viernes, 26 de marzo de 2021

I will teach you to be rich, de Ramit Sethi

Si en la entrada de ayer confesaba que me había pasado la lectura de "Der Sternsteinhof" preguntándome qué hacía leyendo esa novela, es imaginable mi síndrome leyendo el que ahora comento. Se trata de un libro de autoayuda (nunca leo esta clase de libros, a mí no me hacen falta ;-)), sobre finanzas y dirigido a jóvenes, específicamente norteamericanos. Así que no encajo en el perfil de lector objetivo por ninguna de las dimensiones (salvo la de joven, de espíritu en este caso).

Pero me lo he leído. Y, ni me se me ha hecho pesado, ni completamente inútil, así que no juzgo esta lectura tiempo perdido. ¿Qué alicientes tenía a priori? Pues ver algo más de cómo invertir sin tener que complicarse la vida, y, sobre todo, disfrutar del estilo ingenuo -agresivo del autor, algo que imagino es propio de los libros de autoayuda y más de los americanos. Un botón de muestra: "As you can see, I don’t have a lot of sympathy for people who complain about their situation in life but do nothing about it. That’s why I wrote this book!" Otro: "Do you think eight out of every ten have a budget? I doubt eight out of ten could even name the planet we’re on".

Quizá sea por esta búsqueda de fomentar la acción que utiliza en general cifras exageradas en sus cuentas, al menos a mí me lo han parecido. Por ejemplo, esta: "Just call your credit card and ask for the trip-cancellation insurance to kick in, and they’ll cover those change fees—usually between $3,000 to $10,000 per trip." Me cuesta creer que te puedas ahorrar esas cantidades. Asimismo, me parece exagerada la rentabilidad media que asume para sus fondos, que pone por defecto en un 8%. Claro, cuando compones tus inversiones a ese tipo, te haces millonario a toda velocidad. Pero yo dudo que eso se puede obtener regularmente con inversión pasiva, y más metiendo en el mix fondos de deuda estatal, con rentabilidades muy bajas, cuando no cero.

Lo primero que ha de quedar claro es que la riqueza a que se refiere Sethi es subjetiva: "It’s different for everyone, and money is just a small part of being rich." Con esto en mente, no es de extrañar que concluya "If I could hope for one thing from this book, it would be that you become a master of conscious spending—and then apply those skills to helping those around you." O sea, que no gastemos a tontas y a locas, y que gastemos tanto como queramos en lo que nos gusta sin ningún tipo de complejo, siempre que sea un gasto consciente.

El autor propone un plan práctico de 6 semanas, que empieza con la eliminación de las deudas en tarjetas de crédito. Es este capítulo el más largo del libro, y muestra así cuál es el principal problema que tiene el ciudadano americano medio. Al mismo tiempo, completamente carente de interés para mí. Como ocurre con los siguientes, casi hasta que se llega a la parte de inversiones, que es la sexta y última semana.

Me ha llamado la atención la variedad de instrumentos de ahorro fiscal que tienen en EEUU en comparación con lo que hay en España. Por desgracia para nosotros, claro. Aparte del 401K, que es como los planes de pensiones corporativos, tienen una cosa llamada fondos ROTH IRA, en los que puedes meter dinero y cuando liquidas el fondo, en la jubilación, no hay que pagar impuestos, Ningún impuesto. Además, puedes escoger en qué plan de pensiones poner tu dinero, cosa que no ocurre con los 401Ks españoles.

Como decía, la parte que más me interesaba era la del final del plan de Sethi. La anticipa con un entretenido capítulo sobre el mito de los expertos financieros. con el que no se puede estar más de acuerdo. Allí, él confronta invertir con escoger acciones (u otro tipo de activos) y concluye que la gente normal, que no quiere dedicar su vida a ser inversor, debe optar por fondos indexados con la menor comisión posible (recomienda Vanguard para esto), aportar una cantidad mensual de en torno al 10% de los ingresos y olvidarse del tema.

Para más sofisticación, su recomendación serían los ""target date” funds", en los que el gestor reasigna automáticamente los fondos disponibles entre distintas opciones de riesgo/rentabilidad, según la edad del inversor. Esto es, a los jóvenes les asigna más renta variable, y esta fracción se va reduciendo conforma aumenta la edad.

A mí, la verdad, no me parece una gran idea, sobre todo porque asume que los fondos de deuda pública no tienen riesgo, lo que es mucho asumir como te dirá y documentará cualquier gestor de value. Y sin olvidar las recientes quitas de países como Grecia o Argentina. Vamos, que yo, con todos los respetos, creo que es mejor opción meterlo todo en fondos indexados a algún índice bursátil. Aún así, no haría las cuentas sobre un 8% de rentabilidad media anual como hace él, pues me parece poco realista, por mucho que históricamente lo calcules y salga.

Luego está el tema de los impuestos. Para Sethi, siendo un tipo práctico, lo que hay que hacer es acomodarse y pensar en el papel social que tienen y que sería imposible la convivencia sin ellos. Ello no quita en mi opinión que sean un robo y que esto deba denunciarse cada vez que se habla de impuestos. Si son tan estupendos, ¿por qué Sethi nos da ideas para pagar los mínimos posibles, y te cuenta lo del ROTH? Te dirá, es que eso es legal. Y le responderemos: o sea, que ahora las leyes fiscales son las que fijan la moralidad del latrocinio. Si la norma fiscal lo permite, se puede pagar menos y estar moralmente en lo correcto. Pero, bueno, es claro que Sethi no está para grandes reflexiones filosóficas, sino más bien para consejos prácticos y que puedas vivir una vida rica (lo digo sin ironía).

En todo caso, hay que agradecer al autor que comparta su experiencia y que lo haga de una forma tan cándida. Leer este libro es como hablar abiertamente con el autor, que te cuenta las cosas de manera muy directa: "For me, money represents hard work and luck. It also represents the opportunity to design our Rich Life—together.". Aún así, me cuesta recomendar esta lectura para el interesado español, y dudo de que esté traducido.

Cierro con dos rasgos de humor, de entre los muchos que tiene el libro:

"I can’t wait to do this to my future kids someday. They’re not even born yet and I’m already disappointed in them."

"When I meet people on a career path that will have them working more, not less, I’m always puzzled. That’s like being a real-life Mario Brother, where every level you beat means your life gets progressively more difficult."

