A partir de hoy, junto a los habituales comentarios de los libros que voy leyendo, incluiré también comentarios de las series que voy terminando de ver. Aquellas que abandone sin terminar no serán objeto de este honor.
Confieso que soy un recién llegado a este mundo de las series. Me explico, de pequeño sí que trataba de seguir algunas. Por supuesto, las de dibujos animados (inolvidable Mazinger Z o La Batalla de los Planetas), pero también algunas de carne, más para adultos, como Los hombres de Harrelson, Starsky y Hutch, o Los Ángeles de Charlie.
Conforme me hice mayor, sobre al empezar la vida de estudiante, y también en paralelo a una creciente afición por los videojuegos, abandoné completamente el formato. Las últimas series que recuerdo haber seguido en esa primera época eran El equipo A y la divertidísima Caída y Auge de Reginald Perrin.
Pasaron muchos años sin que supiera de series o me interesarán. Las poquísimas veces que trataba de seguir alguna (típicamente, a su comienzo), o bien se me olvidaba ver el primer capítulo, o bien se me olvidaba alguno posterior. O bien me aburría de esperar. Vamos, que el formato tradicional de series me resultaba muy hostil; eso de un capítulo a la semana no está hecho para mí.
Entonces ocurrieron dos cosas, posiblemente relacionadas causalmente. Por un lado, la calidad de las series ha crecido de forma espectacular e inimaginable. Antaño, eran las pelis las que atesoraban buenas historias, mientras que las series repetían personajes en relatos relativamente simples. Ahora la cosa ha cambiado completamente: son las series las que aportan historias magníficas y complejas, amparándose en la flexibilidad que les da el mayor metraje. Esto por un lado.
Por otro, la tecnología streaming o el disponer de los vídeos para descarga, elimina completamente la dependencia periódica que existía anteriormente. Ahora ya puedo ver todos los capítulos seguidos de cualquier serie, verlas cuando me dé la gana, y recuperar las temporadas anteriores si es que he empezado a verla tarde. Puedo ver, por ejemplo, Los Sopranos o The Wire, si me interesan, o las primeras temporadas de Homeland, si me ha gustado la última. Antes, la única alternativa era comprar los DVDs, si los encontrabas.
Con ambos alicientes, no me importó, un sábado allá por 2013, acceder a ver un capítulo de una serie muy recomendada, para ver si aquello merecía la pena. Y por supuesto que lo merecía. La serie era, ni más ni menos que The Walking Dead. A ésta la siguieron clásicos tan portentosos como Breaking Bad, True Detective (temporada 1), House of Cards (también la primera temporada) o Fargo. Evidentemente, se trata de algunas de las mejores series de la historia reciente, por lo que quedé enganchado de forma inmediata y, de momento, irreversible.
Desde entonces, sigo viendo y sigo buscando aquellas series que me fascinen como éstas lo hicieron. Y alguno encuentro. Aquí iré hablando de todas ellas. Espero que os interese.
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