jueves, 10 de octubre de 2024

Nestor Burma et le monster, de Leo Malet

Como a muchas lecturas, llego a esta casi aleatoriamente buscando algo que leer en francés. La reseña de la contracubierta era prometedora, daba a entender que era un nuevo estilo de novela policíada, y con eso me bastó. Luego resulta que a Leo Malet se le tiene como al padre de la novela negra francesa, que bastantes de sus novelas se han traducido a español (aunque no sé si esta), y que incluso se han hecho varias películas sobre sus obras. Más aún, hay una serie de novela gráfica sobre Nestor Burma, con Jacques Tardi como ilustrador, que parece más conocida que las novelas. Y por si fuera poco, Leo Malet se autocalifica de "anarquista conservador".

La novela que comento pensé que era la primera con el detective Nestor Burma, pero es sin embargo la cuarta de la serie. La primera es una llamada "120, rue de la Gare" que sí está traducida al español, y que quizá debiera leer antes de completar mi juicio sobre el autor. La tengo ya preparada y es corta, por lo que seguramente no tardaré en leerla. 

Pero no será porque esta me haya gustado. Me ha parecido una novelilla insulsa de las que ni fu ni fa. La empecé con cierto entusiasmo porque el tonillo irónico me recordaba al detective anónimo de tantas novelas de Eduardo Mendoza, de quien pienso que el amigo Nestor Burma es un predecesor lejano y hasta posible inspiración del escritor barcelonés. Pero eso es todo.

Conforme la trama se fue complicando se fue a la vez haciendo un poco absurda, y ni personajes ni historia ni estilo fueron capaces de mantenerme interesado. Tirando de oficio terminé el libro y poco más me queda por decir. 

Dejo aquí algunas de las frases que al comienzo del libro me invitaron al optimismo sobre esta lectura:

"Que deux équipes de moutards de quinze ans se disputent à coups de poings quelques excellentes places d’un bon rapport dans la vente des journaux cela pouvait, quoique symptomatique du fâcheux état d’esprit de la jeunesse de la zone, paraître divertissant, mais de là à imaginer un règlement de compte, « comme chez les grands », avec revolvers ou autres armes, non."

"Je décrochai le téléphone et appelai Artrigol. En dépit de son nom de médicament, ce gars est loin d’être un emplâtre."

Sobre una exposición del artista Theron: "Théron est un drôle de corps. Il convoque tout Paris, sauf les critiques d’art. Sa dernière exposition fut présentée par un ancien boxeur."

Cierro con esta, ya más avanzado el libro, pero que la podría haber escrito Mendoza: "Mon poing atteignit l’adolescent au menton. Il alla voir si la femme de ménage avait oublié de la poussière dans l’angle ouest de la chambre."

lunes, 7 de octubre de 2024

Motorworld, de Jeremy Clarkson

Jeremy Clarkson es un fenómeno en su tierra natal de Reino Unido, pero yo no había oído habler de él ni remotamente hasta que observé una serie llamada Clarkson's Farm en Amazon Prime, con la exuberante puntuación de 9.4 en IMDB. A ello se unió la recomendación de mi hijo, por lo que me puse a verla pese a que el tópico no me atraía. La serie es ciertamente entretenida y en algunos casos formativa, pero en otros muchos me parece una cantada, y en ningún caso entendía como podía tener esa puntuación.

Todo quedó explicado por los fans que debe de tener el tipo en Inglaterra, dondo es un conocidísimo presentado de programas sobre coches y todo tipo de vehículos. De hecho, la serie sobre su granja, Diddly-Squat, traiciona repetidas veces dicha afición, desde el primer capítulo y el tractor que se compra.

Pero las sorpresas no cesan, y me encontré con que el tipo tiene además un montón de libros publicados que entran en la categoría de humor. No es secreto que el humor británico es una de mis debilidades, y Clarkson es un tipo con salidas divertidas, lo que había podido observar en su serie. Abrí el primero que pillé, y me encontré en la portada mensajes confirmando mi elección tipo "Nº 1 Best Seller" y "Extremely funny" para el Daily Telegraph. Claro que muchos de los libros de Clarkson llevan los mismos mensajes, lo que no sorprende con el primero, pero es más llamativo que al Daily Telegraph siempre le parezcan "Extremely funny".