Ah, y su consejo definitivo: "The single most important thing you can do to be rich is to start early." Empezar, empezar, aunque al principio no lo tengas 100% claro.



jueves, 25 de marzo de 2021

Der Sternsteinhof, de Ludwig Anzengruber

Me he pasado toda la lectura de este libro preguntándome porque lo estaba leyendo y no lo dejaba. Y, para mí sorpresa, resulta que el autor se pregunta lo mismo al final. "Der Leser hat eine Frage frei. Warum erzählt man solche Geschichten, die nur aufweisen, »wie es im Leben zugeht«? Ël se responde diciendo que estas historias de campesinos reflejan las mismas pasiones que tienen todos hombres y mujeres, pero de una forma más pura al estar libre de los ornatos que exige la Corte. Por supuesto, no es una respuesta que me valga a mí, pero ahí la dejo.

Y es que esta novela no es más que un culebrón, eso sí, dignificado por ser en alemán. Bueno, tampoco está tan claro que sea en alemán. Resulta que el autor, Anzengruber, es un escritor austriaco, por lo que son numerosos los vocablos que utiliza de tal procedencia. Pero lo peor no es eso: lo peor es que los diálogos entre los distintos personajes los transcribe fonéticamente (por ejemplo, "»Dös is mer z' fein. Ich weiß, de Assekuranz halt schon früher dö Hand unter, und dö soll mer ihr fülln.«"), lo que hace imposible apoyarse en diccionario para la lectura y estás solo ante el peligro si nol entiendes alguna palabra.

Así que es un libro realmente difícil de leer. A las dificultades propias del alemán de frases largas y palabras raras, se une además el problema de esta transcripción, comprensible además en el propósito del autor de escribir una novela rural, campestre. Ahora ya se entiende por qué he tenido tentaciones continúas de dejarlo.

Como digo, la historia es un culebrón. La protagonista principal es Helena Zinshofer. De ella se enamora Muckerl Kleebinder, que hace fortuna gracias a la talla de figuras de santos, y la saca de su pobre casa. Pero ello le permitirá mostrarse a los ojos de los demás habitantes del pueblo (Zwischenbühel) y, en particular, del hijo del rico del pueblo, que habita en ese "Sternsteinhof" que da título a la novela y domina desde la colina la aldea.

Para aceptarle como novio o lo que sea, Helena exige de Toni, que así se llama el muchacho, un juramento formal de matrimonio, que éste da. El problema es que a la hora de exigir la ejecución, el padre de Toni y dueño de la casona, se niega y amenaza con desheredarle. El matrimonio no se consuma, Helena queda deshonrada (la calificarán "mit einem Titel, der in aller Kürze das strikte Gegenteil einer Vestalin besagt"), y Toni se va a la guerra. Bueno, no sigo, que con estas pinceladas ya se sabe de qué va el tema, y tampoco se trata de hacer spoilers a quien se empeñe en leer la novela.

Un aspecto que parecía ir a ser más interesante es el de la vida del carpintero de imágenes, pero realmente se le da poca cancha. Hay un momento en que Toni le encarga una monumental columna ("»Das Ganze soll gleichsam a Säuln sein, oben mit der heilign Dreifaltigkeit drauf und unt z' Füßen links der heilige Antoni, rechts die heilig Rosalia, unsere zwei himmlischen Namenspatronen, so gwisserweis, als möchten s' just für uns fürbitten.") y parece que se va a incardinar en la trama, pero apenas lo hace, así que nada que rascar por ese lado.

Al estar centrado en las pasiones de los protagonistas, tampoco hay mucho espacio para descripciones bucólicas. Sin embargo, Anzengruber si utiliza la climatología para marcar el paso del tiempo: "ein Übel ist in dem Falle freilich der Schnee, denn der behält die Tritte auf mit allen Schuhnägelspuren und verrät, woher sie kamen und wohin sie gingen." o "verrät von all dem Sonnenschein, der ihn erwärmte, von den Regenschauern, die ihn erfrischten, von all dem, wie ihn im weiten oder engen die Welt ansprach."

Dejo algunas frases que me han gustado, empezando por dos mini -reflexiones filosóficas:
"der Stadt hätte man derlei nötiger als am Lande, dort wäre mehr Geld, aber auch mehr Gottlosigkeit,"
"die kurzlebigen Menschen denken nicht, wie viel an den Ewigkeiten, mit denen sie um sich werfen, oft eine kleine Spanne Zeit ändert."

Y otras dos que me gustan por su sonoridad. Ya se sabe que en alemán este recurso es mucho más habitual que en español. 
"wenn es nichts zu verhüllen hat als etwa das Lächeln über naive Geständnisse kindlicher Seelen und nicht das starre Erstaunen, das jähe Erschrecken, den fröstelnden Ekel über ungeahnte Laster, Missetaten und Gemeinheiten."
"Nun liegt er taub, hohl, ein Gehäuse, eine leere Hülse", donde las "h" transmiten casi físicamente que la casa se ha quedado vacia,

Obviamente, no voy a recomendar la lectura de esta novela. No creo siquiera que esté traducida a castellano. Solo al que esté muy interesado en entender la jerga de los campesinos austriacos podrá sacarle algo de partico.

domingo, 14 de marzo de 2021

Fracasología, de Elvira Roca Barea

Con Fracasología, Roca Barea vuelve a conseguir que uno se sienta orgulloso de ser español; o, mejor dicho, dota al español de muchas más razones para dicho orgullo de las que uno pueda tener o conocer. Su principal mérito es, como en "Imperiofobía y Leyenda Negra", desmontar mitos sobre la historia de España al mismo tiempo que desmonta, como parte necesaria, los existentes en la historia de otros países. Es algo en que doña Elvira se ha especializado y de lo que uno nunca se cansa de leer.

La tesis fundamental de Roca Barea es que en España predomina una visión negativa de nuestro país por una razón: la historia de España la escriben los extranjeros desde el siglo XVIII. Así, llama la atención sobre el gran número de hispanistas existentes, frente a la escasez de "anglicistas" o "galicistas". Esta historia se ha escrito muchas veces tratando de proteger los intereses locales frente a los extranjeros, lo que es perfectamente comprensible. No cabe esperar de un francés que escriba contra Francia (como el historiador Guizot "Y esto siendo él mismo hijo de un ciudadano decapitado, además de hugonote y también exiliado. Pero ni su condición de huérfano del Terror, ni su pertenencia a una minoría secularmente perseguida en Francia, ni el ostracismo en Inglaterra hicieron nunca escribir a Guizot sobre una Francia intolerante y fanática."), o que un inglés lo haga contra Inglaterra, o un norteamericano contra los EEUU. 

