a la tienda, como un servidor hace, todo lo ve más caro, y raro es lo que baja. Si miro los servicios públicos, todos han subido, y más que el absurdo IPC. Así que no sé muy bien cuál es esa "amenaza" de deflación. Sin contar con que, por mucho que nos vendan una bajada de inflación al 0,9%, sigue suponiendo una subida de precios en el año 2008, no una bajada. Baja la inflación, no los precios.
Dicho esto, un indicador que sí me parecía fiable sobre el avance de la crisis es el número de desempleados. En este indicador, después de todo, no hace falta hacer componendas para sumar peras con manzanas: se agregan unidades de desempleados, y sale un número que sí indica lo que quiere indicar. Ya nos habíamos enterado de que, de todas formas, al Gobierno se le ha ocurrido cómo falsificar un poco el indicador, que si sumo a unos y a otros no.
Pero a lo que voy es a que, aún así, el citado indicador parece sobreestimar la bondad de la situación, porque solo reconoce los parados oficiales, que han conseguido terminar normalmente con sus empresas. Pero, al parecer, hay un gran número de personas que están en situaciones irregulares. Por ejemplo, porque su empresa no les paga desde hace tiempo, o porque han desaparecido los dueños, o por otras razones.
Estas personas no están todavía contabilizadas en ningún lado. Y, sin embargo, son a todos los efectos parados. Además, su situación puede ser especialmente dramática, pues al estar sus contratos en vigor, no pueden inscribirse en el paro. Pero tampoco están cobrando de su empresa. Supongo que la situación tiene salida, pero tiene pinta de que la gente en esta situación no va a cobrar indemnización por despido, ni sus salarios debidos, y que tendrán problemas para inscribirse en el paro (máxime en la situación actual), puesto que no contarán con el certificado de empresa que se precisa para solicitar la prestación por desempleo.
Porque la cuestión, para todos los trabajadores, es que a fin de mes necesitan el cash en su cuenta. Y por mucho que tengan trabajo, si la empresa que los ha contratado no tiene caja (por ejemplo, porque le debe pasta un ayuntamiento, o una de esas empresas a las que les permiten no declarar su verdadera situación de quiebra), no podrán cobrar su nómina. Pero tampoco el paro. ¿Y cuánto se puede aguantar en estos puestos de trabajo virtuales, en unas empresas medio zombi?
¿Dónde están contadas todas estas víctimas de la crisis?
1 comentario:
Te dejo un par de vídeos sobre el riesgo de hiperinflación en los EE.UU.:
http://www.youtube.com/watch?v=62Vsgl6SUZ0&eurl=http://www.facebook.com/home.php
http://www.youtube.com/watch?v=eNVPKtVg4wk&feature=related
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