Lo que me he encontrado es una lectura muy ligera, que no pasa del mero pasatiempo, casi pierde-tiempo. Clarkson nos cuenta algunas de sus observaciones en los doce países que visitó durante el rodaje de la serie homónima del libro, que incluyen Islandia, Japón o la India, junto con Suiza, Italia o el propio UK. Los que han contado los países que visita se deben de pensar que Tejas y Michigan son dos países distintos, porque sino las cuentas no salen.

Las observaciones de Clarkson son de una superficialidad pasmosa (para que me queje del pobre Reverte), salvo cuando hablar de vehículos, en que si se nota tanto su entusiasmo como su saber. Eso sí, todo lo cuenta con cierto humor muy sostenido en la exageración ("You’re fairly safe in there too because armed guards outnumber visitors by 200 to 1.") y la comparación ingeniosa ("And off we went in search of camels who, it is said, have the intelligence of a nineyearold child. Like hunting in Britain, therefore, the prey is brighter than the pursuer."). Es algo que funciona durante unas pocas páginas, pero luego se hace cansino y hasta exasperante. No te puede parecer todo lo "más" durante 200 páginas.

Y ya está. No sé si sus libros habrán mejorado con el tiempo, pero no lo voy a comprobar. Tienen toda la pinta de ser corolarios de sus series dedicados a sus fanes insaciables, con la ventaja de que le supondrán una pingüe adición a sus ingresos. Lo digo porque veo que tiene también un libro por cada una de las temporadas que lleva la citada Clarkson's Farm.

Eso sí, unas cuantas veces consigue que el lector se ría, y quizá hasta emita una carcajada. Dejo algunos de estos momentos antes de cerrar la entrada.

"‘We have a speed limit in Italy, of course. It is the top speed of your car.’"

"I found myself wondering, as I strolled round the museum dedicated to the revolution, if Castro and Guevara could possibly have foreseen that one day their people would be asked, by their government, to eat grass." (el libro es de 1994, sería interesante ver cómo encuentra ahora Cuba el señor Clarkson)

"I guess if Jesus wanted to come to earth again for a bit of a poke around, Iceland makes sense– lots of fishing, no one bats an eyelid when you walk on water, bikers who look like disciples anyway."

"In India the horn is ‘your air bag, your sideimpact bars, your safety belt and your antilock brakes, all rolled into one little button. You’d better use it liberally.’"

"I’m always staggered when I consider that we have a fleet of nuclear submarines but no motorways in East Anglia." (hablando de Reino Unido)

domingo, 6 de octubre de 2024

How the world became rich, de Jared Rubin y Mark Koyama

En este ensayo, los autores recopilan las diversas teorías que se han propuesto para explicar el fenómeno que le da título, esto es, cuáles fueron las causas del enriquecimiento económico del mundo. Más en concreto, aceptan que en otros momentos de la historia el mundo se ha enriquecido, pero que este enriquecimiento solo ha sido sostenido desde la Revolución Industrial inglesa. Antes había momentos de crecimiento que se alternaban con otros de destrucción y empobrecimiento que dejaban a la sociedad poco mejor que antes del ciclo. Por lo tanto, siguiendo su razonamiento, explicar por qué el mundo se hizo rico es equivalente a explicar las causas de la Revolución Industrial. A su vez, ello requiere explicar por qué se produjo en Inglaterra y en el siglo XIX, por un lado, y por qué los resultados de tal evento se han extendido de forma diferente a distintas áreas geográficas.

Por supuesto, al inicio del libro los autores constatan el hecho que tratan de explicar, y de cuya existencia no creo que dude nadie. Pero si hay alguien, que se pregunte como proponen los autores:"would you trade your current life for the life of a wealthy English baron in, say, 1200?" Yo creo que no hace falta irse tan atrás en el tiempo: la mayor parte de la humanidad en el siglo XXI viven mejor que los más ricos en cualquier momento de la historia.

Rubin y Koyama miden la riqueza, como todo el mainstream, mediante el PIB per capita de los países. La medida es basura, como es bien sabido, y prefiero no pensar de dónde habrán obtenido los datos previos al siglo XX, aunque ellos dedican algo de texto a explicar sus fuentes. Pero me da igual, porque lo que es indiscutible es el fenómeno, no hace falta medirlo para saberlo. Otra cosa sería dar precisión a dónde se vivía mejor antes del siglo XX y relacionarlo con las posibles causas, pero creo sinceramente que esta fuera de nuestra alcance hacerlo a partir de estimaciones muy dudosas del PIB de la época.