Lo que es llamativo y distintivo es que ese discurso negativo sea aceptado por el país destinatario de forma acríticas, y esto es lo que ha ocurrido en España. Lo que se enseña a los españoles de la historia de España es lo que han escrito franceses, alemanes e ingleses sobre España. ¿Por qué ocurre esto? Doña Elvira lo tiene muy claro: el origen del problema hay que buscarlo en la toma de poder por los Borbones tras la muerte de Carlos II.

Y es que los Borbones llegan con un discurso devastador para la anterior dinastía, la de los Austrias, como propaganda para legitimarse en el trono. Todo lo anterior está mal, es un desastre, y hay que reformarlo cuanto antes. Ninguno de los prohombres españoles del momento se atreverá a ir contra esta corriente so pena de no salir en la foto, esto es, quedarse fuera de los círculos del poder. Así pues, las élites del momento compran la mercancía averiada para mantenerse en el poder; ello conlleva la ruptura entre élites y resto de la población, que no obtienen ninguna ventaja de hacer la pelota a los franceses.

Como ejemplo, resulta muy ilustrativo el reinado de Carlos II. ¿Qué sabía yo de este monarca antes de leer Fracasología? Pues lo que casi todo el mundo: que estaba enfermo y degenerado por los lazos de consanguinidad de sus predecesores, y ni idea de lo que hizo durante su reinado. Pues resulta que dicho reinado duró la friolera de 35 años, lo que no está mal para un ser tan enfermizo como nos lo han pintado, y además mantuvo sin decadencia esa obra magna que es el Imperio Español, algo que no supieron hacer sus sucesores, tan modernos y reformistas ellos.

Dentro del mito contra las Austrias está la eliminación sistemática de todo el saber científico desarrollado durante su reinado. España, como potencia mundial, algo de ciencia desarrollaría. Por supuesto, tenemos la Escuela de Salamanca para economía, filosofía o derecho. Pero, ¿en ciencias puras no había nada? Resulta que sí, que había un gran número de "novatores" con importantes aportaciones científicas en muchísimos campos. Por ejemplo, Hugo de Omerique, citado por el mismo Newton debido a sus tratados sobre geometría. Otra gran aportación a la humanidad: "el calendario que hoy rige el mundo salió del trabajo de matemáticos y astrónomos de la Universidad de Salamanca en el siglo XVI." Como bien dice doña Elvira, si hubiera salido de una universidad británica o francesa hubiera llevado incorporado el patronímico (¿no tenemos el meridiano de Greenwich?), pero ya se encargaron los franceses de borrar toda atisbo de adelanto en la España que les precedía.

La situación se extiende hasta las Cortes de Cádiz, donde se origina, ni más ni menos, el constitucionalismo europeo mientras sufren el asedio napoleónico. De allí surgirá el liberalismo, de origen español incluida la palabra, y contra ello se situarán los "modernos" afrancesados defendiendo el régimen absolutista y privilegiado de la corona. Entre otras muchas figuras, destaca Roca la de un tal Torrero, un extremeño padre de la Constitución de Cádiz. El problema es que "Torrero es un centauro y no se le puede calificar de otro modo: un cura liberal. ¿A quién puede interesarle hoy, ideológicamente hablando, este hombre?" Y, claro, ningún intelectual español se atreve a reivindicar la figura.

Gran parte del esfuerzo de doña Elvira se dedica a demostrar que España es un país más, con sus capítulos negativos y positivos. O más bien, que los otros países tienen también sus capítulos negativos, muy negativos, muchas veces más negativos que España, pero jamás lo asumen con un fracaso histórico, sino como un paso necesario. Sus historiadores reconocen el hecho, pero no lo magnifican, como sí ocurre en España; esto es así, porque su historia la hacen ellos, no se la hacen.

Por ejemplo, doña Elvira se refiere al "fracaso" de las colonizaciones francesas, un verdadero desastre en todos los casos. Respecto a la parte americana de las mismas, nos cuenta, con su habitual ironía, algo que no sabía: "La aventura americana del país vecino dejó tras de sí tantas ciudades y universidades que todavía hoy causan asombro. Por poner un ejemplo, mencionaremos el Barrio Francés de Nueva Orleans, que se construyó durante la administración española de la Luisiana." Vamos, que ni el barrio francés de Nueva Orleans lo es realmente.

En la misma línea, no hay que perderse en análisis sobre "tolerancia" comparada, del que la España de los Austria sale muy bien parada, aunque no espere el lector que esto los hagan franceses, ingleses u holandeses, a los que se les hinchará la boca hablando de nuestra intolerancia. El padre Juan de Mariana es un buen ejemplo, que aquí sobrevivió a su glosa del tiranicidio, algo que jamás hubiera pasado en los otros países citados.

El premio a la hipocresía, no obstante, parece que habría que dárselo a la universidad de Stanford. Roca Barea nos cuenta con todo lujo de detalles la anexión de California a los EEUU y el genocidio indígena que llevaron a cabo los estadounidenses en ese Estado español hasta 1851. Y luego entra a saco con Leland Stanford, quien amasó su fortuna explotando a la mano de obra china, a la que traía esclavizada para tender ferrocarriles y a la que oprimía y discriminaba de todas las formas posibles gracias al poder político. Sí, este tipo, con una fortuna de tal catadura moral, fundó la universidad ante cuyo nombre muchos hacen genuflexiones. Pues bien, hace unos pocos años, sus responsables no tuvieron ningún problema en eliminar la calle dedicada a Fray Junípero Serra, este sí un señor personaje. Para doña Elvira lo más llamativo es que no hubiera ninguna protesta formal desde España, Baleares o México, lo que prueba, de alguna forma, que nuestras castas políticas siguen con sus complejos.

Por cierto, dentro del capítulo de la hipocresía norteamericana, no hay que perderse el origen de esto de arrancar cabelleras. Pista: no fue a los indios a quienes se les ocurrió.