La mayor parte del libro, y la más informativa, está dedicada a las teorías sobre las causas del enriquecimiento / crecimiento económico. Las agrupan por capítulos en las siguientes categorías: geográfia, instituciones, cultura, demografía y colonización, En esta parte, tratan de ser objetivos en la presentación de las opciones, de alguna forma no pronunciándose sobre la que prefieren. A todas les ponen peros, pero parecen traslucir (¿o quizá sea mi sesgo de confirmación?) que las que más les convencen son las instituciones y la cultura. 

Una vez presentadas estas teorías, tratan de ensamblarlas en un puzzle que ya sí explique las cuestiones concretas que he recogido más arriba. Aquí sí claramente se inclinan por las institucionales para explicar la difusión de a otros países del enriquecimiento ocasionado por la Revolución Industrial, que complementan con otras de todo tipo para tratar de explicar por qué ocurrió en Inglaterra y no, por ejemplo, en Holanda.

Yo, por mi parte, tenía claro antes de leer el libro que las causas eran necesariamente institucionales. O, de forma más precisa, las instituciones correctas son un factor necesario, aunque los derroteros micro por los que se llegue al enriquecimiento varien enormemente según las circunstancias. Esto significa que la presencia de instituciones adecuadas es la causa mediata, que es la importante, mientras que las otras que explican Rubin y Koyama son inmediatas o accidentales. Aclaro que cuando hablo de instituciones no solo me refiero a las formales, por lo que agrupo en el marco institucional los condicionantes que puedan venir de la cultura, condicionantes que pueden influir y ser influidos por las instituciones formales. 

La prueba evidente de que las instituciones son el factor esencial está, precisamente, es que si cambian las instituciones, se puede interrumpir el crecimiento sostenibles que equiparan los autores con enriquecimiento. ¿Puede alguno de ellos asegurar que Reino Unido seguirá siendo rico para siempre? ¿No eran Argentina o Cuba de los países más ricos al principio del XX, y dicho crecimiento se detuvo completamente cuando cambiaron sus instituciones? ¿Está libre Reino Unido de que algo similar no le ocurra en el futuro? De hecho, si se analizan el imperio Romano o el español, seguro que se encuentra también el patrón de crecimiento sostenido, precisamente hasta que se deterioran las instituciones.

Como digo, Koyama y Rubin distinguen entre instituciones formales y cultura, Al respecto de las primeras su foco es en la democracia representativa y un Estado fuerte, que asegure el cobro de impuestos. Ambas ideas me crean incomodidad. La primera la matizan repetidamente con el tema del tamaño del Estado; para mí, la democracia es un señuelo que cada vez tiene menos que ver con la libertad, por lo que tengo claro donde debe estar el foco. Respecto a los impuestos, la teoria económica es clara, y contribuyen a la destrucción de riqueza y no a su creación. Pero puedo aceptar que en origen solo un Estado fuerte y creíble, con recursos, podría garantizar el cumplimiento de los contratos o la seguridad, y en este sentido podía suponer un avance institucional. Ahora mismo ya no es el caso, y creo que los autores compartirían conmigo que no es buena idea subir los impuestos para conseguir crecimiento.

Para aceptar la tesis institucionalista hay que encajar en ella el caso de China, cuyo crecimiento económico es indudable, y se ha producido supuestamente bajo una dictadura comunista. Aunque yo tengo alguna duda sobre el poder omnímodo de la dictadura china (por ejemplo, ver este libro ), me gusta la tesis que comparten los autores, sobre que en China se legitima al buen gobierno, lo que pone límites a la citada dictadura, que tiene todos los incentivos para que haya enriquecimiento, y por tanto es mucho más liberal en lo económico, no ya que otras dictaduras comunistas, sino que países democráticos como los europeos. 

No obstante, la principal aportación que me ha supuesto la lectura de este libro creo que hubiera sido inesperada para los autores, que dan relativamente poca importancia al desarrollo de la Ciencia para explicar la Revolución Industrial y, por tanto, el enriquecimiento del mundo. Sí hablan de una República de las Letras, "Europe-wide forum in which Enlightenment elites disseminated and disputed the cutting-edge scientific findings and philosophical insights of the day." que recompensaba y promovía la innovación. Pero a mí la luz se me encendió cuando hablan de la Segunda Revolución Industrial: 

"The Second Industrial Revolution, generally dated from 1870 to 1914, differed from the first in its use of science. This was important because it accelerated the rate of technological change. New inventions in medicine, chemicals, and energy paved the way for more inventions as well as improvements upon those inventions. They also enabled more scientific discoveries. This period saw a feedback from science to technology that is still the dominant paradigm today."

Yo no necesito más: marcos institucionales buenos los hubo durante toda la historia de la humanidad, aproximadamente al comienzo de cada Imperio, en el país que lo detentó. Lo que faltaba para que el enriquecimiento así generado fuera sostenible era la Ciencia. Una vez apareció el conocimiento científico, el coste de emprender se redujo enormemente, el capital acumulado fue creciendo exponencialmente, lo que a su vez facilitó mayores oportunidades de emprendimiento.

Ahora, lo que sería interesante, y el libro apunta ideas, sería investigar por qué tanto Ciencia como instituciones adecuadas surgieron en Europa y no en otros países del mundo. ¿Será por la geografía? Ahí lo dejo caer.

sábado, 5 de octubre de 2024

Libre ("Free"), de Lea Ypi

En este libro, la autora nos cuenta su infancia y adolescencia en la Albania del fin de la dictadura comunista y el tránsito a la democracia. Un tema muyinteresante, como siempre me lo resultan las historias sobre la vida real en esos terribles regímenes, con el aliciente adicional de tratarse de Albania, un país sobre el que resulta difícil encontrar literatura. El libro se sube a la ola de la moda que está adquiriendo para los turistas el pequeño país balcánico, en parte porque sus precios aún no se han subido tan a la parra como los de sus vecinos. 

El libro tiene dos partes, como cabe esperar: la primera hasta el final de la dictadura comunista en 1990, y la segunda a partir de ese momento hasta que la autora abandona el país para irse a estudiar a Italia.

En la primera parte no ocurre nada que sorprenda a quien ya esté familiarizado con la forma de vida en las dictaduras comunistas: las colas para comprar cualquier cosas, en ocasiones de días, o las colas como señal de que hay, o se piensa que va a haber, pasteles en la pastelería; el miedo a opiniar sobre el dictador, Enver Hoxha, y sobre todo a que te traicione inconscientemente la niña; o las referencias a las prisionese políticas, camufladas, en este caso, en supuestas carreras universitarias.

Según Ypi, "We studied nature with the eyes of Darwin and history with the eyes of Marx. We distinguished between science and myth, reason and prejudice, healthy doubt and dogmatic superstition." O sea, que en el colegio les formaban científicamente con la historia a través de los ojos de  Marx, Volveré más adelante sobre esto. Otro de los momentos estelares es la pelea con los vecinos por causa de la una lata, vacia, de Coca Cola, que al parecer era un refinado símbolo de distinción durante el Comunismo.

Tampoco es algo nuevo el engaño en que viven inmersas las poblaciones de los países con estos regímenes. En Corea del Norte se pensaron hasta principios del siglo XXI que el resto de los países estaban peor que ellos, hasta que comenzaron a ver luces al otro lado de la frontera con China. Aquí, una de las fantasias es que en los países capitalistas los niños no podían viajar por estar oprimidos y humillados, mientras que "We knew it was difficult for us to travel abroad because we were surrounded by enemies. Moreover, our holidays were subsidized by the Party. Perhaps one day the Party would be powerful enough to have defeated all our enemies, and would pay for everyone to travel abroad too."

Cuando por fin cae la dictadura, Ypi descubrirá que su familia es de la antigua burguesía, con su padre descendiente del malvado rey que había precedido a los comunistas, y musulmana de religión. En todo caso, lo que sorprende de esta primera parte es la ligereza con que Ypi trata todas estas cosas que cuenta, que imagino ahora le parecerán objetivamente terribles. Aunque se puede comprender porque, al fin y al cabo, los acontecimientos los veía con ojos infantiles.