Aunque el libro tiene grandes momentos, y el estilo de Elvira Roca Barea es adictivo, con su socarronería andaluza siempre presente, hay un par de cosas que no me han gustado. La primera es que da la sensación de que son ensayos dispersos, a los que se ha forzado una estructura hasta consumar una obra más o menos coherente; eso hace que haya bastantes ideas repetidas, e incluso algún que otro estrambote que no viene mucho a cuento (la sección dedicada al flamenco, por ejemplo, no acabo de ver para qué sirve).

Y la segunda tiene que ver, otra vez, con la teoría económica. No le gusta a doña Elvira la economía, (se queja de que la historia se está transformando en historia económica) y eso se trasluce en errores de bulto, como confundir las ideas del libre comercio con la eliminación del proteccionismo, como si solo fueran esto último y no mucho más. Y, claro, se queja de que nuestras élites comprarán esta mercancía y abrieran las fronteras del imperio al comercio con otros países, mientras los ingleses, defensores de la idea, mantenían sus monopolios. Me temo que aquí doña Elvira se columpia, y quizá explique por qué en un artículo de más extensión, porque aquí no es el momento. 

En la misma línea, le mete un viaje a Antonio Escohotado y su "Los Enemigos del Comercio" (por cierto, también Pérez Reverte se lleva el suyo a cuenta de la Enciclopedia Francesa, aunque no es tan brillante como la leche que le mete en Imperiofobia por el Gran Inquisidor de su capitán Alatriste). De lo que se queja es de que, según ella, Escohotado asume el discurso de la superioridad moral del protestantismo en el origen del capitalismo. Yo he leído la trilogía de Escohotado (aquíaquíaquí) y no creo que sea así. Más bien, creo que doña Elvira confunde el anticlericalismo manifiesto de Escohotado con un anticatolicismo. 

En todo caso, ello  no quita para que este libro deba de ser lectura obligatoria para todo español que quiera estar mediamente informado sobre nuestra historia. y quiera tener argumentos con los que responder a los guiris cuando digan chorradas.

sábado, 13 de marzo de 2021

Justicia sin Estado: La empresa de la ley ("The enterprise of law"), de Bruce L. Benson

Este es uno de los libros de obligada lectura para todo economista austriaco, y yo ya hacía tiempo que debía de haberlo leído. ¿Por qué? Porque trata de los límites del libre mercado, que tradicionalmente se ponen en la provisión de servicios como la defensa o la justicia, para los cuales siempre es muy difícil imaginar alternativas fuera del Gobierno, y más si no estás familiarizado con teoría económica.

Incluso para los economistas acostumbrados a defender el mercado como mejor forma de distribución los recursos escasos, les suele resultar imposible aplicar la misma lógica para las telecomunicaciones, la ropa y el pan, a la justicia y la ley. Y es comprensible, claro. Benson, en este libro, lleva a cabo un análisis económico canónico de los servicios de ley y justicia, para demostrar algo que el economista austriaco ya sabe, que es que su provisión estaría mejor dejada a manos del libre mercado en competencia, en vez de en el monopolio legal del Estado.

Ese análisis canónico pasa por demostrar que ha habido sociedades y/o momentos históricos, en que la provisión de estos servicios se ha realizado sin Estado, lo que no es difícil de imaginar a poco que se piense en ellos, pues es obvio que relaciones y disputas entre los seres humanos existían mucho antes de que se inventará el Estado. Y Benson lo hace con gran brillantez, si bien enfocado casi en exclusiva en la sociedad anglosajona, con el complemento de la ley mercantil (en su vertiente internacional) y la curiosidad del sistema de los Kapaukus. El único reproche que puede hacérsele es que no aporte un análisis similar para el derecho continental, o el chino, puesto que sus postulados, al basarse en teoría económica, son universales y deberían aplicar también en otras jurisdicciones.

En todo caso, es importante notar cómo se pasa del derecho consuetudinario, basado en costumbres, jueces de elección libre y, sobre todo, objetivo de restitución de la víctima, al llamado "common law" en los países anglosajones. Y lo digo porque, hasta ahora, la "common law" me parecía un sistema bastante ideal, sobre todo en comparación con los sistemas continentales, que se basan mucho más en l norma escrita y el derecho positivo, mientras que la "common law" es mucho más jurisprudencial, esto es, mucho más cercana a las costumbres. En resumen, que si a Benson le parece mucho peor la "common law" que las costumbres, ¿qué pensará de sistemas legales cómo la Unión Europea o el español? 

Hay un cambio fundamental en el paso de la ley consuetudinaria a la ley autoritaria, emanada desde arriba. y es el abandono del principio de restitución de la víctima en favor del del castigo del culpable. "Under customary law, offenses are treated as torts (private wrongs or injuries) rather than crimes (offenses against the state or the “society”)."

¿Por qué se produce esta reorientación (al menos en el mundo anglosajón)? Pues por los beneficios que el segundo sistema supone para el rey. Explica muy bien Benson como los reyes obtienen su poder a través de la prestación de servicios de defensa; pero, una vez consolidados, tienen fuertes incentivos para extender su poder a otros ámbitos de la vida de sus protegidos para incrementar sus ingresos. De ahí surgen las "felony"s ("Any crime called a felony meant that if the appellee was found guilty his possessions escheated to the king.") y, consecuentemente, "The more crimes called felonies, the greater the income".

Con ello se abandona el sistema de restitución de la víctima, que tenía (y tendría en la actualidad) grandes ventajas: 1) Tiende a compensar a la víctima (lo que incentiva a ésta a participar y perseguir el proceso) y elimina por tanto su deseo de venganza violenta (es pacificador en sí mismo) y 2) Permite al criminal comprar la "paz" quebrada y así recuperar su sitio en la sociedad (compárese con los presos en las cárceles y su casi imposible reintegración en la sociedad).

Una vez establecido el proceso histórico, que es lo más apasionante e instructivo del libro para mí, Benson procede con el análisis económico, basado en la escuela de Public Choice y en el análisis de fallos de mercado. Esta parte me ha sorprendido muy poco, ya que es el análisis que me cabía esperar. En todo caso, me ha sorprendido para mal, porque no acabo de ver clara la estructura del análisis, por lo que me parece a veces repetitivo y en general desordenado, y porque los datos que aporta están muy, muy obsoletos, de los años 70 y 80, y centrados exclusivamente en los EEUU. Ambas cosas son lógicas, porque el libro tiene sus años y está escrito por un estadounidense. No obstante, la obsolescencia de los datos resta credibilidad al ensayo, hubiera sido muy deseable que se actualizaran tras 20 años, de la misma forma que se ha incorporado un prefacio.