Pero es que va a resultar que esa comprensión que destila con lo ocurrido durante la tiranía comunista, se le agota con relativa rapidez al hablar de los años de transicion, en la que se transparenta bastante más amargura. La frase siguiente es casi el resumen de esta parte, en la que transluce el esceptecismo de la autora: "our planned economy was considered to be the equivalent of madness. The cure was a transformative monetary policy: balancing budgets, liberalizing prices, eliminating government subsidies, privatizing the state sector, and opening up the economy to foreign trade and direct investment. The market’s behaviour would then adjust itself, and the emerging capitalist institutions would become efficient without great need for central coordination."

Lo que percibe la señora Ypi es que aquello no funciona o tarda en funcionar y a sus padres metidos en política. Su madre, activista y libertaria de libro, tiene que ceder la representación al padre, que es más moderado en las formas y más popular por la gestión "humana" que ha hecho de algunas empresas. El término "reformas estructurales" sobrevuela todo este periodo como un buitre, algo que da mucho miedo pero que hay que hacer. Y todo esto concluye con la desaparición de los ahorros de muchos albanos, que se los habían confiado a empresas piramidales. Según Ypi esta fue la causa de la Guerra Civil de 1997, que hizo huir a su madre con su hermano a Italia, y a ella vivir en constante incertidumbre por la vida de su padre parlamentario.

Para Ypi, "It was like being back in 1990. There was the same chaos, the same sense of uncertainty, the same collapse of the state, the same economic disaster. But with one difference. In 1990, we had nothing but hope. In 1997, we lost that too." O sea, que ya se habia puesto a prueba un régimen liberal en Albania y había fracasado. Ni marxismo ni libertad son la solución, parece decirnos.

Desconozco lo que ocurrió en Albania en esos años fatídicos para la autora, quien tan poco da mucha información sobre el funcionamiento del régimen. Por ejemplo, sería interesante saber hasta qué punto seguían enredando los prebostes comunistas y con qué recursos. ¿De verdad habían cedido el poder pacífica y completamente? ¿Por qué no cuenta nada más sobre los esquemas piramidales, quién los montó ?¿Es verosimil achacar al colapso de estos lo que ella llama la Guerra Civil? (Aunque a mí no me extraña, porque imagino que una gorda se montará el día que colapsen nuestros sistemas de pensiones, que, recordémosle a Ypi, son también esquemas pirámidales).

Pero, vamos, poco a poco se quita la careta la señora Ypi y nos va descubriendo su verdadero rostro. Al menos, nos los descubre a aquellos que no la conocíamos cuando nos cuenta que explica el marxismo a sus alumnos, y  nos enteramos de que es una de las académicas izquierdistas más relevantes del momento. 

"My family equated socialism with denial: the denial of who they wanted to be, of the right to make mistakes and learn from them, to explore the world on one’s own terms. I equated liberalism with broken promises, the destruction of solidarity, the right to inherit privilege, selfish enrichment, cultivating illusions while turning a blind eye to injustice."

En suma, que para esta señora la percepción del marxismo o del liberalismo es simplemente una cuestión personal, de las experiencias que uno tenga. Da igual lo que muestren la historia y la ciencia sobre las consecuencias de cada uno de los sistemas, lo que vale es la experiencia que cada uno tenga. Una posición muy woke (según aprendí hace poco aqui) y muy de izquierdas.

Ideologías aparte, el problema de este libro es que cuenta poca cosa interesante. En realidad, la vida de Ypi no es demasiado llamativa, y ni siquiera aprovecha para iluminarnos algo sobre las costumbres y paisajes de su tierra natal. Por cierto, ella es de Durres, y se refiere a un señor carente de miembros con el que creo que me crucé en mi viaje por el país en 2005. Algo que no olvido porque el tipo estaba en medio de una carretera con coches moviéndose en ambas direcciones, por lo que pensé que, aparte de cojo y manco, estaba como una cabra, y precisamente era en la entrada a Durres.

En mi opinión, si no fuera porque la autora es de izquierdas, este libro no hubiera trascendido lo más mínimo, y ni en sueños se hubiera traducido. Que trate alguien de blanquear la dictadura de Franco y ya veremos cuántas veces sale su libro en The Economist.