La principal idea del análisis económico es la consideración de "tragedia de los comunes" para esta clase de servicios (ley, policía, cárcel), al prestarse "gratuitamente" (al menos, sin precio visible para los usuarios) a la sociedad. Ello causa los efectos clásicos de sobreutilización, requiriendo por tanto algún tipo de racionamiento, e infra-inversión. Como es sabido, el racionamiento se hace mediante espera, o sea, los retrasos judiciales que todos sufrimos (y que son mucho mayores en nuestro país que en EEUU).

Otro de los análisis que propone Benson es el de organizaciones burocráticas o el de grupos de poder. En cuanto el primero, las burocracias necesitan señales distintas de los precios para guiar su actividad, lo que normalmente da lugar a efectos perversos para la sociedad. Un ejemplo llamativo es el de medir el éxito de la policía por sus arrestos, pues evidente que ello crea incentivos perversos, ya que los policías preferirán esperar a que ocurra el crimen a prevenirlo, para así mejorar sus estadísticas.

El ensayo termina con lo que cabe esperar. Por un lado, numerosas ilustraciones de cómo los servicios de ley y seguridad se prestan cada vez más por el mercado, sea en autoprestación ("More and more citizens are buying firearms for personal protection; burglar alarms are being installed and guard dogs purchased. Citizens are barring their windows, learning self-defense, carrying whistles and other noisemakers, and buying self-protection devices.") o contratando con empresas privadas, incluyendo aquí a los propios Estados y la creciente tendencia a la subcontratación de estos servicios (véase la serie Orange is the New Black, con una crítica implícita de la prestación de servicios carcelarios por una empresa privada).

Y, por supuesto el "gran finale" consiste en una descripción muy completa y razonada de cómo sería un sistema de ley y justicia proporcionado por el libre mercado. Aunque, todo hay que decirlo, Benson no tira de demasiada imaginación porque el sistema consuetudinario que ha descrito al principio del libro, y, sobre todo, el principio de restitución de la víctima, le proporciona los principales mimbres para su respuesta. Que cierra de forma muy convincente.

Aunque considero este libro de lectura imprescindible, me hubiera gustado decir que me ha entusiasmado. Por desgracia, no ha sido así, se ha quedado en interesante. La historia de los sistemas legales es brillante, pero ya dije que se echa de menos una mayor amplitud de miras en el tiempo y el espacio. Y la parte de análisis económico me ha resultado bastante aburrida, a fuer de predecible y, sobre todo, de obsoleta; si los ejemplos y datos hubieran sido más actuales, seguro que me hubiera importando menos la predictibilidad del análisis. En todo caso, animo a todo lector interesado en los problemas de la justicia en España a leer con espíritu crítico esta obra.

martes, 9 de marzo de 2021

In search of memory, de Eric R. Kandel

Tras la lectura de The Accidental Mind, quería seguir profundizando en el funcionamiento del cerebro y opté por este libro. Se trata de un tratado de divulgación científica sobre cómo funciona la memoria a nivel neurológico y molecular, pero, contrariamente a mis lecturas habituales. construido en torno a la carrera del autor, Eric Kandel, premio Nobel por algunos de los descubrimientos que cuenta en este libro.

Vamos, que se trata de un libro medio autobiográfico, medio divulgativo. Y como la parte biográfica no me ha interesado, me ha resultado largo y poco provechoso. La vida de Kandel empieza en la Viena prenazi y sufre un cambio traumático con la invasión de Hitler, que le fuerza a huir de la ciudad por su condición de judío. Esto es algo que Kandel no podrá olvidar, e introduce al lector en un mundo sorprendente, el del odio de los austriacos, vieneses en particular, por los judíos, muy superior e incluso anterior al de los alemanes, y con cierta vigencia en la actualidad. Fuera de esto, los detalles biográficos de Kandel me parecen irrelevantes y aburridos. Vamos, que me importa un bledo que le guste el arte o que tenga dos nietos. Sin embargo, de la parte vienesa no le puedo perdonar que olvide citar entre los intelectuales judíos que tuvieron que huir, al gran Ludwig von Mises, uno de los principales exponentes de la Escuela Austriaca de Economía, y que tuvo que hacer lo mismo que Kandel, aunque no ha conseguido el reconocimiento de éste.

Y tampoco se le puede perdonar su referencia a la Inquisición Española de los 1400 como evidencia de antisemitismo. En primer lugar, por el error cronológico (fue fundada a finales de ese siglo desplegando su actividad en los siguientes), y, en segundo, porque el antisemitismo no era exclusivo de España, ni siquiera como precedente, y fue más intensivo en muchos otros países.

A cambio, Kandel tiene un estilo sobrio y humilde, que creo que refleja su carácter de apasionado por la ciencia y dispuesto a sacrificar todo por ella, sin importarte demasiado que su nombre cobre relumbrón. Así, no se atribuye en exclusiva ninguno de sus hallazgos, sino que siempre cita otra persona o personas a la hora de hablar del descubrimiento. 

Además, conforme avanza en su carrera y va tocando nuevos campos científicos, siempre hace una introducción sobre los mismos con la historia del desarrollo de los mismos. Dichas introducciones son de lo más interesante del libro, y permiten al lector familiarizarse rápidamente con ciencias de las que quizá sepa poco más que el nombre. Me ha resultado especialmente interesante la de la genética y el papel de ADN, ARN y proteínas en la vida. Hay que reconocer con Kadel que su descubridor, un tal Francis Crick, juega en la misma liga que Newton y Darwin. 

Vamos ya con las aportaciones de Kandel, que son muy numerosas y relacionadas con el funcionamiento neurológico y molecular de la memoria, tanto de la memoria a corto plazo como a largo plazo. Kandel establece de entrada con la neurobiología/biología molecular se basa en cinco principios:

1) Cerebro y mente son inseparables;

2) Cada proceso mental del cerebro se lleva a cabo en circuitos neuronales especializados en diferentes regiones del cerebro

3) Todos estos circuitos se construyen con las mismas unidades básicas de señalización, las neuronas. ("What, then, accounts for the differences in information carried by neurons? In a word, anatomy. Visual information is different from auditory information because it activates different pathways.")

4) Los circuitos neuronales usan moléculas específicas para generar señales entre las neuronas

5) Estas moléculas se han generado y conservado a través del proceso evolutivo de las especies 

Por esto mismo, sobre todo por lo último, tiene sentido la gran propuesta de Kandel: utilizar el caracol Aplysia para estudiar los mecanismos neuronales y moleculares de la memoria. Las ventajas son evidentes: el Aplysia tiene un número de neuronas muy inferior al de los mamíferos y sus circuitos neuronales son consecuentemente mucho más sencillos, más fáciles de aislar y de estudias. A ello se dedicará durante 15 o 20 años. 

Lo que encontró ya lo sé porque lo había leído en el "The Accidental Mind". Respecto a la memoria a corto plazo, lo que hace es reforzar o inhibir las sinapsis existentes mediante determinados mecanismos moleculares, y la duración de la memoria dependerá del tiempo que duré tal reforzamiento/debilitamiento. En cambio, la memoria a largo plazo crea nuevas sinapsis, cambia físicamente el cerebro. Ello se hace sintetizando nuevas proteínas, lo que requiere "expresar" determinados genes en el ADN de la neurona. Ambas cosas nos demuestran que la memoria se almacena y distribuye en los mismos circuitos neuronales que se utilizan para otras funciones, no en un sitio único especializado.

Más interesantes que las propias conclusiones, quizá le resulten al lector los experimentos que se hacen para llegar a ellos, porque la propia confección de los mismos exige muchas ideas felices y conocimientos técnicos interdisciplinares. Si bien el protagonista indiscutible es el citado caracol, también aparecen muchos ratones (ya para la memoria a largo plazo) y la mosca de la fruta (en temas genéticos).

Kandel, sobre sus conclusiones, nos cuenta sus posibles aplicaciones prácticas, básicamente para el tratamiento de enfermedades mentales, algo posible cuando conoces qué moléculas están involucradas en los diferentes procesos del cerebro, no solo de la memoria. Nos contará su participación en empresas de biotecnología, y, con todo lujo de detalles, la entrega de su premio Nobel, pero todo esto no deja de ser aburrido.

Sin embargo, quien aguante hasta el último capítulo volverá a tropezarse con temas interesantes, pues es en él cuando Kadel propone nuevas líneas de investigación que le gustaría acometer y, sobre todo, reflexiona sobre los límites de la ciencia para comprender el cerebro, especialmente la conciencia. Al respecto se refiere al ya citado Crick, quien en un par de semanas fue capaz de explicar la vida (con el descubrimiento del DNA) y dedicó los 30 años siguientes a tratar de explicar la conciencia sin avanzar apenas. 

Por tratar de estructurar el problema, Searle y Nagel asumen dos características para el estado consciente: unidad y subjetividad. De momento, habría que resolver lo primero, entender cómo el cerebro unifica todas las señales recibidas en una sola sensación, que además "is an abstraction, not a replication, of the real world."

O sea, en palabras de Kandel: "What we do not understand is how electrical activity in neurons gives rise to the meaning we ascribe to that color or that wavelength of sound."

Pero de lo que no hay duda es que que, por complejo que sea, la conciencia tiene su contraparte biológica en nuestras neuronas, no es algo separado de ellas. Kandel se refiere a un experimento de Libet en que el se observaba un impulso eléctrico unos instantes antes de que el sujeto del experimento decidiera levantar un dedo.

La verdad es que este libro solo se lo puedo recomendar a quien esté interesado en la vida de Kandel y, marginalmente, en cómo hacer experimentos relacionados con neurobiología. Si lo que te interesa es cómo funciona el cerebro, seguro que hay lecturas más eficientes y mejores, Sin ir más lejos, The Accidental Mind, que leí hace una semana.

miércoles, 3 de marzo de 2021

The Dictatorship of Woke Capital, de Stephen R. Soukup

Este ensayo va sobre uno de los temas de moda en la gestión de las grandes corporaciones, la llamada Responsabilidad Social Corporativa (RSC), o en inglés ESG (Environmental Social Government). Como de costumbre, es relativamente fácil encontrar literatura justificando las bondades de estas cosas (basta asomarse a la página web de cualquier cotizada), y mucho más difícil encontrar alguien escéptico. Y como la RSC es algo a primera vista contrario a los intereses de los accionistas, que normalmente lo que quieren es ganar valor para sus acciones, no perseguir objetivos sociales determinados por terceros, se hace extraño que haya poca gente analizando el fenómeno de una óptica más objetiva, o sea, que no encomie directamente las bondades de que el dinero en busca de rentabilidad de terceros se dedique a otros fines.

Esta laguna me parecía que podría quedar cubierta por este libro, pero no sé hasta qué punto lo consigue. Para empezar, se echa de menos un sencillo análisis explicando rigurosamente por qué la RSC es mala para los accionistas. A lo mejor es algo tan sencillo que no hace falta explicarlo, no sé. A mí me hubiera gustado ver ese análisis. Sin él mismo, la sensación  que da el autor es que lo que le parece mal es que la RSC persiga objetivos típicamente de izquierdas, pero que si los objetivos fueran de derechas no le parecería tan mal. 

Yo puedo compartir su deseo de que se despoliticen mercados y capitales. Pero, al mismo tiempo, como el respeto a la propiedad privada me parece la condición más importante para generar bienestar, he de aceptar que los dueños hagan con su dinero lo que quieran, sea de izquierdas, de derechas o de arriba. Otra cosa es que utilicen dinero que no es suyo, como puede pasar con los ejecutivos de las grandes corporaciones. Pero, una vez más, hay un mecanismo de disciplina para con ellos, que es la venta de las acciones de su empresa. ¿Qué eso tiene pocos efectos, o no los que quisiera Soukup? Pues mala suerte, no sé cómo decirlo, igual es que a la gente no le importan tanto estas cosas. O, al contrario, le importan lo suficiente como para renunciar a un poquito de beneficio.

Esa carencia del libro se hará mucho más notoria en su segunda parte, cuando Soukup se dedique a identificar protagonistas en ambos lados de la batalla por la ideologización del capitl. En efecto, ausente el análisis económico, cuando Soukup se mete con Apple, Disney o Amazon, a cada uno con su capítulo dedicado, nos suena a prensa amarillista y ataque de anécdotas. Lo único que se puede sacar en conclusión es que esas empresas tienen un punto de hipócritas, sobre todo en la comparación del comportamiento en China respecto a los EEUU. Pero también es cierto que pueden detectar inquietudes políticas en sus clientes completamente diferentes a ambos lados del charco Pacífico y actuar coherentemente en cada jurisdicción. Del ataque a Amazon mejor no hablar, porque en realidad el caso lo construye contra una ONG (Southern Poverty Law Center) con la disculpa de que Amazon Smile se guia para sus donativos por las recomendaciones de la tal SPLC ( y no digo que estos sean guays, solo digo que no sé por qué ataca a Bezos y a Amazon por esto). 

Bastante más interesante resulta, por suerte, la primera parte del libro, en la que Soukup traza con bastante completitud y sencillez las corrientes filosóficas de las que se nutre el movimiento ESG. Una vez más, no acaba de justificar rigurosamente que el ESG venga de ahí, pero lo cierto es que los tres análisis están muy bien y son bastante instructivos.

En el primero, nos describe la aparición de la administración pública, de los burócratas, en los EEUU, haciéndola radicar en el presidente Wodroow Wilson. Sí, el mismo que metió al país en la Primera Guerra Mundial, propuso la creación de la Liga de las Naciones y creó la FED. Estatista de tomo y lomo. El sustento teórico es básicamente que los ciudadanos no saben bien cuales son sus intereses y se necesita a una clase superior, los burócratas, para gestionar sus vidas. Esta base queda completamente acicalada cuando se complementa con que dichos burócratas han de actuar de acuerdo a sus principios en todo caso, con lo que de facto dejan de estar sometidos a los mecanismos democráticos. En palabras del autor: "the conventional wisdom—among administrators, among academics, and even among elected officials —favored a political structure in which the traditional participants, the voters and their elected representatives, were supplemented and, indeed, superseded by the unelected and unaccountable “experts.” Moreover, these experts were encouraged to apply their values in lieu of the values of the people to create a better, more efficient, and more equitable society."

La segunda de las corrientes es la irrupción y generalización de ideas neomarxistas en las universidades americanas. Ya he leído unas cuantas descripciones de este fenómeno, pero creo que la de Soukup es la más completa y clara. Está tan bien hecha que incluso se me ha abierto el apetito por leer algo de la malhadada escuela de Frankfurt. "the Frankfurt School and its critical theorists integrated Freud’s social psychology with Rousseau’s state of nature fetishization, Gramsci’s aggressive anti-Christianity, and Lukács’s detestation of social and sexual mores to fashion the “Cultural Marxism”" Con el nazismo, la escuela de Frankfurt se trasladó a la universidad de Columbia, por donde pasó sin pena ni gloria hasta volverse a Alemana, dejando, por desgracia, una cagadita con el nombre de Marcuse quien se convirtió en el padre intelectual de los movimientos estudiantiles del momento "with his advocacy
of free love, sexual perversion, oppositional behavior, and suppression of “reactionary” thought".
Asimismo, también fundamental en la extensión mainstream del marxismo cultural el libro "The Dialectica Imagination", de Martin Jay, que, según nos dice Soukup, explica con bastante brillantez los desarrollos de la escuela de Franfurt. Quizá lo lea, o por lo menos lo empiece, para conocer al enemigo de primera mano.

La tercera y última de las corrientes descritas tiene que ver con la gestión y planificación empresarial. Aquí Soukup nos traza la historia de cómo los stakeholders (gente con la que se relaciona la empresa, como trabajadores, clientes, proveedores, administraciones públicas...) pasan de ser un factor importante a considerar por la empresa a la hora de perseguir sus objetivos (maximización del valor del accionista) a ser una finalidad en sí mismos cargada por consideraciones éticas subjetivas. A esto, Soukup le llama "neopragmatismo".

Tras esto, en el capítulo 6, se pasa a la acción, y Soukup describe en la práctica como se han impuesto y extendidos los criterios ESG a lo largo y ancho de las cotizadas, en EEUU (y supongo que en Europa). Nos cuenta cuáles fueron los primeros fondos de inversión en usar criterios sociales, y luego entre de llenos en las agencias de proxy advisory services, que son, al entender de Soukup, quienes han conseguido extender estos criterios con cierta sutileza. Lo describe así: "Create a set of principles that
serve as an effective extra-governmental regulatory regime and then turn the monitoring of that regime and investment in those who comply with it into nice multibillion-dollar side gigs. Meanwhile, all
you have to do is hope that no one figures out that you created a problem specifically so that you could solve it."

Por cierto, según Soukup, tan solo dos agencias, Institutional Shareholder Service (ISS), de Bloomberg, y Glass-Lewis controlan el 97% del mercado.

Desde aquí, empieza el pim-pam-pum y el libro pierde interés para mí. Es importante notar que Soukup se queja principalmente de que sean entidades no gubernamentales (como las recién citadas ISS) las que de alguna forma regulen el mercado, imponiendo de facto las leyes por encima de la voluntad popular que en el imaginario de Soukup quedarían reflejadas en las aprobadas por el Congreso. Termino diciendo que, desde un punto de vista anarcocapitalista, es bastante más preocupante lo segundo que lo primero, porque contra lo primero hay mecanismos de reacción, aunque sean difíciles, mientras que contra lo segundo solo tienes el voto cada 4 años. y tampoco eso vale de mucho,

martes, 2 de marzo de 2021

1919 ("Nineteen nineteen"), de John Dos Passos

Segunda parte de la trilogía U.S.A. del autor, tras "El paralelo 42", que terminé la semana pasada (aquí) . La estructura es idéntica a la de ésta, con los cuatro tipos de texto allí descritos. Una vez más, me siguen pareciendo prescindibles los "Eye of the Camera" y cada vez espero con más fruición  los episodios biográficos, que, como dije entonces, me parecen lo más original de la obra.

En esta ocasión, Dos Passos nos propone biografías de Teddy Roosevelt (The Happy Warrior). Woodrow Wilson (Meester Veelson), algunos sindicalistas y, era inevitable, de JP Morgan (The House of Morgan). Del primero, me quedo con la importancia que la gente parecía dar a sus leyes de Antitrust, derecho de competencia, ("he believed passionately in Roosevelt, and righteousness and reform, and the antitrust laws, the Big Stick that was going to scare away the grafters and malefactors of great wealth and get the common man his due."). Y de la biografía de Wilson, creador de la burocracia norteamericana y también mundial con su Liga de las Naciones, ambas grandes aportaciones a la humanidad (ironía off), entresaco esta frase: "the Wilsons lived in a universe of words linked into an incontrovertible firmament by two centuries of calvinist divines". Obviamente, la visión que Dos Passos de los Morgan es bastante más negativa, y se puede resumir en esta espléndida afirmación, que repite cual estribillo durante el capítulo: "war and panics on the stock exchange, bankruptcies, warloans, good growing weather for the House of Morgan".

Centrándonos ya en la narración novelística propiamente, la acción se traslada en buena parte a Europa, donde está desarrollándose la Primera Guerra Mundial a la que se acaba de incorporar EEUU cortesía del gran Wilson, que había ganado en las urnas con la promesa de mantener al país fuera del conflicto. Todos los personajes, tanto los nuevos como los que vienen de la la primera parte, tienen sus aventuras allí, si bien éstos lo hacen a través de los ojos de aquellos. La única excepción es Joe Williams, hermano de la Jeany de El Paralelo 42, que se pasa la novela de aquí para allá en barco, incluyendo una visita a Vigo.

En esta segunda parte, ya emergen patrones más claros en la narración de Dos Passos. El más destacado es que todos sus personajes son jóvenes, no hay gente madura o adulta en su visión de los EEUU, quizá con la excepción de Moorehead. Es más, todos ellos son personajes que no tienen ningún plan, que viven completamente al día, epitomizados en el citado Joe que nunca sabe a qué nuevo puerto le llevará su oficio. Por eso, son narraciones llenas de acción, en que apenas hay reflexión. Los personajes se pasan todo el tiempo en movimiento, en fiestas o en orgías, un carpe diem que no parece representativo de la sociedad en la que viven, como parece pretender Dos Passos. A modo de ejemplo, este es el "plan" de una de las protagonistas, creo que Daughter, la pija tejana: "Anyway she promised herself that she'd keep the bottle and kill herself whenever things seemed too filthy and horrid. That made her feel better."

Claro, es precisamente en esta clase de personas, los aventureros en sentido amplio, en que prende con más facilidad la chispa de la revolución, en este caso, la obrera, un tema que sigue presente e incluso cobra más cuerpo en este segunda parte. El cuerpo lo cobra, por supuesto, con la revolución bolchevique, presente sobre todo mediante los titulares de las secciones Newsreel desde la misma ejecución de los Romanoff, si bien su éxito aún es incierto: "No, I have reliable information that Lenine and Trotsky have split and the monarchy will be restored in Russia inside of three months.", afirma con contundencia uno de los secundarios.

Pero, como digo, es en este colectivo de vividores donde con más facilidad prenden las mechas revolucionarias, y no en las personas que tienen un plan de vida y, en resumen, cosas que perder. Es claro, para mí, que la USA de Dos Passos no es representativa, sino sesgada según la que parece ser la ideología del autor.

El otro tema presente en la narración, y que alimenta y justifica en parte el asunto de la revolución obrera, es la guerra y el papel del gran capital en la misma. Hay una sospecha constante en toda la narración de que USA va a la guerra para salvar el préstamo de JP Morgan (por eso me parecía inevitable el capítulo dedicado a su biografía). El desengaño de los votantes de Wilson se recoge en esta frase sobre el slogan de su campaña: "For New Freedom read Conscription, for Democracy, Win the War, for Reform, Safeguard the Morgan Loans,". La sospecha se extiende del sector financiero a la industria en general: "I the working stiffs made a few easy dollars it meant that the war profiteers were making easy millions"

Contra este fondo, tiene más lógica la ilusión generalizada por la revolución obrera, pues se ve cómo un camino hacia la paz del mundo. No se olvide que, al inicio, la unión de los trabajadores es un movimiento con vocación internacional, todos los trabajadores del mundo han de unirse en pos del objetivo común. Si esta vocación se cumple, lo lógico es que deje de haber guerras. Como conocemos la historia de lo que vino después, no hay ya ilusión al respecto de esto, pero es comprensible que la hubiera en su momento. Afortunadamente, en los EEUU la gente de a pie (o sea, no los que salen en la obra de Dos Passos) ya parecía tener claro lo que podía dar de sí la engañifa; "To be a red in the summer of 1919 was worse than being a hun or a pacifist in the summer of 1917."

En cuanto al estilo, poco que añadir. Dos Passos escribe de forma brillante. Tiene un enorme registro de vocabulario, incluyendo términos procedentes de todo tipo de jergas, como "shavetail", "limey", "bushwa" o "stiffs". Quien tenga curiosidad, que busque su significado, y, sobre todo, su etimología. Por último, se nota que el amigo Dos Passos conoce los sitios que menciona y describe en los viajes de sus creaciones, también revelado en la facilidad con que usa el francés y algo menos el italiano.

Para cerrar esta entrada, rescato algunas de las frases del autor que me parecen destacables por su estilo: 

"Smolny the giant rollingmill running twentyfour hours a day rolling out men nations hopes millenniums impulses fears, rawmaterial for the foundations of a new society." (refiriéndose a una ciudad industrial)

"If any man has a ghost Bourne has a ghost, a tiny twisted unscared ghost in a black cloak hopping along the grimy old brick and brownstone streets still left in downtown New York, crying out in a shrill soundless giggle: War is the health of the state."

"The chef of the section, Bill Knickerbocker, got up a little nervously and toasted la France heroique, Pheroique Cinquieme Armce and la victoire by Christmas. Fireworks were furnished by the Boches who sent over an airraid that made everybody scuttle for the bombproof dugout." (obsérverse la coña final)

Y con esta comienza la narración dedicada a Daughter: "The Trents lived in a house on Pleasant avenue that was the finest street in Dallas that was the biggest and fastest growing town in Texas that was the biggest state in the Union and had the blackest soil and the whitest people and America was the greatest country in the world and Daughter was Dad's onlyest sweetest little girl."

Bueno, descanso con otra lectura, y ya me pongo con la tercera parte de la trilogía, "The Big Money".